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Grand Theft Auto: Chinatown Wars

Grand Theft Auto: Chinatown Wars

  • PlataformaPSP8.5
  • GéneroAventura, Acción
  • DesarrolladorRockstar Leeds
  • Lanzamiento23/10/2009
  • EditorTake 2

Vive con honor, extorsiona sin compasión

La vida en una gran urbe estadounidense no suele ser fácil, sobre todo para un recién llegado. Y si esa urbe es Liberty City, entonces los problemas están asegurados. PSP recibe al fin su tercer GTA, el cual resulta ser una conversión mejorada del sobresaliente Chinatown Wars de DS.

Dos de las numerosísimas razones que existen para hacerse con una PlayStation Portable responden a los nombres de Grand Theft Auto: Liberty City Stories y Grand Theft Auto: Vice City Stories, juegos lanzados al mercado a finales de 2005 y 2006 respectivamente. Aunque ambos títulos se encuentran también en el catálogo de PlayStation 2, es sin duda su disponibilidad en PSP (consola para la que inicialmente fueron desarrollados) lo que los convierte en joyas indispensables para todo usuario que guste llevar su afición favorita a cualquier parte. Revisitar las ciudades que sirvieron de trasfondo a Grand Theft Auto III (2001) y Grand Theft Auto: Vice City (2002) para descubrir personajes, situaciones y misiones completamente nuevas, y encima poder hacerlo desde una portátil sin que por ello se pierda un solo ápice de calidad, es una de las mejores experiencias que PSP nos puede brindar aún a día de hoy.

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Tras el lanzamiento en la portátil de Sony de Grand Theft Auto: Vice City Stories, todo el mundo esperaba que la trilogía se completara con el que debería ser a todos los efectos un broche de oro indiscutible: GTA San Andreas Stories, juego basado en ese culmen para la saga en plataformas de 128 bits que fue el GTA: San Andreas lanzado en PS2, Xbox y PC. Sin embargo, SA Stories jamás llegó a aparecer. Las razones quizá habría que buscarlas en la profunda crisis que PSP vivió a lo largo de 2007 y buena parte de 2008, con las third partys abandonando la plataforma en tropel a causa de los estragos que la piratería causaba en las ventas de software; mientras tanto, una Sony agobiada por la trayectoria inicial de su nueva PS3, la cual se resistía a despegar en ventas, también acababa dejándola de lado durante una larga temporada. Debido a ello, PSP dio la impresión durante bastantes meses de ser el cadáver de un joven fallecido prematuramente en espera de que el juez ordenara su levantamiento para ser definitivamente enterrado.

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Visto lo visto, Rockstar acabó fijando su atención en Nintendo DS, portátil de salud indiscutible y consola más vendida del mercado, decidiendo finalmente que su nuevo GTA para llevar a cualquier parte viera la luz en el sistema de doble pantalla de la gran N. Dicho y hecho, Rockstar Leeds (estudio responsable de la programación de los dos Stories de PSP) se puso manos a la obra, cocinando durante dos años un monumental proyecto que pretendía exprimir el potencial de DS al 110 % para crear no solo un digno representante de la franquicia, sino también un sobresaliente título que se convirtiera por méritos propios en uno de los 5 mejores juegos del catálogo de la portátil. El resultado final llevó por nombre Grand Theft Auto: Chinatown Wars, vio la luz en marzo del presente año y cosechó uno de los mayores éxitos de crítica (por no decir el mayor), tanto a nivel de público como de prensa especializada, en lo que al catálogo de la portátil de Nintendo se refería.

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MeriStation, en su correspondiente análisis, puntuó a GTA: Chinatown Wars con todo un señor 9.5 sobre 10, mientras en las afamadas webs de recopilación de reviews Gamestats y Metacritic se podían ver unas medias de, respectivamente, 94 y 93 sobre 100. Sin embargo, las ventas ni mucho menos reflejaron el mencionado éxito a nivel de crítica. Chinatown Wars en DS ha alcanzado una cifra de sólo 680.000 unidades vendidas a nivel global, todo un desastre si tenemos en cuenta que los Liberty & Vice City Stories de PSP pusieron en la calle 5.78 y 3.48 millones de unidades respectivamente, cantidad que aún sigue creciendo gracias a la disponibilidad actual de ambos juegos tanto a precio reducido como por descarga a través de PlayStation Store. Las razones del fracaso del primer GTA lanzado en DS habría que buscarlas nuevamente en el azote de la piratería (GTA: Chinatown Wars estuvo disponible para su descarga ilegal incluso antes de que llegara a las estanterías de las tiendas), aunque quizá el hecho de que nos encontremos ante un juego adulto publicado en una consola poseída masivamente por menores de edad (o al menos eso aseguran muchos) también haya tenido algo que ver.

