Agarest: Generations of War
- PlataformaPS36360
- GéneroRPG, Estrategia
- DesarrolladorIdea Factory
- Lanzamiento30/10/2009
- TextoInglés
- VocesJaponés
- EditorCompile Heart
Linaje de héroes
Dos años después de su estreno nipón, nos llega Agarest: Generations of War en su versión para PlayStation 3. Un RPG de corte nipón muy básico en su planteamiento, pero con una trama bien llevada y que puede ser personalizada por cada usuario, que satisfará a los aficionados.
Siempre es de agradecer que cada vez haya más compañías que se arriesguen a traer al mercado occidental juegos que, históricamente, se veían limitados y restringidos al mercado nipón. No en vano, ya sea por estilo de juego, desarrollo de la acción, o bien por temática en su argumento, muchos de estos títulos son muy del gusto japonés, pero no suelen funcionar muy bien en el resto de mercados. Sin embargo, esta tendencia se ha visto muy modificada durante la última década, y es obvio que existe un mercado para este tipo de producciones, muchas de ellas de poco presupuesto pero que pueden llegar a ser igual de efectistas que las grandes obras que explotan al máximo el potencial de las máquinas de esta generación.
Lo cierto es que, pese a todo, nos gustaría que uno de estos títulos se arriesgase a dar un paso más adelante, ofreciendo un acabado técnico digno que, aunque no fuese puntero dentro de la plataforma, luchase por ofertar algo más que sprites, imágenes estáticas y escenarios sencillos. No hace mucho recibimos Cross Edge, y ahora nos llega Agarest: Generations of War; desde luego, no se puede negar el ADN que comparten ambos títulos, ya que salta a simple vista, pese a que el primero era una producción entre varias compañías y Agarest es una creación de sólo una de ellas, Idea Factory. Una compañía que está trabajando duro en esta generación, sobre todo en Xbox 360, donde lanzó títulos como Spectral Force 3, Absolute, Apocalypse o Diario, aunque la mayoría se quedaron en Japón.
Agarest no es, pese a lo que pueda parecer, su última obra, ni tampoco la primera para PlayStation 3 (el honor le corresponde a Mist of Chaos). De hecho, estamos hablando de un juego que vio la luz en Japón en el año 2007, y que contaría con una versión mejorada para Xbox 360 en 2008. La sensación de que llega con demasiado retraso es importante, dado que pudo haber llegado a cubrir un hueco en el género en el catálogo de PlayStation 3 que ahora está bastante más cubierto; de hecho, su cercanía en el lanzamiento con Cross Edge provoca que los aficionados se encuentren con dos títulos muy similares en prácticamente todos sus apartados. Si bien es muy de agradecer que Agarest nos haya llegado (aunque sólo para PlayStation 3, cuando la versión de Xbox 360 saldrá en Estados Unidos; esperemos que también dé el salto a Europa), posiblemente no sea el mejor momento para hacerlo.
Un mito para las nuevas generaciones, que cobrará vida una vez más por culpa de la oscuridad que empieza a amenazar el mundo. El protagonista es Leonhardt, un héroe que se convierte en un traidor a su patria para luchar por la paz; tras caer derrotado, y a punto de morir, firma un contrato por el que acepta convertirse en el Portador del Espíritu, convirtiendo su alma en el pilar básico de cara al devenir final del mundo de Agarest. De hecho, de él (es decir, de nosotros) dependerá que triunfe la luz o la oscuridad, inclinando la balanza con nuestras decisiones. Pero lo más interesante son las 'generaciones' a las que hace referencia el título: y es que la línea temporal de Agarest se prolonga a lo largo de cinco generaciones diferentes, con distintos personajes y guerreros.
Tal y como hemos dicho, Leonhardt es el pilar central del equilibrio entre la luz y la oscuridad, habiendo vinculado su alma a esta empresa. Esto implica que no sólo él, sino también sus descendientes, deberán luchar por la paz del mundo. En cada generación habrá tres heroínas principales a las que podremos seducir; obviamente, sólo podremos elegir a una al final, y según nuestras acciones y decisiones, podrán irse enamorando de nosotros, o bien acabar odiándonos profundamente. Lo interesante es que la línea sanguínea se irá transmitiendo, y las combinaciones serán de lo más variadas, cambiando las características y habilidades del descendiente según la chica con la que hayamos acabado en cada generación. Sin duda, esto dota al juego de una gran rejugabilidad, ya que son muy numerosos los caminos que podremos seguir, y variados los finales según nuestras acciones.
El argumento y los diálogos se desarrollarán tal y como hemos visto ya en varios títulos de similares características en los últimos años, con fondo estático, personajes estáticos (en distintas poses) y cuadros de texto. Eso sí, a diferencia de otros, aquí sólo aparecerá un personaje a la vez en pantalla, y junto al cuadro de diálogo aparecerá la inclinación hacia la luz o las tinieblas, así como el indicador de lo enamoradas que estén las chicas que ya hayamos conocido en esa generación. Una pena que, una vez más, el juego esté íntegramente en inglés, ya que si está enfocado a un público minoritario de por sí, así se limita todavía más; los diálogos son clave y muy importantes, con gran cantidad de texto que nos narran la historia y nos exponen las situaciones de cara a tomar las decisiones importantes.
