Metro 2033, Impresiones
Muchas veces hemos visto como un desastre global diezma la población terrestre. Terremotos, cambio climático, amenazas alienígenas y, por supuesto, una guerra nuclear entre las grandes potencias armamentísticas. En este último caso, sólo sobrevivirían aquellos afortunados que se refugiaran en bunkers O en su equivalente barato, los túneles del metro.
Muchas veces hemos visto como un desastre global diezma la población terrestre. Terremotos, cambio climático, amenazas alienígenas y, por supuesto, una guerra nuclear entre las grandes potencias armamentísticas. En este último caso, sólo sobrevivirían aquellos afortunados que se refugiaran en bunkers O en su equivalente barato, los túneles del metro.
Y ese es el terreno que Metro 2033 pretende ocupar, presentándonos a la humanidad unos 20 años después de una guerra nuclear que ha convertido toda la superficie terrestre en poco más que un erial tóxico, por la que además moran todo tipo de extrañas criaturas y enemigos. Los escasos 40.000 supervivientes de este holocausto sobreviven agazapados bajo tierra, entre los túneles de Metro de Moscú. Allí se han organizado por estaciones, casi como si fueran pequeñas ciudades. Todas ellas con sus propios habitantes, sistemas sociales, tiendas Pero entre ellas destaca una persona, Artyom, el protagonista de nuestra historia. Es poco más que un muchacho de 20 años que perdió a sus padres cuando era muy pequeño, pero que su ansia por salir de su estación y conocer mundo le harán digno de una aventura épica.
Esta es la idea que Dmitry Glukhovsky plasmó en su primer libro, un best-seller de igual título a este juego, que fue publicado allá por el año 2002. Su éxito ha sido tal que ha supuesto el inicio de toda una serie de obras relacionadas con esta historia. Ni siquiera el mundo del cine parece escapar al carisma de la pluma de este ruso (está en conversaciones con varios estudios). Por supuesto los videojuegos también se beberán de esta fuente. Al menos esa es la intención de 4A Games, una desarrolladora independiente Ucraniana que pretende debutar con Metro 2033 (y gracias a THQ) en las estanterías de las tiendas de ocio interactivo de todo el mundo.
Puede parecer un futuro negro pero sostenible. Eso, claro está, si no tenemos en cuenta las decenas de miles de criaturas mutantes que esperan en cada esquina para alimentarse con nuestras entrañas. Así cada estación está asediada por estos seres creados al calor de las radiaciones nucleares. No serían un gran problema por si solos (son poco más que ratas sobredimensionadas), pero unido al resto de peligros de este mundo la escasez de balas supone un gran problema. Nos referimos a los bandidos, a los locos, a aquellos que llaman 'Los Oscuros', a las fuerzas sobrenaturales que emanan de los túneles más profundos
A esto tenemos que añadirle un ingrediente que acabar por condimentar la receta hasta conseguir hacerla verdaderamente apetecible: una oscuridad casi total reinando en cada recoveco de nuestro camino. El arma para eliminarla es una pequeña linterna que puede ser cargada manualmente para dar más luz. Claramente insuficiente para la gran expedición que nos espera más allá de los muros de nuestra casi acogedora estación de metro.
El motor de juego, propiedad de la desarrolladora ucraniana, se muestra más que capaz de manejar los complicados juegos de luces que engalanan el apartado técnico de Metro 2033. Por supuesto, también es capaz de mover con gran soltura toda la acción en pantalla, a la vez que muestra un nivel de detalle en los escenarios digno de mención. En la versión que hemos probado quizá lo peor pudiera ser el modelado de algunos personajes, pero aún estamos a tiempo de corregir este pequeño fallo para redondear la versión final.
Así vemos claramente que estamos ante un título que basa su gran atractivo en una ambientación única, que bebe de un guión más que interesante. Incluso la partitura musical parte de un tono funesto y sobrio que remarca la tensión en los mejores momentos. Por si esto no fuera suficiente, podemos confirmar desde ya que llegará a nuestro país perfectamente doblado al castellano. La propuesta jugable se aleja de todo artificio, ofreciéndonos la jugabilidad clásica de un FPS gracias al predominio de la acción en la gran mayoría de mapas. Si acaso podríamos destacar algunas secciones de sigilo, otras en las que únicamente tenemos que escapar de una interminable jauría de enemigos y algunos quick time events para los momentos de mayor tensión. Su característica más destacable por otra parte es la escasez de munición, lo que le añade un plus de tensión a cada uno de los combates.
La mayor decepción que nos hemos llevado ha sido al encontrarnos con la interactividad con el atractivo mundo que presenta, dado que se limita a algunos objetos y a un par de tiendas en cada localización. No hemos sido capaces de encontrar misiones secundarias, personajes no jugadores parlanchines o historias accesorias a la de Artyom. Por tanto, cada nivel bajo tierra se limita a seguir el ritmo que marca el guión, mientras nos adentramos por los túneles sin más opciones de exploración que darnos la vuelta para mirar a nuestra espalda. Esto cambia un tanto cuando conseguimos llegar a la superficie, donde además tendremos que sufrir el factor contaminación, que nos obliga a llevar una máscara de gas todo el tiempo, teniendo que prestar atención continuamente al número de filtros que nos quedan en reserva.
La inteligencia artificial, a priori uno de los factores en el que los desarrolladores han puesto más cuidado, no resulta tan revolucionaria como habían anunciado, situándose a la altura de otros títulos del mismo género. Lo que sí que podemos avanzar es que el arsenal de armas promete ser tan delirante como profundo gracias a la personalización de todas las armas por parte de los artesanos escondidos bajo tierra. Encontraremos pistolas con culata y/o silenciador, ametralladoras con mira o estabilizador, escopetas, rifles de francotirador completamente tuneados Una amalgama de posibilidades que contribuye a aumentar nuestras posibilidades de supervivencia.
Finalmente hemos de decir que Metro 2033 se ha creado como una absorbente experiencia para un único jugador, por lo que no podremos esperar ningún tipo de opción multijugador (ni cooperativa ni competitiva). Es decir, que los chicos de 4A Games confían tanto en las posibilidades de la aventura que están creando que no han sentido la necesidad de añadir opciones de juego con amigos estándar. Toda una declaración de intenciones que esperamos sean capaces de testimoniar una vez que el título alcance su estado final de desarrollo. Para eso tan sólo queda poco más de mes y medio, concretamente el 19 de marzo de este mismo año.