New Super Mario Bros. Wii
- PlataformaWii9
- GéneroPlataformas
- DesarrolladorNintendo EAD
- Lanzamiento20/11/2009
- TextoEspañol
- VocesInglés
- EditorNintendo
Tradición y modernidad
El fontanero de Nintendo está pasando por uno de los mejores momentos de su historia. Tras haber triunfado con el paso a las 3D que supuso Galaxy, ahora llega el momento de recuperar su línea más casta. Enérgicas plataformas en 2D, con un cooperativo endiabladamente divertido, único y ejemplar. Vuelve el mejor Mario, esta vez para quedarse.
Le hemos visto de todas las formas, trabajos y colores. Desempeñando distintas tareas a lo largo de una historia que se ha dilatado durante los últimos veinte años para ofrecer a la comunidad de seguidores innumerables horas de diversión, ternura y entretenimiento. Hay pocos jugadores que no hayan disfrutado del concepto tradicional plataformero que puso de relieve este fontanero de profesión, rescata-princesas-en-apuros en los ratos libres, o al menos eso es lo que lleva a pensar el hecho de ser el superhéroe que más copias ha vendido a lo largo de su vida. Se han vertido ríos de tinta sobre su creador, sobre las consolas que ha estrenado, y sus apariciones se suelen saldar con valoraciones sobresalientes (o de galaxias lejanas), a las que pocos son capaces de resistirse. No le ha faltado de nada, aunque el plato fuerte que le ha llevado a la gloria nunca ha podido ser compartido por más de un jugador al unísono.
Mario es una estrella, uno de los pocos iconos reales que representan a la industria de los videojuegos a nivel mundial. Es el clásico personaje que todo el mundo conoce, la mascota de una compañía mítica donde las haya, puede que la más grande que haya conocido el sector históricamente. Su papel es fundamental en los tiempos que corren, ahora que se ha puesto de moda un estilo de juego diametralmente opuesto a la propuesta que Nintendo viene ofreciendo recientemente. Después de vivir una aventura original, innovadora y apasionante como fue Mario Galaxy (sin olvidar el notable Paper Mario o su aparición Olímpica acompañado de Sonic), a Shigeru Miyamoto se le planteaba una cuestión bastante compleja, difícil de dilucidar. Nos ponemos un momento en su piel e imaginamos; Ahora que he creado una obra maestra, ¿qué debería hacer a continuación?
Miyamoto no sería fiel a su estilo si se desprendiese de su sentido del humor, como tampoco lo sería su mascota por antonomasia. No sería nadie sin sus amigos, esos a los que ha tenido que salvar en un centenar de ocasiones, ni tampoco sin sus enemigos acérrimos, esos cuya vida no tendría sentido alguno sin un héroe que les hiciese la vida imposible. Pero, sobre todas las cosas, hay una parte fundamental en esta ecuación sin la cual nada de lo anteriormente expuesto podría cobrar vida: los jugadores. A ellos va dedicado un New Super Mario Bros (que pasaremos a denominar NSMBW a partir de ahora) que lleva dos años en la incubadora. La solución a los temores de Miyamoto estaba en la propia comunidad de aficionados.
Así se pondría la primera piedra que daría el pistoletazo de salida a la creación de una obra de las que merecen el calificativo de atemporal, tan simple como sencilla, tan humilde como efectiva a la hora de cumplir el único objetivo que se propone: divertir a todo aquel que se siente ante la pantalla del televisor. NSMBW centra su atención en las posibilidades multijugador, sin dejar de lado la opción de disputar la aventura de siempre, ya sea en solitario o con otros tres amigos que colaboran con nosotros durante la partida. Da igual cuál sea la elección definitiva por la que optemos: Mario vuelve a la actualidad con reminiscencias de dos de sus obras más importantes, Super Mario World y la más reciente New Super Mario Bros en DS. Ha cambiado ligeramente el aspecto gráfico, puede que también la jugabilidad, pero de una cosa podemos estar seguros: no se aleja ni por un segundo de la guía de estilo que su creador instauró hace dos décadas.
