Sin lápiz ni dados

Ha terminado la espera, y Drakensang: El río del tiempo ya se encuentra completamente preparado para salir a la venta. Los que tuvieran la oportunidad de disfrutar de su primera entrega, podrán ahora retroceder 23 años y vivir los acontecimientos que provocaron las aventuras de Drakensang. Los que experimenten por primera vez este título de rol, podrán descubrir un nuevo mundo de fantasía tradicional, con una trama interesante y una ambientación digna de los representantes más famosos del género.

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Porque El Ojo Oscuro no es un cualquiera dentro del mundo de los juegos de rol, o al menos no lo es en todos los países. Estamos hablando de uno de los pocos que ha conseguido desbancar al reconocido Dungeons & Dragons de las mesas de juego, con más de 25 años situado entre las preferencias de los directores de juego alemanes. Tampoco es la primera adaptación del mismo al mundo de los videojuegos, ya que no podemos olvidar las incursiones de la trilogía Northlands (Realms of Arkania: Blade of Destiny, Realms of Arkania: Star Trail y Realms of Arkania: Shadows over Riva) que también se ambientaban en el mismo mundo de juego. Sin embargo, la dinámica de estos antecesores a Drakensang es bastante distinta a la forma de juego del título que hoy analizamos.

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Y es que durante años se popularizaron los títulos de rol en primera persona, y era esta la manera en la que nos desplazábamos por el entorno de juego. Por ello, seleccionábamos la formación del grupo de personajes (generalmente con los guerreros delante y los magos y sanadores detrás) y en el caso de encontrarnos con un enemigo podíamos, o bien elegir las acciones de cada uno de ellos por turnos, o bien pasábamos a un mapa táctico donde teníamos la oportunidad de poner en práctica los movimientos seleccionados. Con el paso del tiempo se ha instaurado el dominio del control de cámara en tercera persona, sobre todo para regocijo de los amantes del buen trabajo gráfico, que pueden disfrutar con las texturas y modelados de los personajes protagonistas.

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Aunque no todo el mundo se ha hecho eco de la popularidad del primer Drakensang, no son pocos los que comparan la trama e intensidad con las de otros títulos de éxito. No se puede negar que, salvando las distancias, el juego alemán ha encontrado un hueco entre los amantes del rol más tradicional, puesto que su acercamiento al mismo supone una de las mejores aproximaciones al tema en cuestión. La propia interfaz de usuario ha consiguió modelar los elementos propios de una partida de rol, y la ficha de personaje era el vivo reflejo de la que cualquiera de nosotros puede rellenar en un papel antes de ponerse a lanzar los dados como un cosaco. Esta segunda parte viene dispuesta a demostrar que Drakensang no fue una casualidad, e intenta repetir fórmula para terminar de agasajar a los seguidores del género.

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El primer paso es la creación de un personaje, para lo que disponemos de un modo básico y otro avanzado. Aquellos que no tengan experiencia previa en juegos de rol, quizás deseen sacrificar algo de libertad en pos de la sencillez, aunque es perfectamente posible pararse a definir cada uno de los parámetros que comprenden y describen las habilidades de nuestro personaje. A nuestra disposición se ponen 38 arquetipos de lo más variopinto, ya que además de la profesión y especialidad podemos seleccionar el género de nuestro personaje. Una vez elegido uno de ellos como base, podemos examinar las puntuaciones que se han repartido en los distintos parámetros e incluso variar las mismas si no estamos de acuerdo con alguna de ellas.

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En primer lugar encontramos los atributos: coraje, inteligencia, intuición, carisma, destreza, agilidad, constitución y fuerza. Sus puntuaciones se basan en números entre del 1 al 20, al menos para las personas normales, acercándose más al 20 o incluso sobrepasándolo en el caso de los representantes más excepcionales de cada raza o de las criaturas más temibles. Estos atributos sirven para definir el resultado de algunas de las acciones básicas del juego, y también para calcular los valores base: vitalidad, energía astral, resistencia y resistencia a la magia, esquiva , bloqueo, impacto y puntería. Estos son los que nos indican nuestros puntos de vida o nuestro poder mágico, así como nuestro aguante básico. Sin embargo, estas cantidades son solamente la punta del iceberg, y dan paso a la lista de habilidades y hechizos, que se cuentan entra las más completas del panorama actual.

