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BlazBlue: Continuum Shift

BlazBlue: Continuum Shift

  • Plataforma3609PS39
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorArc System Works
  • Lanzamiento03/12/2010

El arte de la lucha

Continuum Shift es la secuela directa de Calamity Trigger, juego de lucha bidimensional que sorprendió a todo el mundo por un sistema de combate profundo y un plantel de personajes variado. La secuela mejora y pule todo lo que apuntaba la primera entrega en uno de los mejores juegos de lucha de esta generación.

Por ejemplo, el sistema narrativo falla en más de una ocasión. Diálogos extensos y con poco interés, muchos de ellos intentando dar un toque de humor poco interesante, e intrascendente si tenemos en cuenta lo que pasará acto seguido con cada personaje. Se ha querido dar consistencia y líneas de texto al modo historia, pero a cambio se ha perdido fluidez y puede hacerse algo tedio. A esto es necesario añadirle, también, las ya mencionadas cinemáticas, que durante la aventura principal desentonan demasiado respecto a la excelencia visual que tenemos delante de nosotros cuando estamos luchando en cualquiera de los escenarios y ante cualquiera de los personajes del plantel.

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Cuidar al jugador de siempre
La nueva entrega de BlazBlue sorprende de buenas a primeras con el menú inicial. La distribución de los modos, en formato de listado y dejando atrás el sistema de la primera entrega, parece que tenga como objetivo principal el de hacer saltar a la vista la enorme cantidad de modos de lucha que se han añadido para satisfacer cualquier necesidad. Aunque sobre todo se trata del jugador solitario. Arc system Works ha trabajado a conciencia para ofrecer diversidad de modos de juegos y retos que complementen la siempre satisfactoria puesta a punto on-line contra otros rivales de todo el mundo. Y eso se traduce en una oferta amplia y variada. Como el plantel de personajes.

Por un lado tenemos una puerta abierta a los jugadores menos experimentados como es el tutorial. En este se aprenden las mecánicas básicas del juego, estilos de combos, todos los elementos especiales a la hora de luchar y también situaciones un poco más complejas. Completo, profundo y dinámico, el tutorial se combina a la perfección con los desafíos por personajes. Al más puro estilo Street Fighter IV, con cada uno de los luchadores deberemos hacer combos predeterminados para poder pasar a la siguiente ronda. La cantidad de movimientos que aprendemos así como la creciente complejidad que ofrecen son una fuente más que interesante de información sobre los luchadores y un modo de practicar lo que, en principio, deberíamos aplicar luego en las luchas reales.

Las novedades en Continuum Shift a nivel de posibilidades se completan con un modo legión, en el que debemos luchar contra equipos, reclutar a personajes y seguir avanzando, y un modo de puntuación, donde los enemigos tienen un nivel de dificultad más elevado de lo normal. Si a esto le añadimos el ya comentado modo historia, el clásico Arcade de toda la vida o el versus para hacer combates simples, el resultado es que Blazblue: Continuum Shift tiene cuerda para mucho rato. Además hecho con cabeza, ya que cada modo ofrece sus particularidades que permiten no tener la sensación de estar luchando sin más en uno u otro lugar.

Por supuesto no puede faltar el modo online, una nueva manera de entender los juegos de lucha en la actual generación, donde este fighting game mantiene las salas para jugadores, las partidas igualadas o amistosas y los marcadores. Se ha mejorado el sistema de repeticiones, mucho más versátil y abierto a todo tipo de combates. Aunque en este apartado no se ha arriesgado demasiado, usando sólo lo básico y lo que ya funcionaba en la primera entrega, se agradece que los combates mantengan la fluidez y la solidez de Calamity Trigger, sin problemas de lag o similares si las conexiones funcionan de manera correcta.

