Brütal Legend, Impresiones
Con el poder del metal y muchas ganas de dar gritos llega Eddie Riggs, el héroe de acción más atípico que hemos visto en mucho tiempo. Como no podía ser de otra forma, ha salido de la perturbada y genial mente del único e incomparable Tim Schafer.
Con el poder del metal y muchas ganas de dar gritos llega Eddie Riggs, el héroe de acción más atípico que hemos visto en mucho tiempo. Como no podía ser de otra forma, ha salido de la perturbada y genial mente del único e incomparable Tim Schafer.
Double Fine Productions es una compañía de desarrollo atípica, nacida de las cenizas de un viejo estudio de Lucas Arts responsable de obras maestras como El Día del Tentáculo o Grim Fandango. Liderados por su singular jefe, Tim Schafer, llevan desde el año 2000 creando sus propios juegos, todos ellos caracterizados por su espíritu independiente y su temática atípica. Su última creación es Brutal Legend, una aventura de acción en la que seremos Eddie Riggs, un heavy metalero que se ve teletransportado a un universo peculiar en el que el rock reina en todo momento.
Todo empezó con un concierto de su grupo, en el que además estrenaba una hebilla para su cinturón de lo más molona'. Durante una de las canciones que Eddie toca este se hace una herida y algo de sangre y cae sobre la hebilla, que resulta ser un demonio antiguo encerrado en esta prenda. Instantáneamente se ve transportado a un universo paralelo. Él cree seguir en el concierto, pero en realidad está ante sus nuevos enemigos, puesto que es responsabilidad suya devolver a esta criatura infernal al lugar de donde vino.
Suena como una locura, sí. Pero el equipo de Tim Schafer siempre ha incluido en sus juegos detalles rockeros para deleite de sus fans. Tal es el caso de Full Throttle o incluso de la saga Monkey Island. Pero para esta ocasión 'Queríamos hacer un juego que de rock' declara el propio Tim. 'Queríamos incluir esa loca imaginería, el estilo visual, las voces, la música ' y por eso han hecho un esfuerzo en meter dentro de Brutal Legend todos esos elementos que siempre se han identificado como metaleros: hachas, arañas, calaveras por todas partes, música de este estilo de los mejores grupos e incluso cameos de los artistas más famosos.
Todo empezó con el diseño del protagonista, Eddie Riggs, alrededor del cual fueron añadiendo nuevos detalles que dieran entidad heavy al juego. Tal es el caso de su coche, el hacha, los momentos de guitarreo (que se solventan como si jugáramos a Guitar Hero, pero pulsando los botones del mando) o sus roadies (una especie de seguidores greñudos que nos acompañan moviendo sus tupidas melenas arriba y abajo mientras nos defienden del ataque de los enemigos).
El peso dramático del papel recae sobre el célebre actor Jack Black, del que Tim nos confesó 'Eddie nació antes que la idea de colaborar con Jack Black. Pero con sus trabajos en School of Rock o su grupo musical Tenacious D, esperaba poder enseñarle el juego para ver que le parecía. Le gustó tanto lo que vio que se subió al barco para poner la voz al personaje. Se ha volcado tanto con Eddie que ha conseguido llevarlo a otro nivel, haciéndole casi una extensión de su personalidad.'
Se trata por tanto de un juego yo contra el barrio' completamente atípico, pues no se corta a la hora de incluir todo lo que pasa por las perturbadas mentes de los desarrolladores de Double Fine. 'No hay nada demasiado loco para este juego. Eso es lo bueno que tiene. Tiene de todo, desde iconos religiosos, enemigos gigantes, cantantes famosos, caníbales Lo que sea para hacer un juego distinto a los demás. Y es cierto que aunque a primera vista puede parecer casi arquetípico en su manera de jugar, tiene un sabor distinto una vez que nos metemos en su mecánica y empezamos a repartir mandobles con nuestra hacha y rayos con nuestra guitarra. Los controles son simples, pero permiten una amplia variedad de ataques diferentes. Casi como en los beat'em up clásicos, en los que los puntos de experiencia no tenían importancia, y donde lo importante era dar galletas a diestro y siniestro hasta llegar al siguiente nivel.
En Brutal Legend no hay niveles propiamente dichos, pero sí una gran variedad de situaciones durante un buen número de localizaciones casi completamente lineales. Los chicos de Double Fine no querían mezclar ningún elemento de rol, para recuperar la forma más clásica del género. A los momentos de reparto de mamporros contra enemigos de todos los tamaños se unen los solos de guitarra que ya hemos nombrado, escenas cinemáticas marca de la casa, momentos de conducción alocados sobre nuestro super coche, de nombre The Deuce', y mucho heavy metal por todas partes.
Por los altavoces no nuestro equipo de sonido sonará Jack Black, del que esperamos no hagan intento de doblaje a nuestro idioma, arropado por grupos como Iron Maiden, Motorhëad, Guns and Roses El cielo para todos esos que disfrutan con los grupos menos comerciales y blandos' del panorama musical. Parece que técnicamente no va a poder sorprender en exceso, destacando sobre todo el bajo conteo de polígonos en algunos personajes o elementos del decorado. Esto no quiere decir que vayamos a estar ante un juego feo, puesto que este fallo es obvio tan sólo cuando la cámara se acerca a los protagonistas. Mientras el juego está en movimiento, todo tiene una pinta extraordinaria. Y no hay que olvidar el estilo único y peculiar con el que Double Fine es capaz de dotar a todas sus producciones.
Habrá gente que culpe a la incertidumbre del estudio cuando Activision Blizzard decidió no continuar adelante con la producción. Pero Tim Schafer nos lo rebate 'En esa época el equipo se concentró únicamente en hacer el mejor juego posible. Sabíamos que íbamos a poder seguir adelante con Brutal Legend, pero eran tiempos de cambio y tuvimos que adaptarnos a ello.'
Aunque muchos han dado por muerto a este peculiar título de acción en múltiples ocasiones, lo cierto es que cada vez se erige con más fuerza como uno de los juegos más originales de los últimos tiempos y un ejemplo de cómo un estudio independiente debería afrontar las adversidades que se le presentan. No queda demasiado ya para poder probarlo más intensamente, pero de momento nos hemos puesto a escuchar como locos los últimos discos de las mejores bandas Heavy Metal. A ver si eso nos ayuda a devolver a esta bestia infernal al lugar del que nunca debería haber salido
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