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Rockstar se encontró entre manos con todo un triple A que había costado dos duros años de intenso desarrollo, el cual contra todo pronóstico ni mucho menos había vendido lo suficiente para generar los beneficios que se esperaban de él. La compañía norteamericana decidió entonces cobijarse de nuevo en PSP, cual hijo pródigo bíblico regresando arrepentido ante su padre tras darse cuenta de que a su lado alcanzará un mayor bienestar. Así, el tercer y largamente pospuesto GTA destinado a la portátil de Sony ha visto al fin la luz, si bien se trata de un port de Chinatown Wars en lugar de una entrega completamente nueva. Es obvio que la intención principal de Rockstar con este lanzamiento es obtener los beneficios que no pudo cosechar en DS (buena prueba de ello es que el juego verá también la luz en iPhone), aunque sin duda todo esto no debe importar lo más mínimo al usuario final, el cual podrá disfrutar en su consola de todo un auténtico juegazo.

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De espadas, honor y tráfico de estupefacientes

Antes de centrarnos en la conversión en sí para diseccionar sus virtudes y carencias, es conveniente repasar pormenorizadamente las características del juego compartidas tanto por el original de DS como por esta conversión destinada a PSP (quien ya las conozca, puede si así lo desea pasar directamente a la página 3, párrafo 4 del presente análisis). Grand Theft Auto: Chinatown Wars toma como escenario la tercera y mejor encarnación de Liberty City aparecida hasta ahora, aquella que debutó en esa obra maestra que es el GTA IV lanzado el año pasado en PS3, Xbox 360 y PC, y que también hemos podido ver en los exclusivos The Lost and Damned y The Balad of Gay Tony de Xbox 360. Trasladar semejante urbe de los circuitos de una plataforma de alta definición a las entrañas de una consola portátil no fue una tarea fácil, aunque el resultado final visto en DS sin duda se ganó a pulso una calificación sobresaliente. Rockstar Leeds tuvo que dejar de lado en el proceso una buena porción de la Liberty City aparecida en GTAIV, en concreto la isla de Alderney, quedando finalmente 2/3 aproximados de la urbe original, equivalentes en tamaño a dos veces el mapeado de GTA: Liberty City Stories, lo que nos puede dar idea de las considerables dimensiones que abarca el área que recorreremos durante nuestra aventura.

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Dicha aventura nos pondrá en la piel de un joven miembro de las triadas chinas llamado Huang Lee, el cual se ve obligado a viajar a Liberty City tras la muerte en extrañas circunstancias de su padre, quien también hacía las veces de patriarca de la familia Lee. Tras la muerte del progenitor de Huang, el patriarcado recae ahora sobre los hombros de Wu 'Kenny' Lee, tío de nuestro protagonista e influyente capo de la 'sucursal' de la mafia china ubicada en Liberty City. Puesto que Hsin Jaoming, el Don de las triadas en la mencionada urbe neoyorquina, está a punto de retirarse, Kenny reclama la presencia de su sobrino para que éste le entregue la Yu Jian, una espada ancestral que supuestamente ha pertenecido al clan Lee durante generaciones. Kenny pretende regalar dicha reliquia a Jaoming para así ganarse su favor en la sucesión al trono de las triadas de Liberty City, lo que garantizaría una envidiable posición para la familia Lee.

