Snowboard simplón para todos

El año pasado Ubisoft fue una de las primeras third party en aprovechar de manera óptima la Wii Balance Board con su nueva licencia Shaun White Snowboarding en la consola de Nintendo. Ahora, recibimos su secuela en exclusiva para Wii, habiendo cambiado muy poco en su concepción pero mucho en su estética. Este nuevo World Stage es un juego infantil en toda regla: sencillo, colorido, gracioso, cortito, accesible y algo repetitivo. No son todos ellos buenos adjetivos para una entrega que debía superar a su predecesora, pero, a camnbio, ofrece diversión directa y más variedad en el género deportivo-extremo dentro del catálogo de Wii.

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Shaun White y el resto de sus amigos ahora son caricaturescos personajes de estética cartoon que esperan participar en un torneo mundial de Snowboard, la Copa World Stage. El protagonista ya está clasificado para la final pero el resto de sus amigos tendrán que alcanzar los 15 primeros puestos si quieren participar en la emocionante carrera eliminatoria. Empezaremos en el puesto 100 y tendremos que ir realizando encasilladas pruebas hasta alcanzar la posición 15 con los puntos que ganemos poco a poco. Una sala de espera de un aeropuerto será el punto de partida para todas las pruebas y podremos seleccionar siempre al personaje que queramos, además de ir desbloqueando a nuevos snowboarders.

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Las pruebas a realizar son moderadamente variadas: hacer puntos en un half pipe, aprovechar al máximo un sólo gran salto en un Big Air, llegar el primero a la meta, pasar por distintos aros mientras se va eliminando al último que atraviese cada uno de ellos, hacer buenas marcas de tiempo y puntos conjuntamente, recoger items por un escenario, grindar un número determinado de barandillas, etc. Todas ellas están divididas en 4 niveles de dificultad que iremos recorriendo. En apenas 4 ó 5 horas podemos haber acabado el juego de manera básica, luego nos quedan otras 6 ó 7 si queremos desbloquear todo. Por tanto, decimos desde el primer momento que nos encontramos ante un juego con un modo Carrera excesivamente corto, algo que no mejora demasiado en su modalidad multijugador.

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Hasta tres amigos más podrán ayudarnos a superar los distintos retos que nos propone el panel de vuelos del aeropuerto, o competir los cuatro en todos ellos de dos maneras: pasándonos el mando o con la pantalla dividida. Para este último modo nos harán falta 3 Wiimotes más, claro. No hay diferencias entre los personajes en lo que respecta a jugabilidad, algo que hace aún más simplón al título o, visto de otro modo, más sencillo y accesible para todos. El uso de la Wii Balance Board queda relegado sólo a uno de los jugadores, aunque los 4 usarán Wiimote.

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Estéticamente el título ha dado un giro indudable, también lo ha hecho en el sonido. Todo el juego está perfectamente doblado al castellano, lleno de consejos sonoros mientras jugamos, frases de los personajes que se oyen en el Wiimote y hasta un tutorial para enseñarnos a colocar el WiiMotion Plus o el Nunchuk. Queda de nuevo muy claro el destinatario casual que tiene este nuevo Shaun White. Las músicas, sin ser demasiadas, sí que gustarán a todos, pues son canciones de rock y punk de autores bastante conocidos internacionalmente.

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En cuanto al diseño de los escenarios hay que reconocer a Ubi Montreal ha hecho una gran labor en el planteamiento de los tramos, llenos de saltos, barandillas y cerradas curvas; y la sensación de velocidad, muy conseguida y visualmente bien resuelta. Sin embargo, su acabdo gráfico no brilla para nada y eso se hace enseguida notar en la desafortunada apariencia de los espectadores de los descensos, en 2D y muy pixelados, o en los cuatro arboluchos que bordean las pistas. De nuevo a su favor, hay que hacer mención a los fondos: un enorme y sombrío lago sueco, la parisina Torre Eiffel iluminada en violeta, una gran montaña rocosa o un atardecer entre pinares.

