[X10] Fable III, Impresiones
Peter Molyneux nos presenta los primeros detalles de su nueva obra, Fable III. Se eliminan algunos aspectos de RPG y se profundiza más en las relaciones sociales y la política, en un Albion que ha evolucionado hacia la revolución industrial.
Peter Molyneux nos presenta los primeros detalles de su nueva obra, Fable III. Se eliminan algunos aspectos de RPG y se profundiza más en las relaciones sociales y la política, en un Albion que ha evolucionado hacia la revolución industrial.
Sin duda, uno de los títulos más esperados de este X10 era Fable III. Muchos se esperaban lo mejor y lo peor de un título sobre el que su propio creador, Peter Molyneux, comentó durante la semana que iba a decepcionar a los amantes de la franquicia. Durante la presentación, profundizó más, hasta el punto de llegar a afirmar que Fable III no sería un RPG, rompiendo completamente con las ideas preconcebidas sobre el juego. Lo cierto es que en los primeros compases del juego que se mostraron a la prensa, llamó mucho la atención el marcado cambio de ambientación: atrás queda la magia y la fantasía, que abren paso a toda una completa revolución industrial en Albion.
Han pasado más de cinco décadas desde los sucesos que protagonizamos en la segunda entrega. La revolución industrial se hace notar en los cielos de Albion principalmente, donde chimeneas y grandes fábricas trazan la nueva silueta de la ciudad. Un marcado estilo victoriano, que recuerda a los clásicos escenarios por los que se desenvuelve Sherlock Holmes, en el que nos podemos encontrar gente pidiendo por las calles, niños trabajando, etcétera. El entorno tiene algo de encantador pero, al mismo tiempo, de preocupante; tanto si nos gusta lo que vemos como si deseamos cambiar las cosas, Fable III nos pondrá en las manos el poder para hacer lo que queramos con el mundo que nos rodea.
Argumentalmente, seremos el hijo del protagonista de Fable II; la conexión será tan importante que las partidas guardadas de la entrega anterior jugarán su papel. Se podrán cargar al principio del juego para que las decisiones tomadas tengan efectos y repercusiones en la actualidad de Albion. Estamos en las calles, y nuestro objetivo será luchar por llegar al trono, el cual lo ostenta con mano de hierro el rey Logan, hombre cruel y poderoso por igual. Iniciaremos desde el principio nuestra campaña política, haciendo promesas a la gente del tipo convertir las fábricas en escuelas, o abolir la pobreza. Gracias a ellas ganaremos masa social, que será vital para tener alguna posibilidad de éxito en nuestro asalto al trono.
Pero aquí es donde el juego presenta el principal reto, ya que deberemos cumplir todas nuestras promesas si no queremos que nuestros fieles nos abandonen. Según Molyneux, cuando logremos hacernos con el trono será la mitad del juego, momento en el cual podremos empezar a cambiar las cosas para intentar hacerlas bien, o simplemente limitarnos a seguir su línea de trabajo y convertirnos en un tirano. La capacidad de decisión tradicional de la franquicia estará muy presente también en Fable III, que nos presenta un mundo amplio que podremos llegar a moldear a nuestro gusto. Tal es así, que el propio enfoque del juego se ha visto modificado de forma importante.
Tal y como dice Molyneux, Fable III abandona bastante el género del RPG que presentaban las entregas anteriores, al eliminarse los puntos de experiencia, los niveles, e incluso la barra de vida. El juego, en esencia, se desarrolla de forma similar al anterior, aunque esos cambios de la mecánica se harán notar durante el desarrollo, debiendo acostumbrarnos a una nueva forma de afrontar el mundo de Albion. Eso sí, destaca especialmente la importancia que seguirá teniendo el sistema de combate, con espada, armas a distancia y magia; las mejoras, al carecer de un sistema de niveles, se conseguirán a través de las armas que utilicemos y que irán evolucionando con su uso.
Se mantiene también el sistema de misiones y la libertad para vagar por Albion aceptando tareas secundarias o buscando pareja; las decisiones tomadas también afectarán al desarrollo de algunas misiones. Al igual que en entregas anteriores, nos podremos casar con quien queramos, y habrá una misión en la que deberemos encontrar a nuestra hija perdida. Utilizaremos al perro, otro elemento que regresa, para que la rastree; Molyneux destaca que el cánido tendrá muchas más habilidades que antes, pero que todavía no va a profundizar en ellas. Gracias a su olfato, encontramos a nuestra hija jugando en la calle con otros niños, nada drástico como las elucubraciones de la madre sobre su secuestro. Al encontrarla, podremos decidir cómo reaccionar.
