Intenso, pero efímero

SNK Playmore no se ha limitado a reeditar Metal Slug XX para las portátiles que están actualmente en el mercado, Nintendo DS y PlayStation Portable, sino que también ha preparado una versión para Xbox Live Arcade, que llega hoy al precio de 1200 Microsoft Points. Desde luego, sobre el papel, se antoja una noticia excelente, dado que Metal Slug se ha convertido, por méritos propios, en una de las franquicias más carismáticas y conocidas del mundo de los videojuegos, gracias a sus excelentes entregas que han marcado época en los salones recreativos y que poco a poco han ido abriéndose camino al mercado doméstico. Pero por mucho que se adapten a consolas, el espíritu sigue intacto desde la primera entrega, un juego arcade de acción pura y afán de quitarnos hasta nuestra última moneda.

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En esta enésima encarnación de la franquicia, pocos cambios e innovaciones nos vamos a encontrar con respecto a la imagen que a cualquiera le viene a la cabeza al pensar en Metal Slug. Sencillamente, es un capítulo más, que mantiene línea argumental, personajes, jugabilidad, dinámica de juego… La principal pregunta no nos la encontramos en qué tiene para ofrecer este Metal Slug XX, sino en si merece la pena disfrutar del juego en su versión para Xbox Live Arcade. Hay que decir que la respuesta es, más que nunca, 'depende'; es decir, el nombre habla por sí solo, y en este más de lo mismo influye, en primera instancia, el tener ganas de más o no, y en segunda, el poseer o no esta versión en alguna de sus otras encarnaciones.

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El menú principal de la versión para Xbox Live Arcade nos presenta un gran número de opciones, pero lo cierto es que no son tantas como parece, ya que muchas son opciones de relleno. Por ejemplo, podemos ver el total de objetos potenciadores que hemos recogido en cada una de las misiones, salir al dashboard de Xbox 360, o ver las tablas de puntuaciones online. De por sí, el eje central del juego sigue siendo el modo historia, que nos ofrece siete misiones y la posibilidad de jugar en solitario o acompañados de un amigo, sea en la misma consola o a través de internet. Los personajes a nuestra disposición en un principio son varios nombres bien conocidos por los aficionados, como Marco Rossi, Eri Kasamoto, Ralf Jones, Clark Still, Fio Germi o Tarma Roving.

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Tenemos tres niveles de dificultad a nuestra disposición, y lo cierto es que se notan muchísimo las diferencias entre ellos. Así pues, mientras el modo principiante permite que cualquiera pueda iniciarse en el mundo de Metal Slug, el modo difícil pone a prueba la habilidad y los reflejos de los más expertos jugadores. Durante las misiones, nos encontramos lo habitual: soldados y armamento pesado de todo tipo, diferentes tipos de arma (pistolas, escopetas, cuchillo para el cuerpo a cuerpo, lanzacohetes, granadas, láseres, etcétera), prisioneros por rescatar (que nos agradecerán el que lo hagamos), secciones de plataformas, grandes jefes finales, y sobre todo, infinidad de balas y explosiones por todos lados.

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Desgraciadamente, como en todas las entregas, hablamos de una partida completa de cuarenta minutos o menos. Eso sí, muy rejugable por su gran capacidad de diversión, su modo cooperativo, la competición online en las tablas de clasificación, la descarga de nuevo contenido (como personajes), o el querer descubrir el 100% de todos los secretos que oculta. Además, para ampliar la longevidad del título, tenemos una 'escuela' en la que nos darán varias decenas de misiones para cumplir en cada una de las secciones del juego, del tipo completar una zona en un tiempo determinado, salvar a los prisioneros, etcétera. Aunque son numerosas, no dejan de ser una forma distinta de rejugar el modo historia principal por secciones, así que deja un ligero sabor agridulce de que podría haberse explotado más este aspecto.

Una de las principales novedades, aunque puede resultar algo escasa, es la inclusión de nuevos tipos de vehículos durante la aventura. Destaca especialmente el Slug Gigant, un robot gigantesco con el que viviremos una sección y combate contra jefe final dignos de las mejores series de mech japonesas, sin olvidarnos del Slug Truck o del Slug Gunner. También regresan varios de los vehículos de entregas anteriores, y por supuesto el armamento fundamental. Desgraciadamente, los niveles y situaciones no alcanzan el nivel de carisma de los presentes en capítulos anteriores, aunque mantienen muy bien el tipo.

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Pero todo Metal Slug se ha caracterizado principalmente por su gran jugabilidad, y este capítulo no iba a ser menos. Aunque no es, para bien o para mal, el mejor Metal Slug de la franquicia, tampoco se puede decir que pierda mucho el nivel con respecto a los grandes de la serie. A falta de grandes momentos memorables, consigue mantener la intensidad de principio a fin con solvencia, y el modo multijugador le añade mucho interés y longevidad a un título que, pese a todo, en su modo historia dura poco más de media hora; en este aspecto, las continuaciones infinitas pueden ser malas consejeras al llevar al usuario de la mano hasta el final de la aventura sin sentir que sus euros vuelan como lo hacían en la máquina recreativa.

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