Al rescate de Ícaro

Todos sabemos lo mucho que escasean los videojuegos programados en España. Pero cada vez que alguna empresa española pone toda la carne en el asador, normalmente, el resultado no decepciona. Icarian es un nuevo caso. Aunque es más que eso. Es un caso ejemplar de cómo un grupo de modestos desarrolladores pueden poner en práctica sus talentosas ideas pese a no tener un presupuesto desorbitado. Su gesta tiene muchas similitudes con la de uno de los éxitos alternativos de la temporada: World of Goo. Y además, existe un denominador común: las plataformas de descargas digitales que se han implantado en esta generación. Icarian: Kindred Spirits es un título que promete dejar huella en el panorama nacional. Esperemos que también en el internacional.

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Raudo acudió a contárselo a su hijo. Al principio, Ícaro pensaba que era una idea muy osada, pero al ver a su padre ponerse manos a la obra, decidió colaborar recogiendo plumas de distintos tamaños. Seguidamente las ataron con hilos de nilo y colocaron cera debajo de ellas para que quedasen bien adheridas. Los dos bellos pares de alas fueron acabados, para así poder surcar los cielos de Grecia. Con gran entusiasmo, Dédalo, se amarró sus alas con unas tiras de cuero al cuerpo, Ícaro realizó esta misma operación. El padre, preocupado por tan peligroso viaje, advirtió a su hijo que no alzara el vuelo a grandes alturas, porque las alas no aguatarían y se derretirían con el abrasador sol. También le dijo que no descendiera demasiado porque las olas del mar podrían empapar sus jóvenes alas y hacerle caer. Entonces, se lanzaron al vacío planeando con serias dificultades, pero con los minutos fueron cogiéndole el truco al aleteo y a planear. Sobrevolaron Samos, Delos y Lebintos, y repentinamente el chico comenzó a ascender como si quisiera volar hasta el mismísimo Olimpo. El inapelable sol fue ablandando la cera debajo de sus alas, agitaba los brazos con desesperación, pero no servía de nada. Ante la mirada atónita e impotente de su padre, Ícaro cayó al mar y falleció.

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La historia que nos plantean los chicos de Over The Top Games, afincados en Vallecas, (Madrid), se inspira en esta antigua tragedia, usando otro punto de vista. ¿Y si Ícaro hubiera podido volar hasta lo más alto del cielo y así llegar al Olimpo? Después de volar y volar, Ícaro llega hasta un reino totalmente desconocido para él. Allí pasa un largo tiempo en el cuál conoce a una enigmática diosa llamada Nyx. Tanto ella como Ícaro se ven atraídos de alguna manera especial, y terminan forjando una encantadora amistad. Inseparables el uno del otro, viven por y para estar juntos. Hasta que un día se ven obligados a separarse, debido al gran cataclismo que se está produciendo en la tierra. Descendiendo Ícaro al mundo humano de nuevo, Nyx impotente al no poder hacer nada y temiendo por la vida de su amigo, marcha en su busca, a pesar de que si abandona el Olimpo perderá sus poderes y se convertirá en mortal.  Icarian nos narra una bella historia llena de adversidades, aventuras y amistad.

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Hay que dejar claro que estamos ante un juego desarrollado por cuatro personas en algo más de un año, para la plataforma de juegos online Wiiware. Tened en cuenta esto a la hora de valorarlo. Al comenzar la partida veremos la intro, va apareciendo una sucesión de grabados de estilo griego antiguo, muy bien conseguidas, mientras nos cuenta la historia de Ícaro y de Nyx, y el porque Nyx desciende al mundo humano para rescatar a su inseparable amigo. Después de esta breve introducción explicativa observamos ya como Nyx cae desde el cielo a la tierra. Aquí comenzaremos a jugar y a controlar a esta preciosa diosa alada. Comprobamos por nosotros mismos que la tierra está rodeada de infinita arena abrasadora, una tierra desolada por el cataclismo, vemos ruinas por todos lados y no comprendemos el motivo de tal desastre.

Icarian posee, visualmente, un encanto único. Los espléndidos cielos que nos cubren nos acompañarán durante la aventura, el sol se irá escondiendo y atardecerá, y en los últimos niveles las estrellas se harán con el control del cielo. Los colores irán cambiando, las nubes volarán de un lado para otro, impulsado por el suave viento. Los restos de los templos, altares y estatuas se distribuyen por todo el juego estructurando de manera inteligente los niveles por los que saltaremos, sobrevolaremos y un montón de acciones más. Con bastante colorido por todos lados, las ruinas contrastan perfectamente con la luz del sol y las sombras. Nos encontraremos con los mismos tipos de escenarios ruinosos durante toda la aventura, aunque al ser un juego de corta duración, no se hace del todo repetitivo. Los paisajes de fondo son sencillos pero escenifican lo que el juego quiere transmitir: soledad y destrucción.

