La conducción en consolas desde hace unos años se sentía totalmente olvidada por un subgénero muy concreto: el rally. Específicamente, la mecánica de competición por tramos que es la base del campeonato del mundo de rally, tan devaluado desde hace unos años por la decisión de -casi- todas las marcas al retirarse de la competición debido a la crisis económica y a la bajada del interés comercial y publicitario que ha tenido efecto por este motivo. En las dos generaciones anteriores habíamos sido muy afortunados con juegos que se basaban en este modelo de desarrollo, gracias a nombres que todos tenemos en mente y que han ido subiendo el nivel poco a poco, pero que desgraciadamente por unas u otra razones se ha visto reducido por el mayor impacto de otros títulos que aunaban más disciplinas automovilísticas y que se apoyaban en la estética 'extrema' que ha ido ganando terreno en los últimos años.
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Estamos hablando de juegos que lo han sido todo para los usuarios de videojuegos que adoraban el derrape y las horquillas. 'Colin McRae' en sus versiones de PSX, Xbox o PC, antes de desviarse hacia la franquicia 'DiRT' y ser simplemente una parte más de esa amalgama de pruebas que son ahora. También teníamos los juegos de Evolution Studios, padres posteriores de 'MotorStorm', que nos traían los juegos oficiales del mundial para PS2 con sus 'WRC' durante cinco iteraciones que iban mejorando tanto el nivel jugable como la pseudo-simulación que nos querían presentar. Sin embargo, el juego que mejor supo representar esta disciplina en los últimos años ha sido, curiosamente, el de un piloto del mundial que no poseía la licencia oficial del torneo. 'Richard Burns Rally' basaba todo su encanto en una simulación más que rígida, tan frustrante para los usuarios que sólo querían echar unos derrapes como satisfactorio para los que buscaban el mayor realismo que ha conseguido un juego del género. No hemos vuelto a ver otro título de tal calibre, ya que las ventas no acompañaron al juego y las desarrolladoras captaron el mensaje: 'queremos más diversión aunque ello implique menos realismo'. Y así ha sido estos últimos años...
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Sin embargo, este año BlackBean y Milestone se han empeñado en traernos de nuevo el mundial de rally, con todas sus consecuencias. Tramos para nosotros solos, contra el crono impuesto por nuestros contrincantes. No hay medias tintas: si fallamos en este juego será por nuestra culpa. No nos estorbará nadie, no tendremos excusas de falsas y retorcidas maniobras de los demás pilotos. Un error significa pérdida de concentración, no ser víctima de un tercero. Además, al ser el juego oficial disfrutaremos de todas las pruebas reales del campeonato del mundo, con 78 tramos que nos llevarán por Finlandia, España o Jordania entre otros países. Tierra, nieve, asfalto y barro serán nuestros compañeros durante muchos minutos mientras intentamos escapar de sus trampas y ser más rápidos que el viento. Con WRC de Black Bean veremos si han logrado traspasar a la pantalla el espíritu de superación que se respira en esta disciplina. Veamos si han sabido dar con la tecla adecuada para que digamos con tranquilidad: vuelve el mejor rally.