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Por una lado tenemos las habilidades de armas, o de combate, y que incluyen todo tipo de pericias con las distintas opciones armamentísticas disponibles en el juego: dagas, esgrima, hachas y mazas, sables, espadas, lanzas, bastones, varitas, hachas y mazas a dos manos, espadas a dos manos y combate cuerpo a cuerpo. Tampoco nos olvidamos de las posibles armas a distancia, como ballesta, arco o arrojadizas. Estas puntuaciones son las que decidirán el resultado de los ataques que realicemos, y cuanto mejor seamos con un tipo de las mismas, más oportunidades de impactar tendremos y realizar un daño posterior en función de la clase de arma y su calidad. Sobra decir que este es el conjunto de habilidades preferido por los guerreros, soldados, cazadores, arqueros y caballeros.

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El resto de talentos son los que definen las habilidades más comunes, no destinadas a la batalla. Las habilidades sociales son las destinadas al trato con otros personajes, ya sea mediante negociación, persuasión o incluso intimidación. Las naturales hacen referencia a la vida en el campo, y nos permiten obtener recursos en el entorno a partir de animales y plantas. Las artesanales incluyen las que nos permiten fabricar objetos, o abrir cerraduras. Las habilidades físicas valoran nuestro sigilo, observación o fuerza de voluntad. En última instancia tenemos los conocimientos, entre los que se cuentan la curación de heridas, la anticipación o el aprendizaje de conjuros. En función del tipo de personaje que deseemos ser, tendremos que poner mayor o menor empeño en las habilidades concretas que consideremos importantes.

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El desarrollo del título se realiza en tercera persona, y controlaremos el movimiento de nuestro personaje tanto con las teclas habituales (WASD) como con el puntero del ratón, indicando el siguiente punto de ruta sobre el escenario. El personaje responde bien ante nuestras órdenes, aunque sus animaciones a la hora de representar el movimiento se antojan un poco extrañas. Sin llegar a ser poco naturales, la impresión de las mismas no es del todo convincente, e incluso parecen un poco lentas. Por lo demás, el control es intuitivo y sencillo, con lo que nadie tendrá problemas a la hora de dar órdenes de movimiento a su alter ego en las tierras de Aventuria. Igualmente, el puntero cambiará al posarlo sobre un objeto, dándonos a entender las distintas acciones que podemos realizar sobre el mismo.

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De esta forma, frente a un enemigo se transforma en una espada o un arco, en función del equipamiento que portemos. Si lanzamos hechizos veremos un rayo, o varios si es necesario acercarse más para realizar el conjuro. Otros iconos nos muestran si podemos hablar, recoger, entrar o utilizar el objeto. Pulsando con el botón derecho se muestra un menú radial que incluye más opciones, como examinar, desollar, activar una trampa o forzar cerraduras. Cada vez que elijamos una acción, el resultado de la misma se basará puramente en el cálculo a partir de los valores de habilidad de nuestro personaje, de manera que la probabilidad de éxito o de fallo solamente depende del desarrollo del mismo. Un gran guerrero será bueno en combate, pero quizás no pueda abrir cerraduras con la sutileza necesaria.

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Conforme avancemos en la aventura y vayamos cumpliendo las tareas que nos encarguen, podremos ganar puntos de aventura. Estos nos permiten continuar el desarrollo de los parámetros de nuestro personaje. Cuando tengamos una cantidad suficiente acumulada, podremos acceder de nuevo a la ficha de nuestro héroe y comenzar a gastar puntos de forma que los iremos distribuyendo entre las distintas puntuaciones que queramos mejorar.  Es posible aumentar todas y cada una de ellas, sin ninguna restricción, pero los costes son distintos según lo que queramos mejorar. Por poner un ejemplo, los atributos son mucho más caros, puesto que influyen directamente en las puntuaciones de cada una de las habilidades que dependen de ellos.

