Age of Conan: Rise of the Godslayer
- PlataformaPC8
- GéneroRPG
- DesarrolladorFuncom
- Lanzamiento11/05/2010
- TextoEspañol
- EditorDeep Silver
Explorando el misterioso oriente
Despues de explorar las tierras de Khitai, recorrer templos olvidados para saquear sus tesoros, inmiscuirse en la política de un imperio milenario y verse envuelto en los asuntos de los muchos dioses que rigen el destino de los reinos orientales, llega el momento del reposo y de la reflexión sobre nuestras aventuras.
Age of Conan ha evolucionado en los últimos dos años como pocos MMORPG's lo han hecho a lo largo de su vida. Pese a las arrolladoras ventas que el juego logró en su lanzamiento, el equipo que en aquél entonces lideraba Gaute Godager no fue capaz de colmar las expectativas que se habían generado entorno al juego, y la situación derivó a lo que todos ya sabéis: una desvandada casi absoluta de los jugadores tras los primeros meses, que sentenció cualquier posibilidad de Age of Conan de rivalizar a nivel de suscripciones con los pesos pesados del género.
Sin embargo, Funcom no arrojó la toalla (difícil hacerlo tras la fuerte inversión que se hizo para hacer de Age of Conan un juego referente en el género), y tras la marcha de Godager en septiembre de 2008, se puso las pilas para mejorar y ampliar las posibilidades del juego y explotar su verdadero potencial, de la mano de Craig Morrison (quien ya se encargó en su momento de revitalizar otro de los tormentosos títulos de Funcom, Anarchy Online), algo que se acabó logrando tras 7 grandes parches de contenido. Funcom logró algo que la historia del género ha demostrado resultar hartamente complicado: recuperarse de un lanzamiento fallido. Y es en este momento cuando irrumpe Rise of the Godslayer, la primera expansión para Age of Conan, que pretende, una vez corregidos los problemas con los que se encontraron los jugadores hace dos años, ampliar el contenido de Age of Conan hacia las orientales tierras de Khitai, para redondear una experiencia multijugador online a la altura de lo que se espera de un género dominado por joyas como World of Warcraft o Eve Online.
A diferencia de las expansiones que estamos acostumbrados a recibir en MMORPG's basados en el nivel de nuestro personaje (los que beben de las fuentes del pionero Everquest), Rise of the Godslayer se presenta como una expansión "horizontal": Funcom no ha pulsado el botón "reset" (ese que Blizzard usa cada vez que incrementa el nivel de los personajes, y que inutiliza y ningunea prácticamente todo el contenido anterior a cada expansión), sinó que ha aumentado el contenido disponible a nivel máximo. Es decir, con Rise of the Godslayer se mentiene el límite de nivel 80, pero se amplian las posibilidades una vez llegados a ese punto. Y lo hace de dos formas distintas: mediante la "Progresión Alternativa" y las cinco nuevas zonas que dan vida a las tierras de Khitai.
Con Khitai, Funcom ha intentado solventar algunos de los problemas de los que padecían las antiguas regiones: la linealidad, el tamaño y la ilógica continuidad entre sus diversas zonas. Y lo han logrado. Se ha recuperado esa sensación de formar parte de un mundo "lógico" y creíble, en el que, pese a los tiempos de carga entre una zona y otra, no se repiten esos drásticos cambios de ambientación que rompían la inmersión del jugador. Las cinco zonas nuevas (una para jugadores de nivel 20 a 40, y las otras 4 para jugadores de nivel 80) son mucho más grandes que cualquiera de las que se habían visto hasta ahora en el juego, están bien conectadas entre ellas (nada de puertas de madera, aquí vemos la siguiente zona a lo lejos antes de entrar en ella) y también han dejado atrás ese aire "pasillero" que nos obligaba a tener que seguir unos senderos muy concretos para avanzar por el mapa. En Khitai abundan las esplanadas, los poblados perdidos, las montañas, los valles y los rios, pero destacan ante todo gracias a un diseño que da más libertad al jugador que, además de completar misiones y mejorar su personaje, disfruta explorando tierras a lomos de su montura.
La primera zona que se puede visitar de Khitai, una zona fuera de la gran muralla dedicada a jugadores de bajo nivel y paso obligado para acceder al reino oriental, ya empieza a dar muestras del gran trabajo artístico realizado por el equipo de Funcom en la recreación de de escenarios, con amplias estepas coronadas por lejanas montañas acariciadas por nubes y adornadas con esa gran muralla que se extiende hasta donde alcanza la vista. Pero es sólo un aperitivo para el espectáculo visual que aguarda en las regiones interiores de Khitai, dotada de selvas, pantanos y cadenas montañosas coronadas por monumentales templos que invitan a la exploración y a recrearse un entorno que combina lo exhuberante con lo desolador, sin renunciar a toques de misterio que se aprecian en esos templos perdidos en mitad de ninguna parte y que tan bien reproducen el espíritu de la obra de Robert E. Howard.
