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Dead Rising 2

Dead Rising 2

  • PlataformaPS38.5PC3608.5
  • GéneroAventura, Acción
  • DesarrolladorBlue Castle Games
  • Lanzamiento24/09/2010 (PS3, 360)28/09/2010 (PC)
  • TextoEspañol
  • VocesInglés
  • EditorCapcom

Un nuevo holocausto zombie

Tras una inolvidable primera entrega, Capcom nos devuelve el terror zombie y la lucha por la supervivencia con Dead Rising 2. Intenso, variado y con carisma, el juego, pese a estar un paso por debajo del original, consigue suplir sus carencias con maestría.

Capcom lo ha dicho muy claro: quiere convertir a Dead Rising es su próxima gran franquicia. No es de extrañar, ya que lo que empezó siendo un experimento con el que iniciarse en la nueva generación acabó convirtiéndose en un verdadero éxito de crítica y público. Un juego exclusivo de Xbox 360 que se convertía en uno de los baluartes de la plataforma de Microsoft en sus primeros meses de vida, y con tanta calidad que aún a día de hoy sigue siendo un gran motivo para hacerse con dicha consola (el port de Wii no le hace justicia a la magnífica entrega original). Con casi dos millones de copias vendidas en una sola plataforma, era cuestión de tiempo que Capcom se percatase del gran éxito que se había sacado de la manga casi sin querer.

El anuncio de Dead Rising 2 multiplataforma tuvo una recepción mayormente favorable, pero no por ello carente de dudas. Los propios desarrolladores aseguraron desde el principio que el juego contaría con un nuevo protagonista, en un entorno diferente y ambientado varios años después, de modo que cualquiera pudiese disfrutar de esta nueva aventura, aún desconociendo el original. El juego final llega por fin a las tiendas (después de la primera toma de contacto con Case Zero), para Xbox 360, PlayStation 3 y PC, y lo cierto es que mantiene muy bien el tipo y se convierte en una atractiva propuesta tanto para los que disfrutaron de la entrega original como para quienes se adentran por primera vez en la franquicia. Es la hora de Chuck Greene.

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Cinco años después…
Desgraciadamente, y pese a los esfuerzos de Frank West, el parásito que dio origen a los zombies se ha expandido más allá de los primeros pueblos y llegó a dominar los Estados Unidos. No son extraños ni poco habituales los brotes de infección, pero en gran medida está controlada y se explota a los zombies como carnaza para programas de televisión (una idea similar a lo visto en Shaun of the Dead), mientras que organizaciones como CURE aseguran que los muertos vivientes tienen derechos y son nuestros seres queridos. Una situación bastante turbia en la que prácticamente nadie parece estar satisfecho con la situación: la población vive con miedo (pese a los medicamentos como Zombrex que evitan la zombificación), la televisión busca más espectáculo aprovechándose de la catástrofe, y las organizaciones humanitarias luchan por los derechos universales.

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Nos pondremos en la piel de Chuck Greene, antiguo campeón de motocross. En el brote de infección de Las Vegas perdió a su mujer y a su hija la mordieron, por lo que debe suministrarle una dosis de Zombrex cada cierto tiempo para evitar su conversión total. La primera vez que vimos a Chuck fue huyendo del brote en Case Zero, pero han pasado ya varios años desde aquella aventura. Guiado siempre por la necesidad de conseguir Zombrex para su hija, se dedicó a participar en 'Terror is Reality', uno de los programas de más éxito de la televisión, en el que se masacra a zombies en sangrientas pruebas. Chuck no está satisfecho con ello, pero no le queda otra solución para conseguir el dinero necesario para comprar el medicamento.

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Se encuentra en Fortune City, una ciudad casino similar a Las Vegas, cuando se desata un nuevo infierno. Todo parecía tranquilo en los últimos meses, pero un nuevo brote de infección pone en peligro a toda la gente que estaba disfrutando de los casinos y la diversión de un agradable entorno. Prácticamente la totalidad de la gente ha caído infectada, convirtiéndose en zombies, salvo un pequeño grupo de supervivientes que se atrincheran en un refugio e intentarán ayudar a otros posibles supervivientes mientras esperan la llegada del ejército. Chuck será el encargado de adentrarse en los diversos centros que componen el complejo lúdico, sobre todo porque en la televisión se le ha nombrado públicamente responsable de la creación y propagación del virus y busca limpiar su nombre ante los demás supervivientes.

