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Sparta II: Las Conquistas de Alejandro Magno

Sparta II: Las Conquistas de Alejandro Magno

El mundo a nuestros pies

Un siglo ha pasado desde la Batalla de las Termópilas, y el joven Alejandro marcha con sus tropas hacia tierras persas. Los papeles han cambiado, y ahora es el griego el que atemoriza e invade a los que años antes hubieran tratado de hacer lo mismo. ¿Te atreverás a emprender esta campaña?

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Hace más de 2000 años, un único hombre consiguió que el mundo entero temblase con el simple hecho de escuchar su nombre. La valentía de este joven caudillo doblegó a la inmensa mayoría de las civilizaciones de  la época, y las naciones caían al paso de sus ejércitos. Solamente una muerte prematura pudo poner fin a las ambiciones de un héroe que, desde entonces y para siempre, sería conocido como Alejandro Magno. Y el título que hoy analizamos es su historia.

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La sangre que corría por las venas de Alejandro III de Macedonia, hijo de Filipo II, era la misma que 300 valientes guerreros espartanos derramaron en el Paso de las Termópilas. Es por este motivo que el nuevo juego de World Forge, que llega a nuestras tiendas bajo el sello de FX Interactive, lleva como nombre Sparta II: Las conquistas de Alejandro Magno. El primer título nos narraba los hechos que nombrábamos ahora mismo, donde las ciudades estado de la península Helénica se enfrentaron a la primera gran invasión del imperio Persa. Los ejércitos de Jerjes no pudieron sobreponerse a la furia que los hijos de Esparta presentaron en la batalla, y el fracaso de su empresa trastocó para siempre el destino del imperio más poderoso de Oriente Medio.

Más de un siglo pasó hasta que el primogénito de Filipo II de Macedonia, tras el asesinato de su padre, decidiese extender el legado que éste dejaba. Terminó de unificar a los pueblos de Grecia, y marchó con sus tropas hacia los dominios del Imperio Persa. Este es el contexto en el que transcurre la acción de este título de estrategia en tiempo real, que comienza con los primeros pasos de Alejandro al mando de los seguidores de su padre. El primero de nuestros enemigos será nuestro propio primo, que habiendo conspirado con los traidores desea ascender como rey de Grecia. A modo de tutorial, nos encargaremos de poner fin a su trayectoria y conseguiremos que huya de nuestros territorios, dejándonos vía libre para tomar nuestro puesto y terminar de unificar las ciudades estado.

De esta forma aprenderemos el manejo del título, que se antoja verdaderamente sencillo. Si el usuario posee algo de experiencia con los juegos de estrategia en tiempo real,  no extrañará el hecho de que las selecciones se realicen haciendo clic con el botón izquierdo del ratón, a la vez que las órdenes y acciones se soliciten con el botón derecho. Básicamente, es posible mover las tropas y atacar a cualquier oponente o estructura enemiga al alcance de nuestro rango de visión, si hablamos de los guerreros, mientras que las opciones se reducen al movimiento, recogida y reparación en el caso de los peones. Esto es posible gracias a que la gran mayoría de las construcciones funcionan de forma automática, y no es necesario mantener un control sobre las tareas que se ejecutan en ellas.

Por ello, al construir una mina no es necesario asignar una cantidad de trabajadores que se dediquen a extraer recursos de la misma, si no que automáticamente se crea una red de caravanas que nos proveen de dinero y mineral. Estos serán los únicos materiales con los necesitaremos trabajar, y las minas la única forma de conseguirlos. El ritmo de producción es bastante constante, lo que siempre consigue que nuestro desarrollo inicial sea bastante lento. Más adelante, cuando hemos conseguido construir los edificios básicos y soldados suficientes, el hecho de no tener que preocuparnos de disponer de recursos de forma inmediata irá produciendo un excedente que nos vendrá muy bien para adquirir mejoras para los edificios  tropas de nuestra facción.
Las construcciones disponibles se antojan escasas, pero no por ello dejan de ser suficientes para que el juego disfrute de una funcionalidad decente. En general dispondremos de minas, cuarteles, fábricas de máquinas de guerra, astilleros, templos… donde muchos de los edificios no poseen más utilidad que la de desbloquear nuevas opciones de desarrollo, incluso tras mejorarse y evolucionar. Otras, en cambio, nos permitirán entrenar soldados, comprar mejoras o conseguir capacidades y beneficios únicos para nuestras tropas. No es posible la construcción de viviendas que extiendan el límite de población, existente en el juego, de manera que solamente podremos aumentar la cantidad máxima de tropas mediante la conquista de algunas de las villas que se distribuyen por el mapa.