Ya metidos en el propio juego, la estructura del mismo está bastante orientada a jugadores de alto nivel, a los fieles que han conseguido al menos un personaje de nivel 80. Para ellos la aventura comenzará en los puertos de Khemi, donde una caravana a las lejanas tierras orientales permitirá que vayas con ellos, por un precio. En un toque que merece la pena resaltar, Funcom se ha tomado la molestia de incorporar dos modos de viaje: inmediato, en el que se paga y ya está; y uno en el que se ingresa en la caravana como guardián, viviendo alguna de las aventuras de viaje aleatorias que se han creado para la ocasión, como por ejemplo un encarnizado con un Kraken para evitar que destruya el barco en el que viaja la caravana. Crear contenido de este tipo, que posiblemente los usuarios verán una o ninguna vez, sólo para reforzar el sentido de coherencia del mundo de Conan, es un detalle que honra a los responsables del juego y un toque que merece la pena ser señalado.
Ya una vez en las tierras orientales, pasando la zona inicial que está orientada a jugadores de nivel medio-bajo (20-40) -los jugadores que seleccionen khitan como raza irán diectamente ahí después de pasar por Tortage-, el jugador comenzará a verse envuelto en las intrigas de un milenario imperio que atraviesa sus peores momentos. Diferentes facciones luchan en las sombras -y a veces en campo abierto- por imponer su influencia sobre el destino de la tierra de Khitai, y el jugador deberá infiltrarse en ellas y demostrar su valía, en lo que es una de las principales fuerzas argumentativas de la historia global del juego. El objetivo, tal y como un eviado del Rey Conan explica a los jugadores a su llegada, es encontrar a aquellos que están detrás de varios intentos de asesinato que se han tratado de ejecutar contra él; ninguno ha tenido la oportunida de acercarse al trono de Aquilonia, pero es prioritario saber los responsables, sus motivaciones y su capacidad real para realizar sus planes.
Así comienza una historia ciertamente ambiciosa, con diferentes remificaciones y que tendrá al jugador cumpliendo misiones para las diversas facciones del imperio. Cada una de ellas tiene una filosofía, política y objetivos determinados, y eso marca las misiones que te encomiedan, necesarias para obtener la reputación que permita ascender en sus rangos y acceder a la información que se necesita para desvelar el misterio -además de para acceder a equipamiento de alto nivel propio de cada facción-. Un aspecto interesante de ese sistema es que las facciones están enfrentadas entre sí, y por tanto, el incorporarse a una significa que su opuesta pasa automáticamente a considerarte un enemigo -es posible cambiar de bando, pero esa acción implica perder toda la reputación obtenida en la anterior facción y empezar de cero en la opuesta, un proceso muy costoso en lo que se refiere a la inversión de tiempo-.
Es precisamente esa inversión de tiempo lo que crea uno de los problemas más evidentes de Age of Conan. Obtener puntos de facción es un proceso costoso y a veces tedioso. Se puede obtener puntos bien mediante misiones, algunas de ellas repetibles, o bien eliminando a mimbros de la facción contraria; pero el problema es que son muchísimos puntos y las recompensas más atractivas requieren un proceso que puede durar semanas de juego diario. Las misiones repetibles tienen además límite de tiempo, por lo que sólo se pueden hacer cada cierto tiempo, lo que obliga muchas veces a pasarse horas eliminando enemigos al azar sólo para conseguir los puntos necesarios para ascender de rango. Lo peor, es que a veces existe la sensación de que no hay suficiente variedad y cantidad de misiones repetibles como para alcanzar nuevos rangos en un plazo razonable de tiempo, lo que empuja al "farmeo" de enemigos para suplir los huecos, lo que no es una solución ideal.
Ya es bien conocido por anteriores avances que Age of Conan no ofrece más niveles al jugador, que se queda en el nivel 80 del original, de modo que la progresión se realiza por ese sistema de avance alternativo. Hay dos modos de obtener esas mejoras, bien seleccionando una habilidad y dejando pasar el número de horas que necesita -un proceso independiente de si el jugador está jugando o no-, o bien mediante puntos, que se van obteniendo en función de las actividades del jugador -las misiones y mazmorras dan puntos que se pueden obtener en habilidades orientadas a PVE. mientras que los puntos obtenidos en combate contra otros jugadores permiten obtener habilidades orientadas al PVP. Es un sistema que crea personajes más ricos e interesantes. La única crítica que se puede hacer el sistema es que muchas de las habilidades que se pueden obtener son incrementales y no alteran drásticamente la naturaleza y habilidades básicas del personaje -algo que sí sucede en Eve, donde las habilidades de los pilotos pueden cambiar por completo el estilo de combate y el tipo de nave que el jugador puede usar efectivamente en combate-.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.