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Dark Void

Dark Void

Vacío muy oscuro

La nueva franquicia de Capcom por fin ve la luz después de casi tres años de desarrollo. Acción en tercera persona al más puro estilo Gears of War y fases aéreas a cargo de los creadores de Crimson Skies en un híbrido que tiene como objetivo salvar a la humanidad de la amenaza alienígena de turno.

La nueva franquicia de Capcom llega a PC, Playstation 3 y Xbox 360 después de un largo camino de desarrollo, cambios de ideas, promociones y demás. La propuesta de Airtight Games, compañía encargada del desarrollo de juegos de aviación como Crimson Skies, mezcla batallas aéreas con la acción en tercera persona más clásica de esta presente generación y que tiene en Gears of War su máximo exponente. Las esperanzas de Capcom en este juego son elevadas, primero por ser una franquicia de nueva generación y después por el enorme apoyo mediático que se le ha dado. Es la hora de saber si tanta espera ha valido, o no, la pena.

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Han pasado casi tres años desde que Dark Void se presentó como la licencia de mayor proyección de las que tenía Capcom en la cartera. Era el Gamer's Day de 2007, y Airtight Games presentó mostró las primeras imágenes de lo que debía ser un híbrido de géneros. Lo cierto es que lo visto en ese momento no fue, para nada, decisivo en el resultado final. Realmente Dark Void se empezó a parecer a lo que es hoy en día en el Captivate 08 de Las Vegas. Ahí se empezaron a ver las bondades del Jet Pack, el cambio en la manera de afrontar la acción y hacia donde iría la aventura de Will. En este último año, más y más información al respecto. En el Captivate 09 ya había la primera demo jugable. Luego han ido cayendo otras que han mostrado las facetas de este juego de acción.

Las expectativas respecto este juego son máximas. Después del primer tráiler del juego, Kraig Kujawa decía que querían conseguir un juego de 95 de media. Lo cierto es que la nueva obra de Capcom ha dado que hablar durante este tiempo. Se ha perdido pocos eventos, ha ido saliendo información de manera regular y constante y ha sabido estar en boca de todos. El último movimiento previo a su lanzamiento en el mercado ha sido la demo para los bazares de las consolas de sobremesa, que ha sido acogida con opiniones bastante irregulares a pesar del bombo y platillo que se le ha dado desde la compañía nipona.

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Dark Void presenta un mundo post-apocalíptico en el que una raza alienígena, conocida como los vigilantes, quieren acabar con la raza humana. Will, protagonista de la aventura de Airtight Games, llega a este universo paralelo a través de un accidente justo encima del Triángulo de las Bermudas. Acabará en medio de una selva desconocida junto a la que fue su pareja, Ava. Juntos emprenderán el camino para buscar ayuda, hasta que se toparán con la muerte pasando delante de ellos y verán que se encuentran en territorio hostil. A grandes rasgos, este es el inicio de la aventura. La trama irá evolucionando cuando conozcamos a los humanos que viven en este mundo y los malvados planes de los Vigilantes. Malvados y tópicos, dicho sea de paso.

Y es que uno de los primeros contratiempos que presenta esta nueva franquicia se encuentra, precisamente, en su argumento. La historia de una raza alienígena que quiere acabar con los humanos no es nueva. Y a pesar de ello, el trato que se puede dar a tan manida puesta en escena siempre lo puede hacer atractivo. Pero no es el caso de Dark Void, con un desarrollo argumental totalmente simple, sin giros de ningún tipo. Aunque la peor noticia está en cómo se explica ésta. Hay algunos vacíos en la trama, saltos enormes en el desarrollo y una manera poco trabajada de contar las cosas, hecho que provoca que no llegue a enganchar en ningún momento ni se siga con interés.

Buscando ayuda
Durante los primeros compases del juego empezamos a ver la mecánica que usará Dark Void para acabar con sus enemigos. Al poco ya tendremos en nuestras manos una metralleta, útil para defendernos de los primeros vigilantes. Se nos vienen a la cabeza los primeros nombres. Aunque con matices. Gears of War o Uncharted hacen acto de presencia de manera conceptual. En Dark Void usaremos el sistema de cobertura que tan de moda se ha instaurado en la presente generación. Podremos sacar la cabeza para apuntar, movernos escondidos y todos los movimientos ya conocidos.

