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Call of Duty: Modern Warfare 2

Call of Duty: Modern Warfare 2

Fuerzas especiales de élite

Infinity Ward continúa su subsaga ambientada en los conflictos bélicos modernos dentro de Call of Duty con una secuela igualmente espectacular, impresionante, bien conjuntada y repleta de modos de juego, que presenta su candidatura a juego del año. La guerra contra el terror prosigue en nuevos frentes y Estados Unidos vuelve a comandar la ofensiva. La Taskforce 141 comienza el despliegue.

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La industria del videojuego no deja de ofrecernos casos singulares de cómo sus dos jueces, crítica y público, desentonan en cuanto a gozar de su favor se refiere. Títulos elogiados por la prensa especializada pasan desapercibidos por el público y a la inversa, donde juegos dilapidados por los medios cosechan éxitos en forma de ventas récord. Aún así existen contadas ocasiones en las que ambos frentes coinciden en perfecta comunión y sin la más mínima fisura. Desde los últimos años, la serie Call of Duty es un ejemplo en el que el beneplácito de la crítica y el favor del público, van de la mano. Más aún cuando el COD lanzado está desarrollado por Infinity Ward, fundadora de la serie, sin desmerecer el notable papel de Treyarch, responsable de World at War de la pasada campaña y de varias adaptaciones a consola.

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Desde el punto de inflexión que supuso el primer Modern Warfare abandonando los conflictos de la II Guerra Mundial, Call of Duty, se ha convertido en una saga fetiche a todos los niveles: un título de masas, ansiado, seguido, esperado y jugado hasta la extenuación semana a semana incluso meses después de su lanzamiento, de esos que todos los medios elogian, de los que consiguen los Metacritic más altos, y que vende fácilmente más de 15 millones de unidades. Fue por ello que el 11 de febrero, debut de su secuela directa, supusiera el inicio de una vibrante cuenta atrás que culmina finalmente hoy.

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Pero no todo ha sido fácil tan para el vástago de IW. Este regreso triunfal ha estado rodeado de fuertes medidas de seguridad. Activision apenas ha mostrado el título fuera de la prensa norteamericana, no ha realizado beta cerrada de su multijugador, y por temor a filtraciones, no ha enviado versiones review a las revistas especializadas, hasta hoy día 10 de noviembre. Unas medidas que pese a su dureza, no han impedido que Modern Warfare 2 no acabase circulando por las redes piratas y provocando esas pérdidas que se intentaron evitar. Igualmente, la polémica ha estado presente en su haber; críticas por la controvertida decisión de eliminar los servidores dedicados en PC que llevó a 100.000 personas a un conato de boicot, censura en Australia por la brutalidad y crueldad de algunos de sus niveles y recelo de algunos de sus seguidores por la presunta duración del modo campaña. Una vez con el juego en las manos, las dudas se disipan. Modern Warfare 2 es un ganador. Uno de los tres mejores títulos que este año los aficionados a los videojuegos tendremos ocasión de disfrutar.

Guerra contra el terror.
Este sexto Call of Duty continúa, cinco años después, la historia narrada en los acontecimientos del Modern Warfare anterior, tal y como pone en situación el general Shepherd en los primeros compases. "Cuanto más cambian las cosas, más siguen igual" sentencia, aludiendo a la caída de Imran Zakhaev en Rusia, que ha provocado la ascensión de su mano derecha Vladimir Makarov como gobernante en las sombras. "Derrocamos a un tirano y aparece otro peor" se comenta en la introducción. Makarov, moviendo los hilos del partido ultranacionalista y utilizando a Zakhaev como mártir y propaganda, ha conseguido restaurar el comunismo en Rusia. Desde su posición de poder y sus contactos terroristas en Brasil y Afganistán, Makarov orquesta una brutal ofensiva contra Estados Unidos. La mayor de la historia.