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La hoja de inventario también es un ejemplo de cómo se ha trasladado el rol al juego. Encontramos un esquema de lo que podemos llevar puesto, y a su lado un espacio que corresponde a la mochila o bolsa. Hay tres tipos de las mismas: el saco principal donde caben 24 objetos y armas, la bolsa adicional que puede almacenar otros 24 y el saco de misión, donde se ubicarán todos los elementos que son de importancia para la trama. Por comodidad, dichos elementos no tienen peso y no es necesario deshacerse de ellos durante toda la aventura, así que se incluyen en un apartado distinto para que no nos estorben a la hora de cambiar nuestro equipamiento. También veremos un total de peso cargado, que nos indica cuanto más podremos portar, y la cantidad de dinero disponible.

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La historia de Drakensang, cuyos inicios os contamos en el avance previo, es digna de una campaña de fantasía, si bien peca de convertirse en demasiado lineal. No se nos ofrecen demasiadas alternativas a la hora de elegir el siguiente movimiento, y en eso se encuentra algo alejado de otros títulos similares. Sí que es cierto que tenemos total libertad para elegir otras tantas cosas, y con una cantidad de opciones nada desdeñable, pero 'The River of Time' está extremadamente lejos de convertirse en un mundo abierto, algo que podría favorecer muchísimo su desarrollo y que sería agradecido por los seguidores de los juegos de rol. Eso sí, la trama, además de complementar lo visto en la primera entrega, es emocionante y consigue engancharnos casi desde su mismo comienzo.

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Dejando a un lado el tema de rol y la dinámica de juego, vamos a centrarnos ahora en el aspecto técnico, donde Drakensang ha mejorado en calidad respecto a su antecesor. Ahora existen más animaciones y parecen algo más compenetradas, aunque no llegan a convertirse en la espectacular coreografía de golpes que hemos visto en otros juegos del mismo género. Sin embargo es cierto que ahora contamos con distintos movimientos para la misma acción, lo que hace de los combates algo más entretenido que en su primera entrega. La calidad de los modelados es extremadamente buena, con un diseño colorista y bien logrado, donde las texturas funcionan a la perfección. Hay que tener en cuenta que en todo momento obtenemos información relativa al resultado de los cálculos de ataque o daño, y estos se integran correctamente en la visualización.

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Los escenarios son espectaculares, creados con gran belleza y bajo las directrices de la fantasía heróica más generalista. Grandes ciudades de piedra donde la vida de sus habitantes fluye con normalidad, misteriosas ruinas donde los sonidos nos sobresaltan con cada nuevo paso, peligrosos bosques habitados por todo tipo de criaturas... Se ha puesto especial énfasis en mostrar el mundo de Aventuria al resto de los mortales, y realmente se ha conseguido un efecto muy bueno. 'The River of Time' es, además de un juego, una buena representación virtual de este universo donde tantos y tantos jugadores han pasado largas horas con la simple ayuda de unos dados, una hoja de papel y su imaginación.

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El sonido es uno de los puntos donde 'The River of Time' deja tumbado incluso a los mejores del sector. Completamente adornado con bonitas melodías y efectos, que sin llegar a convertirse en una banda sonora de referencia consiguen acompañar los momentos de tensión o de tranquilidad con muy buen criterio, el título se encuentra completamente doblado a nuestro idioma. Más que eso, puesto que nos hallamos ante un doblaje de buena calidad, sobre todo para los personajes principales, y que supone un gran salto de accesibilidad para lo que no desean estar leyendo subtítulos de voces en inglés. Ojalá esto sea una referencia, sobre todo con el buen tino que se ha tenido a la hora de seleccionar las voces que representan a cada uno de los personajes que nos vamos encontrando.

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Con estas premisas nos encontramos ante un grandísimo juego de rol, posiblemente uno de los que mejor ha sabido trasladar la esencia de este hobby al videojuego y que nos permite soñar con multitud de opciones que harían del mismo una interesantísima opción de ocio. No entendemos con esto que Drakensang tiene muchas carencias, puesto que no es así, y lo que promete lo cumple con creces. Una perfecta alternativa para los amantes del género, e incluso para los que quieran iniciarse en el mismo… Y si no habéis jugado todavía al primero, no os dejéis llevar por el orden cronológico si no queréis llevaros alguna revelación antes de la cuenta.