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G r á f i c o s .- No es un apartado a destacar por su acabado final. De hecho, en los juegos de Black Bean todavía estamos esperando a ver un juego de conducción que destaque en su apartado técnico. Éste no iba a ser menos, y los desarrolladores siguen manteniendo su escala técnica por debajo de lo exigido a estas alturas. Máxime si hablamos de un juego de conducción donde sólo aparece un coche en pantalla, con el ahorro de potencia que ello conlleva tanto para el apartado visual como para la que se podría derivar a otras áreas y otros aspectos visuales, así como cálculos matemáticos y físicos. WRC no es un juego 'feo', pero desde luego tampoco destaca por su apartado gráfico. Además, si tenemos en cuenta que no se han potenciado determinados aspectos y tan importantes como la ambientación o la carga poligonal de los escenarios, podríamos decir que los gráficos de WRC son el apartado más desaprovechado a nivel global, y ni estaríamos mintiendo ni exagerando nada. Para empezar, los menús son muy simples. Funcionales y de fácil navegación, pero carentes de toda personalidad y con muy poco trabajo en su diseño. No veremos escenas intermedias, ni de preparación del coche por parte de los mecánicos, ni recogeremos copas al acabar un rally, ni siquiera podremos pausar el juego y activar un teórico 'Modo foto' para disfrutar de accidentes, derrapes o vueltas de campana con una captura para nuestro fondo de pantalla del sistema. Un aspecto bastante pobre a primera vista
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Una vez metidos en el juego en sí, vemos que Black Bean ha trabajado más la parte de la jugabilidad que la parte técnica. Los vehículos (de varias categorías disponibles, además de la posibilidad de hacerse mediante DLC con el extinto Grupo B de los años 80, con auténticas bestias) tienen un modelado bueno, así como un texturizado que podemos variar en publicidad y colores. Sin embargo, la calidad visual de los mismos se queda por debajo de lo visto en otros títulos del género, ya que si a primera vista cumplen de forma decente, al conducirlos vemos que le falta multitud de detalles. Para empezar, los desperfectos no están mal. Veremos que los vehículos sufren daños en tiempo real, pierden algunas partes o se rompen los cristales; además, en zonas de barro y tierra se ensuciarán. Sin embargo, la representación gráfica no se enfatiza en ningún momento con algún efecto gráfico espectacular. Lo máximo que veremos será un cambio de color cuando tengamos un accidente, que nos hará ver la pantalla en blanco y negro, como representando una pérdida de orientación del piloto. La rotura de cristales o la pérdida de piezas, así como los desperfectos son algo básicos y no alcanzan lo visto en otros títulos como puede ser la saga DiRT.
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Creíamos que al tratarse de un juego con un solo vehículo en pantalla, estaríamos viendo una ambientación más cuidada y unos escenarios más ricos en detalle y con gran carga poligonal. Bien, en este sentido tampoco se ha hecho un trabajo que nos llame la atención. La mayoría de los escenarios no destacan por su geometría, y la distancia de visionado tampoco es extremadamente lejana. Las etapas en zonas con mucha vegetación están muy pobladas pero con árboles que cambian de forma y tamaño a poca distancia de nuestro coche así como la aparición de popping de elementos secundarios, pero a la ausencia de efectos gráficos antes descritos hay que añadir también la falta de realismo gráfico al pasar por zonas con pistas mojadas, donde el coche no levanta el agua de los charcos a no ser que pase por una zona de riachuelo donde sí veremos cómo salpica (pero con un efecto bastante mal realizado), ni dejará las marcas de los neumáticos en la superficie blanda, y mucho menos dejar los surcos de los neumáticos. El público que veremos en las pruebas -escaso y sólo en zonas muy concretas- tiene unas animaciones que se repiten una y otra vez dejando una sensación bastante pobre.
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Esperábamos ver también etapas con lluvia, pero lo único que veremos serán tramos con la superficie húmeda. No llueve nunca, al pasar por los charcos el agua no salpica al parabrisas ni hay ningún efecto visual que lo represente, e incluso en las zonas urbanas veremos cómo las casas y demás construcciones tienen un acabado muy, muy básico. Las distintas cámaras nos permitirán elegir entre cinco puntos de vista diferentes, pero todos ellos muy jugables. Sin embargo, también se han tomado decisiones ilógicas en cuanto a este sentido. En las cámaras externas podremos girar -con el stick derecho- las vistas y observar el coche desde todos los puntos de vista. Sin embargo, en las vistas internas no podremos girar la cabeza del piloto, con lo que se pierde gran parte del espectáculo e inmersión que eso representa. El grado de detalle de los interiores de los coches no destaca, pero cumple de forma decente lo poco que se puede ver. El piloto y el copiloto se han modelado de forma que sólo desde las vistas externas podamos verlos, y sus animaciones al acabar el tramo para saludar o para lamentarse de lo logrado son muy robóticas, esquemáticas y repetitivas. Finalmente, hay que decir que los jaggies están presentes de forma clara y los tiempos de carga no se han optimizado todo lo que deberían.