Manejando inteligencia clave y cara a combatir su amenaza, y el general Shepherd, crea bajo su mando directo la Taskforce 141, una unidad de fuerzas especiales de élite encargada de detenerlo, con operaciones letalmente quirúrgicas en el enemigo ante de que comiencen sus ataques. En sus filas, los mejores soldados del ejército de los EEUU: el protagonista principal, el sargento Gary Roach Sanderson, Soap MacTavish desde MW y ahora capitán del 22° Regimiento del SAS británico, el indetectable y enigmático Ghost o el Ranger Joseph Allen, más el regreso estelar de un viejo conocido. Esto, por supuesto, es solo el principio. La campaña de Modern Warfare 2 eleva la escala del conflicto a un nivel que no habíamos visto en la serie, con campos de batalla radicalmente diferentes y situaciones límite, que teníamos como imposible que se retratasen, inesperados giros de guión, impactantes sorpresas y una atmósfera tan inmersiva y cinematográfica como únicamente Infinity Ward sabe retratar.

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Visualmente impresionante
Técnicamente Modern Warfare 2 se apoya en la última revisión del motor gráfico acuñado por el propio estudio, el IW 4.0, que presenta pequeñas mejoras con respecto a los resultados vistos en World at War. Entornos de tamaño superior, mayor detalle visual, y más eficiencia en el renderizado. Visualmente es cierto que se aprecia más extensión en los escenarios abiertos, con momentos que quedarán grabados en la retina de los jugadores: el asalto a la base rusa en plena tormenta de nieve, la emboscada a los Rangers en Afganistán, la persecución y huída entre un barrio entero de favelas en Río de Janeiro, y especialmente el regreso a Estados Unidos. Memorable.

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Por otro lado, la física y la detección de partículas también han sufrido revisiones. Dentro de la propuesta que realiza el juego, se ha hecho un gran trabajo con los objetos destructibles, enfocado a mejorar la experiencia que ofrece la cobertura. El motor calcula la resistencia de los objetos a los diferentes tipos de proyectiles y en consonancia ofrece unos parámetros diferentes para cada uno: paredes, puertas, placas de metal, barriles, etc, muestran un comportamiento diferente y no resultarán seguros dependiendo de las armas con las que nos disparen. Esto ya se esbozó en Call of Duty 4, pero aquí se ha implementado con un gran resultado.

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Se acabó 'el tiro al pato'
El estudio también ha dedicado esfuerzos a corregir uno de los focos de crítica más comunes por los jugadores: los puntos de aparición de los enemigos en el modo campaña. Se ha sustituido el sistema de respawn fijo por una IA dinámica que cada vez que jugamos el nivel, coloca a los enemigos en posiciones diferentes. Esto se aprecia mejor en los escenarios exteriores, ya que en los de menor tamaño -especialmente en los de interiores- las variaciones de posición son muy pequeñas y podremos reconocer las áreas aproximadas en las que esperar enemigos. No obstante, aunque no sea un cambio radical, sí que da cierto dinamismo a las posiciones.

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Su IA en cambio, si que resulta fácil de identificar como más completa. Es algo que salta a la vista incluso en los niveles de dificultad recluta y normal. Se han incorporado nuevas rutinas de búsqueda selectiva, según confirmaba IW, que les vuelve más agresivos. Abren fuego sin pensárselo, nos vacían un cargador como nos descuidemos, se coordinan para disparar por turnos cuando nos tienen arrinconados, avanzan hacia nosotros cubriendo muy bien el terreno, intercambian posiciones, recogen armas del suelo si se quedan sin munición, devuelven un mayor número de granadas, disparan a intervalos irregulares cuando están a cubierto, incluso amagando, su puntería se ha vuelto más certera y manejan muy bien el cuerpo a cuerpo. Desde luego, suponen un reto interesante.

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Igualmente otros efectos previamente presentes como la iluminación y sombras dinámicas, el HDR, niebla volumétrica y los efectos climatológicos consiguen impresionar, especialmente estos últimos, que tienen implicación directa en la jugabilidad, requeriendo aplicar visión noctura o térmica. Todo el juego se mueve a 60 frames por segundos, sólidos e invariables, algo por lo que Infinity Ward ha decidido seguir apostando, a pesar de consumir una parte importante de recursos. Combinando todos estos ingredientes, Modern Warfare 2 consigue mostrar la mayor experiencia cinematográfica que un shooter ha ofrecido. Es capaz de dejarnos con la boca abierta, de llevarse nuestro aliento y más de una vez. Es digna de ser vivida, independientemente se compre el juego o no, aunque lógicamente, una vez completada, la campaña se torna ciertamente previsible. Aún así el primer recorrido es impagable.

