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Michael Jackson: The Experience

Michael Jackson: The Experience

  • PlataformaWii6
  • GéneroSimulación
  • DesarrolladorUbisoft
  • Lanzamiento25/11/2010
  • TextoEspañol
  • VocesInglés
  • EditorUbisoft

Experiencia musical

Era cuestión de tiempo que la imagen de Michael Jackson, tan unido a la industria de los videojuegos como siempre dijo estar, se aprovechase en forma de adaptación de cualquier índole. La incógnita pasaba por averiguar si la susodicha adaptación sería un mero sacacuartos o si se preocuparía por ofrecer a los aficionados el producto musical basado en el Rey del Pop que realmente se merece un icono de nuestra generación, de la pasada y probablemente también de la que está por llegar. El resultado final de The Experience no sorprende, cierto es, pero al menos se toma en serio a sí misma. Make it smoothly.

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La sombra de Michael Jackson nunca desaparecerá de la faz de la Tierra. La afirmación, tan rotunda como acientífica, se sustenta en el éxito atesorado por el cantante a lo largo de sus cincuenta años de vida, en una meteórica carrera hacia el estrellato y posterior caída, igual de meteórica si cabe, hacia los abismos del exceso, la corrupción y el onanismo. Su música será el rasgo que perdure con el paso del tiempo, como lo fue con Frank Sinatra (cuya vida privada comparte poco o nada del glamur que se otorga a su excelente carrera musical) o Elvis Presley, otro sujeto excesivamente condicionado por el descontrol en su vida de puertas adentro. Se suele decir que la carrera de un artista es lo que realmente le representa y no su apariencia individual, personal e intransferible. Verdad ésta que no siempre se aplica por motivos tan diversos como ultrajantes para la personalidad de verdaderos mitos atemporales de la historia de la música.

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Curiosamente la vida personal de ‘Jacko' cuenta con un detalle que le asocia íntimamente con la industria de los videojuegos: su peculiar forma de entender la infancia. No pretendemos desarrollar aquí una tesis en la que se explique el por qué de su relativa cercanía hacia este mundo, pero lo cierto es que a lo largo de su vida expuso en más de una ocasión el encanto que despertaba en él tomar parte en producciones relacionadas con esta temática. Fue así como se forjó el mito de su colaboración en Moonwalker, un título que ha venido de menos a más en los últimos meses precisamente por aquello de rememorar la época dorada del mito, que según los entendidos tuvo lugar entre el lapso que corresponde a finales de los ochenta y a principios de los noventa.

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Hay una gran diferencia entre el planteamiento de aquel título de Sega y el de Ubisoft. El primero basaba su contenido en el estilo imperante por aquella época -el beat ‘em up-, mientras que otro lo hace fijándose en las convenciones modernas, esto es, en el género musical que paradójicamente se encuentra en estado crítico comercialmente hablando (otros dirán que también está en la UCI de la originalidad y creatividad). Ambos comparten un rasgo en común: aprovechan el tirón que ofrece la figura de Michael Jackson, aprovechándose de ella de forma respetuosa aunque en general poco destacable. Siguiendo el sendero marcado por títulos de la casta de Just Dance, Ubisoft convierte los hitos del Rey del Pop en canciones de discoteca destinadas a ser bailadas entre varios jugadores, preferiblemente amantes del smooth criminal que da sentido a esta ‘experiencia' musical.

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De experiencia, nada
La adaptación que Ubisoft ha realizado de la vida y obra de Michael Jackson es bastante más sencilla de lo que podría aparentar la situación. Si en otras ocasiones se ha visto cómo una licencia adquirida a base de talonario cobra dimensión exacerbadas entre la comunidad de usuarios por las promesas de turno que se han realizado, en esta ocasión sucede más bien todo lo contrario. The Experience no cuenta con una campaña publicitaria especialmente llamativa a sus espaldas, ni tampoco hace gala de un concepto original, revolucionario o cualquier otro elemento similar. Nada más lejos de la realidad, esta ‘experiencia' es a grandes rasgos un spin-off del simulador de baile Just Dance que tan buenos resultados ha ofrecido a nivel comercial en la consola de Nintendo.