NSMBW toma la base original de Mario orientándola hacia el juego multijugador. En el primer contacto que ofrecíamos hace unos días tuvimos ocasión de describir paso a paso los modos de juego que íbamos a encontrar en esta aventura. El fontanero protagoniza una historia que da comienzo cuando la princesa Peach es secuestrada a manos de Bowsy, como ya se ha comentado. En ese momento, Mario y Luigi corren prestos a salvarla, aunque para ello han de pasar por ocho mundos que recorren prácticamente todas las biosferas tradicionales que estamos acostumbrados a ver en la serie (desierto, nieve, bajo el agua, praderas, zonas aéreas, castillos, bosque/jungla ). Cada uno de esos mundos se divide a su vez en siete escenarios, de los cuales dos son castillos, siendo el primero una especie de torre fronteriza en la que entramos en contacto con el enemigo final a batir de cada mundo que visitamos.
Esto nos lleva a entrar de lleno con un sistema de juego idéntico al de New Super Mario Bros en DS. Avanzamos por cada escenario tratando de obtener todas las monedas, a ser posible evitando la pérdida de vidas que condicionan nuestro éxito o fracaso durante las partidas. En caso de perder todas las continuaciones con las que contamos (cinco en un principio, que se pueden ampliar en las casas champiñones o en los propios escenarios mediante la seta verde), volvemos al principio manteniendo el progreso que hayamos logrado hasta ese momento, sumando un 'avance' a nuestra casilla. Este punto viene muy relacionado con permitir a toda clase de jugadores terminar la aventura sin necesidad de estar reiniciando la partida constantemente, aunque a la hora de batallar contra un jefe final no hay excusas que valgan.
Al comenzar a jugar podemos elegir entre el modo solitario y el multijugador, sea cooperativo o competitivo. En cualquiera de los dos casos hemos de ir superando los obstáculos que encontramos en nuestro recorrido, aunque antes hemos de seleccionar personaje. El catálogo final se reduce a Mario, Luigi y dos Toads en los que únicamente cambia la tonalidad de sus lunares. Es una lástima que finalmente no se hayan añadido más posibilidades en este sentido: jugar con otros personajes emblemáticos de la franquicia hubiese sido todo un detalle para los jugadores, e incluso hubiese ofrecido algo de margen en forma de contenido adicional al terminar por primera vez la aventura. Independientemente de nuestra elección, acabamos controlando a un personaje que cuenta con su particular inercia en los saltos, deslizamientos varios, el culatazo al saltar, etcétera. No encontraremos nada en este sentido que no hayamos visto en aventuras anteriores, y precisamente por este motivo no supone esfuerzo alguno familiarizarse con la mecánica de juego.
Viendo el éxito que obtuvo New Super Mario Bros en Nintendo DS, no es de extrañar que la compañía afincada en Kyoto haya decidido finalmente poner en práctica una fórmula de eficacia probada, que pese a su sencilla apariencia es capaz de garantizar innumerables horas de diversión. ¿Cómo se ha logrado la susodicha profundidad? Añadiendo nuevos trajes que nos obligan a ofrecer lo mejor de nuestro ingenio si queremos completar cada escenario al 100 %, una tarea nada desdeñable si tenemos en cuenta que en todos (o casi todos) los niveles hemos de hallar monedas rojas, azules, amarillas y el plato fuerte de la velada: los medallones ocultos que se harán de rogar lo indecible para ser descubiertos. En algunos niveles no nos quedará más remedio que emplear un traje específico para acceder a ese medallón que se nos resiste pero, ¿es tan fácil en la práctica como en la teoría?
NSMBW tiene claro a qué público ha de encandilar, aún sin perder sus rasgos característicos. El criticado nivel de dificultad, que supuestamente iba a dejar de lado a los jugadores más experimentados, es el ideal para que cualquier usuario pueda acercarse al título y pasar un buen rato frente a la consola sin tener que pasar ningún trauma. Puede que este sea el motivo por el cual las partidas en multijugador resultan levemente más sencillas que en solitario: si optamos por jugar en el modo cooperativo (el mismo que en solitario pero con un total de tres compañeros peleando para llegar a la meta con el mayor porcentaje de material obtenido que sea posible) y uno de nuestros compañeros pierde la vida, éste volverá al escenario en forma de burbuja que podemos desplazar sacudiendo el wiimote.