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Como se puede ver, los puntos negativos son bastantes, pero no afectan a la jugabilidad aunque sí a las posibilidades de espectáculo e inmersión que deberían estar presentes a estas alturas y con la tecnología disponible. En la parte positiva tenemos que hablar de un motor gráfico que, con sus defectos y su poca y probada potencia, muestra una suavidad y fluidez total -sólo faltaría, obviamente-. La sensación de velocidad es bastante alta en todo momento, y los efectos de partículas para representar la tierra y el polvo que se levanta no están del todo mal. Tal y como habíamos comentado, las distintas vistas disponibles se han diseñado de forma excelente para que sea fácil jugar con todas ellas, y se ha añadido una opción para poder mirar hacia atrás que aún no entendemos. En un juego donde sólo circula un vehículo, y donde no se da la posibilidad de poder encontrarnos con otro vehículo que haya iniciado el tramo antes que nosotros y tenga algún problema (rotura de motor, salida de pista, etc...), ¿para qué queremos mirar hacia atrás? No es que nos quejemos de poder hacerlo, si no que no tiene sentido cuando no incluyes otros factores que sí le darían sentido a esa vista trasera o cuando no incluyes en las dos vistas internas la opción de poder mirar a tu alrededor. Finalmente, la iluminación no está mal, y los distintos tiempos horarios muestran una luminosidad que no desentona y se muestra perfectamente coherente.
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En resumen, el apartado gráfico de este WRC es lo peor que posee el juego junto al apartado musical, aunque la importancia de uno y otro son muy diferentes. En lo positivo veremos una suavidad total y una sensación de velocidad bastante buena. Los vehículos sufren pérdidas de piezas y deformaciones, pero son algo básicas. No hay una ambientación lograda, la carga poligonal de los escenarios es bastante pobre en la mayoría de los casos, y el espectáculo gráfico de la vista interna se ha desaprovechado totalmente. Las animaciones de los pilotos son muy rígidas, no hay efectos visuales ni cambios climatológicos que le den ese salto de calidad y vistosidad que necesita un título así, y se echa en falta, en definitiva, un salto tecnológico que Black Bean no parece estar preparada para realizar a estas alturas. Y esto, en un juego que no exige mucho en cuanto a rendimiento gráfico al poseer un solo vehículo en pantalla, no habla muy bien del aprovechamiento que han hecho de los distintos sistemas sobre los que han trabajado.
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M ú s i c a .- Testimonial, carente de fuerza y que sólo cumple en la pequeña intro de forma eficiente. No hay temas famosos, las pistas se repiten de forma reiterada durante todo el juego demostrando que la variedad es escasa o casi nula, y la mejor opción será desactivar la música de los menús, porque a la larga veréis cómo vuestro cerebro os lo pide a marchas forzadas. Un poco más de trabajo y tiempo en este sentido sería lo mínimo que Black Bean debería haber invertido para hacer del apartado musical algo más que un simple añadido forzoso obligado, ya que sería imposible presentar el juego sin ni siquiera temas musicales. Aunque al final apagar la banda sonora será lo que hagáis para demostrar su poca valía...