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De hecho parece que Ubisoft haya querido premiar a su núcleo afincado en Francia con la creación  de un título de esta envergadura. Para llevar a la pantalla la historia de Michael Jackson se ha optado por realizar una selección de cuarenta canciones aproximadamente en las que se recorren los hitos de mayor calado de la estrella norteamericana. Algunos, como es el caso de Beat It o de Smooth Criminal, representaron un antes y un después en cuanto a escenografía se refiere. Jacko fue característico no sólo por su inusual registro vocal, sino también, y como bien es sabido, por su tremenda habilidad para moverse sobre los escenarios o para realizar coreografías que nunca antes de su llegada se habían podido siquiera imaginar.


The Experience aprovecha esa faceta del músico sin centrarse en ninguna otra: ni canto, ni instrumental, ni nada que se le parezca. Simple y sencillamente en el baile, como haría Just Dance en el pasado. La mecánica de juego es exactamente la misma que la de esta popular franquicia de baile: seleccionamos una canción del repertorio y, tras escoger un nivel de dificultad en función de la coreografía, comenzamos a imitar los movimientos que aparecen reflejados en pantalla. Cada canción se somete a un estilo de baile concreto establecido en función de la época que representa, aunque en la práctica existe poca diferencia entre escoger ‘Speed Demon' de ‘Bad', por lo que básicamente nos limitamos a imitar una serie de pasos que debemos realizar con precisión clínica.  

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Por momentos tenemos la sensación de ponernos en la piel de un mito, representando sus movimientos, su peculiar forma de entender la música, pero sólo eso: por momentos. La selección de movimientos parece haber sido recogida directamente de Just Dance y adaptada a la selección musical de Michael Jackson, aunque también hacen acto de presencia algunas de sus coreografías más señaladas, tal es el caso de Thriller. Resulta difícil explicar sobre el papel qué clase de impresión trasmite el juego en movimiento, en parte por la caótica forma que se emplea para representar el tutorial. Los jugadores que tengan algo de práctica en el género se introducirán rápidamente en el papel, pero los novatos se las verán con un sistema poco amigable y cuya comprensión es más compleja de lo que debería.

En tanto la experiencia musical se limita a bailar, lo único que debe preocuparnos es encajar el movimiento que representa nuestro alter-ego en la pantalla con el ritmo de juego que propone cada canción individualmente. Existen movimientos ‘dorados' que ofrecen un extra de puntuación para mejorar nuestro performance, así como otros especiales que requieren un movimiento específico del cuerpo y no sólo de las manos. Cuando seleccionamos un nivel de dificultad elevado se nota la exigencia que se deposita sobre los jugadores, pero a niveles asequibles la experiencia resulta más cómica que otra cosa. Obtener una buena puntación es una tarea mucho más compleja de lo que aparenta en un principio, especialmente por los problemas que padece el sensor de movimientos a la hora de detectar los gestos que realizamos con el wiimote.

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Nulas facetas secundarias
La mayor parte de las canciones permiten que un segundo jugador se una a la partida como apoyo, lo que incita en parte a competitividad y en parte también a la cooperación entre dos usuarios. Esto, al igual que tantos otros conceptos que lleva por bandera esta Experiencia, luce bien sobre el papel pero no en la práctica: muchas veces nuestros movimientos no se reflejan en pantalla, aunque no se debe desmerecer el trabajo que el juego realiza en este sentido. No es todo lo bueno que debiese, pero al menos ofrece motivos a los aficionados para no limitarse a ver cómo juega el compañero de turno. Recordamos que estamos ante un producto diseñado claramente con un público multijugador en mente, por lo que disfrutar en compañía es esencial para sacar el máximo provecho a su contenido.

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Por otro lado, los modos de juego secundarios son totalmente prescindibles y casi diríamos ridículos en comparación a otros títulos musicales. Donde la adaptación de The Beatles es todo un espectáculo en este sentido, Michael Jackson: The Experience apenas logra aprovechar no sólo la vida del Rey del Pop, sino cualquier otro material extra que pueda haberse incluido en un título que pretende homenajear su carrera. Los vídeos que aparecen en la denominada Dance School son tan patéticos como prescindibles, especialmente aquellos en los que se dan consejos sobre cómo calentar, dónde hacerlo y demás. Son nocivos estos vídeos para los jugadores que esperan encontrarse con una experiencia digna de ser valorada como un videojuego y no como una mera excusa para sacar tajada de la figura de Jackson.

