Split / Second
Acción y conducción es una mezcla que hemos visto a menudo en las salas de cine, pero que no se ha prodigado tanto el terreno de los videojuegos. Disney Interactive Studios cambiará esa tendencia con Split/Second, un título que promete velocidad y destrucción a partes iguales.
Los creadores de Pure vuelven a la carga, esta vez con un juego de conducción en circuitos abiertos donde llegar primero no es sólo lo más importante. Ser espectacular y mantener el coche entero hasta el final también es importante. Disney, con Rock Studio en sus filas para desarrollar juegos de conducción, nos trae velocidad y explosiones en un reality-show lleno de adrenalina que pretende hacer volar por los aires la faceta arcade de los videojuegos de velocidad vistos hasta el momento.
En lo primero que destaca este arcade de conducción es en su aspecto visual. A falta de ver la obra más avanzada, Split/Second muestra una serie de bondades técnicas que impactan visualmente hablando. Desde la alta velocidad que muestra el juego hasta el modelado de los vehículos, todos irreales y sin licencias pero detallados, la obra de Disney Interactive Studio ofrece una puesta en escena notable. De la cuál destacan, sobre todo, los escenarios vistos hasta el momento: abiertos, detallados, con efectos de partículas y explosiones convincentes y un buen juego de luces.
Si en algo ha mejorado la obra de Black Rock es en el framerate. Después de su presentación en sociedad, el juego se encuentra en una fase en la que todos los efectos y demás particularidades del entorno suceden con suavidad, sin brusquedades ni parones molestos. El juego presenta un aspecto digno del producto que debe salir de aquí poco tiempo. Pero no es lo único destacado. Split/Second y toda su parafernalia hollywoodense se rodará en una enorme ciudad, al más puro estilo Burnout Paradise por citar un ejemplo, de la cual se ha empezado a conocer algún que otro detalle interesante.
Los desarrolladores han confirmado que no se trata de un mapeado por el que podremos rodar libremente. En total, más de veinte quilómetros para recorrer en los eventos que nos vaya mostrando el juego, que serán tan variados como las demostraciones y trailers que hemos podido ver hasta el momento. De hecho, el juego se divide en 24 capítulos como si de un programa de televisión se tratara, por lo que el método clásico de buscar retos entre las calles de la gran ciudad de turno no es la manera de jugar de Split/Second. Se nos presentarán los nuevos eventos a superar y sus particularidades (como los poderes que podremos conseguir en ese show) mediante un tráiler. Nuestro objetivo será ganar a los rivales y pasar a ver otro capítulo por resolver.
Cabe remarcar que esta obra de los creadores de Pure es un arcade de conducción puro y duro. El material mostrado hasta el momento por la compañía desarrolladora no deja lugar a dudas. No hay problemas para coger las curvas chocando con las paredes, buscando las embestidas contra otro vehículos o usando frenadas bruscas y virajes todavía más extremos sin perder el control del coche. Es de esos juegos en el que la opción de frenar, en muchos casos, está de más y de esos en los que los coches son auténticos especialistas de Hollywood reproduciendo las escenas más espectaculares y de riesgo con un volante de por medio. Aquí ni se mira el tipo de neumático ni tampoco se necesita.
Para llenar la barra de acción deberemos ser los mejores encima del asfalto. Coger altas velocidades, no frenar nuestro avance, hacer derrapes imposibles y tendremos la posibilidad de usar nuestro powerplay, que se divide en tres partes para poder usarlo. Esto cambia la carrera en sí, ya que una primera explosión para frenar a los de delante significará que el trazado que superemos puede ser distinto en la segunda vuelta, algo que supone variedad y la necesidad de estar despierto en cada momento.