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S o n i d o F X .- Competente. Los motores suenan de forma bastante realista y potente, sobre todo -cómo no- los WRC. Los coches del legendario Grupo B tienen un sonido característico y contundente, gracias a sus más de 550 caballos de potencia que los adornaban, y que han conseguido trasladar al juego de forma más que decente. La ambientación sonora de cada rally es mínima, con pocos vítores del público, pocas -o casi ninguna- zonas con aficionados, y los que hay se limitan a silbar y gritar mecánicamente. En cuanto al copiloto -masculino o femenino, como debe de ser- sí presenta un acabado más acorde a lo que debería ser. Tanto la voz de la mujer como la del hombre se han programado de forma eficiente, y podremos configurar sus reproducciones para 'cantarnos' las curvas según nuestro gusto. Podremos hacer cambios entre 5 variaciones temporales, según queramos que nos lea las curvas con más o menos antelación. El modo 'Normal' es muy eficiente para gestionar la dirección de entrada en curva, pero por otro lado en ocasiones nos puede dejar vendido por algunos comentarios que dice en momentos que debería estar leyéndonos las anotaciones del próximo giro, quedando bastante mal. En otros momentos exagera un poco el grito si chocamos aunque haya sido un simple roce. Son detalles menores que no empañan una gestión del copiloto muy eficiente.
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J u g a b i l i d a d .- Si nos quejábamos de lo poco positivo que veíamos en la parte visual y técnica, es de justicia alabar la buena jugabilidad que posee este juego. Si bien no resulta un simulador puro al estilo de 'Richard Burns Rally', sí posee una curva de aprendizaje que hace que el jugador tenga que abandonar muchos 'tics' que se quedan adheridos a nuestros dedos en los juegos de temática arcade. WRC nos exige buena conducción, nos plantea unos retos serios en cuanto a tomar conciencia de las inercias de los vehículos, del peso y velocidad que llevamos para adaptarnos a cada sector, a cada curva y a negociar de forma efectiva las distintas superficies sobre las que correremos. Nos obliga a estar concentrados en todo momento si queremos estar entre los primeros de cada tramo. Eso ya es de por sí una buena noticia, y algo que se echaba de menos en juegos mucho menos exigentes con la conducción 'sucia' como era las dos primeras entregas de la saga 'DiRT'. Aquí tenemos que cambiar algo más la mentalidad, ser más serios y precisos. Haciendo una rápida comparación entre este WRC y la saga de Codemasters antes mencionada, podríamos decir que mientras el juego de Black Bean nos 'hace' pilotos, DiRT nos da espectáculo de primera. Cada uno tiene que elegir lo que más le satisface...
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Y es que el motor físico es la parte que más se ha cuidado. Los coches responden de forma bastante realista a sus características de potencia y velocidad según su categoría. Ya sean los coches más 'pequeños' (J-WRC) o los del mundial WRC actual (Citröen C4 y Ford Focus), notaremos una gran diferencia al conducir unos y otros. Su respuesta será muy diferente, y lo notaremos sobre todo al cambiar de categoría. En total podremos conducir más de 17 vehículos (más los 5 modelos del grupo B mediante DLC) que van desde los antes descritos C4 y Focus, pasando por el Citröen C2, Suzuki Swift, u otros modelos históricos como el Toyota Celica, Subaru Impreza o el Mitsubishi Evolution. La cantidad de vehículos es satisfactoria, aunque tenemos que darle un 'tirón de orejas' porque el grupo B antes descrito sólo estará disponible mediante descarga de pago (DLC), cuando podría estar incluido en el disco sin problema ninguno. Aparte de cuidar mucho la respuesta de cada coche, también se ha trabajado en la representación de la dinámica de los mismos en las distintas superficies. Desde barro, tierra, asfalto o nieve, notaremos cómo 'respiran' los vehículos en cada zona de forma muy clara, con diferencias notables en agarre y en estabilidad. Podremos realizar modificaciones mecánicas en cada vehículo según la superficie en seis apartados distintos, que harán que nuestro coche responda de forma diferente. Estas características se han reflejado bastante bien en el juego y lo notaremos en los tiempos de cada tramo si cambiamos estas configuraciones, así que no nos queda más que experimentar con ellas para acertar con las que más se adapten al terreno y a nuestra forma de conducir.