Entre prueba y prueba disfrutaremos de secuencias de vídeo con algo de sentido del humor típico de los dibujos animados infantiles. Todas ellas las podremos volver a ver en un portátil del aeropuerto que además mostrará los personajes y pistas que vayamos desbloqueando, las estadísticas de juego... Otro objeto interesante que podemos seleccionar en la sala de espera antes de coger los distintos vuelos hacia las pruebas es la máquina recreativa con la que crear nuestras propias acrobacias. Sólo está disponible si utilizamos el WiiMotion Plus y nos dará la posibilidad de mover el mando y con ello a nuestro jugador a nuestro gusto, sin órdenes preestablecidos.

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Esta innovación no es tan profunda ni divertida como cabría esperar. Los combos que crearemos podremos guardarlos, darles nombre y asignarles un dibujo de entre los que se nos dan a ofrecer. Luego, en las partidas, podremos realizar estas acrobacias de salto. No hay demasiada variedad, ni en las posibilidades de creación de combos ni en los que ya vienen por defecto. Muchos otros títulos de snowboard, esquí o skate tienen más variedad y espectacularidad en este sentido.

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Por otro lado, está el reconocimiento de los movimientos que hagamos con el Wiimote a la hora de representar esos combos. Como en tantos otros juegos de deportes extremos en Wii, los trucos o acrobacias aquí se realizan moviendo el Wiimando en una dirección determinada y pulsando A, B o los dos a la vez. La implementación de este manejo es buena pero no sobresaliente. A veces falla, aunque no tantas como otros juegos. Esto se debe en parte a que los gestos que debemos hacer para ejecutar los trucos no se parecen demasiado entre sí.

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El uso de WiiMotion Plus, Wii Balance Board o el nunchaco es absolutamente opcional, pero bien es cierto que sin los dos primeros no se disfruta igual del título, pues algunas posibilidades quedan directamente cerradas si no disponemos de los periféricos. Como en la primera entrega, la tabla de equilibrio se utiliza únicamente para manejar al personaje a través del recorrido, simulando sus movimientos corporales y llevando el peso a un lado y a otro para poder girar la tabla de snow en pantalla, como también vimos en Wii Fit. Las acrobacias quedan siempre relegadas al sensor de movimiento del mando.

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A lo largo de los tramos, a veces encontramos items que rellenan nuestra barra de Especial. Al hacer combos o grindar también rellenaremos esta barra. Cuando esté entera, podremos pulsar la cruceta y utilizar el premio que nos den, que puede ser amplificadores de salto, mayor puntuación, mejor agarre de la tabla. Todos estos "poderes" duran unos segundos y suelen adaptarse a lo que necesitemos en cada pista, por lo que nunca serán inútiles. Relacionado con esto hay que hablar del grind, excesivamente sencillo de realizar en este título, pues bastará con acercarnos a una barandilla para que el snowboarder se suba. Una vez esté la tabla rasgando el metal, sólo tendremos que movernos hacia los lados para mantener el equilibrio.

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Desde el primer momento se echa demasiado de menos una duración y complejidad mayor, y más si se conocen otros juegos muy parecidos y más clásicos, como SSX o hasta los mismísimos y memorables Cool Boarders. No pedimos que el juego sea más difícil y con ello menos asequible para cualquier persona, pero sí un poco más profundo y duradero o variado. Enseguida se le coge el tranquillo y todo parece monótono: mover el mando en los saltos todo lo posible para conseguir el máximo de puntos y acabar rápido las pistas.

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Conclusiones

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Divertido pero de moderada calidad. Emocionante pero para nada espectacular. Asequible para cualquiera pero repetitivo en cuanto se juega un par de horas. Shaun White no merece tantos "peros" y esperábamos mucho más del sucesor de uno de los juegos para Wii más frescos del invierno pasado. Con una estética y un planteamiento nuevos, la joven licencia de Ubisoft no ha sabido reinventarse lo suficiente en esta secuela. Si os gustan los juegos de snowboard, hay otras opciones en Wii algo mejores, aunque para jugar en familia destaca World Stage por su extrema sencillez. Sus modos multijugador son lo mejor del juego ya que permiten carreras y competiciones de hasta 4 jugadores, pero no despuntan en ningún sentido ni proponen nada nuevo. White esta vez protagoniza un juego bueno, simplemente. Esperábamos más de él.

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