Transformers: La Guerra por Cybertron
- PlataformaPS3360PC7.5
- GéneroAcción, Aventura
- DesarrolladorHigh Moon Studios
- Lanzamiento25/06/2010
- EditorActivision
Acción tecnológica
Transformers vuelve a la carga en el mundo de los videojuegos, aunque esta vez lo hace en forma de shooter en tercera persona con mejores premisas y factores que sus anteriores entregas, marcadas por el hecho de ser juegos basados en películas. Es la hora de saber qué pasó antes que estos personajes llegaran a la tierra...
Transformers protagonizó un auténtico boom durante mediados los años ochenta. En Japón se estrenó una serie en la que se enfrentaban Decepticons y Autobots que fue todo un éxito. Los juguetes tan especiales que permitían transformar robots enormes en vehículos cobraban vida, y el salto a la zona occidental, Estados Unidos y Europa, también tuvo una gran repercusión. Durante años el éxito acompañó a Megatron y Optimus Prime, que recuperaron esos días gloriosos el año 2007. Michael Bay llevaba a la gran pantalla a estos personajes, con Shia LaBeouf y Megan Fox de reclamos que iban más allá del que se pudiera conseguir de los propios fans. Película taquillera que tuvo su consecuente continuación. Y aquí saltó, de nuevo, la relación entre cine y videojuegos a la que estamos acostumbrados.
Transformers: the Game fue un primer intento, fallido, de recoger el éxito de taquilla al mundo virtual. Lo mismo pasó con la secuela de La venganza de los caídos, que a pesar de mejorar levemente el primer producto virtual pero sin llegar a unos mínimos. Las prisas, el hecho de relacionarse directamente con una película y lo que esto conlleva (adaptaciones rígidas, productos poco pulidos) y seguramente una inversión inferior a la recomendable fueron factores a tener en cuenta. Esta vez, Transformers: War on Cybertron se distancia de sus dos predecesores en algo que puede parecer anecdótico pero que no lo es en absoluto. No está ligado al lanzamiento de una película. Y se nota. El trabajo de High Moon Studios respira a videojuego, y no a licencia que se debe aprovechar sí o sí. Y aunque hay algunas cosas mejorables, el salto de calidad si echamos la vista atrás es notable (en PC, Playstation 3 y Xbox 360, ya que para Wii es otro juego).
Y así, en una división de diez capítulos, cinco para cada facción, se narra el último, de momento, videojuego de Transformers. Unas diez horas de juego, cada capítulo es bastante largo pero cuenta con puntos de guardado y checkpoints constantes, en lo que lo más importante son los tiroteos y la acción sin descanso. High Moon Level, siguiendo la tónica de la presente generación, se une al género de los shooters en tercera persona. Aunque al menos gracias a las particularidades de los protagonistas, en ciertos detalles las diferencias con reyes del género como Gears of War o Lost Planet son más que evidentes.
La puesta en escena del modo campaña, que nos tendrá más entretenidos de lo que puede parecer al principio, es más que conocido en esta generación. Un escuadrón pequeño contar una manada de enemigos. En cada episodio podremos elegir alguno de los Autobots o Decepticons, con sus propias habilidades y características. Los otros dos que nos acompañan estarán controlados por la IA o, si queremos, por otros jugadores para hacer la campaña de manera cooperativa. Las habilidades de los protagonistas, por ejemplo poder hacer movimientos evasivos de gran velocidad o golpes melé potentes, es el principal cambio que podemos notar según nuestra elección. Todos se transforman en vehículos, pueden llevar dos armas, lanzar granadas y tener ataques cuerpo a cuerpo.
Es uno de los puntos interesantes de War of Cybertron. Con un sólo click al stick analógico, el protagonista se puede convertir en una nave que se mueve a gran velocidad por el escenario y tiene un cañón diferente, y más potente, que el arsenal inicial. Esto nos permite afrontar según que situaciones de distintas maneras, ya que si vamos armados con rifles de corto rango, un escuadrón enemigo a lo lejos se mantendrá más a raya vía el vehículo de turno. Naturalmente, los protagonistas no son los únicos que tienen el poder de transformarse, y muchos enemigos llegarán en forma de nave y hasta que no sean objeto de nuestros disparos no pasarán a la forma robótica.
El abanico de armas no es demasiado original, ya que todos en mayor o menor medida son adaptaciones de los clásicos rifles de medio rango, escopetas recortadas, lanzagranadas, francotiradores y demás. El movimiento del protagonista es mucho más rápido y abierto que en Gears of War, lo que hace que la acción sea mucho más veloz, abarque más espacios y tenga un punto de locura que en la obra de Epic y derivados o similares no está tan presente. Los enemigos también se mueven con agilidad, por lo que no será raro estar apuntando a diversos lados de la pantalla en poco espacio de tiempo.