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La campaña individual está dividida en tres actos que supondrán un mínimo de entre 7 y 8 horas de juego en su nivel recluta y normal, y un par de horas más en los modos difícil y veterano, niveles recomendados por la mayor solvencia de la IA, aunque llevan consigo una serie picos de dificultad en forma de calamidades que hacen perder la paciencia al más duro. Para evitar la frustración excesiva, se ha añadido una opción para reducir momentáneamente el nivel de dificultad, y sacarnos de un punto en el que hemos quedado atascados. Más allá de revivir los sucesos recogidos en su campaña, aparecen también otros extras que alargan su duración, como recoger documentos de inteligencia -45 en total-, que estarán repartidos por los escenarios.

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Guerra al terror, por todo el mundo.
Modern Warfare 2 toca situaciones muy diferentes en su campaña, además de estar ambientada en localizaciones muy diversas a lo largo del mundo. Encontraremos misiones de infiltración junto a otro compañero, de asalto directo formando parte de un contingente de tropas en un campo de batalla abierto, huídas y persecuciones con o sin vehículo, de defensa de posición frente al asedio enemigo, rescate de civiles, o dentro de un escuadrón en edificios y otros interiores. No podemos olvidarnos de ese nivel tan polémico en el que uno de los protagonistas se infiltra en las filas de Makarov y debe participar en una masacre de civiles dentro de un aeropuerto. Pese a toda su dureza y facilidad para herir sensibilidades, el juego al inicio de la partida nos advierte y nos permite saltar ese nivel sin penalización alguna. Los vehículos toman un papel importante en algunos momentos del juego, y se comportan de manera diferente. En la misión Cliffhanger, al inicio, conduciremos una moto de nive en un descenso a toda velocidad mientras abatimos enemigos. En este estilo aparece una Zodiac que manejaremos nuestro compañero abre fuego. Otros, como el pequeño interludio submarino o la torreta del blindado de los Rangers, serán 'on the rails', controlando únicamente la cámara.

En lo que respecta a armamento, el listado de armas disponibles es increíblemente amplio y fielmente porteado. Por ello no es de extrañar que Modern Warfare disfrute de una gran popularidad entre militares profesionales aficionados a los videojuegos. El repertorio de MW2 incluye fusiles de asalto, sub ametralladoras, ametralladoras ligeras, escopetas, rifles de fracotirador, pistolas, granadas y otros explosivos, equipo adicional y añadidos con los mejorar las armas. En total 35 armas principales, 9 secundarias y 10 módulos de ampliación.

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El armamento más completo de la saga
De todo el arsenal destacan los fusiles M4A1, el TAR-21, el Famas de fabricación francesa, el poderoso F2000 o el M16, el mejor rifle de asalto de todo el repertorio, la ligera, rápida y fiable P90 que hemos podido ver en muchos otros títulos esta temporada por parte de las ametralladoras ligeras, HK MG4 y Steyr AUG HBAR en las pesadas, SPAS-12 y Striker entre las 6 escopetas, y el incombustible SVD Dragunov e Intervention M-200 en los rifles de francotirador. Por parte de las pistolas, poco repertorio, aunque las opciones por defecto deberán ser la Desert Eagle o una Magnum del calibre 44, a pesar de su escaso cargador. El equipo se completa con granadas de fragmentación, cegadoras, aturdidoras, de humo, cargas C4, Semtex, minas Claymore ideales para los asedios, y el interesante escudo antidisturbios, resistente a un número limitado de impactos de bala, y que permite desplegar tácticas avanzadas, como romper un intenso fuego cruzado o proteger a un compañero, aunque es vulnerable a explosivos y granadas cegadoras. Igualmente encontraremos lanzamisiles inteligentes Stinger y Javelin, que impactarán en el blanco tras fijarlo unos segundos y los clásicos AT4-HS y RPG-7, más de apuntar en el blanco.

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La decisión de incluir diferentes configuraciones de las armas ha dado una mayor variedad al repertorio. Aparecen diferentes visores, como el punto rojo, láser, la mira reflex, ACOG e incluso la termal -equipada con un visor térmico-, el sensor de latidos -ficticio pero que actúa como radar detectando a los enemigos- supresores o módulos de ampliación que permiten añadir un lanzagranadas al juego, en todas las combinaciones posibles. Podemos encontrar un Famas con mira ACOG y minutos después el mismo modelo con punto rojo, o un Dragunov con visor térmico. Las posibilidades dependen de las preferencias del soldado que usaba ese arma.