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Will puede disparar, lanzar granadas, luchar cuerpo a cuerpo usando sólo un botón y tener equipadas dos armas. La palabra que acompaña a las posibilidades, y ejecución, de las habilidades del protagonista es ‘genérico'. Nos esconderemos y dispararemos, lanzaremos granadas y apuntaremos a la cabeza. Pero la manera de hacerlo no tiene el nivel de calidad de los grandes del género, por la respuesta del control, por el diseño de niveles. O por todo un poco. Parece haberse usado un patrón básico de cómo hacer un juego de acción en tercera persona sin trabajar detalles que pueden ir desde el citado control a las animaciones o reacciones de los enemigos.

El abanico de posibilidades no es muy grande. En total hay seis armas para usar, dos de las cuales estarán presentes durante la primera mitad del juego. La metralleta de los humanos y su homónima en la facción de los vigilantes.  Un cañón más poderoso pero de poca cadencia, un francotirador, una arma humana que nos permite, a partir de un campo magnético, elevar a los enemigos y un rayo de energía completan la oferta. Variada pero poco útil, ya que de las seis, dos de ellas están limitadas a usos concretos de la aventura, con menos eficiencia en los combates habituales. El armamento se puede mejorar gastando puntos que vamos recogiendo al eliminar enemigos. Un pequeño toque sin mayor importancia.

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Donde se pueden ver los cambios jugables es en el uso del Jet Pack. Siguiendo en los momentos de acción a ras de suelo, que ocupan buena parte de la aventura, esta mochila voladora nos dará la oportunidad de elevarnos por encima de la zona de guerra y disparar desde otros puntos. Esto nos da más libertad para movernos, aunque lo cierto es que una vez usado para alcanzar una cobertura elevada o en otro lugar del mapeado, ya no tiene mucho sentido usar el Jet Pack, ya que nos cosen a balazos si nos mantenemos a la intemperie sin nada con lo que protegernos.

A pesar del uso de este artefacto, que pasados los primeros compases ya no nos quitará la sensación de nada nuevo bajo el sol, lo cierto es que los enemigos tampoco nos acompañan a la hora de mejorar la experiencia jugable. Las variantes no son demasiadas, y dejando a un lado los francotiradores con jet pack y a los kamikaze que se nos acercan para auto inmolarse delante de nosotros, el resto es bastante genérico. Algunos con más resistencia que otros, pero nada que nos ayude a diferenciarlos en exceso cuando nos enfrentamos a ellos. En este sentido, el diseño robótico de los Vigilantes tampoco ayuda.

Alta tecnología, no para pensar
Los Vigilantes usan la más alta tecnología, y eso se nota en sus construcciones, en su naturaleza y también en el arsenal. Las armas de los enemigos, de corte futurista con rayos láser y similar como munición, tienen un poder superior a la metralleta básica de los humanos. Pero estos alienígenas son capaces de diseñar potentes pistolas y… nada más. Y es que la inteligencia artificial de los enemigos se encuentra bajo mínimos, con algunos momentos frustrantes para el jugador que está enfrentándose a ellos. Porque algunas respuestas de los Vigilantes hacen que no sea ni divertido matarlos.

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Por ejemplo, en un momento nos encontramos con dos metralletas fijas que nos están machacando a distancia. Están controladas por dos enemigos. Usando el Jet Pack, nos trasladamos hasta sus espaldas para acabar con ellos. Qué sorpresa la nuestra cuando vemos que son incapaces de bajarse de la metralleta para golpearnos. Su único intento de defensa será girar la metralleta (que desde tan cercana posición es como girar una grúa) mientras nosotros nos vamos situando detrás de ellos para machacarlos.  Más. En batallas abiertas con más humanos y vigilantes a fuego cruzado, puede ser que golpeemos cuerpo a cuerpo a un enemigo, que sí está enzarzado en un diálogo de balazos con otro humano, seguirá disparándole a él aunque estemos delante de sus narices golpeándolo.

Son sólo algunos momentos puntuales, pero que unidos a otros enemigos que no usan coberturas para disparar aunque vaciemos un cargador en todo su cuerpo empañan el resultado final. Mención aparte merece algún que otro bug: en un momento puntual, hay un tipo de sanguijuelas merodeando el suelo que saltan encima de nosotros; pues bien, si en lugar de pisar la zona, nos quedamos en la rampa que nos lleva hasta ella, estos enemigos no traspasarán la línea imaginaria que separa ambos tramos y podremos acabar con ellos desde una posición segura.

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Lo dicho hasta el momento no es demasiado alentador. Lo cierto es que dejando a un lado estos problemas, hay momentos en los que la acción se vuelve frenética, con muchos enemigos y con la tensión propia de este tipo de juegos. Aunque lo mejor de Dark Void en este apartado está en el punto de vista novedoso para cruzar disparos. Por la naturaleza de las posibilidades de Will, poder moverse libremente arriba y abajo, nos encontraremos escalando muchas veces plataformas y grandes montañas. Y desde esta vista vertical deberemos también dispararnos con los Vigilantes. La mecánica es la misma, con coberturas y demás, pero la perspectiva cambia al ser enfrentamientos de arriba y abajo y viceversa.

