Worms Battle Islands
Arcaico veterano de guerra
Una guerra conocidísima, un arsenal sin novedades, una puesta en escena mediocre y, a cambio, el genial funcionamiento de siempre. Los rosados gusanos bélicos regresan a Wii y PSP con más opciones jugables, retos y personalizaciones, pero con exactamente el mismo juego bidimensional al que nos tienen acostumbrados. La batalla de las islas da comienzo.
Si tenemos que hablar de una saga que haya aguantado con fuerza los saltos generacionales de las consolas y apenas haya apostado por las mejoras gráficas o innovaciones jugables, ahí tendremos a Worms. Los simpáticos gusanos que Andy Davidson diseñó hace más de 15 años vuelven al 2D -donde mejor funcionan- para enzarzarse de nuevo en su jugabilidad y apariencia estética más clásica.
En este regreso a su esencia más pura, las islas vuelven a ser los escenarios donde trascurran las batallas. Para los desconocedores de estos personajillos, diremos que el juego propone un humorístico combate militar por turnos en el que deberemos utilizar la estrategia de movimiento, disparo y un completo arsenal de más de 35 armas y herramientas para acabar con todos los puntos de vida de los gusanos de los equipos rivales antes de que ellos, o la subida del agua del escenario, acaben con nosotros. Los turnos tienen un tiempo limitado y están estructurados en la ley de acción y efecto, con unos comportamientos de los proyectiles y demás artefactos bien medido y creible.
El bazuca protagonista, principal e inagotable arma de Worms |
El esquema jugable y los gráficos caricaturescos en dos dimensiones vuelven a Worms. Sin alejarnos de lo que ya nos dejaron los primeros Worms original o Worms Armageddon, Battle Islands no se la juega y lleva hasta PSP y Wii exactamente la misma mecánica, armas o apariencia estética. La novedad aquí reside, hablando de manera general, en su principal modo online y la personalización de partidas contra amigos o desconocidos. Para seguir con lo tradicional, sólo hasta cuatro jugadores podrán enfrentarse entre sí, cuando no hubiera estado de más incrementar este número, entre otras posibles mejoras sencillas de implementar que no encontramos.
El taller de armas nos permitirá hacerlas más potentes. |
Tanto continuismo y limitación no convencen del todo. Estamos, indudablemente y por propia evolución de la franquicia, ante uno de los mejores Worms de todos los tiempos. Es tan divertido como siempre y tiene muchísimo material desbloqueable, diseñador de escenarios, buenas mecánicas en partidas online o decenas de misiones para un jugador. Pero se queda flojo en evolución o investigación en nuevas opciones, y prestaciones básicas -como más mundos-. No alcanza la notabilidad que quizá mereciera por esa inmediata sensación de absoluto déjà vu que acompañara a todo el que haya echado alguna vez una partidita a esto de los gusanos en cualquier otra entrega, incluso las primeras.
Las lluvias de misiles vuelven a ser el arma más eficaz. |
Nada más crear nuestro perfil de usuario por primera vez, el Comandante Worm nos recibirá y nos explicará en qué consiste esta Batalla de las Islas, pilar central de esta entrega. Con nuestras partidas, tanto online como offline, desbloquearemos más y más mejoras para nuestra base militar. Con ellas, podremos tener cierta ventaja sobre nuestros adversarios en el modo Tácticas, principal jugando en red. Estas ventajas se traducen en diferentes herramientas que usar antes o durante las partidas, como armas adicionales dispobles desde un determinado turno, posibilidad de posicionar a nuestros gusanos antes de empezar, un primer disparo de francotirador antes de comenzar el duelo u opciones de movimiento mejorado y pre-conocimiento del terreno de juego.
Además, con nuestro avance en las misiones y las batallas contra otros jugadores mejoraremos las armas y herramientas de combate y transporte, con mayor daño, precisión o más disparos, entre otras mejoras, pero sin excesiva participación o decisión del jugador en esta labor. También desbloquearemos elementos de personalización de nuestros gusanos, como cascos, gorros, banderas o lápidas especiales. Todo esto puede aplicarse en un completo editor que va creciendo a medida que ganamos partidas y conseguimos records en tiempos o turnos empleados.
Tendremos que hacernos cada vez con más artilugios en nuestra isla para enfrentarnos a otros usuarios online. |
En sus modos para un jugador encontramos Campaña y Puzzle, aunque también dispone de Entrenamiento (clásico Tutorial). El modo Campaña nos llevará por seis islas con cinco niveles cada una. La dificultad irá aumentando en cada nueva batalla y las condiciones cambiarán. En los primeros retos los enemigos son demasiado torpes y casi se eliminan solos. Encontraremos niveles de mucho viento -lo que, como siempre, afecta a los proyectiles-, otros en los que nuestras unidades están todas juntas, otros llenos de explosivos u otros donde la batalla será de un gusano contra otro únicamente y con una sola arma. El modo Puzzle, como siempre, nos propone misiones que superar en un límite de turnos, tiempo o uso de herramientas.