Split/Second promete ser uno de los juegos más espectaculares que se han podido ver entre el género de la conducción. La puesta en escena de la obra de Disney Interactive Studios abruma por la fusión entre los vehículos de carrera y el entorno. No existe el circuito urbano previamente trazado como tal, si no que las devastaciones y explosiones nos harán jugar en un terreno desconocido, el de avanzar por donde sea aunque parezca surrealista. En este sentido, parece más una típica persecución de película que no una carrera contra otros bólidos, todo ampliado por un más que evidente toque cinematográfico en las carreras.
Y es que el punto fuerte del juego se encuentra en las explosiones. Iremos circulando por carreteras urbanas donde se nos caerán encima edificios, saltarán por los aires puentes y explotarán todo tipo de objetos, todo según nuestras decisiones y la de los rivales. Nuestro objetivo es no detenernos en ningún momento, sobrepasar estos contratiempos y atravesar, si es preciso, el fuego para rebasar a nuestros rivales. Las posibilidades totalmente arcade del título, con derrapes imposibles, saltos, momentos a cámara lenta y demás estarán de nuestra parte para poder mantenernos en la carretera. O en lo que quede de ella.
Uno de los hechos más destacados lo encontramos en algunos scripts que nos pueden hacer cambiar el rumbo de la carrera. Compuertas que se abren durante unos segundos, estructuras que nos obligarán a tomar una decisión brusca en pocos segundos y, en definitiva, la necesidad de reaccionar con rapidez ante estas pequeñas pruebas que nos permitirán superar de la manera más rápida una zona devastada segundos antes y tomar ventaja respecto a nuestros rivales en pista. Se trata de atajos que se abren durante un corto espacio de tiempo y que de aprovecharse nos permiten ventajas sustanciales en carrera.
Una cosa son los atajos y la posibilidad que brindan, la otra estará en la necesidad, por guión, de cambiar la ruta prevista en un primer instante. Los destrozos no significan sólo tener que superar objetos en medio de la carrera, si no tener que cambiar rápidamente nuestro rumbo para seguir vivos. Jugar en un escenario dos veces será distinto gracias a esto. En una, el circuito seguirá intacto entre un muelle al lado del mar. Ese mismo tramo, en otro momento, cambiará radicalmente: explota el puente y debemos enfilarnos por lo que queda de él porque el trazado inicial ha quedado inutilizado. Como este, muchos más ejemplos que dan variedad según las físicas y sus consecuencias en el escenario.
Black Rock ha presentado también uno de los modos de juego que complementarán la trama principal. Se trata de los eventos especiales, donde nuestra habilidad se pondrá a prueba contra un reloj y unos barriles repartidos por el escenario. Deberemos llegar a meta antes que se agote el tiempo estipulado. Para coger ventaja podremos tocar unos barriles azules que detendrán el reloj durante unos segundos, algo imprescindible para poder salvarnos. Habrá otros peligros, como cajas rojas que de impactar con nosotros, nos destrozarán y nos enviarán directamente a la opción de reintentarlo. Falta sumar, además, el hecho que habrá otros rivales que también querrán acabar con nosotros.
Falta conocer otros modos añadidos, aunque de momento la compañía ya ha confirmado que existirá la posibilidad de jugar con otros amigos de dos maneras distintas. Una será mediante la red. Hasta ocho jugadores podrán enfrentarse vía on-line. La otra se encuentra en el modo local, ya que a pantalla partida dos jugadores podrán enfrentarse en una misma consola. Faltará saber cómo afecta esto a la calidad gráfica y a los efectos que acompañan a la carrera. Las posibilidades multijugador, además, no se limitarán al show principal, si no que también se podrá competir en los eventos especiales mencionados anteriormente.
De momento todavía no hay fecha de salida fijada para la obra de Disney Interactive Studio, aunque se le espera para principios de 2010 por lo pronto tanto para PC como Xbox 360 y Playstation 3. Se ha convertido, ya, en uno de los juegos más esperados de entre el género arcade de conducción, gracias a lo espectacular de los elementos que propone y a la mezcla entre acción y velocidad. Un show televisivo que busca las mejoras cotas de share. Condiciones no le faltan.
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