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Por último resaltar el apoyo aéreo que en esta ocasión corre a cargo de los misiles Predator, lanzados desde aviones ligeros no tripulados UAV y que en el juego se manejan por el jugador: cuando los Predator están armados tendremos opción a ponernos a cubierto y, utilizando un ordenador portátil, conectar con la cámara del UAV y escoger el punto a bombardear. Una vez lanzado, el misil puede guiarse manualmente. Un añadido que resulta una auténtica delicia, más aún si el misil impacta cerca de nosotros, desde posición segura, y podemos escuchar la tierra temblar y nubaredas de polvo. Los Predator tienen menos poder destructivo que un ataque aéreo llevado a cabo por cazas, pero son más selectivos. El esfuerzo de Infinity Ward por recrear fielmente todas las armas queda patente, así como el buen hacer de sus asesores militares.

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Operaciones Especiales.
Como los buenos aficionados a los Call of Duty de sobras conocerán, el foco de esta serie no recae en su modo campaña, que pese a todas sus bondades, pocos usuarios terminarán completando más de dos o tres veces. Donde COD ha brillado, brilla y brillará es en su multijugador competitivo. Antes de comenzar con él, nos detendremos en el modo cooperativo añadido por primera vez en la serie, el modo Special Ops, Operaciones Especiales. Se trata de una continuación de lo visto en el epílogo del primer Modern Warfare con su misión aérea, es decir, está separado de la campaña, que sigue íntegramente siendo para un único jugador - dicen las malas lenguas que debido a lo complicado que supondría integra un cooperativo en una campaña altamente scripteada- y se plantea en forma de misiones sin hilo argumental. Está compuesto por una serie de 23 misiones cooperativas divididas en cinco grupos -Alpha, Bravo, Charlie, Delta y Echo- cada una desbloqueable tras alcanzar una cierta cantidad de estrellas -69 en total-, que son las que recompensan los desafíos conseguidos. El Special Ops puede jugarse como queramos; por Internet, de forma local con split screen e incluso individualmente, si no queremos o tenemos compañero de fatigas, aunque se le priva de su mayor aliciente.

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Las misiones son de duración variable, dependiendo de su complejidad y objetivos, que van siendo cada vez más duros y complicados. Se ambientan en los mismos marcos que veremos en la campaña y en el multijugador competitivo. Algunas serán de asalto, otras de eliminación, de defensa de posiciones o sigilo e infiltración, unas contarán con vehículos, otras con apoyo aéreo, con límite de tiempo, tormentas de nieve o enemigos acorazados. Lo cierto es que el Special Ops es un buen añadido que nos mantendrá ocupados durante varios días, aunque tras completarlo, nos queda la sensación de que este modo ha sido incluido como paliativo a la decisión de no añadir un cooperativo tradicional en la campaña, algo a lo que Infinity Ward parece tener una fobia inexplicable.

Multiplayer, eso que hace especial a Call of Duty
Y finalmente llegamos a la joya de la corona. Eso que consigue mantener vivo un Call of Duty durante meses y años. De hecho tanto COD: World at War como Modern Warfare todavía ocupan, uno y dos años después de su lanzamiento, los primeros puestos de los títulos más jugados online en la actualidad. Pidiendo disculpas a los veteranos de la saga por repetir esto, recordaremos que el multiplayer por Internet de Call of Duty se basa en ganar experiencia en los diferentes enfrentamientos para subir de nivel -basado en una escala de rangos militares- con lo que nuestro personaje va adquiriendo mejoras en armamento, Perks, recompensas Killstreak y otros alicientes, como títulos y emblemas. Durante la partida también recibiremos bonuses tras haber completado acciones especiales, por ejemplo, vengarnos de alguien que nos mató anteriormente, haber salvado a un compañero de una muerte segura, recuperarnos tras varios minutos sin haber conseguido un solo frag o con una racha de muertes con diferentes armas.