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Numerosas incógnitas, muchas sorpresas y abundantes guiños al título original componen un argumento muy interesante en sus primeros compases, pero que desgraciadamente no consigue mantener el nivel y se desinfla por momentos. Aunque lo intenta y se esfuerza, y ofrece momentos brillantes, Dead Rising 2 no consigue estar a la altura del original en lo que respecta a la historia. Tal vez la presión por mantener unas líneas jugables obligaron a sacarse un desarrollo argumental que se acaba convirtiendo casi en una excusa para justificar el juego, sin profundizar demasiado en los acontecimientos del pasado (aunque se dan pinceladas) y sin responder a muchos de los interrogantes que los usuarios ansiaban responder tras la entrega original.

Esto no quiere decir que el argumento sea malo, ya que cumple sobradamente su cometido a la hora de hilar los acontecimientos del juego, pero le falta ese toque de genialidad que dejaba tan buen de boca en el original. Por ejemplo, aunque también hay un 'Overtime' según nuestras acciones, este dista de ser tan atractivo como el del original, limitándose a alargar un poco la historia sin mayores repercusiones. Es posible que el mayor grueso argumental dentro del universo de la franquicia se haya reservado para ese epílogo recién anunciado, Case West, donde Chuck colabora con un viejo conocido como Frank West, pero eso no quita que se antoje una oportunidad perdida de dar un paso adelante en la franquicia, y deja en el usuario todavía más incógnitas de las que responde.

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Sistema de juego
No son excesivas las novedades en lo que respecta a la jugabilidad, ya que se respetan las bases ya vistas en el original y, sobre todo, en el más reciente Case Zero. Para empezar, la pantalla de juego poco o nada ha cambiado con respecto a lo que ya conocemos: en la esquina inferior izquierda los mensajes que recibimos mediante la radio; en el lado derecho, está el total de muertes que llevamos; en la parte superior izquierda, la vida, el dinero, el nivel y la experiencia; en el lado contrario, el objeto equipado y las casillas de inventario; debajo, las misiones activas y las más importantes (por ejemplo, las que están próximas a terminar y que no se pueden postergar mucho más y las de historia); y por supuesto, la flecha que nos indica la dirección a seguir para cumplir la misión que tengamos activa en ese momento, en el medio de la pantalla en la parte superior.

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Por su parte, el desarrollo del juego es idéntico. Es decir, irán surgiendo misiones, con un determinado límite de tiempo todas ellas; las habrá principales y habrá otras secundarias, y será fundamental hacer tantas como sea posible, pero no obligatorio, ya que podremos dedicarnos a vagar libremente por nuestra cuenta. De hecho, una dinámica heredada del primer Dead Rising es la de subir de nivel y reiniciar la partida para empezar mejor situados y poder superar con mayor facilidad los retos y mejorar nuestros atributos. Y es que al subir de nivel, nuestro personaje obtendrá más vida, más fuerza, más velocidad, cartas combo para crear nuevas armas, etcétera. En el mando, a nuestra disposición, tendremos la opción de saltar y golpear (suave y fuerte), así como un botón de interacción para recoger objetos, abrir puertas o hablar con otros personajes.

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Como es lógico, una de las principales características del juego es que estará plagado de zombies, que se convertirán en nuestros más fieles compañeros de aventuras: presentes en todo momento, tanto una amenaza constante como una simple molestia que ignoramos sin demasiados problemas para seguir con nuestra misión de ese momento. Todo depende de cómo queramos afrontar nuestra partida, pero como el gran enemigo que son, la amenaza omnipresente que representan y el agobio que nos asfixia a cada dos pasos (con algunas sorpresas inesperadas en los últimos compases del juego), la base del juego puede ser, perfectamente, masacrar cantidades ingentes de zombies. Y si queremos ignorar el argumento, pocos títulos ofrecen tantas alternativas y tanta capacidad de diversión en la masacre despreocupada y alegre de zombies como este Dead Rising 2 (si acaso, su predecesor).

