FIFA 10
Fútbol simplificado
El fútbol reducido a su expresión más básica. Esta es la apuesta de Electronic Arts en Wii para esta temporada, siguiendo la línea del exitoso FIFA09 que tan buenos resultados ofrecía la temporada pasada. Tras los pasos del resto de versiones de sobremesa, se ha mejorado la física del balón, determinados movimientos en los jugadores y las plantillas de la gran mayoría de equipos profesionales del globo. El balompié, como decimos, simplificado al máximo, pensado para esos jugadores que sólo desean pasar un rato agradable frente al televisor.
Al fútbol virtual le exigimos realismo. Pocos recuerdan que en los inicios del deporte en la industria de los videojuegos lo único que era totalmente imprescindible era la diversión, el factor adictivo que fuese cual fuese la calidad gráfica del juego -no hablemos ya de la sensación de realismo- que ofreciese durante los partidos. La afición, la llegada de las nuevas tecnologías o la tendencia que ha cobrado el deporte en sí en los últimos años han sido sólo algunos de los factores que han elevado al género a una posición en la que nunca hubiésemos podido imaginar que estuviese de no ser por esta moda secular que convierte el lanzamiento de estos títulos en todo un acontecimiento de masas.
Electronic Arts y Konami se frotan las manos a la espera de contar con paciencia las ventas de cada franquicia. Por el lado de los japoneses, PES ha sufrido una notable evolución siendo el mejor de los dos que ha sabido adaptarse a las condiciones actuales. Técnicamente se utiliza un motor mejorado de la edición de PS2, sin caracterización alguna, basando el grueso del sistema de juego en el uso del puntero de wiimote. El fútbol visto desde la lupa de la estrategia sin perder por ello un ápice de la calidad que registran las ediciones ahora consideradas menores de una serie que en la nueva generación anda como una veleta que se deja llevar por la dirección del viento. La situación del rival, que hoy toca analizar, es totalmente contraria en tanto no ha conseguido despegar como quisiera en el mercado.
FIFA prometía grandes adelantos la pasada temporada. La seriedad de EA en este sentido ha sido total; no se ha perdido el tiempo buscando un sistema exquisito con el que sorprender a los jugadores, sino que se ha optado por hacer todo lo contrario. Si PES amplifica las posibilidades de juego durante los partidos colocando al jugador en la piel del entrenador como pocas veces habíamos conocidos antes en el pasado, la apuesta de FIFA pasa por quitar de en medio todo lo ajeno a la jugabilidad, creando una base asequible para todos los públicos que muestra el deporte rey desde un punto de vista arcade. La esencia del fútbol, como dirían otros, simplificada a más no poder. Por el camino no se olvida de un motor gráfico a la altura de las circunstancias, como tampoco de otros elementos característicos de la franquicia.
En esencia los cambios incorporados le dan mayor profundidad a un sistema arcade que con su peculiar simplificación limita el juego a pases cortos rápidos entre varios jugadores, conexiones elaboradas que en cuestión de segundos nos ponen delante del portero, al que batimos también con una facilidad pasmosa independientemente de la dificultad que hayamos asignado al principio de los partidos -podemos seleccionar entre fácil, medio y difícil, siendo la última opción la más aconsejable para los jugadores que estén acostumbrados a disfrutar del fútbol virtual-. Dependiendo del sistema de control que hayamos elegido tendremos que hacer uso de una mecánica particular o de otra, si bien nunca cambia la disposición de los partidos.
Dicho en otras palabras: da igual qué configuración elijamos de las disponibles (wiimote, nunchuk/wiimote, mando clásico ) ya que el estilo de juego siempre será el mismo. Nosotros nos hemos decantado por el que aparece como predefinido, que requiere utilizar los dos pads, uno para controlar a los jugadores al tiempo que corremos, mientras que el otro sirve para disparar, pasar, fintar y resto de filigranas que necesariamente hemos de realizar sobre el campo para que el balón llegue a nuestro delante en una posición ventajosa. No se necesita una gran capacidad de comprensión para entender que este sistema hace posible el toque rápido, sin necesidad de jugadas en profundidad excesivamente elaboradas.
Gran parte de culpa de este hecho la tiene la escasa IA de la que presumen los rivales con los que nos enfrentamos en las distintas modalidades de juego que encontramos. Pongamos la situación de comenzar a disputar un partido amistoso en la máxima dificultad frente a uno de los equipos de mayor calibre ofensivo/defensivo del juego: Manchester United. Nuestra elección pasa por la de un recién ascendido que, con un poco de suerte, podría acabar este año sorprendiendo al más pintado: C.D Tenerife. A primera vista debería ser poco menos que imposible derrotar al equipo inglés por diversos factores que no vienen ahora a cuento, pero que damos por obvio entre los lectores.