Esta es una de tantas aplicaciones que se han pensado de forma exclusiva para el sensor de movimiento, en otra prueba de que en Wii los productos que resultan exitosos siempre lo logran por la adecuada combinación entre la mecánica tradicional y cierto ímpetu por la innovación, como sucedía en Mario Galaxy. Podemos utilizar el binomio nunchuk/wiimote para jugar o utilizar exclusivamente el wiimote. En cualquiera de los casos, nos veremos obligados a mantener el equilibrio sobre una reja para balancearnos de un lado a otro recogiendo monedas o cualquier otro objeto que aparezca en pantalla. Existen muchas formas de explotar el sensor de movimientos y en NSMBW se aplican un puñado de ellas, por lo que las clásicas risas al comprobar la ineptitud de un compañero al sacudir el wiimote están aseguradas.
De hecho, todo lo que tenga relación con el modo multijugador es sencillamente original y genuino. Junto al modo cooperativo encontramos el Modo Libre, en el que podemos recorrer los escenarios que ya hayamos superado en el modo principal (además de una pequeña selección de mapas que vienen por defecto) para obtener todas las monedas que sea posible, recibiendo con alegría el consiguiente aplauso que nos lanza el público. Esta función nos permite seleccionar un escenario sin tener que pasar por el mapamundi tradicional, en el que también encontraremos niveles especiales, atajos y algún que otro enfrentamiento sorpresa ante enemigos de envergadura que nos pondrán a prueba. En cuanto se refiere a la cantidad y variedad de enemigos que encontramos a lo largo de la aventura, las dudas se disipan con rapidez: las setas, tortugas y demás monstruos -por así llamarles- son ahora más inteligentes que nunca. Evitar las bolas de pinchos que nos lanza un goompa alocado requiere concentración y muchos reflejos, aunque se entiende que cuando estos seres entran en escena ya contamos con la experiencia suficiente para hacerles frente.
Sobre la dificultad de los escenarios en sí, hay bastantes altibajos. Nintendo ha buscado el equilibrio entre las plataformas, la acción y el sentido del humor. El segundo mundo que visitamos, cubierto de polvo desértico, nos pone a prueba en los primeros escenarios con saltos imposibles y enemigos molestos por doquier. Sin embargo, varios minutos más tarde estamos protagonizando un alegre paseo por una pradera helada donde el mayor enemigo al que debemos hacer frente es el deslizamiento que esto provoca. Aquí vuelve a entrar en juego el papel de los disfraces. Encontramos siete en total: Champiñón para crecer, Flor de fuego y de hielo, con el que congelamos momentáneamente a esos enemigos que de otra manera se resisten a desaparecer del mapa, el Gorrocóptero (tal y como era descrito en la serie animada de Doraemon), que nos permite propulsarnos en el aire sacudiendo el wiimote, el disfraz de Pingüino, con el que evitamos deslizarnos por los parajes helados, una seta pequeña para convertirnos en un Mario liliputiense y por último la clásica estrella que nos otorga superpoderes durante un breve periodo de tiempo.
La lista de objetos parece insuficiente a primera vista, pero nada más lejos de la realidad, su uso es terriblemente variado, complejo y está genialmente hilado para obligarnos a recorrer escenarios que ya hemos finiquitado de cara a exprimirlos al 100 %. Es posible acceder a zonas secretas en los escenarios, bien en forma de paredes falsas que esconden medallones u otras sorpresas, lo que a posteriori nos lleva a descubrir escenarios ocultos. No siempre tenemos la obligación de superar los siete niveles de cada mundo: a veces tenemos la posibilidad de elegir entre dos opciones para acceder al mismo punto. No podrían faltar los pequeños trucos' para poder avanzar en los niveles con más solvencia de la habitual, ni las nubes que se desvanecen al rozar el cielo con la yema de los dedos. La puesta en escena del juego no aparenta haber llevado un cuidado intensivo tras de sí, una sensación que se desaparece a los pocos minutos de empezar a jugar.