Un planteamiento que deja poca cabida a la exploración y que nos deja un sistema que se entremezcla la aventura conversacional con los combates, con escasas opciones intermedias. Hay algunos lugares especiales, en los que, por ejemplo, puede haber varios combates seguidos sin que podamos salir al mapa (al igual que en Cross Edge, tras cada combate, al volver al mapa, recuperamos inmediatamente toda la vida de todos los personajes con los que contemos). También estarán las pequeñas Quest, una especie de minimazmorras, compuestas por unas cuantas pantallas, las cuales deberemos atravesar para salir al otro lado y seguir con nuestro camino. Sin embargo, la aparición de enemigos es escasa y la exploración sólo nos deja un pequeño puñado de cofres esparcidos por la mazmorra, por lo que tampoco dan la sensación de ser una mazmorra pura como suelen ser habituales en el género.
No faltan las ciudades, que siguiendo con la tónica del juego se limitan a ser una serie de menús con los que acceder a las tiendas, gremios de herreros (para potenciar las armas), de aventureros (donde se nos premia al cumplir ciertos requisitos), resucitar gente, o que nos den nuestro horóscopo. Por tanto, una vez más, cero de exploración, debiendo limitarnos constantemente al avanzar siguiendo la línea de puntos trazada según nuestras decisiones a la hora de fijar nuestro siguiente destino. Así pues, junto a las opciones elegidas durante las largas conversaciones, el otro elemento clave del título son los combates, que como en todo RPG constituyen una parte crucial del desarrollo.
En Agarest nos encontramos con un escenario dividido en cuadrados, por los que se moverán tanto los personajes protagonistas como los enemigos. Cada turno consta de dos fases: primero, la de movimiento, en la que deberemos colocar a los personajes, haciendo lo propio los enemigos. La colocación es clave, ya que durante ese turno ya no podremos volver a movernos, y según donde situemos a los personajes estos podrán combinar sus ataques o no. Los enemigos también se situarán y seleccionarán el mejor punto para ser más mortíferos. En segunda instancia, tendrá lugar la fase de acción; en ella, deberemos realizar nuestros ataques, siguiendo el orden fijado por la máquina, según la agilidad de los personajes de ambos bandos.
Los enemigos tienen una barra de defensa, que les hará más resistentes a nuestros golpes. Para conseguir causar el máximo daño, deberemos encadenar el máximo de ataques con todos los personajes, ya que esta barra va decreciendo con el paso del tiempo, y cuanto más largo sea el combo, más daño provocarán nuestros golpes, incluso ganando ataques extra en caso de haber reducido al máximo la barra. Todo está regido por puntos de acción, que podremos invertir en movernos durante la fase de colocación, o bien realizando los ataques; algunos requerirán más AP que otros, y estaremos limitados a lo que cada personaje tiene por defecto para cada turno. Eso sí, si conjugamos distintos tipos de ataques en el orden adecuado, realizaremos ataques más potentes y poderosos.
Al final, lo que prima son tanto la posición como el saber qué ataque realizar en cada momento, cómo conjugar a nuestros personajes en combate. Aunque nuestro grupo puede estar formado por más miembros, serán hasta seis personajes los que tendremos habitualmente en el campo de batalla. Hay que reconocer que los combates son bastante entretenidos, así como largos, ya que consumen gran parte de las 60 horas estimadas de media para cada partida. Eso sí, que nadie se espere mucha espectacularidad visual, ya que hasta los ataques especiales son de mucha sencillez y será habitual, por lo general, pulsar Círculo para pasarlos y acelerar el ya de por sí largo combate. Destacar la opción de poner el juego en Automático y que sea el propio juego quien dispute el combate de la forma que considere apropiada; eso sí, no os fiéis de él salvo para subir de nivel en combates contra rivales inferiores.
De vez en cuando, nos encontramos con escenarios tridimensionales, sobre todo en los combates, que tampoco son especialmente complejos, pero son muy de agradecer; también destacan las pequeñas mazmorras, completamente tridimensionales; escasas y algo vacías, pero un intento de darle profundidad al título que no termina de convencer pese a las buenas intenciones por lo poco elaborado de su acabado final. Lo mismo va por el apartado sonoro, que más allá del buen y abundante trabajo de doblaje para los personajes (en japonés), no tiene grandes alardes. Hay algunas melodías interesantes, pero otras que se llegan a hacer muy repetitivas y cansan demasiado pronto. Destacar negativamente muchos efectos sonoros, que parecen propios de la generación de los 8 bits, como el ruido de los personajes al andar.
No se puede decir que Agarest: Generations of War ofrezca un planteamiento sorprendente, ya que utiliza fórmulas muy conocidas y en muchas ocasiones recurre a los tópicos tanto en el argumento, su principal baza, como en la jugabilidad. Destacar que las distintas líneas argumentales y la variedad de personajes inherente a ellas resultan muy satisfactorias, y dan mucha vida a un título que, ya de por sí, gira en torno a las 60 horas en una sola partida; al haber un número ingente de combinaciones para ver distintas versiones de la historia, los que disfruten del juego, tienen mucho por hacer todavía. Gracias a su agradable curva de dificultad, no tan exigente como Cross Edge, y a su atractivo argumento, Agarest es una propuesta a tener en cuenta por los amantes del rol japonés.
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.