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A nuestra disposición tendremos un armamento que contará con muchos elementos propios del primer juego, como bates, palos de golf, bancos, papeleras, pistolas, etcétera (las armas de fuego siguen siendo muy débiles y prácticamente inútiles contra psicópatas, más allá de para atacar a distancia). Pero también habrá muchas otras novedades, empezando por la posibilidad de crear nuestros nuevos artefactos una vez consigamos la carta combo correspondiente; estas armas, además de ser más potentes, nos darán puntos de experiencia extra, y algunas serán de un solo uso mientras que otras duran mucho. El bate de béisbol con clavos será un básico en nuestro inventario, pero habrá otros inventos tan soberbios y sangrientos como este, como el palo con una motosierra a cada lado, el cubo taladro, o un rastrillo que produce descargas eléctricas.

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Destacar también que, al igual que en el primer juego, la comida y la bebida nos servirán para recuperar nuestra vitalidad, aunque con los inevitables efectos secundarios si, por ejemplo, bebemos demasiado alcohol seguido. Así pues, tenemos a nuestra disposición un gran entorno que podremos explorar a nuestro libre albedrío, disfrutando con las mil y una formas de destruir zombies a nuestra disposición, o bien luchar por limpiar nuestro nombre en el argumento. De igual forma, tenemos un añadido, el de darle Zombrex a nuestra hija cada 24 horas (han pasado varios años y se trata de una versión mejorada del producto utilizado en Case Zero, que debía administrarse cada 12 horas), que podremos encontrar por los escenarios, recibirlo de los supervivientes, o bien adquirirlo en las tiendas que unos saqueadores han abierto por la zona para sacar tajada de la situación.

Los supervivientes
Un elemento fundamental de la aventura, al igual que en el original, son los supervivientes. Si acaso, son todavía más importantes, ya que si queremos subir de nivel a un ritmo aceptable, nos veremos prácticamente obligados a salvar supervivientes. Matar zombies da relativamente pocos PP y casi siempre con las armas combo (las que más PP dan son las más complicadas de conseguir), y la ausencia de la cámara de fotos de Frank West en el original también nos priva de una importante fuente de puntos de experiencia. Sin embargo, salvar a los supervivientes se nos recompensará con creces, con cifras muy elevadas de puntos de experiencia, hasta el extremo de que en los primeros compases del juego prácticamente un superviviente salvado supondrá un nivel subido.

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En los supervivientes se puede observar un gran cambio para mejor, ya que han mejorado mucho con respecto a la primera entrega. Por ejemplo, habrá algunos supervivientes tan fuertes como Chuck, armados y peligrosos, que serán de gran ayuda, e incluso serán una baza segura para ayudarnos en las misiones principales de la historia. Los supervivientes más fuertes no se convierten en una preocupación, sino que una red de seguridad con la que podremos contar para avanzar con mayor confianza por los escenarios del juego. No obstante, los más poderosos son muy limitados, aunque hay muchos que sabrán defenderse sin grandes problemas.

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No obstante, también hay muchos que están heridos, que son débiles, personas ancianas, o que incluso están borrachos y no se dan movido en condiciones. Afortunadamente, a estos podremos ayudarlos, ya sea dándoles la mano, cargando con ellos, llevándolos en brazos o sirviéndoles de apoyo. De este modo tan sencillo, gracias a la mejor IA de los supervivientes y a la agradecida recompensa de experiencia favorece mucho al rescate de otros seres humanos, convirtiendo las misiones secundarias en algo prácticamente vital si queremos llegar a sobrevivir sin problemas a las dificultades del modo historia, con algunos jefes que requerirán llegar con un buen nivel si queremos tener posibilidades de victoria.

