Los Cazafantasmas El videojuego
- PlataformaWii8
- GéneroAcción
- DesarrolladorRed Fly Studio
- Lanzamiento06/11/2009
- EditorAtari
Fantasmagórico
Después de su andadura por las consolas de Sony en una interminable exclusiva que nos ha dejado sin el título durante gran parte del verano, el escuadrón antifantasmas más popular de la industria cinematográfica prueba también en el resto de consolas del mercado. Por suerte para los jugadores, el título recoge la esencia de sus homónimos cambiando ligeramente el aspecto gráfico sin dejarse atrás los elementos característicos del resto de sobremesa.
El tiempo no pasa en balde. Cuatro meses hemos tenido que esperar los usuarios de Wii para poder disfrutar de la adaptación de Los Cazafantasmas, que hasta hace bien poco era una de las exclusivas de las que hacía gala PlayStation 3 en un sorprendente movimiento por parte de Sony. La compañía japonesa veía de lejos asomar la calidad del título y no se equivocaba al apostar seriamente por esta aventura que, finalmente, ha acabado llegando al mercado europeo con un retraso considerable respecto al resto de versiones. Es una lástima no haber podido disfrutar de la adaptación de Wii cuando supuestamente estaba programado porque, entre otras cosas, durante este tiempo nos hemos perdido uno de los títulos más apetecibles que la consola ha parido en los últimos meses.
A diferencia de lo que sucede entre X360 y PS3, las diferencias aquí vienen marcadas por varios elementos primordiales en cualquier videojuego, siendo el más importante el cambio drástico que se ha efectuado en la apariencia de los personajes, caricaturizados de un modo atípico. Los cuatro héroes de turno vuelven a las andadas en pleno centro de Nueva York, con la ayuda de un novato al que han contratado para suplir los días libres que, como funcionarios a sueldo del gobierno que son, han de tomarse por ley. El papel de este nuevo' personaje lo suple el jugador que se pone a los mandos de la consola, sin más dilación, sin pausa para poder analizar lo que se nos viene encima.
Lo hacen además luciendo una calidad gráfica que nada tiene que envidiar a las producciones de gran calibre que hemos analizado en las últimas semanas. Estos Cazafantasmas se alejan de las viejas adaptaciones que conocimos en su día. El producto se ha trabajado con esmero, sin menospreciar ninguna de las virtudes de las que presume Wii, empezando por el sensor de movimientos, siguiendo por el aspecto técnico, para terminar con una jugabilidad que se sostiene principalmente en un delirante cooperativo que haría la boca agua a cualquier aficionado que disfrute echando un par de partidas con un compañero. La mecánica es bastante sencilla, la puesta en escena de lo mejor que hemos podido ver en esta consola hasta la fecha, gracias en gran parte a la sobresaliente labor que RedFly Studios ha realizado en términos de representación jugable. Sin más dilación, pasamos al grueso del análisis.
Nos dirigimos sin más dilación al primer punto caliente donde se desarrolla la acción, el hotel Sedgewick, que recorremos en honor a la primera película para regocijo de los aficionados acérrimos que estaban esperando la oportunidad de regresar de forma virtual a los escenarios originales. Que este ejemplo no sirva de equivocación al público: hay mucho más que ver, material original que se ha creado íntegramente para ser utilizado en esta ocasión con el apoyo de dos guionistas reputados en la materia: Dan Aykroid y Harold Ramis. Sendos autores no se han dedicado única y exclusivamente a reproducir sobre el papel sus ideas; también invitan al jugador a tomar parte en un recorrido que nos hace revivir la gracia de la franquicia en todo su esplendor.
Nada tienen que temer aquellos que teman por la integridad de la obra original de Ivan Reitman, ya que se ha respetado en todo momento la personalidad de los protagonistas. El sentido del humor que destilan en las escenas de acción acaba por convertirse en uno de los puntos más destacados del producto. No sólo por los diálogos incoherentes que a buen seguro nos harán soltar alguna que otra carcajada en las situaciones de mayor tensión, sino también por la sabia puesta en escena. Parece que estemos viendo una película en vez de un videojuego por la cantidad de escenas que narran el argumento haciendo uso del motor gráfico del juego, que para suerte de los usuarios de la consola hace un uso apropiado de las posibilidades de ésta.
Como decimos, no hay motivos para temer por la representación de los personajes, así como tampoco por la cantidad de escenarios que recorremos. La acción cambia constantemente de entorno, seleccionando fases de distinta índole que tenemos que recorrer con un claro objetivo: cansar a todos los ectoplásmicos que encontramos por los escenarios -siempre con un sentido impuesto por el guión- al tiempo que conocemos los motivos por los que se ha desatado una nueva plaga en la ciudad. Nuestro novato es el encargado de poner en uso de la mayoría de utensilios que Egon, haciendo acopio de su fama, inventa para tener mayor capacidad de ataque frente a los 50 distintos estilos de fantasmas con los que nos topamos a lo largo de la aventura.