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Sin embargo, las cosas ni mucho menos salen como estaban planeadas. Nada más poner los pies en el aeropuerto de Liberty City, Huang es asaltado por unos misteriosos criminales que, tras dispararle en la cabeza, arrojan al mar su cuerpo inerte y se apropian de la Yu Jian. Por fortuna, la herida de bala en la cabeza del joven miembro de las triadas resulta ser superficial, por lo que consigue salvar la vida en el último momento. A partir de entonces, Huang se verá inmerso en una peligrosa y mortal odisea ya que, lo quiera o no, tendrá que tomar parte en la guerra civil desencadenada entre las filas de las triadas de Liberty City, con cada capo tratando de apuñalar a sus congéneres por la espalda para así convertirse en el único aspirante al trono tras la inminente retirada de Jaoming. Por si esto no fuera suficiente, las restantes mafias que operan en la urbe neoyorquina ni mucho menos se quedarán de brazos cruzados, ya que intentarán por todos los medios borrar del mapa a las triadas ahora que se encuentran en un estado claramente vulnerable.

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Lo primero que llama la atención nada más fijar la vista en GTA: Chinatown Wars es que la perspectiva utilizada no es la frontal característica de la franquicia desde aquella revolucionaria obra maestra que fue el GTA III lanzado en 2001, sino una cenital tomada desde el aire. Por lo tanto, el clásico aficionado a la serie GTA que lleva siguiéndola desde sus orígenes no podrá evitar sentir una agradable sensación de nostalgia, ya que la perspectiva y desarrollo de Chinatown Wars le recordarán tanto a las tres primeras entregas de la saga (los Grand Theft Auto 1, London y 2) como al notable GTA Advance que viera la luz allá por 2004. Eso sí, a pesar de la perspectiva cenital, el apartado gráfico de Chinatown Wars ha sido construido en unas completas tres dimensiones, dotando de polígonos excepcionalmente texturados a edificios, vehículos y mobiliario urbano mientras los personajes en sí son plasmados mediante sprites bidimensionales inmejorablemente animados e insertados en pantalla (tanto que será difícil distinguir su origen 2D respecto al resto de elementos gráficos).

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Eso sí, las semejanzas entre Chinatown Wars y las primeras entregas de la saga comienzan y terminan con el enfoque utilizado a la hora de mostrar la acción, ya que en cuanto a mecánica, desarrollo y posibilidades nos encontramos ante un GTA que nada tiene que envidiar a los juegos más recientes de la franquicia. Como es de esperar, el concepto sandbox ha sido implementado en Chinatown Wars hasta sus últimas consecuencias, por lo que en todo momento podremos ir donde queramos, conducir cualquier vehículo que se nos ponga por delante (hasta 100 diferentes entre coches, motos, camiones, lanchas…) y participar a nuestro libre albedrío en unas misiones, tanto principales como secundarias, que sobrecogen por su ingente cantidad, desenfrenada diversión y notoria variedad, siendo muchas de ellas tremendamente originales (como participar en una carrera callejera con el único objetivo de echar a los rivales de la pista para asegurarnos de que nuestro jefe se proclamará vencedor).

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Para que os hagáis una idea, las misiones principales a superar sobrepasarán el medio centenar, siendo sólo la punta del iceberg de todo lo que GTA: Chinatown Wars pone a nuestra disposición: trabajar como taxista, bombero, policía, conductor de ambulancia o repartidor de fideos chinos a domicilio; superar los diversos saltos acrobáticos repartidos por la ciudad; participar en minijuegos tan desenfrenados como adictivos, entre los que se cuentan Mendigotrón (parodia tremendamente absorbente y divertida del clásico videojuego Robotron -Vid Kidz, 1982-), Circuito de Destrucción (que nos pondrá a los mandos de un tanque Rhino, vehículo clásico de la franquicia GTA), Club de Tiro (dividido en diferentes categorías dependiendo del arma a empuñar), Masacre (que supone el celebrado regreso a la saga de los clásicos Kill Frenzys, presentes desde el primer GTA e inexplicablemente ausentes en las últimas entregas de la franquicia), Interceptor (donde actuaremos de conductor en una ranchera equipada con ametralladora, siendo obviamente nuestro cometido destruir los vehículos enemigos), Carreras Contrarreloj (de todas las formas y tamaños que se nos ocurran)…