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No podemos decir que WRC sea un simulador 'serio' o 'riguroso' por que su curva de aprendizaje es algo elevada al principio, pero no profundiza en demasía. Es decir, con unas cuantas consideraciones iniciales podremos sobrevivir a cualquier rally, siempre y cuando respetemos también unas reglas básicas de cada superficie. Podremos realizar derrapes escandinavos, y desplazar el peso del vehículo de atrás hacia delante y viceversa para conseguir más o menos adherencia según la tracción de cada coche, pero no es algo 'obligatorio' para sacar los rallies adelante. Cumplir unas reglas muy claras -como no acelerar a tope al salir de una curva, o intentar entrar en las curvas por su vértice- ya será un paso decisivo para lograr mejorar los tiempos de los demás vehículos. Además, para controlar el coche de la forma que mejor se adapte a lo que buscamos en el juego (más o menos realismo y dificultad en su control) tendremos varias ayudas que podremos activar o no. Los daños también se podrán configurar para que sean más o menos realistas, e incluso anularlos por completo. Hay que señalar de forma negativa que los daños en nivel 'realista' no son muy sensibles, y necesitamos darnos un 'piñazo' bastante grande para que se noten y afecten al rendimiento del coche.
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Hay mecánicas de juego heredadas de otros títulos anteriores que se han utilizado en éste, y que realmente no han quedado muy bien tal y como se han representado. Una de ellas es la recolocación del coche en medio de la pista si nos salimos de la calzada. Con que nos desviemos unos pocos metros de la carretera veremos cómo el juego nos traslada cual fantasma a la pista de nuevo. No hay opción para el jugador a intentar recolocarse, no le dará tiempo. La CPU hace el trabajo por ti y eso limita mucho la sensación de ir aprendiendo la forma de recuperarse de un mal cálculo. Por otro lado, y siendo bastante benévolos con los desarrolladores, tenemos que decir que han tomado una de las peores decisiones de los últimos tiempos en un juego de este género: la opción de vibración en los mandos se activa de forma esporádica y sólo en situaciones específicas: al salirse de la calzada, al chocar, al pasar por un puente
se ha perdido la información que el pad nos daba de cada tramo al ir conduciendo sobre grava o tierra, sintiendo sus imperfecciones mediante la vibración del mando. No entendemos -ni entenderemos- esta ilógica e increíble decisión. Un punto muy en contra del juego, que si bien no es decisiva, se torna más molesta todavía por su facilidad y familiaridad con la que se ha implementado en el resto de juegos de conducción.
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El diseño de las distintas pistas del juego posee muy buenos registros en cuanto a trazado, y disfrutaremos utilizando las técnicas que sepamos para salir airosos de ellos. Pero al mismo tiempo veremos que varios trazados se han reutilizado en distintos rallies. Los desniveles y las curvas se nos harán familiares en varias situaciones de distintos países, haciéndose más notorias las similitudes. Por último, hablando de los puntos negativos que presentan los circuitos, veremos que aunque estemos en diferentes superficies muy distintas y angostas entre sí, TODOS los trazados son planos perfectos. Es decir, aunque vayamos por zonas con charcas, por barro o por nieve, las pistas no tienes imperfecciones en sus trazadas. No hay baches en la tierra, no hay elevaciones bruscas con desniveles, la nieve es como si estuviera previamente pisada con una aplanadora. Son carreteras de distintas superficies, pero perfectamente planas en todas sus rectas y curvas. Algo que ya en PS2 no sucedía, como bien pueden atestiguar los que jugamos a los WRC de Evolution Studios. Nos parece totalmente increíble que esto siga pasando en pleno 2010 con un juego que intenta simular carreteras de tierra o barro