Ya en el ring
Una de las principales novedades de esta segunda parte de BlazBlue se encuentra en la plantilla de personajes. No nos vamos a engañar, doce luchadores no parecían demasiados a priori. Después se demostró que una docena de personajes en un universo como el creado por Arc System Works eran una barbaridad. La variedad entre los luchadores era tal que aquí no hay discusión posible: saber jugar con uno de ellos significa, también, que seguramente no demos pie con bola con los demás. A esto se le añaden tres nuevos luchadores, de entre los que destaca Hazama y Tsubaki. El tercero, Mu-12, recuerda demasiado a otro luchador del mismo plantel y de hecho no está disponible de inicio.

Son la cara visible del cambio. Hazama, con su espléndido diseño, guarda tras de sí un estilo de lucha más que curioso, basado en un poder maligno que le permite moverse con total libertad por la pantalla, atacar a distancia y de golpe y porrazo iniciar una agresión cuerpo a cuerpo sin que el enemigo se dé cuenta. Complicado de controlar pero seguramente el más divertido, por sus herramientas y las diferencias respecto a los demás, de los nuevos personajes, aunque Tsubaki, soldado que cuenta con distintas particularidades, tampoco se queda atrás. Hacemos uso del clásico combo de escudo y espada, más especial de lo que parece en un principio. Por último Mu-12 tiene elementos más que interesantes para mantener las distancias, y aunque se parezca visualmente a V-13, se diferencia lo suficiente de este. Lo más importante es que aportan variedad y nuevos estilos al plantel, aunque no es lo único a tener en cuenta.

Como todo juego de lucha, sólo las horas de los jugadores más experimentados detrás del juego permiten que después de meses se vean los desequilibrios entre los personajes. En Calamity Trigger había un ejemplo muy claro en la pequeña Rachel, personaje poderoso. En esta revisión su presencia ya no es tan temible. Se han equilibrado las fuerzas, con distintos cambios en algunos luchadores y nuevos movimientos, como la ya citada, Jin, Ragna o Carl entre otros. Las malas noticias es que estas modificaciones, que supondrían una adaptación de nuevo de los jugadores, parece que serán temporales. No por volver a Calamity Trigger, sino por hacer un nuevo paso adelante.

La segunda parte de Continuum Shift está prevista que salga para arcades en poco tiempo. En esta se han hecho muchas más modificaciones todavía, y el parche con el que está previsto actualizar el juego de consolas dejará en aguas de borraja las modificaciones que afecten directamente a los luchadores. Este dolor de cabeza, producido por un timming de distribución del juego más que discutible, es seguramente, y sin ser directamente culpa del producto en sí, uno de los puntos flacos del juego. Por lo menos lo que se mantiene vigente son las nuevas mecánicas que afectan al juego en sí y que han modificado, a mejor, el sistema de combate visto en Calamity Trigger.

Más profundidad, más estrategia
Uno de los elementos diferenciales de la franquicia respecto a Street Fighter IV seguramente se encuentra en la accesibilidad. La obra de Capcom tiene más elementos sencillos, o conocidos, que lo hacen algo más abierto al público en un primer instante. Luego hay un proceso de profundización importante para aprender las mecánicas y la complejidad que alberga el juego. en BlazBlue la exigencia es mayor desde un primer momento si se quiere ser competitivo. Hay más herramientas, más variables y se precisa de un aprendizaje algo más duro. No es ni mejor ni peor, ya que ambos ofrecen propuestas brillantes desde su punto de vista y mecánica. Y en Continuum Shift se acentúa la estrategia.

Ataque flojo, medio, fuerte y Driver. De estos cuatro botones se basan los personajes para luchar entre ellos. A las combinaciones, ataques especiales distintos para cada uno y otros movimientos se le unen otras acciones más devastadoras que han ganado en posibilidades. Por ejemplo el arranque de barrera, que antes nos dejaba en situación precaria a nivel de vida y ahora es un movimiento limitado a dos veces por combate que en lugar de usarse a la desesperada, se puede preparar y decidir cuando accionarlo según la situación del combate.