Por sorprendente que pueda parecer, es fácil obtener la victoria explotando siempre el mismo estilo de jugada, atacando por un flanco para terminar el ataque con un pepinazo desde el borde del área, imparable para el portero sea el jugador que sea el que haya cargado la pierna para disparar. Este ejemplo es ideal para mejorar la comprensión de la mecánica de juego: sí, los disparos a puerta han mejorado, cuentan con una pequeña vibración en la pantalla al ser lanzados -sacudiendo el wiimote si elegimos esta opción-, aunque en el 90 % de las ocasiones el balón acaba o bien dentro de las mallas o incrustado en un larguero después de que el portero haya tenido que realizar una espectacular palomita para detener el esférico.
El ritmo sí ha mejorado, al igual que en las versiones mayores. La física de la pelota es de lo más destacado al entender perfectamente las órdenes que damos al realizar un pase en corto o en largo, si bien los desmarques a veces sacan de quicio por no ir nunca en la posición que deseamos. Se realizan pulsando el mismo botón de la presión a un jugador, momento en el que vemos cómo el jugador más cercano que esté sin balón empieza a correr hacia la portería quedándose absurdamente en fuera de juego. Vamos, una de esas opciones inútiles que apenas utilizamos durante los partidos y que han de ser optimizadas en próximas temporadas por el bien de los jugadores. Todo lo que sea ir más allá de los pases en corte/largo o los regates con la cruceta digital sobra, su uso no es práctico, aunque su manejo es imprescindible para superar a los oponentes -humanos- más avispados.
Precisamente la posibilidad de disfrutar de unos partidos con un amigo de cualquier parte del globo es la opción más destacada del producto. Las modalidades de juego se hacen eco de la Batalla por la Gloria, donde hemos de seleccionar un equipo para llevarlo hasta lo más alto de la competición deportiva -disputando copas, ligas, torneos -, existiendo la posibilidad de fichar nuevos jugadores así como de obtener boosters'. Este término se ha reservado para los retos a los que nos somete el juego antes de disputar cada partido. De tres disponibles hemos de elegir el que consideremos puede ser vencido. Encajar menos de tres golpes en un partido, anotar más de cinco ante un equipo de casta, realizar dos asistencias, anotar varios goles de cabeza, provocar un penalti Si superamos el reto recibimos puntos de entrenador que a su vez nos permite obtener ventajas durante los partidos.
Cuando superamos un determinado número de puntos tenemos ocasión de despegar una especie de cromo que esconde una ventaja concreta -mayor cadencia de disparo en todos los jugadores del campo, por ejemplo-. Cuando reunimos tres cromos específicos los podemos sumar para hacer uso de ellos durante los partidos y poder aprovechar más ventajas que acaban por colocarnos en un punto imbatible para la IA de la máquina. Siempre podemos optar por no hacer uso de estas mejoras o tratar de superar los retos más difíciles, pero por regla general al cabo de poco tiempo, con algo de experiencia, se hace muy fácil ganar partidos bajo la ley del mínimo esfuerzo. Por este motivo es aconsejable elegir un equipo de segunda categoría para comenzar a jugar.
De otro modo, los jugadores del F.C Barcelona siempre van a ser más rápidos, atléticos, ágiles y letales que cualquier otro jugador de cualquier otro equipo -valga la redundancia-. Este hándicap que ya estaba presente la temporada pasada sigue siendo una molesta constante cuya única solución pasa por elegir a equipos de baja categoría para disfrutar un poco del fútbol y no tanto de meter goles a mansalva. Si a las capacidades innatas de Ibra, Kaká, Ronaldo, Messi, Agüero, Forlán, Villa, Silva y demás jugadores le sumamos la barra Momentum', que aparece en la parte inferior de la pantalla y se rellena según la calidad de la jugada que estemos realizando -mejorando las posibilidades de que un disparo arriesgado acabe en gol, o que un pase en largo se convierta en una jugada a solas con el portero-, la superioridad se torna aplastante.
Pocos cambios en este sentido. Hay algunas animaciones nuevas para celebrar los goles, mientras que dentro del campo los jugadores se mueven con soltura, recibiendo el balón con filigranas innecesarias que se han omitido de los homónimos de X360 y PS3 para quedarse en Wii por motivos que desconocemos. Los estadios, así como la representación de los jugadores, siguen un estilo propio que lejos de ser excesivamente realista utiliza adecuadamente la potencia de la consola. No hay ralentizaciones, tampoco tirones: el ritmo es constante. Es una lástima que hayan tan pocos jugadores cuyo rostro se corresponda al de la realidad. El público sigue siendo anecdótico, al igual que el apartado sonoro, que hace uso de melodías anodinas para animar la curiosa -pero agradable- interfaz que nos da la bienvenida. Salvo el modo entrenamiento donde podemos poner en práctica los movimientos básicos, el juego no ofrece nada más allá de lo expuesto anteriormente.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.