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En cuanto a modos de juego, este WRC no presenta ninguna innovación a destacar, aunque cumple en todas sus facetas, tanto en el modo 1 jugador como en el multiplayer, ya sea online o en una misma máquina. Para empezar, todos los jugadores deberían pasar por el modo 'Academia WRC' para familiarizarse con las pistas y los coches, así como con su dinámica de movimientos. Con ese nombre prometía mucho, pero se queda en un simple intento de tramos contrarreloj con pistas que veremos con la trazada ideal marcada para que podamos superar los tiempos marcados. No nos enseñará a realizar derrapes, no nos marcarán los distintos pasos a dar para realizar un derrape escandinavo, ni nos mostrará cómo negociar una horquilla mediante el freno de mano. Sólo intentarán que nos fijemos en el coche fantasma que lucha contra nuestro tiempo sin darnos explicaciones de ningún tipo en cuanto a mecánica de conducción. En realidad se llama 'Academia WRC' por ponerle algún nombre, ya que de academia tiene bien poco
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Los modos '1 jugador' se dividirán en etapa única, rally único, campeonato o contrarreloj. No hace falta explicar cada uno de ellos porque son largamente conocidos por todos de otros títulos. Una de las estrellas del juego es el modo 'Asiento Caliente', donde desde una sola máquina podremos ir conduciendo 4 amigos para intentar batir nuestros tiempos de forma secuencial. Nos parece uno de los modos de juego que más se puede utilizar en largas sesiones festivas. Los modos online presentes en el juego son escasos, aunque debido a la mecánica de juego se adaptan de forma excelente y cumplen perfectamente. Podremos jugar contra otros usuarios mediante toma de tiempos, cumpliendo el espíritu de este tipo de competición. Tendremos opción de escoger cualquiera de los tipos de coche que componen los diferentes trofeos actuales: desde los coches del WRC actual, pasando por la categoría P-WRC (coches de exposición), la J-WRC (la Junior WRC para pilotos de 27 años o menos) o la S-WRC (categoría Super 2000, que serán los próximos modelos del WRC).
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Sin embargo, la estrella del modo offline es el modo 'Camino al WRC', donde tendremos que empezar en el nivel más bajo y ganar carreras para comprar coches de mayor nivel e ir subiendo hasta el WRC. Tendremos que elegir diseños de la pintura, colores, elegir patrocinadores (2 simultáneos) que nos marcarán unos objetivos por carrera, con sus correspondientes premios. Los coches se van comprando con el dinero ganado en las distintas pruebas, y se desbloquearán más diseños, colores y tendremos más ofertas de patrocinadores. Comenzaremos comprando un vehículo con el dinero inicial, y tendremos que ganar carreras para ir subiendo escalafones en campeonatos, lo que nos reportará más dinero para coches mejores y al mismo tiempo campeonatos más importantes. Tendremos una serie de carreras y rallies por cada nivel, y podremos realizarlos todos o, simplemente al subir al nivel superior podremos pasar a los campeonatos propios de ese nivel sin necesidad de culminar todas las pruebas del nivel anterior. La decisión será nuestra, pero os aconsejo que no dejéis pruebas sin participar, porque el dinero os hará falta para los vehículos más caros
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Finalmente, un breve comentario sobre los distintos tipos de control que podremos encontrarnos para jugar a este WRC. Como siempre, en los juegos de conducción se disfrutan mucho más con un volante que con un pad. Las sensaciones son más placenteras y la inmersión aumenta exponencialmente, y en este juego podemos decir que todavía más al necesitarse un mayor control en los derrapes y en la gestión de las curvas en terrenos menos estables. Sin embargo, y a pesar de que nuestra primera impresión con la beta anterior nos dejaba muchas dudas con respecto al control con pad, tenemos que decir que se ha resuelto finalmente de forma satisfactoria, y familiarizarse con el mando para controlar el coche no es tan incómodo como en la demo. Se deja jugar de forma cómoda, pero repetimos: como un volante no hay nada.