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… y seguimos tras tomar aliento: actuar como traficantes de estupefacientes para hacernos con cuantiosos beneficios monetarios (mediante un elaborado minijuego de compra-venta con sus ofertas, demandas y estudios de mercado incluidos), probar suerte con los boletos Rasca y Gana (existen locales repartidos por Liberty City en los que adquirir dichas tarjetas, cuyos premios abarcan desde recuperación de salud hasta la entrega en mano de pisos francos), trabajar de repartidor para entregar paquetes al tiempo que intentamos evitar a las bandas rivales, asaltar almacenes (o hacerse directamente con los camiones de reparto que recorren las calles de Liberty City regularmente), destruir las hasta 100 cámaras de seguridad repartidas a lo largo y ancho del inmenso mapeado del juego, participar en los seis minijuegos multijugador tanto cooperativos como competitivos (por desgracia sólo en red local), encontrar los raros y tremendamente escurridizos Leones de Fo…

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Si a este más que numeroso listado de posibilidades (ya presentes en la versión DS) añadimos que Rockstar Leeds ha creado para la presente conversión destinada a PSP nuevas misiones tanto principales como secundarias, podemos afirmar con total rotundidad que tenemos juego para muchos, pero que muchos meses. Y todo esto en una ciudad recreada con el gusto y detalle que sólo Rockstar sabe imprimir a sus productos, encontrándose en dicho sentido a años luz de cualquier otro sandbox de la competencia.

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De DS a PSP y juego porque me toca

Entrando ya de lleno en las novedades y diferencias entre este título y su versión original aparecida meses atrás, hay que mencionar de inicio que GTA: Chinatown Wars cuenta en PSP con dos ilustres antecesores que no se encontraban en DS. Hablamos, como no, de los Liberty & Vice City Stories, títulos que exprimieron al máximo el potencial de la portátil de Sony para ofrecernos dos grandísimas aventuras que no tenían nada que envidiar a las que por aquella época podíamos ver en plataformas de sobremesa. Comparar dichos juegos con el título que nos ocupa es inevitable, y desde luego si observamos Chinatown Wars desde la mencionada perspectiva acabaremos llegando a la inevitable conclusión de que tanto Liberty como Vice City Stories lo superan claramente, algo por otro lado inevitable teniendo en cuenta que Chinatown Wars es un port de un título inicialmente pensado y lanzado en DS, consola muy inferior a nivel técnico respecto a PSP y que además cuenta con características que no se encuentran en la portátil de Sony, siendo la principal de ellas su pantalla táctil.

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Por lo tanto, muchos aficionados verán este GTA: Chinatown Wars de PSP como un paso atrás respecto a entregas precedentes. Sin embargo, no sería justo medir con dicho rasero al juego que nos ocupa. Chinatown Wars era un auténtico juegazo en DS y lo sigue siendo en PSP, engalanado además con mejoras añadidas que, si bien no son tantas como era de esperar, sin duda engrandecen aún más sus virtudes. Dichas mejoras son sobre todo perceptibles en el apartado visual. Partiendo del mayor alcance en cuanto a área visual permitido por el superior tamaño de la pantalla panorámica de PSP, Rockstar Leeds ha dotado a toda Liberty City de un nuevo recubrimiento de texturas a una definición muy superior a la presente en el Chinatown Wars original, brindando con ello una mayor espectacularidad al juego.

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Para engrandecer aún más el resultado se han preparado nuevos efectos lumínicos, los cuales afectan en primera instancia al ciclo día-noche. En DS era francamente difícil distinguir entre día, tarde, noche o madrugada, mientras en PSP (gracias a los nuevos efectos lumínicos) todo es mucho más perceptible. También se han añadido nuevas rutinas gráficas durante el día que emulan con gran acierto el sombreado en tiempo real característico de las plataformas de sobremesa de la generación actual, por lo que todo elemento de Liberty City que se levante sobre el suelo (farolas, semáforos, árboles, edificios, vías de tren…) proyectará sombra a un determinado ángulo dependiendo de la hora del día, la cual será claramente visible sobre la superficie de cualquier elemento que pase bajo ella.