Cuando hayamos terminado el modo tradicional, en solitario o cooperativo, y después de probar el sabor de las mieles del Modo Libre, podemos optar por entrar en el segundo modo multijugador de NSMBW: Caza de Monedas. Si en anteriores modalidades habíamos hablado de la necesidad de cooperar para llevar a buen puerto, aquí nuestro objetivo pasa únicamente por conseguir más monedas que nuestros rivales. Cada medallón que obtenemos suma puntos a la calificación final, que no es otra cosa que una ecuación entre la cantidad de monedas que hemos obtenido y la puntuación global de la partida. No podemos olvidarnos del clásico salto de bandera que realizamos al final los escenarios, ni tampoco de las Casas Champiñón, donde podemos protagonizar divertidos minijuegos para obtener vidas (tiro al globo) u objetos que podemos acumular. Su uso está restringido durante las fases en sí, por lo que sólo pueden ser empleados antes de entrar en un escenario. La aplicación incluye a todos los personajes con los que estamos disputando la partida en el Modo Principal de juego.
Como veréis por lo expuesto, este Mario no tiene nada que envidiar al resto de aventuras que ha protagonizado en el pasado, principalmente porque NSMBW resulta ser una síntesis del material que se ha empleado en la franquicia durante los últimos años. Hay referencias a la mayoría de aventuras del fontanero, en forma de dinosaurio (un Yoshi pletórico cuyo manejo resulta más intuitivo que nunca), los Hammer Bros con su sempiterno lanzamiento de martillos, e incluso la caza y captura de los Toads que han desaparecido del castillo, y que a la larga nos ofrecen suculentas recompensas para no perdernos ni un detalle de la aventura. Es evidente que jugar en solitario es una experiencia única, cuyas vibraciones sólo encuentran comparación en otros títulos del fontanero, pero qué duda cabe que el multijugador es la piedra angular del desarrollo de este título.
Por supuesto no todo es de color de rosa en New Super Mario Bros. Wii con su faceta multijugador: cada vez que alguien pierde una vida, el juego se pausa durante medio segundo, lo cual dentro del frenetismo al que se llega puede resultar bastante fastidioso. Tampoco hubiera estado de más que el tercer y cuarto personaje a controlar fuesen otros miembros universo Mario y no los toads amarillo y azul, que dan lugar a la confusión. Sea como sea, estos pequeños detalles son las únicas pegas que se le pueden achacar a la excelencia que supone la experiencia en sí, y es que no importa quedarse un poco descolocado cuando tus compañeros mueren si, cuando vuelven al nivel en una burbuja que debemos explotar, nos dedicamos a esquivarles y seguimos recogiendo monedas, ellos agitarán el wiimote para que la burbuja se acerque a nosotros y volver al juego, pero no les dejaremos mientras esgrimimos una maliciosa sonrisa y seguimos engordando nuestro contador.
Otro de los detalles que se van a echar de menos es la inclusión de un modo online, incomprensible a estas alturas y estando Wii totalmente capacitada para ello. No hacen falta servidores dedicados, con sólo cuatro jugadores se podría jugar vía P2P siendo haciendo uno de ellos de anfitrión, no es un juego complejo que requiera un envío masivo de información para el que se necesite un gran ancho de banda, ¿por qué entonces Nintendo no ha dado opciones a través de la red? Jugar en compañía es el cénit de New Super Mario Bros. Wii, y no siempre están los amigos cerca para tal fin. Online y Wiispeak hubieran resultado la guinda a uno de los pasteles más apetitosos de lo que llevamos de generación. Por no decir que si además de online se hubiera facilitado una herramienta de edición de niveles, directamente no existiría debate alguno sobre qué juego de plataformas es el mejor de la historia.
Pero dejemos de hablar de supuestos y valoremos la faceta multijugador por lo que realmente es: diversión a la enésima potencia como sólo Nintendo sabe hacer. Modos escasos y sencillez absoluta, sí, pero cada partida es diferente en New Super Mario Bros. Wii como cada carrera es diferente en Mario Kart. La cantidad de acciones que podemos realizar con Mario, Luigi o los toads es inmensa, y los elementos del escenario, así como su dificultad para salir airosos mientras bombardeamos con caparazones a nuestros compañeros, los arrojamos por el precipicio o los chafamos para conseguir esa moneda estrella que se nos resiste, es una experiencia gratificante que nos recuerda a cada pantalla por qué disfrutamos de este hobby.
Excelente
Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.