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Psicópatas a gogó
Otro elemento que regresan son los psicópatas, gente que ha perdido el norte con el holocausto zombie (o que ya estaban mal de la cabeza antes) y que están causando el caos tanto o más como los propios no muertos. Fortune City tiene la virtud de ser ya, de por sí, un entorno en el que se reunía gente con diversos problemas mentales, ya sea por su adicción al juego o por sus ilusiones frustradas que los obligaron a llegar a este pequeño entorno. Es decir, los psicópatas, si bien a grandes rasgos siguen esquemas similares a los del primer Dead Rising, son mucho más preocupantes y peligrosos que los que ya conocimos, alcanzando niveles enfermizos en algunos casos. Cada uno tendrá, como siempre, su propia historia, la cual conoceremos antes y después del enfrentamiento.

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Sin duda, los psicópatas se convierten en la mayor amenaza del juego, son los más peligrosos, un auténtico reto por la potencia de sus ataques, su gran vitalidad y los abundantes recursos a su disposición. Algunos tendrán supervivientes como rehenes, otros nos darán cartas combo al derrotarlos, y por supuesto la inevitable experiencia tras el combate. Y al igual que en la anterior entrega, habrá algunos que, por nivel, evolución de personaje o situación del momento, no será nada sencillo acabar con ellos y es posible que se nos acabe el tiempo disponible para esa misión antes de que estemos preparados para poder afrontar el reto sin problemas. Es aquí donde entra ese factor rejugable del título, que invita a reiniciar las veces que haga falta o a revivir la aventura en posteriores partidas para estar al nivel de lo que se requiere para conseguir hacer todo lo que Fortune City oculta en su interior.

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Multijugador
Una de las novedades más llamativas de esta segunda entregas es, sin lugar a dudas, la presencia de modos multijugador. En primer lugar, está el cooperativo, en el que dos usuarios comparten la historia principal; el método es muy sencillo, bastará con seleccionar unirse a una partida en el menú principal y el propio juego buscará la mejor para que nos unamos a ella (siempre que el anfitrión nos admita, claro está). El juego, en cooperativo, no cambia en exceso salvo por un elemento clave: la simplificación de la aventura. El invitado es como un fantasma que ayuda al jugador principal, y en caso de perder toda la vida alguno de los dos, el otro podrá revivirle dentro de un límite de tiempo bastante amplio. De este modo, el juego se simplifica bastante, aunque es divertido si colaboramos con un amigo; una pena que no se ofreciese esta opción con los dos jugadores en la misma consola.

La otra opción es el modo competitivo, es decir, participar en Terror is Reality XVII. Un modo online para cuatro jugadores (con menos no se inicia la partida) en el que el programa de televisión se presenta con el formato de cuatro pruebas y suma de puntuación total al final para determinar los ganadores; con el dinero del premio (independientemente de nuestra posición, tendremos nuestra parte), se podrán adquirir extras en la tienda de Terror is Reality. Eso sí, los torneos no son excesivamente largos, ya que cada una de las pruebas dura en torno a los dos minutos de media. En total, hay nueve pruebas posibles, que se sucederán de forma aleatoria sin que tengamos ninguna opción de personalización.

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En Ball Buster nos encontramos con una especie de juego de bolos, donde deberemos causar la mayor carnicería posible con nuestro lanzamiento. En Bounty Hunter nos convertiremos en francotiradores, para conseguir el máximo de puntos a la par que entorpecemos al resto de jugadores. Headache consiste en ponerle sombreros-batidora a los zombies y sumar puntos mientras quitamos los sombreros de los rivales. En Master Shafter el objetivo es colocarse en el punto indicado y empalar a los zombies que caen. En Pounds of Flesh deberemos lanzar más zombies que nadie a la gigantesca báscula. Ramsterall nos mete dentro de una pelota de hámster gigante y debemos aplastar zombies a la par que rebotar en los bumpers de nuestro color.