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Por desgracia, dichos efectos lumínicos brillan (y nunca mejor dicho) por su completa ausencia cuando la noche cae sobre Liberty City. Las luces de las farolas no proyectan luz sobre los elementos que pasan bajo ellas (todo rastro de sombras desaparece de las calles), mientras el halo de los faros de los coches tampoco se refleja en superficie alguna. Únicamente las luces de las sirenas de los vehículos de emergencia (coches de policía, camiones de bomberos y ambulancias) han sido dotadas de un visible y espectacular efecto lumínico que hará que se reflejen en cualquier elemento existente a su alrededor, desde las fachadas de los edificios hasta las carrocerías de los coches. Es una auténtica lástima que el resto de focos de luz no se hayan tratado de igual manera, dado que esta Liberty City nocturna da la sensación de ser demasiado oscura y gris por culpa de unas farolas en las calles y unos faros en los vehículos más falsos que un billete de seis euros, pues no proyectan luminosidad más allá de lo estipulado de antemano.

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Pero que este pequeño lunar no nos lleve a engaño; después de todo, el hardware de PSP no fue hecho para lidiar con sombras o efectos lumínicos en tiempo real, por lo que todo lo incluido en dicho sentido es de agradecer. El resultado general a nivel visual nos pone ante un juego notablemente mejorado respecto a lo visto en la versión original, algo que por otro lado era de esperar: más color, más detalle, más definición, más efectos visuales… Todo moviéndose con una suavidad envidiable, sin tirones o popping en ningún momento independientemente de la velocidad a la que transcurra la acción o los elementos que se agolpen en pantalla, algo que por otro lado también era de esperar dado que precisamente una de las ventajas de la perspectiva cenital respecto a la frontal es que la exigencia a nivel gráfico es mucho menor, por no mencionar que los personajes de Chinatown Wars están construidos a golpe de pixel y sprite en lugar de polígonos texturados, con el consabido ahorro de exigencia al engine que ello supone.

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Y ya que hablamos de personajes, mencionar que uno de los cambios que eran de esperar por parte de Rockstar con esta nueva versión PSP no se ha llevado a cabo. En el Chinatown Wars de DS, las secuencias introductorias de cada misión (y también las que se suceden durante las propias misiones) se nos mostraban mediante imágenes estáticas al estilo cómic en lugar de vídeos cinemáticos construidos con el propio motor gráfico del juego tal y como viene siendo habitual en la saga, algo que podía ser comprensible teniendo en cuenta las limitaciones de la plataforma a la que había sido destinado el juego. Sin embargo, en PSP se han dejado tal y como estaban. Bien es verdad que dichas ilustraciones han sido redibujadas y aumentadas de resolución, pero no deja de ser obvio que se podían haber sustituido por secuencias cinemáticas, tomando para ello el propio engine que Rockstar Leeds ya utilizó en GTA: Vice City Stories.

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Sin embargo, donde se puede percibir claramente una mayor dejadez por parte de Rockstar es en el apartado sonoro. El Chinatown Wars original, nuevamente por limitaciones de la plataforma, carecía de voces para los personajes, mientras las emisoras de radio estaban formadas únicamente por unos cuantos cortes de música sintetizada. PSP no adolece de dichas limitaciones, y sin embargo el apartado sonoro permanece prácticamente igual. Siguen sin existir voces excepto por las frases aisladas que algún peatón soltará muy de vez en cuando, mientras las emisoras de radio, sobresaliente seña de identidad de la franquicia desde aquel primer y lejano GTA de 1997, se mantienen huecas y carentes de calidad. Se han incluido nuevas emisoras, aunque la realidad es que no existen canciones licenciadas, ni locutores que animen la función con sus absurdas charlas, ni esos descacharrantes anuncios ficticios que siempre nos han hecho soltar alguna que otra carcajada gracias a su ingenio y aguda sátira hacia la sociedad norteamericana de la actualidad.

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En su lugar tenemos unos 100 minutos de música del mismo corte que la ya escuchada en el Chinatown Wars original, machacona y carente de cualquier atisbo de personalidad; una banda sonora que nos empujará, por primera vez en la historia de un GTA lanzado en soporte digital, a reducir al mínimo el volumen de nuestra consola. No hay más remedio que dar un fuerte tirón de orejas a Rockstar, ya que aquí ha quedado claro que ni mucho menos pretendían mejorar el apartado auditivo del juego cuando contaban con todos los medios para hacerlo, provocando que a nivel de sonido este Chinatown Wars de PSP se encuentre infinitamente por debajo de lo escuchado en los Liberty & Vice City Stories lanzados en la misma consola.