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El efecto del calor que desprende el sol está bien implementado, dando la sensación de que cada elemento del escenario está bien calentito. El modelado de todo lo que nos vamos encontrando a nuestro alrededor es de gran calidad, como en la antigua Grecia hasta la propia Nyx está muy conseguida. Algo nos llama mucho la atención son el tamaño de las piedras que forman el suelo de los templos, gigantescas y muy estilizadas. Gráficamente no es impresionante, pero a la vista sus suaves colores lo hacen muy agradable. Es de los aspectos más bonitos que hemos visto últimamente en juegos de Wii. Los escenarios se convierten en un personaje más, con un meritorio trabajo durante todo el desarrollo del juego.

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Los juegos de plataformas como este, deben tener una jugabilidad y unos controles sencillos que funcionen a la perfección en cada acción que vaya a realizar el jugador. Icarian cumple muy bien estos requisitos. Andaremos con el analógico o la seta, y si dejamos pulsado el botón Z del Nunchuk, Nyx empezará a correr. Al principio costará cogerle el tranquillo a eso de volar, ya que mientras nos mantenemos en el aire podemos realizar dos acciones simultáneas. Aletear (botón A), que sirve para ascender y también para avanzar cortas distancias hacia delante, y planear (botón Z del Nunchuk), se utiliza para recorrer grandes distancia. No estaremos volando siempre, sólo dispondremos de 5 aleteos y una barra de planeo que se gastará según los usemos, nada más tocar el suelo se rellenarán los aleteos y la barra de planeo. Si combinamos de manera precisa estas acciones básicas, lograremos sortear más rápidamente los obstáculos y nos divertiremos mucho más. Aunque suene fácil, una vez dominemos la técnica de vuelo, nos irán concediendo más poderes que usaremos mientras volamos, esquivamos y acabamos con los enemigos.

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A medida que vamos avanzando por las inmensas construcciones totalmente destruidas, tendremos ocasión de encontrarnos con dioses que casi se sienten obligados a ayudarnos en nuestra búsqueda. El primer dios que encontramos durante los primeros niveles, es el dios de los dioses, Zeus. Algo asustado por los desastres que se avecinan, nos concederá el primer poder, el poder de mover objetos a nuestro antojo con el puntero del mando. Agarraremos rocas, derribaremos columnas, surfearemos encima de enormes piedras e incluso manejaremos bolas de fuego para acabar con los enemigos. Nos beneficiaremos de los poderes concedidos por los dioses, pulsando únicamente el gatillo del mando Wii, el botón B. Más adelante nos prestarán aún más poderes y, lógicamente, incrementarán de gran manera las posibilidades de interacción con los elementos de los niveles. Con una genial física de los objetos, Icarian, nos muestra en este sentido uno de sus puntos fuertes. En definitiva, la jugabilidad de Icarian es muy buena y combina un juego de plataformas con el uso constante de los mandos de Wii, y no tiene nada que envidiar a Mario Bros o a Mega Man.

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La dificultad de los niveles y del juego irá en aumento según vayamos avanzando. Hay niveles en los que el escenario será nuestro enemigo, y nos la veremos y desearemos para avanzar sin atascarnos. En otros casos habrá niveles sencillos en estructura pero complicados por la cantidad de enemigos. Y en otros habrá mucho de todo y deberemos pulir nuestros movimientos de vuelo para evitar que nos maten, y así evitar tener que empezar una y otra vez.

No predominarán los enemigos y tampoco serán mucha molestia, algo que echaremos de menos durante todo el juego. Pero cumplen la función de obstáculos que se mueven de un lado a otro y que si te descuidas pueden atacarte. Como enemigo básico nos encontramos primero con las arpías, criaturas aladas con no muy buenas intenciones, si te acercas demasiado a ellas irán a por ti y te quitarán algo de vida. Hay zonas en las que abundan estas oscuras criaturas y harán que avanzar hasta el siguiente nivel se convierta en una pesadilla. También una de las criaturas más interesantes e imponentes a la vez, son las hidras, que nos impedirán el paso y escupirán bolas negras que tendremos que evitar hábilmente. Aprovecha cuando te lance una bola de fuego para mandársela de vuelta con el increíble poder que te otorgó Zeus. Unas bolas de fuego estáticas en variadas zonas del escenario dificultarán nuestro camino, si nos pegamos mucho a ellas, se lanzaran y pegarán al cuerpo, agitaremos el mando de Wii para deshacernos la dichosa bolita. Y por último tendremos que lidiar con los faunos que nada más vernos, embestirán sin compasión a nuestra pobre diosa.

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