Para conseguir adueñarnos de una aldea, tendremos que hacernos con el control de la bandera que se ubica en el centro de la misma. Al tratarse de un proceso lento, es importante haberse asegurado de que no quedan enemigos en las inmediaciones, si no queremos ver aplazado el momento de la conquista. Con la nueva adquisición pasaremos a poseer todas las construcciones asociadas al dominio, y podremos comenzar a utilizarlas de forma inmediata. En algunas pantallas de la campaña principal, no podremos construir tropas hasta haber conquistado algún pueblo, ya que comenzaremos sin controlar ninguno. Pero para vencer en un enfrentamiento, tendremos que conocer un poco más sobre los combates y nuestros valientes soldados.

Se distinguen dos tipos de tropas, teniendo por un lado a los héroes y por otro a los soldados normales. Los primeros aparecerán en momentos concretos de la campaña, además de que siempre tendremos el control total sobre Alejandro Magno, y suele ser obligatorio que sobrevivan al final de la misión. Los héroes son más efectivos que las tropas de a pie, además de poseer algunas capacidades especiales que los convierten en letales luchadores. En el juego están definidos personajes de la talla de Jerjes, Leónidas, Bizus, Hazem, Parmenión… cada uno con sus propias características. El caso de nuestro héroe principal, Alejandro Magno, es especial por la cantidad de ventajas que podemos ir adquiriendo durante el ritmo normal de la campaña, obteniendo talentos y guardias reales.

Los primeros son 6 capacidades que incrementan las posibilidades del joven general en las misiones, y que nos permiten aumentar los ritmos de construcción, el vigor de las tropas, la efectividad de las máquinas de guerra. Por otro lado, la Guardia Real nos permitirá elegir entre 6 tipos de guerreros con los que iniciaremos la partida, y se trata de los mejores de cada una de las facciones disponibles en el título. Como las pantallas pueden tener distintos objetivos, y desarrollarse a distinto ritmo (conquista, infiltración, construcción…) cada talento y guardia real tiene una mayor utilidad en las misiones adecuadas. La selección de estas capacidades se realiza desde el mapa de campaña, de manera que muchas veces estaremos seleccionando sin saber de que tratará la nueva pantalla.

Por otro lado, no existen tipos de tropas predefinidos. Todos los soldados poseen la misma base, y únicamente se verán diferenciados por el tipo de armamento que les asignemos en el cuartel. El desarrollo e investigación de nuevas opciones de equipamiento serán la clave que abrirá la entrada de nuevos tipos de guerreros, de forma que podamos acceder a arqueros, lanceros… Es perfectamente posible cambiar las armas asignadas a un soldado una vez se ha creado, pero volviendo a pagar el coste de las mismas. Por otro lado, nuestros trabajadores se afanarán en recoger los pertrechos de guerra de los caídos, y de esta forma se nos permite acceder a nuevas opciones de equipamiento, incluso aquellas que no son propias de nuestra facción, y hasta seremos capaces de utilizar las monturas que hallemos.
Como complemento para nuestro ejército aparecen las máquinas de guerra, a las que podemos asignar soldados hasta completar la dotación necesaria para su manejo. Ballestas, torres de asedio o catapultas serán algunos de los elementos de este tipo que nos encontraremos. El funcionamiento de las embarcaciones, disponibles si compramos un astillero, es bastante parecido, con la salvedad de que ya poseen la tripulación que procurará su correcto movimiento, mientras que las tropas embarcadas podrán abordar otros barcos para que tomemos su control. Exceptuando esta opción, y la del ataque marítimo tradicional, la única función a mayores que nos ofrecen las naves que vayamos a construir es la de transportar nuestros ejércitos por mar.

Otra posibilidad que se nos ofrece es la de asaltar las murallas de las fortificaciones que tratemos de invadir. Usando las torres de asedio o escalas, nuestros soldados alcanzarán la parte alta del muro y entrarán en combate con los enemigos, pudiendo superarlos y acceder al interior de la ciudad. En resumen, las confrontaciones no se alejan de la norma del género, y la victoria dependerá mucho más de la cantidad y tipo de tropas que de la estrategia seguida. Los héroes, si bien son particularmente poderosos, no suponen una diferencia clara entre la victoria y la derrota, por lo que es una soberana estupidez dedicarse a arriesgar sus vidas sin sentido, más aún si tenemos en cuenta que su pérdida puede ocasionar el fracaso inmediato de la misión en la que nos hemos embarcado.

Todos los soldados, héroes o no, se verán recompensados mediante la experiencia. En el caso de los personajes únicos, esto se traduce en la adquisición y mejora de sus habilidades únicas. Las tropas normales simplemente verán sus atributos crecer, pero de esta forma se convierten en valiosos aliados en el campo de batalla. Las capacidades de los héroes cumplen, pero tampoco muy extensas, y vienen a estar relacionadas con la historia del personaje. De esta forma, Alejandro Magno puede mejorar su armamento o incluso a su famoso corcel, Bucéfalo, de manera que se convierte en un personaje más mortífero y veloz. Hay que tener en cuenta que cuando movamos un conjunto de tropas, siempre tenderán a seguir el ritmo de los más lentos, así que esta habilidad es útil cuando manejemos únicamente al héroe.

