Sonic Colours
Al nivel de los mejores
Sonic regresa a Nintendo DS con una aventura en la que recuerda sus mejores tiempos, sin dejarse ni una de sus virtudes por el camino. El erizo azul vuelve por la puerta grande en el gran tapado de estas navidades. Una compra obligatoria para la portátil de la de Kyoto, tan necesitada como está de lanzamientos de peso.
Tras varios casos de decepciones y alguna que otra alegría medida, parece que por fin Sega ha conseguido encontrar la fórmula para ofrecernos juegos al nivel que se merece su mascota. Primero fue Sonic 4, un título de gran calidad que, pese a sus defectos, se antojaba una buena entrega digna de las aventuras plataformeras del erizo azul; pero ya desde las presentaciones previas se veía cómo este muy buen juego se veía ensombrecido por uno más completo y original como es Sonic Colours. Que dos títulos de la mascota de Sega compitan por ser uno mejor que el otro y, no solo eso, sino que ambos cumplan con las expectativas creadas, empezaba a ser algo poco habitual y que los aficionados al erizo azul empezábamos a echar de menos.
Si Sonic Colours en Wii, la versión 'mayor', ya nos dejó un excelente sabor de boca, la versión para Nintendo DS no se queda a la zaga y se convierte en una de las mejores entregas portátiles de las aventuras del erizo azul. No en vano, vuelve a ser fruto de la colaboración del Sonic Team con el estudio de desarrollo Dimps, la cual ya nos dejó los muy satisfactorios Sonic Advance (las tres entregas de GameBoy Advance) y el primer Sonic Rush (DS). Una experiencia con el personaje que se ha plasmado para crear un Sonic Colours que sigue la estela marcada con las entregas portátiles anteriores y hace un gran trabajo para satisfacer a los usuarios de la portátil y a los amantes del erizo azul.
Pero esto también demuestra que la franquicia de Sega tiene potencial para dejar un excelente sabor de boca aún renunciando a las complejidades argumentales que solían ser su seña de identidad, con diversas ramas de la historia, varios personajes, etcétera. En Sonic Colours, volvemos a los elementos más básicos y de la vieja escuela: aunque Tails está con nosotros y hará acto de presencia durante las secuencias entre niveles, Sonic estará solo contra la infinidad de trampas de Robotnik. En parte esta simpleza es parte del encanto de Colours, ya que destila mucho sentido del humor durante las secuencias, y nos permite adentrarnos en los diferentes niveles sin más preocupaciones que pasarlo bien y disfrutar de los mismos.
De hecho, la sencillez del desarrollo es casi extrema, devolviéndonos en espíritu a la generación de los 16 bits. Tendremos varios mundos y cada uno de ellos se divide en dos actos más un tercer acto en el que nos enfrentaremos al jefe final de ese mundo. Nada más sencillo que superar un nivel para desbloquear el siguiente, y completar un planeta para avanzar al próximo. A mayores, tendremos la tradicional fase de bonus (una por planeta) en la que podremos intentar conseguir las esmeraldas del caos, así como unas misiones adicionales en las que se nos marcarán retos que podremos intentar superar (acabar la fase en un determinado tiempo, salvar a un número concreto de wisps, etcétera). Precisamente por eso, el juego nos durará tanto como queramos.
Es decir, si nos centramos solo en superar los actos principales, el juego se puede acabar en unas horas sin mayores complicaciones, pero hay mucho por hacer, por encontrar en los escenarios (de varios niveles y con diversos recorridos, como es habitual en la franquicia), misiones secundarias, etcétera. Es muy rejugable y se puede disfrutar abundantes veces sin que sean dos partidas exactamente idénticas, con algunos momentos realmente memorables y espectaculares. El excelente diseño de niveles y las ideas tan originales que se plasman en pantalla se convierten en el reclamo perfecto para tenernos pegados a nuestra DS durante horas. Además, el modo versus añade una mayor longevidad al poder competir contra nuestros amigos por ser los mejores en el juego.
No solo los niveles, sino que también los propios jefes finales nos obligarán a sacar a relucir todas nuestras nuevas habilidades. Sin duda, este es el elemento más importante y novedoso de Sonic Colours y lo cierto es que funciona a la perfección, dejándonos un excelente sabor de boca y tiñendo a las aventuras del erizo azul de unos toques de originalidad que no solo no desentonan dentro del espíritu de la franquicia y del planteamiento de los niveles, sino que los potencian para hacerlos aún más atractivos. Y a mayores del excelente modo historia, de la gran cantidad de cosas por desbloquear y de la gran jugabilidad, el juego nos ofrece un modo versus muy original en el que podremos utilizar objetos para ralentizar al rival y complicarle el avance. Sin duda, una excelente evolución del clásico versus de los primeros Sonic.
Mención especial requieren las secuencias de vídeo, de gran calidad y que dejan un excelente sabor de boca. El apartado sonoro ofrece también un nivel muy elevado, tal y como cabía esperar de la franquicia, que siempre ha contado con composiciones muy sólidas y atractivas. Destaca especialmente el trabajo de doblaje, que favorece el aspecto cinematográfico de las secuencias. No son muy numerosas las líneas, pero el acabado general del título es satisfactorio en este aspecto. Un buen acabado técnico que funciona muy bien en la portátil de Nintendo y que está acompañado de una excelente jugabilidad que nos deja con ganas de más. El producto está cuidado hasta el más pequeño de los detalles, y eso es algo muy de agradecer en una aventura del erizo azul.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.