Los cuatro modos de juego Versus más el Triatlón, que los une todos. |
Como era de suponer, en su faceta multijugador es donde Worms: Battle Islands más gana. Sus modos Versus y Conexión Wi-Fi de Nintendo o PSNetwork son los principales y más cuidados. Podremos jugar de cinco maneras, disputar desde carreras con jet-pack en circuitos cerrados hasta largas partidas de muchísimas unidades o utilizando las ventajas del modo Tácticas. También podremos enfrentar dos zonas del mapa -una de cada equipo- en el modo Fortín. La personalización de cada partida a nuestro gusto está asegurada. El mencionado modo Carrera con jet-pack u otras herramientas de desplazamiento, como la soga o los puentes, no abandona la mecánica por turnos ni el manejo clásico del resto de modos, por lo que tampoco parece un minijuego alternativo, sino que de nuevo mantiene toda la esencia Worms.
Los paisajes serán los típicos de la saga, nieve, desiertos, selvas... |
Técnicamente, y en las dos versiones por igual, Battle Islands es correcto, sin más. Su apartado gráfico no nos deja ningún elemento tridimensional respetando así la más pura esencia Worms. Pero esto se ha llevado al extremo, con muy pocos paisajes de fondo, animaciones sencillotas y repetitivas, menús arcaicos o pocas frases exclamativas para los gusanos. El sonido está en castellano o el idioma que queramos dar a nuestros protagonistas y las músicas y efectos de sonido mantienen el estilo de la saga, sin cambiar el tema principal, cómo suenan las armas o la caída al agua. Todo sigue exactamente igual que hace 10 años.
El cambio técnico medianamente reseñable llega en el menú de armas, dividido ahora en tres grupos. Las herramientas de transporte están en una hilera diferenciada de los explosivos animales o las ametralladoras. Encontramos en este sentido todo el arsenal típico de la licencia: el bazuca, los misiles teledirigidos, la uci o el bate de béisbol comparten protagonismo con la oveja explosiva, la granada banana y la celestial; o las herramientas de transporte, como el teleport o el jet-pack. A todo esto se suman en esta entrega dos herramientas: la granada PEM, que nos permitirá desactivar torretas, minas o imanes; y la bengala, que atraerá las cajas de munición y salud caídas del cielo.
El editor de escenarios es completo y permite colocar minas, cajas o barriles explosivos. |
Y un último punto del que tenemos que hablar es de su manejo desde un Wiimando. El control principal que el título nos propone desde el principio, ya que ha acabado siendo el mejor, será con el mando en horizontal, como New Super Mario Bros y otros tantos de la consola. Con la cruceta movemos al gusano y apuntamos, con el botón 1 saltamos, con el 2 accionamos la herramienta o el arma, con A desplegamos el menú de armas y con B nos desplazamos por el mapa. Fácil, intuitivo y clásico. Pero también podremos jugar con Nunchuk o sólo con el Wiimote en vertical, implementando este último modo el giro de muñeca para la fuerza del disparo y el puntero. Muy en su favor, y como viene siendo habitual en Worms, no harán falta cuatro mandos para jugar las partidas locales, ya que su mecánica por turnos permite pasarse el Wiimote y hasta nos da cinco segundos para ello, como siempre ha sido.
En la versión de Wii podremos apuntar a la pantalla con el Wiimote para señalar objetivos y navegar en los menús. |
Conclusiones
La personalización de nuestros gusanos. |
Worms: Battle Islands es uno de las mejores entregas de la saga Worms por pura evolución de la franquicia y numerosísimos capítulos a sus espaldas, pero no por ello es el título notable que los amantes de estas batallitas caricaturescas esperábamos. Se mantienen absolutamente todos los puntos que han hecho grandes a los juegos y se refinan ciertos aspectos jugables, como el mejor equilibrio entre armas o un completo editor de escenarios y partidas, también online. Pero nada más. Las incorporaciones brillan por su ausencia y da la sensación de que este veterano de guerra, este grande antaño y tradicional viejo del presente no sabe mejorar sus valores ni ampliar su arsenal o propuestas. Esto no quita que brinde una fabulosa oportunidad de conocer esta histórica saga a quienes aún no la hayan probado, y por menos de 20 euros en PSP ó 35 euros en Wii.
Se le echan demasiado en falta más modos de juego, partidas con más de los tradicionales cuatro jugadores, más paisajes, nuevas mecánicas en el modo Campaña... A cambio sigue siendo tan divertido y recurrente como siempre. Es uno de esos títulos que, pese a no innovar nada, si nos gusta la mecánica lo jugaremos muy a menudo en compañía casi seguro, sobre todo porque no hacen falta cuatro mandos para ello. No sorprende, no innova, no mejora sus claves, no es demasiado largo... pero sigue funcionando.
Aunque apenas hay armas nuevas, el equilibrio entre éstas está más cuidado que en anteriores entregas. |
Lo mejor:
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.