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En lo referente al apartado multijugador, tampoco hay nada nuevo bajo el sol. Nos encontramos con los mismos seis apartados ya presentes en la versión original: Carreras simples, carreras por temporadas, Stash Dash (hacernos con una furgoneta de contrabando y conducirla a nuestra guarida mientras tratamos de evitar el acoso del resto de jugadores), Liberty City Survivor (un Deathmatch de los de toda la vida), Gang Bang (Deathmatch por equipos), y Defender la Base (el más divertido, ya que tendremos que trabajar con el resto de jugadores para defender nuestra base frente a un constante acoso enemigo). El apartado multijugador sigue sufriendo el mismo problema ya presente en la versión de DS, y es que sólo se podrá jugar en red local. El modo online queda relegado a interactuar con el Rockstar Social Club o intercambiar mensajes y objetos con otros usuarios.

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Ya por último es obligatorio aclarar cómo ha resuelto Rockstar Leeds la difícil papeleta presentada a la hora de trasladar a PSP las numerosas interacciones con la pantalla táctil presentes en el ChinatownWars de DS. De entrada, lo que en la consola de Nintendo era una PDA accesible en todo momento desde la pantalla inferior de la portátil (lo que permitía por lo tanto navegar entre las diferentes funciones del juego a golpe de stylus) ha sido sustituido en PSP por un menú mucho más clásico, presente tras pulsar el botón Start. La estructura de dicho menú (inspirado en la versión original) recuerda ahora más que nunca al Xross Media Bar que Sony ideó para el menú de inicio de PSX (no la PlayStation original, sino aquel extraño híbrido con una PS2 y un DVD-R en su interior), el cual fue posteriormente trasladado a PSP y PS3. Obviamente, el acceso a cada apartado en esta versión PSP no es tan intuitivo y directo como en DS, pero todo queda ordenado de forma sencilla y accesible gracias a la estructura estilo XMB, por lo que no se pierde demasiado con el cambio.

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Los numerosos minijuegos táctiles existentes en la versión DS sí que eran mucho más difíciles de versionar a PSP. Cierto es que todos siguen estando ahí (desde romper la luna de un coche para evitar ahogarnos en el caso de que hayamos caído al agua hasta fabricar cócteles molotov en una gasolinera, pasando por usar un destornillador para arrancar un vehículo antes de que se active la alarma, dibujar tatuajes en la piel de los nuevos miembros de las triadas, registrar contenedores en busca de armamento…), aunque no resultan tan intuitivos y satisfactorios. PSP carece de pantalla táctil, por lo que pasamos de blandir el stylus a usar los botones y el stick analógico de la consola. Poniendo unos cuantos ejemplos, si antes para romper la luna de un coche debíamos golpear con el stylus sobre dicho cristal, ahora sólo deberemos pulsar los botones L y R; si para usar un destornillador a la hora de puentear un coche antes teníamos que deslizar el stylus para simular los giros dados en la cerradura, ahora nos limitaremos a usar el stick analógico; si para tatuar a los nuevos miembros de las triadas debíamos dibujar dicho tatuaje en pantalla con pulso firme, ahora pasaremos a pulsar los botones y efectuar los giros con el stick analógico que se nos vayan mostrando en pantalla…

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Por lo tanto, dichos minijuegos salen perdiendo claramente en esta versión PSP con respecto a lo visto en el Chinatown Wars original, aunque bien es verdad que era algo inevitable al ser en un principio creados exclusivamente para la portátil de Nintendo (nadie esperaba que un batacazo en ventas provocara conversiones para otros sistemas). Rockstar Leeds tenía únicamente dos opciones: sustituir las interacciones con la pantalla táctil por una suerte de Quick Time Events o simplemente eliminarlos de la ecuación. Eso sí, estos QTE han quedado tremendamente facilones, por lo que un aumento de dificultad habría dado más interés al asunto.

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8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.