Peter Molyneux asegura que la relación íntima entre personajes será mucho más profunda que nunca, y el contacto personal será muy importante. En este caso, podemos optar por dejar a nuestra hija allí, provocando que la niña se ponga a llorar; o bien podremos abrazarla, darle la mano, u otras acciones que desarrollarán la conexión emocional entre los personajes. Del mismo modo, según lo que hagamos, los personajes de la IA podrán tener cambios de humor, enfadándose con nosotros o mostrándonos su afecto. El contacto humano será muy importante cuando seamos el rey, ya que la fidelidad de nuestro pueblo dependerá de cómo nos portemos con ellos.
Otra muestra de contacto humano: un hombre nos viene pidiendo dinero, y nosotros se lo damos. Posteriormente, le cogemos de la mano, el buen hombre se alegra pensando que le vamos a llevar a cenar o algo por el estilo, pero en realidad lo que hacemos es llevarle a una fábrica, donde lo vendemos como esclavo. Lo fundamental para estas interacciones es la opción de 'Touch', que reemplaza casi completamente a todas las acciones del botón A, y su uso es una de las primeras enseñanzas del tutorial del juego. Pero sobre todo, Fable III gira en torno a hacerse poderoso y alzarse como nuevo rey de Albion; podremos sentir nuestro poder a base de la fuerza, y por eso las interacciones sociales pueden ser de agarrar y empujar a la gente, y el combate que mencionábamos antes será crucial para eliminar a nuestros enemigos (o amigos, ya que podremos masacrar a inocentes).
Según el arma que empleemos, el personaje y la propia arma evolucionarán de forma distinta. Si utilizamos armamento pesado, desarrollaremos nuestros músculos, por ejemplo, algo que no ocurre si empleamos armas de fuego o mágicas, donde tendremos un toque más sofisticado y fino. Según parece, esto se debe a las quejas de que los personajes femeninos de Fable II parecían levantadoras de peso. En vez de añadir muchas armas, prefirieron que el usuario compre una y, según el uso que se le dé, irá evolucionando y cambiando; influirá la especie a la que ataquemos, o la condición social de la víctima. Al ser un arma tan personal, podremos darle un nombre y luego venderla online como arma única; no perderán ese nombre, y seguirá evolucionado con su nuevo usuario, pudiendo volver a comprarla nosotros en el futuro y que haya cambiado sustancialmente.
Por lo visto, se ha intentado hacer el combate todavía más accesible, aún a pesar de que en Fable II ya era bastante sencillo y directo. Con el botón X realizaremos ataques rápido, y si lo mantenemos pulsado serán golpes más fuertes. El botón Y volverá a estar vinculado a la magia, pudiendo pulsarlo varias veces rápido para realizar un hechizo o bien mantenerlo para que sea más poderoso. Se podrán combinar anillos para combinar hechizos; estos también evolucionarán, y el proceso será similar al de las armas, pudiendo también venderlos a través de Xbox Live. La puntuación de jugador, curiosamente, será importante en la evolución del arma; según la puntuación que tengamos, el arma tendrá un aspecto, y si aumenta la puntuación, se modificará el arma de forma acorde.
El gore será un elemento importante del juego. Según parece, la comunidad pedía que la franquicia tuviese algo más de gore, así que optaron por añadir mayores dosis de sangre pero sólo para los que sean malvados; los que sigan el camino del mal verán cómo la sangre estará cada vez más presente en pantalla, mientras que los que prefieran la senda del bien no presenciarán un espectáculo tan bañado de rojo. Falta mucho, muchísimo, por saber de Fable III, pero en un primer vistazo ya se ha visto un importante salto adelante con respecto a Fable II; su aspecto más humano y político y la desaparición de la experiencia y, prácticamente, de todo el interfaz, resulta intrigante y atractivo por igual. Habrá que esperar para ver qué más sorpresas nos depara el juego, cómo será ser un rey, y qué papel va a jugar Natal en todo esto.
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