Un número que a todas luces ofrece una gran variedad de estilos de combate, de comportamientos que se ven plasmados en actitudes más o menos agresivas a la hora de atacarnos. El nivel de dificultad de la aventura se determina al comenzar a jugar, si bien podemos cambiarlo en todo momento desde el menú principal, siempre y cuando estemos en el cuartel general, donde también conocemos a nuestra encantadora' secretaria que, con su peculiar sentido del humor, más que explicar los acontecimientos los escupe, buscando siempre el punto humorístico de la escena. Una vez más, nos vemos sorprendidos por la representación que se hace de los personajes, recreado con todo lujo de detalles pese a la tan cacareada caricaturización de los mismos.
Básicamente hacemos que los fantasmas choquen contra las paredes (de forma realista, para nuestro asombro) para debilitarlos por completo. Una vez hecho esto, es turno de lanzar la trampa con el nunchuk. Finalmente es menester acercarlos hacia ésta para que se introduzcan en ella. Parece más difícil de lo que realmente es, ya que en la práctica supone un ejercicio entretenidísimo del que no terminamos de cansarnos hasta el final de la aventura. Ojo con el nivel de dificultad que queremos implantar: el más elevado (que de ser completado nos recompensa con uno de los extras de la aventura) cuenta con algunos desfases en la IA de los ectoplasmas, que a veces hacen la partida un infierno insufrible. Sucede muy pocas veces, pero es un hecho irrefutable que los jugadores menos experimentados han de tener en cuenta.
A lo largo de la aventura hemos de prestar especial atención a varios puntos que posteriormente nos recompensan con jugoso material extra en forma de homenaje a las películas originales, así como otros elementos característicos del género (arte conceptual, vídeos, etcétera). Para ello hemos de cerciorarnos de encontrar las hojas perdidas de la base de datos que maneja nuestro grupo de acción, para lo que nos ayuda un pequeño aparato que detecta la densidad ectoplásmica de la zona. Por el camino podemos destrozar los objetos que están a nuestro alrededor para obtener estas hojas, a las que siempre hemos de acompañar de un detector de materia con el que introducimos novedades en nuestra base de datos.
Cualquier objeto paranormal ha de ser detectado para completar un punto más en nuestro porcentaje principal. La mayoría de los objetos del entorno son destructibles, podemos arrasar el hotel donde se inicia la partida, aunque hacerlo le costará una elevada suma de dinero al Ayuntamiento local, gastos que en cualquier caso sólo sirven para medir nuestra eficacia en cada escenario al final del mismo. Dependiendo de cuántos objetos hayamos obtenido obtendremos una calificación u otra. Queda a elección del jugador tratar de sacar el mejor rango posible para completar el juego al 100 % (con lo cual, una vez más, obtenemos otro elemento extra del menú principal). Además, siempre podemos mejorar nuestro equipo utilizando el dinero que obtenemos.
En líneas generales la aventura se disfruta de principio a fin. Su duración oscila entre las 6 / 8 horas dependiendo del nivel de dificultad y la cantidad de objetos secundarios que queramos obtener en cada nuevo escenario. Siempre podemos disfrutar de la banda sonora, que como bien se comentaba en el análisis de PlayStation 3 pese a su escasa variedad sabe aportar el ritmo suficiente para no desmerecer en comparación al resto del conjunto. El control, otro de los aspectos destacados del juego, se realiza en tercera persona en todo momento, basando el grueso de la acción entre la movilidad tradicional (es decir, el nunchuk) y el sensor de movimientos. Es una lástima que se haya omitido un modo online que podía haber sido apoteósico pero, en el mejor de los casos, siempre podemos disfrutar de un modo Online que está llamado a satisfacer por igual a todo jugador que se atreva a probar el juego.
No podemos dejar atrás la puesta en escena, que comentábamos anteriormente, sin lugar a dudas el elemento más destacado del producto. Por encima de él incluso se encuentra un doblaje que ha sorprendido a propios y extraños (que justifica la carga continua del DVD en la consola, algo que no termina de beneficiar de ninguna forma a la lente, con todo lo que ello conlleva) que pese a algunos defectos (a veces las líneas de texto no aparecen, otras es el audio el que falla ) sabe mantener un nivel que pone de relieve el valor de producción al que ha sometido Atari este producto, cuidado en todos y cada uno de sus detalles, con bastante material que nos invita a volver a retomar la aventura una vez la hemos terminado.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.