Y llegamos al tramo aéreo, donde realmente se ve la mano de los que crearon Crimson Skies y lo que diferencia al juego del resto de aventuras de acción de la presente generación. Con un control exigente pero satisfactorio, podremos movernos libremente por el cielo de este mundo paralelo para acabar con las naves enemigas. La libertad de estas fases, el poder hacer evasivas, cambiar de dirección de manera brusca, asaltar naves de los Vigilantes mediante entretenidos Quick Time Events y el frenetismo de estos momentos son, de largo, lo mejor de la obra de Capcom.
Hasta aquí llega la oferta jugable de Dark Void. Los momentos plataforma escasean, la exploración del mapeado se limita a encontrar diarios y notas que sirven para complementar la historia y poco más. A pesar de presentar un mundo enorme en posibilidades y un universo virgen gracias a su naturaleza de nueva saga, la verdad es que el desarrollo es bastante lineal, sin muchos rincones que visitar que no estén a la vista y con un claro enfoque a la acción. Su duración, alrededor de las diez horas, se ve afectada por el hecho de no contar con un modo multijugador. Que en el caso de las fases aéreas podría haber dado bastante de sí.

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Apartado técnico
Dark Void tiene un aspecto irregular. Nos encontramos ante un juego en el que parece haberle afectado el hecho de tener un desarrollo iniciado hace casi tres años. La carga poligonal de los personajes o el nivel de detalle de los escenarios en materia de texturas parece algo desfasado respecto a lo que nos estamos acostumbrando a ver en la presente generación. Resultón en algunos casos, como el atardecer en unas fases concretas o la puesta en escena a vista de pájaro con tantos elementos en pantalla, pero por debajo de lo exigible en pena madurez de las plataformas en las que sale publicado.

Y es que el aspecto no mejora en movimiento. Si bien es cierto que tiene detalles acertados, que son consecuencia sobre todo del diseño de este universo que combina naturaleza y alta tecnología, las animaciones son algo toscas y poco creíbles. Los movimientos de los personajes, el encaje en algunas acciones, como correr y cubrirse o correr y saltar, chirrían en su resultado final. Algo que no pasa, se debe remarcar, en las fases aéreas, donde el protagonista tiene un movimiento fluido y las naves también planean por el escenario de manera coherente a lo que se muestra.

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Por desgracia, los detalles no acaban de limar algunas asperezas que se ven a nivel gráfico. Los efectos de partículas y demás deslucen el cómputo global. Desde las explosiones con efectos llenos de píxeles a las caídas de framerate que sufre el juego cuando se acumulan demasiados enemigos en pantalla, luces y explosiones, existe la sensación que falta optimización de recursos, teniendo en cuenta que lo que se muestra y el motor gráfico que se usa, el ya conocido Unreal Engine 3, puede dar mucho más de sí. Al menos mantener estable un apartado técnico más que limitado.

Dark Void aparece en tres plataformas distintas. A pesar de esto, la realidad es que la multiplataformidad del título no hace que desmerezca, dentro de sus posibilidades, en ninguna de ellas. Entre las consolas de sobremesa hay diferencias mínimas. Ambas tienen, eso sí, largos y tedios tiempos de carga que pueden hacerse pesados en según qué momentos. Referente a la versión PC, Dark Void cuenta con la posibilidad de usar la tecnología PhysX de Nvidiaque permite mejorar la gestión de elementos de la pantalla como partículas, colisiones, etc. Dado el nivel técnico global de la obra de Airtight Games, lo cierto es que tampoco es un factor decisivo para elegir su compra en Pc como podría serlo, por ejemplo, la diferencia de precio.

 Sonido
Llegados a este punto, queda claro que Dark Void es un juego de contrastes. Y eso se traspasa también al apartado sonoro, en el que destacan grandes melodías que siguen de manera brillante el ritmo de la acción. Encajan perfectamente cuando nos encontramos inspeccionando la selva, cuando estamos en medio de una batalla aérea al más puro estilo Star Wars y cuando hay un tiroteo entre las rocas de un desierto. No así los efectos de sonido, demasiado simples a la hora de recrear explosiones o ráfagas de disparo y que sí, por desgracia, quedan acorde con los ya comentados efectos especiales de dudosa calidad.

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6.5

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.