El juego premia algo más la ofensividad, con guardias limitadas a según que ataques de los rivales antes de rompernos completamente los bloqueos. No es lo único. Los bloqueos perfectos, que se hacen respondiendo un ataque del rival en el momento justo como si de un parry se tratara -Street Fighter III- también son un elemento decisivo. Complejo porque tener el timming para realizarlo con éxito es complicado, y estratético porque esto nos rellenará la barra de Heat de manera destacada. Con ella esta vez tenemos los Astral Heat, golpes definitivos, desbloqueados desde el principio a diferencia de la primera partida y con la posibilidad de usarse con más margen: el enemigo puede tener algo más de vida antes de sufrir nuestro Astral Heat. Por último, el Fatal Counter añade otro elemento más a tener en cuenta, ya que permite ganar frames según qué ataques usemos para contraatacar.

Si a todo esto se le añaden los nuevos movimientos que tienen muchos personajes, el cambio de prioridades y daño de los ataques de antaño u otros elementos clásicos ya de Blazblue, como las cancelaciones, los agarres y tech, el doble salto para poder escapar y movernos por pantalla... el resultado es un juego profundo, complicado pero realmente satisfactorio de dominar. Y enorme, ya que como hemos dicho saber controlar a uno de los personajes no es garantía de cambiar a otro sin repetir el proceso de aprendizaje que supone comenzar de cero.

Sin recompensa
El salto de un juego a otro está más que justificado sólo con el equilibrio hecho de nuevo, algo básico en los fighting games. Si le añadimos las nuevas caras y los modos de juego, queda claro que Continuum Shift es altamente recomendable. Su principal problema tiene que ver con los retrasos. Estos lo solapan con la tercera entrega de la franquicia, algo que se une al agravio de recibir el juego muy tarde respecto otros territorios. Y ahí es donde se falla. Habrá nuevos personajes disponibles procedentes de Continuum Shift II, pero se pueden elegir vía DLC de pago. Una jugada controvertida que limita un producto que llega con un pequeño toque de desfase si tenemos en cuenta la cronología de los hechos.

Arte en movimiento
BlazBlue: Continuum Shift es pura artesanía audiovisual. El diseño creado por Arc System Works mantiene una línea coherente con sus últimos trabajos, aunque en esta entrega se haya pulido al máximo cada detalle. Personajes enormemente detallados y con inifinidad de animaciones de todo tipo, escenarios renovados los antiguos y con algunos -pocos- nuevos llenos de fantasía y mimo y, cómo no, efectos especiales en impactos, Astral Finishes y movimientos especiales de una bella factura. El hecho de apostar por la lucha bidimensional sin modelados en 3D permite maravillas de esta índole y convence a aquellos que creían que este estilo gráfico estaba ya desfasado y que no podría triunfar en una industria que sigue los derroteros actuales.

Se han pulido detalles en escenarios ya existentes y el juego va más fluido todavía que Calamity Trigger. No hay ninguna revolución, eso sí. Dos motivos: ni la necesita ni se buscaba.Hay algunos elementos mejorables, como las cinemáticas, que no están a la altura del juego o los dibujos y animaciones en los diálogos, que también se desmarcan algo de lo visto en el combate en sí. A cambio, algunos de los Astral Finishes son espectaculares, mención especial a Hazama, y el juego de luces en una lucha reñida es destacable en todos los sentidos.

Las voces de los personajes, los sonidos y las melodías acompañan en el alto nivel audiovisual del producto. Se han añadido algunas melodías de bella factura que acompañan a las ya conocidas en Calamity Trigger y que se mezclan bien con el tipo de escenarios que hay diseñados o las batallas concretas en la que nos enfrentaremos en los distintos modos de juego. No por ser continuista en el apartado técnico, que lo es, deja de perder importancia. Sobre todo cuando se han pulido diversos detalles y se ha realizado un acabado general mejor que en la anterior entrega tanto en lo más importante, in-game, como en todo lo que complementa la experiencia.

9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.