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NBA Jam

NBA Jam

  • PlataformaPS37.5360Wii8.5
  • GéneroDeportes
  • DesarrolladorEA Canada
  • Lanzamiento07/10/2010 (Wii)26/11/2010 (PS3, 360)
  • TextoInglés
  • VocesInglés
  • EditorEA Sports

On fire!

NBA Jam iba a ser parte del desaparecido en combate NBA Elite 11, pero su cancelación dejó a EA la oportunidad de lanzarlo por separado. A grito de Boom ShakaLaka vuelve el baloncesto más divertido y desenfadado. Jugadores cabezones, mates imposibles y canastas ardiendo. Y además a precio reducido...

Actualizado a

NBA Jam siempre ha sido una referencia de los arcades de deportes, con muchas horas a nuestras espaldas frente a la máquina recreativa o ante nuestras consolas de los 16 bits. Tras aquella época dora, la franquicia pasó con más pena que gloria por distintos formatos, hasta que Electronic Arts se hizo con la licencia y decidió devolverla a los altares. En una primera instancia iba a formar parte de NBA Elite 11, como forma de potenciar la salida de la nueva cara de NBA Live, pero los desarrolladores no cumplieron los plazos y el producto final dejaba mucho que desear. Así que la compañía se encontró con un gran extra terminado que nadie iba a poder ver y decidieron sacarlo como producto independiente.

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De esta forma tendremos NBA Jam en breve en las tiendas para Xbox 360 y PS3, acompañando a la versión de Wii lanzada hace apenas un mes. Todos los formatos son muy similares entre sí, sobre todo en el aspecto visual y en características, dado que en la consola de Nintendo se aprovecha el Wiimando. Lo primero que destaca es la fidelidad con la que han honrado a los juegos originales, y es que cualquiera que jugara con ellos en seguida se adaptará y entendenderá las mecánicas, como si el tiempo no hubiera pasado. Hasta la estética de los menús tiene cierto parecido que no se ha perdido.

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Bueno, ¿y qué es NBA Jam? Estamos ante un título de baloncesto dos contra dos, completamente arcade. Los jugadores son capaces de hacer piruetas increíbles, encestando mates desde más allá de la línea de tres puntos. Sus acciones, por otro lado, son más bien limitadas: hacer una finta, saltar para tirar o poner un tapón, pasar al compañero, robar la pelota y para de contar. No hay estrategias de equipo, ni jugadas ensayadas, ni nada de lo que hoy en día es más propio de lo que pretende ser un simulador, como NBA 2K o el propio NBA Elite. Aquí lo que tenemos es diversión directa, desde el primer segundo, y debes sobrevivir siendo el más fuerte sobre la cancha, aunque suponga estar empujando todo el tiempo a los rivales. No hay que concederles ni una bola, lo cual es todavía más importante teniendo en cuenta la soñada bola de fuego: cada vez que metemos tres canastas seguidas sin que el rival haya anotado entre medias de la serie, entramos "en calor" como dice el juego, con lo que nuestra bola se vuelve de fuego y, lo que es más importante, aumentan notablemente nuestras posibilidades de anotar y realizamos saltos aún más impresionantes si cabe.

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Al igual que iba a ocurrir en NBA Elite, el control se puede hacer casi completamente con las dos palancas analógicas, sin prácticamente tocar los botones. De este modo, los tiros y mates se hacen elevando la palanca derecha y soltándola en el punto más elevado del salto para conseguir un lanzamiento óptimo. No obstante, también se puede retrasar el último paso para, por ejemplo, realizar un tiro en suspensión. De este mismo modo realizamos los tapones y el movimiento hacia abajo de la palanca indicará en qué momento debe bajar los brazos nuestro jugador. Llevando la palanca a derecha o izquierda mientras llevamos la bola nos permitirá hacer un reverso que esquivará las acometidas del rival, o extenderá nuestros brazos para quitarla en caso contrario. Todas estas acciones se pueden realizar igualmente con botones, por si queremos jugar de un modo más clásico.

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Lo único que requiere botones sí o sí para manejar a nuestro jugador es el pase y el turbo. Esto último, como muchos recordaréis, nos da una pequeña potencia extra mientras lo mantenemos pulsados, aunque con una barra de cansancio que se gasta temporalmente, así que debemos ir soltando para que se recargue. El uso del turbo hace las veces de modificador, de forma que la finta se convierte en un cambio de manos y el robo de balón en un utilísimo empujón que no es sólo útil para derribar al que tiene la pelota, sino también a su compañero dificultándole que reciba un pase o antes de un rebote para que no nos molesten. Hay que tener en cuenta que aquí las faltas son una utopía y las únicas reglas que se cumplen son las que marca el reloj, ya que por no haber no hay ni fueras.

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Los partidos son, en consecuencia, un toma y daca. Vamos continuamente de un extremo de la pista a otro, presenciando o protagonizando mates auténticamente increíbles y saltos imposibles. De todos modos, quizá se ha perdido ese toque de espectacularidad de las entregas originales, que impresionaban en 2D, por darle el toque cómico que tiene ahora y que igualmente le queda fantastático. Son las caras reales de los jugadores de la NBA las que aparecen en la cancha, con sus expresiones fotografiadas y plasmadas. Fotorealismo llevado a la esencia de la palabra y nos encanta. ¿Quién necesita gráficos Ultra-HD en un juego eminentemente arcade y exageradamente irreal? Si a eso le sumamos las voces del comentarista con frases como "He's heating up" ("está entrando en calor") interpretadas con un alto grado de emoción, la inmersión está más que conseguida. Casi ni notamos que esté en inglés.

