[GC] James Cameron's Avatar: The Game, Impresiones
James Cameron busca sorprendernos a todos con Avatar, su laureado proyecto que también tiene una parte importante en forma de videojuego. La GamesCom nos demuestra que el planeta de Pandora tiene más vida, y más dimensión de la que aparenta.
James Cameron busca sorprendernos a todos con Avatar, su laureado proyecto que también tiene una parte importante en forma de videojuego. La GamesCom nos demuestra que el planeta de Pandora tiene más vida, y más dimensión de la que aparenta.
Es como el cuento de Pedro y el lobo. Nos han asegurado tantas revoluciones, tantos antes y despueses, que a la hora de la verdad, el día que nos sorprendan seguramente no sea porque no nos han avisado. Es lo que le ocurre al cineasta James Cameron con su Avatar, ese proyecto que escribió hace más de diez años y que decidió aparcar hasta hace cerca de un lustro porque vio que la tecnología existente, por fin, se adaptaba a su visión. Una visión muy ambiciosa, parece ser.
La película -y por lo tanto, el videojuego- nos pone en el papel de Jake Sully, un joven veterano de guerra paralizado de cintura para abajo, cuya consciencia será transferida a un Avatar, una criatura desarrollada científicamente para aguantar la atmósfera de Pandora. Pandora no es, ni más ni menos, que un planeta fantástico con un recurso natural de lo más valioso, el Unobtanium, que sus nativos, los Na'vi, defenderán con su vida. Un contexto de ciencia-ficción que, en el film, pretende llevar el uso de la tecnología 3D a otro nivel. El videojuego, por otro lado, no pretende menos, como comprobamos durante la GamesCom.
Los escenarios son de colores vívidos, sabiendo transmitir esa sensación de mundo fantástico pero sin dirigirse hacia los términos del Cell-Shading o similares. El motor, por su funcionamiento y fluidez, se encuentra quizás un pasó más allá entre el estándar de esta generación, pero tampoco consigue destacar salvo por la cohesión artística y, por supuesto, por la tecnología que abandera. Los árboles pasan rozándote, la profundidad de campo aumenta considerablemente, y esto incluso ayuda jugablemente hablando; eres más consciente de tu posición en el nivel.
Cuando al fin conseguimos aterrizar -la aeronave se controla en altura con el stick derecho y en velocidad con el izquierdo, lanzando misiles con el gatillo derecho-, pasamos a un shooter en tercera persona, con trazas muy palpables de otros como Lost Planet. De nuevo, la mayor baza es la propia imaginería sobre la que se basa, muy sorprendente -quizás porque aún no hemos visto nada de la película- y los efectos sobre la pantalla especial y las dichosas gafas. Los desarrolladores nos han asegurado que, dependiendo del modelo, el precio de llevarse una televisión LCD con esta tecnología a casa puede encontrarse entre los 2000 y los 3000 €. Vamos, que vivir Pandora de esta manera no estará al alcance de todo el mundo todavía.
A lo largo de la aventura se nos pondrá en distintos vehículos y con secciones de diferente calado, más aún si elegimos hacernos con un Avatar y luchar por los Na'Vi -se nos pondrá en esta disyuntiva a mitad de juego-. Complementando esto se encuentra un sistema de desarrollo de personaje, haciendo que armas y habilidades mejoren conforme vamos encontrándonos Effort Points -Puntos de Esfuerzo o EP- a la que causamos estragos en el enemigo.
James Cameron's Avatar: The Game
- Aventura
- Acción