Todo lo que no encaja en el sentido jugable parece querer destacar en el visual, donde sí que se ha realizado un trabajo loable a la hora de caricaturizar a los personajes que aparecen en pantalla. Al igual que sucede con Just Dance, la idea de Ubisoft pasa no por emplear vídeos como trasfondo, sino a un personaje de carne y hueso pasado por diversos filtros para que sea su estela la única referencia visual de peso con la que contamos en pantalla. Podemos emplear nuestro fantasma para ver qué está fallando durante las representaciones, pero los personajes que aparecen representando la coreografía nunca cambian sus movimientos en función de lo que el usuario esté haciendo en realidad. Algunos detalles contribuyen a mejorar el aspecto de un título bastante simple en este sentido, pero al menos efectista.

Sobre la elección de canciones, a decir verdad era difícil realizar un trabajo fuera de lo común con el catálogo de una de las figuras más destacadas en cuanto a la cantidad de números 1 que ha colocado en las listas de los temas más escuchados a lo largo de la historia. La lista de canciones que aparece a continuación se encarga de poner este hecho de relieve, aunque se echa en falta cualquier contenido adicional que al menos ofrezca motivos para terminar el catálogo de canciones (al margen de los patéticos vídeos ya comentados anteriormente).

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Lista de canciones

* 'Another Part of Me'
* 'Bad'
* 'Beat It'
* 'Billie Jean'
* 'Black Or White'
* 'Dirty Diana'
* 'Do Not Stop ‘Till You Get Enough'
* 'Earth Song'
* 'Ghosts'
* 'In the Closet'
* 'Leave Me Alone'
* 'Money'
* 'Remember the Time'
* 'Rock With You'
* 'Smooth Criminal'
* 'Speed Demon'
* 'Street Walker'
* 'Sunset Driver'
* 'The Girl is Mine'
* 'The Way You Make Me Feel'
* 'They Do Not Care About Us'
* 'Thriller'
* 'Want to Be Startin' Something'
* 'Who Is It'
* 'Will You Be There'
* 'Workin' Day and Night'

Conclusión
Adolece Michael Jackson: The Experience de un mal endémico que Ubisoft parece no haber sido capaz de detectar en varios años: un videojuego podrá vender por el título o la imagen que lo representa, pero nunca llegará a impactar al público si no se cuida el contenido. No decimos ya la base jugable, que en este caso no se ha creado específicamente para la ocasión sino que bebe de las fuentes de Just Dance, ni tampoco un motor gráfico que pese a sus taras sabe presentarse con gracia. Hablamos única y exclusivamente de la parte que atañe a la jugabilidad, eso que generalmente hace que transcurridos unos meses tras la adquisición del producto en cuestión todavía apetezca sumergirse en la experiencia de juego que éste ofrece, sea cual sea su género, plataforma o características propias.

No se puede criticar la selección de canciones ni tampoco la fórmula que ya ha demostrado ser exitosa en el pasado. En ese sentido, The Experience cumple su cometido, sin más. Sí se puede, y de hecho se debe, criticar la alarmante falta de contenido secundario o desbloqueable, que además de brillar por su ausencia empaña la imagen que transmite el juego en el resto de aspectos. Tampoco hay rastro de modalidad Online alguna, otro de los aspectos que se descuidan sistemáticamente en el catálogo de Wii. No se puede seguir tolerando esta actitud por parte de las desarrolladoras por mucho que traten de justificarlo arguyendo que Nintendo no facilita nada las cosas o demás zarandajas por el estilo.

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Deja tras de sí sensaciones encontradas esta ‘experiencia' que Ubisoft ha decidido lanzar en la sobremesa de Nintendo antes que en cualquier otra consola, en un movimiento claramente destinado a sacar partido de la campaña navideña que está a la vuelta de la esquina. Este producto, único y original según rezaba su cartel promocional, pasará a los anales de la historia por ser uno de los más insípidos y carentes de atractivo alguno que haya aparecido como ‘homenaje' al Rey del Pop, uno que sólo se centra en sus movimientos de baile y que deja cualquier otro elemento al margen. Divertido para jugar entre amigos o para pasar el rato, pero muy limitado si se le exige cualquier otra cosa que no figure entre estos dos elementos. Quizás la cosa mejore en el resto de la sobremesa con el uso de los nuevos controles sensitivos.

  • La selección de canciones, aunque era difícil estropearlo. 
  • La forma de retratar a Michael Jackson sobre el escenario. 
  • Bastante divertido cuando se domina la mecánica de juego. 
  • Jugar entre dos usuarios puede llevar a ser todo un ejercicio de compenetración.
6

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.