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Se han incluido 16 mapas multijugador -Afghan, Derail, Estate, Favela, Highrise, Invasion, Karachi, Quarry, Rundown, Rust, Scrapyard, Skidrow, Sub Base, Terminal, Underpass y Wasteland- con diferentes tamaños para encajar dependiendo del número de jugadores que participen y con ambientaciones que van desde el desierto, a las montañas, estaciones de tren, callejones brasileños, ciudades de oriente medio, bases de submarinos o aeropuertos. Actisivion planea publicar dos paquetes de contenido descargable que amplíen estos mapas, el primero en primavera, y como se anunció en el E3, aparecerán antes en Xbox 360.

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Los modos de juego se desbloquean a medida que avanzamos en la campaña principal, y encontramos 8 principalesl; Free for All -todos contra todos, tonto el último en disparar-, el Team Deathmatch que ha elevado la saga a esas cotas de popularidad por Internet, Search and Destroy, Sabotage -recoger una bomba y plantarla en la base del enemigo-, Domination -capturar y mantener posiciones- y Headquarters -muy parecida, salvo que el territorio a capturar es una base, lo que facilita su defensa-, el incombustible Catpure the Flag y Demolition, -básicamente tumbar la base del enemigo a bombazos-, mientras que también está presente el Ground War que repite por tercera vez.

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Por otro lado, como confirmó Infinity Ward el mes pasado, algunos de estas variantes pueden jugarse en una vista en tercera persona, que ofrece un acercamiento diferente, quizás más cómoda para aquellos que estén acostumbrados a títulos de este corte, pero que limita la visión y no es igual de funcional que la cámara subjetiva. Es interesante probarla, aunque no parece que vaya a ser una de las características estrella del título. La vista en tercera persona puede activarse en Team Deathmatch y Team Deathmatch Hardcore. Y dicho esto último, también reaparecen también las variantes Hardcore -con menos salud, interfaz limitado y fuego amigo- únicamente en TDM y Search and Destroy.

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Podemos configurar las partidas para tener un número fijo o infinitivo de vidas, retardo en el respawn, dotar a los jugadores de más salud o que ésta se regenere más despacio o deprisa tras sufrir daños, o activar o desactivar la Killcam, esa vista que nos muestra cómo hemos muerto y a manos de quién. Igualmente es posible desactivar el fuego amigo, la vista en tercera persona, y las Perks o recompensas por Killstreaks -algo que le quitaría gran parte de su gracia al multiplayer-.

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Recompensas Killstreak, más letales todavía
Recordamos, las Perks son habilidades especiales que cada jugador utiliza, dependiendo de su clase y nivel, y que pueden ir desde recargar más rápido a poder sprintar sin penalizaciones, aumentar la distancia del cuerpo a cuerpo, pulso estable en los rifles de francotirador, causar más daño con proyectiles y explosiones, o ser indetectable por radares. Y los tradicionales Killstreaks como aquellos que hayan probado alguna vez el multiplayer de Call of Duty, son rachas de muertes, enemigos a los que hemos eliminado del tirón sin haber muerto. Conforme ésta aumenta, obtendremos ventajas para nuestro equipo, que son a la vez más y más demoledoras, especialmente en este Modern Warfare 2 donde son un factor clave en los enfrentamientos: comienzan por aviones UAV que nos indican la posición del enemigo -o una sonda que lo inutiliza-, torretas XM312 que abren fuego automáticamente, misiles Predator por control manual y continúan con potentes ataques aéreos, helicópteros de combate -incluyendo un imparable Sikorsky MH53-, para terminar con bombarderos Stealth, un Apache AH-64 o un pulso electromagnético que inutiliza todo el equipamiento del enemigo y desactiva todos los marcadores de su pantalla -se queda a ciegas y con lo puesto- y culmina con lo que los americanos llaman un Tactical Nuke; el lanzamiento de una bomba atómica que mata a todos los jugadores y da la partida por concluida.