Como en todo NBA Jam que se precie, no tenemos control sobre nuestro compañero. Esto que tantas suspicacias ha levantado, es marca de la casa y los seguidores de toda la vida no querían que se perdiera. Es parte de la gracia del asunto, nosotros somos el mismo jugador en todo momento y debemos trabajar teniendo o no el balón: empujando a los defensores para hacer hueco o desmarcarnos, saltando en el momento preciso para ejecutar un "alley oop" o pasándosela a nuestro compañero cuando él hace lo propio, estando al rebote en sus tiros, etc. Por otro lado, tampoco es que él haga lo que le dé la real gana, ya que tenemos dos formas de indicarle lo que queremos que realice: mandarle tirar o solicitarle que nos pase el balón, cumpliéndolo siempre, incluso en pleno salto hacia canasta.

Podemos cualquiera de las franquicias de la NBA, y en cada uno de ellos hay tres o cuatro jugadores representativos, los que rápidamente diríamos que son los hombres clave (estando Gasol por supuesto en los Lakers), pero no todo los miembros del equipo. Según avancemos iremos desbloqueando nuevos equipos y jugadores, de lo más curiosos todos ellos, o algunos clásicos como los Bulls de Pippen y Rodman. Y es que aquí reside uno de los puntos fuertes de NBA Jam, la cantidad de contenido para desbloquear que ofrece, tanto en pequeños añadidos a las partidas como son el color de la bola, como en cuestiones más importantes como los modos de juego. Todo esto hay que ganárselo con el sudor de nuestra frente.

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Para ello tenemos acceso a diversos modos de juego, encabezados por la campaña clásica, en la que nos vamos enfrentando a todos los equipos incluidos en partidos de creciente dificultad. Es la esencia de NBA Jam, el juego de toda la vida, y quizá sea el que más disfrutaréis. Lo tenéis difícil para decidir, porque lo siguiente es el "Remix tour". No es otra cosa que una gira organizada en divisiones como en la propia liga NBA, enfrentándonos a los diferentes equipos en cada una de las regiones norteamericanas. Cada uno de ellos representa tres trofeos, que son los enfrentamientos que contra ellos nos esperan (el primero bronce, el segundo plata y el tercero oro). Elegimos por cuál queremos comenzar dependiendo del equipo elegido y cuando hemos acumulado un cierto número de trofeos, se nos abre la siguiente división. No obstante, lo importante no es tanto eso, sino en qué consiste cada uno de esos partidos.

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Se trata de una serie de desafíos muy distintos entre sí. Uno de ellos, "Smash", consiste en reventar la canasta del rival antes de que ellos lo hagan con la tuya, a base de mates. Otro, llamado "Remix 2 vs 2", pone en marcha el uso de potenciadores. Los efectos que nos ocasionan son un aumento de tamaño y fuerza, cierta invulnerabilidad ante los empujones, velocidad extraordinaria, puntería excelente o el que nunca querremos coger, volvernos diminutos durante unos segundos. Hay uno más que es aleatorio, con lo que no está descartado que nos ocurra. El uso de potenciadores quizá no cambia de forma tan extrema los partidos, porque ni están saliendo todo el tiempo, ni suponen tanta diferencia, salvo quizá el que nos otorga velocidad. El mayor problema de este modo es el punto de colocación de los potenciadores, aproximadamente a mitad de cancha, que es donde menos tiempo pasamos y la cámara no ayuda a encontrarlos, cuando la CPU sabe perfectamente dónde están.

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Hay otros tres modos que se jugan en media cancha, con la cámara situada frente a la canasta y no en un lateral. En dominación, como si de un FPS se tratase, hemos de controlar zonas que nos dan puntos. Para ello, hemos de encestar desde estos puntos, aunque también es válido un mate saltando desde ahí. Cuando se acaba el tiempo, gana el equipo que más puntos haya acumulado. Otro de los modos es el clásico 21, con el toque NBA Jam, por supuesto. Se puede jugar a dos, tres o cuatro jugadores. Finalmente nos queda eliminación, en la que luchamos también contra el reloj. Cada ronda, el jugador que menos haya encestado es eliminado de la partida. Sumado a todo esto están las batallas contra los jefes, que son enfrentamientos uno contra uno frente a algunas de las estrellas de la NBA como Lebron James o Kobe Bryant o auténticos mitos como Larry Bird. Todos ellos cuentan con habilidades especiales que nos harán sufrir y tener que trabajar mucho más para vencerles. En definitiva, lo que son auténticos encuentros contra un jefe final de cualquier juego.

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Todos estos modos, salvo obviamente las batallas contra los jefes, se pueden luego disputar de forma completamente independiente del "Remix tour". De esta manera podemos disfrutarlos también en multijugador local, pero desgraciadamente no así por Internet. Por suerte, en principio, Electronic Arts debería sacar un parche que lo habilitara, así que no hemos de perder la esperanza, porque realmente aportan variedad y profundidad al juego sirviéndose de la misma sencilla mecánica. Al fin y al cabo, NBA Jam se disfruta mucho más en compañía, aunque sólo sea con los partidos normales. El no controlar a la CPU, como hemos dicho, tiene su interés, pero que el compañero sea un amigo resulta mucho mejor, sobre todo por lo difícil que es coordinarse, con lo que es un reto aún mayor.

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7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.