La lluvia de balas que hay en cada escenario y estos factores comentados hacen de la obra de High Moon Studios un juego frenético, sin un momento de descanso. Enemigos que salen de cualquier rincón, que vienen desde el cielo o a ras de suelo, que disparan a lo lejos... un constante movimiento para un juego que, seguramente debido a todos estos elementos, no ha incluido el sistema de cobertura tan instaurado en la presente generación. No se echa en falta, ya que las batallas tienen un punto más arcade en este sentido, y nos apoyaremos más en movimientos evasivos, en el doble salto disponible (el segundo nos permite planear un instante) o en la transformación de marras para escapar de los ataques enemigos.
A todo esto se le añaden detalles de la mecánica jugable que también escapa a los tópicos actuales. Nuestro protagonista cuenta con una barra de vida que se divide en partes. Cuando recibimos impactos, se va reduciendo la energía de cada parte. Si nos cubrimos y esperamos, se recarga la energía, pero cada parte que se vacíe ya no se va a recuperar. Esto le da un toque que rememora la vieja escuela, cuando teníamos que ir con cuidado en según que momentos y cuando una de las prioridades en el escenario, más que esconderse para regenerar la vida, era buscar botiquines, que en Transformers nos recuperan automáticamente toda la barra y todas las partes que teníamos. Tampoco brilla por su abundancia la munición. Para entendernos, si despilfarramos, seguramente deberemos acabar una zona concreta a golpe de corta distancia -son devastadores- pero acto seguido encontraremos sin problemas cajones de munición para poder avanzar. Se gasta con facilidad, pero no hay tramos en la que no podamos contar con ella. Impensable teniendo en cuenta que es un shooter puro y duro.
Todos estos elementos conjuntados funcionan correctamente, pero no podemos omitir lo más importante y que ya se ha comentado al inicio. La posibilidad de jugar de manera cooperativa al modo historia. Esto da un salto notable a la campaña, ya que a tres mandos la diversión, por la sencillez y frenetismo de la propuesta, se multiplica. Suena a tópico, pero en este caso es así. Poder flanquear a jefes finales, a enemigos enormes que tienen ciertos mecanismos de defensa (un escudo, una barrera) o cubrir las espaldas cuando hay ataques desde diversos ángulos acaba siendo más satisfactorio en compañía. La IA compañera no nos pondrá en problemas y acabará con enemigos, pero no es lo mismo. Eso sí, la campaña se puede disfrutar en solitario sin ningún problema, pero el cooperativo es un plus de calidad.
El desarrollo argumental diseñado por High Moon Studios también tiene algunos contratiempos, ya que a pesar de contar con algunas cinemáticas (espectaculares muchas de ellas), lo cierto es que muchas veces estaremos avanzando sin saber exactamente por qué. Hay diálogos entre personajes constantemente, pero cuesta seguir el hilo sobre todo durante la acción, ya que los objetivos se van actualizando muchas veces yendo de un punto a otro, algo que constata la linealidad del juego -un clásico también, teniendo en cuenta la naturaleza del mismo- y que tampoco ayuda a narrar de la mejor manera la trama de la que constan las dos facciones, Decepticons y Autobots.
Los modos de juego de Transformers: War of Cybertron se completan con el multijugador competitivo y con Escalation. Éste último recoge la esencia iniciada por Gears of War 2 con el modo Horda o el Firefight de Halo: ODST que también se ha confirmado para Reach. Van apareciendo oleadas de enemigos y se tienen que eliminar con otros compañeros. Entretenido y todo un reto, sobre todo porque el juego en dificultad alta se las trae, aunque si ya el mismo modo historia peca de repetitivo, Escalation sólo es apto para quienes quieran disparar sin parar bajo un sistema de combate frenético y divertido. Mención aparte para el modo multijugador online. High Moon Studios aseguró que querían potenciarlo para que fuera una de las claves del éxito de este War of Cybertron.
Y lo cierto es que no hay sorpresas en los modos de juegos, los ya conocidos en otros juegos de acción actualmente, aunque se hace uso de un sistema para subir experiencia, mejorar habilidades y personalizar personajes más que interesante en el que la cooperación entre miembros del equipo es básico. Se usan los mismos escenarios que podemos ver en la campaña principal, y las batallas son para hasta diez jugadores a la vez. La estructura no funciona a la perfección, y aunque no hay indicios de retraso en partidas con gente europea, los problemas crecen cuando es la hora de enfrentarse a jugadores norteamericanos. Parten con la ventaja y muchas de ellas pueden acabar siendo injugables debido al lag que aunque no afecte al movimiento de pantalla, hace que no podamos matar a quemarropa a un enemigo y este nos mate de un disparo.
A nivel sonoro, lo cierto es que los efectos especiales, los disparos, explosiones y demás van en consonancia con el espectáculo audiovisual. Suenan bien y acompañan al apartado visual. La banda sonora, que queda a veces en un segundo plano por la cantidad de efectos que suenan constantemente, también ayuda a darle un toque frenético al juego. Llega doblado y traducido al castellano, algo que se agradece, aunque las voces en inglés, mención especial a Megatron con su tono agresivo y algo despótico, no tienen punto de comparación.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.