Respecto a las clases, mantenemos Grenadier -equipado con Famas y escopeta Spas 12-, First Recon -con el rifle de asalto UMP45 y su precisión quirúrgica, más una Magnum-, Overwatch -con amatrelladora de plato L86 LSW y lanzacohetes AT4 HS-, el letal Scout Snpier -rifle telescópico Barret .50 con detector de latidos y balas perforadoras- y por último Riot Control -con escudo antidisturbios y subfusil PP2000-. Se ha respetado como debía la opción para crear nuestras propias clases, con las combinaciones de armas, añadidos y pPrks que queramos, pero deberemos subir de nivel para ir desbloqueándolas. Por cierto, que MW2 soporta multijugador local a 4 mediante split screen. Por si queremos montar una partida en casa, aunque no soporta bots. Las facciones disponibles van desde los Rangers o Navy SEALs americanos a la Taskforce 141 protagonista del modo campaña por parte de 'los buenos' y para 'los malos' los OpFor de oriente medio, la Militia de Río de Janeiro y los ultranacionalistas Spetsnaz. El multijugador de Modern Warfare 2 soporta en total 18 jugadores, en todas sus versiones.

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En definitiva, tras haber estado probando el multijugador durante 12 horas en total -en las que se pierde la noción del tiempo- junto a compañeros de la prensa internacional, es evidente que es de corte continuísta, pero su calidad se mantiene intacta. La fórmula permanece invariable, añadiendo nuevo contenido como Perks y Killstreaks en lugar destacado, revisiones de modos de juego, facciones y otras novedades -reseñar también la migración del host, para asegurar que aunque el anfitrión abandone la sesión, la partida continúa reubicada en otro jugador-, pero la comunidad de usuarios -al menos en versión consola, sin polémicas por los servidores dedicados- puede estar tranquila: Modern Warfare 2 entrará directamente al Top 1 de los títulos más jugados por Internet y allí se quedará largo y tendido.

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La polémica de los servidores dedicados
Comentábamos al principio de este texto la controvertida decisión de Infinity Ward de eliminar los servidores dedicados en Modern Warfare 2, que permitían a los usuarios más avanzados alquilar un equipo e instalar en él un servidor a su gusto y posibilidades, donde jugar sus partidas en privado, algo que favoreció la popularidad del primer Modern Warfare dentro del pro-gaming enormemente. En su lugar, la versión de PC funciona exactamente igual que la de consolas; las partidas se alojan en el servidor central de Infinity Ward -IWNET- y se gestionan mediante Steam, la plataforma de Valve, que también reemplaza el sofware anti-tramposos PunkBuster por el VAC de la compañía de Gabe Newell. Estos cambios han supuesto un jarro de agua fría para la comunidad PCera, que se movilizó para impedirlos; casi 100.000 personas firmaron una petición online que finalmente no ha tenido resultado. Pese a esta situación, en esta revista no hemos podido determinar si los cambios afectan a la experiencia de juego negativamente, ya que únicamente hemos podido probar el título en versiones Xbox 360 y PS3. En los próximos días publicaremos un análisis centrado en esta versión, valorando los cambios realizados y revisando la nota con la que hoy puntuamos a Modern Warfare 2 si así fuera necesario.

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El lenguaje de la guerra
El sonido es un aspecto fundamental para el título, que se apoya en un 5.1 para terminar de recrear esa experiencia bélica con explosiones, rugir de ametralladoras, gritos y diálogos por el comunicador, en definitiva, el idioma del campo de batalla. Y lo hace de forma brillante, como es habitual en la serie, aunque muchos de los sonidos registrados están reutilizados respecto al primer MW. Este aspecto está complementado por la banda sonora salida en sus temas principales de la batuta del laureado compositor de Hollywood Hans Zimmer -Black Hawk Down, Pearl Harbor, Gladiator, Piratas del Caribe o The Dark Knight más recientemente-apoyado en el trabajo de otros autores. La música acaba sonando en momentos clave no durante todo el juego y ciertamente pone los pelos de punta, aportando un toque heroico, de tristeza, desolación o incluso dándonos fuerzas. Un trabajo sobresaliente.

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El título se encuentra totalmente traducido y doblado al español como es habitual en la serie. La traducción es correcta, sin errores que hayamos detectado y el doblaje a cargo del estudio madrileño Synthesis, aunque exento de los pesos pesados que han aparecido en el original -Glenn Morshower, conocido como el agente Aaron Pierce de 24, la leyenda viva que es Bill Murray junto a nombres habituales del sector como Ken Lally (Wesker de RE) o Barry Pepper (Alex Mercer en Prototype)- mantiene su carga interpretativa y la calidad que Synthesis mostró en el primer Modern Warfare.

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9.5

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.