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Slicecyles nos pone a los mandos de una moto con motosierras, para masacrar a más zombies que nadie. Stand Up Zomedy nos invita a disfrazar y poner complementos a los zombies, convirtiéndolos en poco más que payasos. Y por último, en Zomboni deberemos sacarle la sangre a los zombies para lanzarla a un recolector y sumar puntos por nuestra cosecha. Todas estas pruebas resultan bastante entretenidas y satisfactorias por lo general, y la competición puede alcanzar cotas extremas de reunirnos con amigos. Sin duda, un gran añadido al modo historia principal que tiene sentido dentro del argumento y que aporta una cierta rejugabilidad al título cargada de humor negro y macabro.

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Apartado técnico
Juego de contrastes en el apartado visual, ya que Dead Rising 2 no evidencia de forma palpable el tiempo transcurrido desde la primera entrega. Han pasado cuatro años en los que la evolución gráfica en todas las plataformas ha sido muy notable, y desgraciadamente el título de Capcom, aún sin ofrecer un mal acabado técnico, está lejos de explotar la potencia que las máquinas ponen a su disposición. Muy poca evolución con respecto al original y, hasta cierto punto, una peor optimización con algunos detalles que ya se pudieron ver en Case Zero. En general, pese a los puntos mejorables, hay que remarcar que el juego cumple con creces su cometido en el apartado visual, ya que ofrece grandes entornos, una gran cantidad de zombies en pantalla y un buen diseño y modelado de personajes.

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De hecho, las ingentes cantidades de zombies hay momentos en los que pueden llegar a ser agobiantes, plagando la pantalla y sin dejar ni un solo recoveco para que escapemos. Todos ellos animados de forma independiente, con sus propios diseños y características, así como rutinas diferentes; se consigue una gran sensación de vida en pantalla, en la que todas las amenazas no-muertas transmiten su sed de carne fresca. Los personajes humanos también están bien recreados y animados con maestría, logrando un acabado creíble y satisfactorio, aunque por momentos (sobre todo con niveles bajos) Chuck parece moverse de una manera un tanto ortopédica. Los buenos modelados y el gran acabado general permiten que, una vez más, sea muy satisfactorio el cambiar la equipación de Chuck y que esto se refleje en pantalla en todo momento.

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Los entornos son de extensiones considerables, y lo cierto es que el popping está bastante suavizado y no se hace notar en exceso pese a estar inevitablemente presente. El mayor problema, sin lugar a dudas, nos lo encontramos en los tiempos de carga, excesivos a todas luces y que no se solucionan con la instalación al disco duro. Cada vez que cambiemos de zona o que se inicie una secuencia de vídeo, tocará pantalla de carga; viendo que actualmente los juegos minimizan al máximo las secuencias de carga, y que la entrega original ya no ofrecía tanta cantidad de pantallas de carga, es una verdadera pena que no se haya optimizado un poco más el juego para evitar estas molestias.

En cuanto al apartado sonoro, la banda sonora cumple sobradamente su cometido, sin grandes alardes (se echa en falta, por ejemplo, un tema tan memorable como el Justified de Drea de la primera entrega), pero a un nivel correcto, adaptándose con acierto a cada situación y dejando un buen recuerdo general. Respecto al doblaje, en completo inglés (con subtítulos y textos en español, claro está), hay algunas voces que se adaptan a la perfección a la personalidad de los personajes, mientras que otras están a un nivel bastante inferior. En general el apartado sonoro se conjuga satisfactoriamente con el apartado visual para ofrecer una producción notable, no tan completa y elaborada como podría llegar a ser, pero que sabe explotar sus recursos en todo momento.

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Pero la magia de Dead Rising reside en la jugabilidad, y aquí es donde el juego alcanza un nivel sobresaliente, gracias a la excelente respuesta de Chuck a nuestras indicaciones con el mando de control. Hay mucho por hacer, muchas mejoras por conseguir para el personaje, muchas tiendas y objetos por descubrir, crear y utilizar, podremos utilizar vehículos con una excelente respuesta y complejidad obvia en su uso, etcétera. Y por si no bastase con el modo historia, que de por sí ya dura en torno a las 15-20 horas (con Overtime) y es muy rejugable (más aún si queremos sacar los logros/trofeos, algunos muy exigentes), tenemos variedad de modos multijugador, tanto cooperativos en el modo principal como competitivos en una competición de Terror is Reality online.

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8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.