Las investigaciones hacen las veces de las capacidades de cada héroe, pero se reparten para todos nuestros soldados. Gracias a las mismas podremos adquirir guerreros más fieros, descubrir la forma de construir nuevos edificios o fortificaciones y, casi lo más importante, la manera de forjar nuevas armas y armaduras con las que equipar a nuestros hombres. Algunas de estas investigaciones siguen una estructura de árbol, mientras que otras son independientes y pueden ser adquiridas sin requisitos previos. Como es tradicional, en el modo de campaña nos veremos limitados al momento de la historia en el que nos encontremos, y no podremos llegar a conocer todas las ventajas aunque dispongamos de la cantidad necesaria como para adquirirlas.

Más allá del modo campaña, Sparta II nos ofrece un modo de batalla tanto para uno único usuario como para compartir una partida en red local o por internet. El funcionamiento explicado anteriormente es exacto salvo por las exclusiones propias de la campaña, como el mapa, los talentos y la guardia real. Teniendo en cuenta que se distribuye menos de una docena de mapas, y que no existe editor para los mismos, las posibilidades quedan a merced de las distintas opciones a la hora de elegir facción. El imperio Persa, Esparta, Egipto o Macedonia son las únicas disponibles, y su funcionamiento no difiere en gran medida, aunque poseen armamento y edificaciones distintas. El verdadero rango distintivo de cada nación son los héroes aliados a su bando.
El nivel gráfico del título de World Forge es muy bueno, si bien cuenta con texturas de nivel y una cantidad de animaciones bastante adecuada. Los entornos suponen el aspecto más cuidado del apartado visual, y es gracias a su trabajo que las pantallas parecen mucho más completas de lo que realmente están. Aunque no podemos interactuar directamente con los elementos, estos no quedarán impasibles a nuestros actos. Entre los barcos que choquen a gran velocidad se producirán desperfectos, y una contienda cerca de un bosque puede dejar más de un árbol en el suelo (lo que a primera vista puede parece un poco exagerado cuando se enfrentan dos o tres soldados en dicha batalla). Las máquinas de guerra harán mella en las construcciones, y los elementos de agua y fuego están perfectamente modelados.

La interfaz es clara, y nos permite avistar en un momento que tropas estén en peligro, o que campesino se encuentren ociosos. Las barras de salud que se muestran sobre cada personaje nos indicarán el daño recibido y su estado actual. También provee acceso rápido a los héroes, a la investigación y, mediante atajos de teclado, a casi todas las opciones de los edificios construidos. El diseño, al estilo clásico, concuerda a la perfección con la ambientación del juego. Una mención especial a los lanzadores de aplicación e instaladores que usa FX Interactive, que incluyen vídeos de otros títulos o del mismo que vamos a ejecutar. Esperar la carga de un título es un proceso mucho más agradable que de costumbre, y no cabe duda de que se trata de una idea genial para anunciar otros productos disponibles.

Pero lo mejor, sin lugar a dudas, es el excelente doblaje del título. Siguiendo la línea de tendencia marcada por los productos que FX trae a nuestro país, el juego se encuentra completamente traducido a nuestro idioma, contando con un reparto de voces impresionante. No se trata simplemente de actores conocidos y que pueden sonarnos familiares, si no que nos encontramos con elecciones casi perfectas para los papeles que desempeñan, y que llenan los comentarios del juego de emoción y realismo. Lo único que se puede hacer en estos casos es continuar elogiando esta tarea, confiando en que se extienda por todas las distribuidoras que pretendan localizar juegos en España, con la esperanza de que algún día podamos disfrutar de una calidad similar en cualquier título que compremos.

Aún incluso en este elogiable aspecto, lo que no cabe duda es que Sparta II: Las conquistas de Alejandro es una continuación exacta de su primera entrega. No se han realizado modificaciones exageradas, salvo pequeñas mejoras en el motor de juego debidas a los cambios de tecnología acontecidos en estos dos años. No por ello el juego es peor, pero si su anterior versión no ofrecía nada verdaderamente novedoso, en este caso nos encontramos en la misma situación. Esto no quita que nos encontremos ante un título de buena calidad, jugable y muy entretenido, muy recomendable para los que quieren iniciarse en la estrategia en tiempo real o lo que desean jugar partidas más ligeras, olvidándose de los alardes que otros títulos del género ofrecen. Por ello, si te gustaron las series de Imperium o el primer Sparta, no deberías tardar mucho en adquirir esta nueva copia. Si tus preferencias andan más cerca de título como la saga Age of Empires, Warcraft o Starcraft, puede que las opciones que te ofrece este producto puedan parecerte escasas.


- Juego ágil y entretenido.
- Ambientación muy buena.

7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.