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C o m p a r a t i v a .- Juego editado en PC, Xbox360 y PS3. Las tres versiones son muy similares a todos los niveles, exceptuando la posibilidad de la versión de compatibles de una resolución de pantalla y de texturas mayor, donde se ve la diferencia visual. Por lo demás, tanto en Xbox360 como en PS3 veremos un juego donde la aparición de jaggies es bastante común, y algunas texturas son de poca resolución. Los sombreados también dejarán notar sus dientes de sierra en general. Sin embargo, la versión PS3 denota más claramente esta falta de aliasing que la versión de la consola de Microsoft, aunque las texturas son de una calidad muy similar. Por lo demás, son versiones idénticas en suavidad del motor y en opciones y modos de juego. Destacar finalmente que el juego gana muchos enteros manejándolo con un volante en vez de con un pad, y aquí PC y PS3 tienen más opciones que la versión Xbox360, que tampoco desmerece.
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C o n c l u s i o n e s .- WRC no es para nada un mal juego, de hecho nos ha gustado su intento de presentarnos una pseudo-simulación que tiene una curva inicial algo elevada. Sin embargo, una vez te adaptas a su física, la dificultad decae sensiblemente y te encuentras sin alicientes al máximo nivel que te hagan seguir jugando offline. Eso sí: con 4 o 5 amigos más que posean el juego y que les guste rascar décimas a cada sector, te encontrarás día sí y día también intentando mojarles la oreja en todos los tramos. Los modos de juego no destacan pero sí se agradecen las distintas clases de competición con sus vehículos oficiales y sus rallies todos presentes. Visualmente no destaca en ningún momento, pero en determinados factores cumple de forma competente y en otros se queda algo corto. Las configuraciones que puede realizar el usuario se dejan notar en la conducción y en la respuesta del coche, así como también tenemos que dar nuestro beneplácito a la sensación de velocidad conseguida. La respuesta de los coches es bastante buena, con una sensación de peso y de las distintas inercias, consecuencia de las diferentes superficies sobre las que corremos. Una queja muy amarga: la vibración en los mandos es mínima, y sólo aparecerá en determinados momentos (al cruzar un puente, en un choque, etc), ¿por qué esa decisión tan inoportuna e ilógica? Hay carreteras de tierra que merecían hacernos sentir en las manos su irregularidad
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Como decíamos, un juego al que se le sacará más partido si tenemos 'compañía' online que jugando solos -o al modo multijugador 'Asiento caliente' en una sola máquina-, ya que la dificultad es bastante suave con los tiempos prefijados por la CPU de los demás rivales, a los cuales no es muy difícil superar. No llega cerca del gran Richard Burns Rally en cuanto a sensaciones al volante, pero sí es un buen intento de recrear fielmente un campeonato de rally por tramos, y desde luego mucho más exigente en el control que cualquiera de los 'DiRT' que han salido hasta ahora a la venta. Le falta más complejidad a la conducción, más ambientación alrededor del modo Carrera WRC y hacernos sentir más 'implicados' en el devenir de cada rally, y no un simple 'menú-carrera-menú'. Se han centrado exclusivamente en la parte de la conducción, y aún así toda la dificultad que requiere llevar un bólido de estas características por carreteras estrechas y llenas de gravilla no desentona en ningún momento, logrando sensaciones que nos recuerdan algo a lo vivido con el juego de Warthog Entertainment. Con todo, un título obligado para los fans de la conducción sucia, y sobre todo para los ansiosos de la lucha contra el crono. Y es que, a fin de cuentas, a quién no le gusta marcarse un derrape escandinavo perfecto en una curva de 90º...
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L o m e j o r .- - Por fin un WRC como debe de ser en su desarrollo - Los modos online son todo un ejemplo de 'pique' y superación - Hay algunos detalles visuales bastante buenos - La diversión que se alcanza cuando te adaptas a su conducciónL o p e o r .- - Visualmente no pasa de correcto - Los tramos son cortos y repiten trazados - No hay tramos con lluvia y le falta ambientación - Falta de vibración excepto en momentos puntuales
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