Los clásicos nunca mueren

En el mundo de los videojuegos hay clásicos y hay 'clásicos'. Los hay que son recientes, pero que por su impacto o por la fuerza con que han llegado al mercado se han convertido en referentes contemporáneos, títulos como Gears of Wars, que han redefinido el género de la acción en tercera persona, o Bioshock, que han demostrado que contar una buena historia no está reñido con el medio para el que ha sido concebida la obra. Pero por otra parte, están los que se han ganado a pulso, con el paso de los años, de figurar en las listas de todo el mundo. Megaman, Ninja Gaiden, Pokémon, Mario Bros., Sonic, Street Fighter, Monkey Island… y la lista es bastante larga.

Sam and Max forma parte de un grupo de juegos que se colocaron entre la élite del género justo en el momento en que salieron al mercado, las aventuras gráficas de Lucas Arts entre las que encontrábamos maravillas como Grim Fandango o El día del tentáculo. Cualquier fan del género las ha jugado al menos una vez en su vida  y justo al terminarlas siente una extraña mezcla entre satisfacción de tristeza. Esto último ya no puede sucederles a los fans de Sam and Max. Pese a que EA canceló la segunda parte oficial del juego de 1993, hace un par de años la compañía californiana Telltale Games resucitó la franquicia en forma de juego episódico en PC.

La recepción fue más que notable, consiguiendo unas notas más que notables en los agregadotes de calificaciones más populares, como Gamerankings o Metacritic. Poco después, emulando a las series de televisión, se comercializó una edición que recopilaba la 'primera temporada', los seis primeros capítulos realizados (a día de hoy hay un total de doce en PC). Este recopilatorio llegó primero a PC y, cinco meses más tarde a Wii, sin ninguna novedad real más allá de una adaptación del control aceptable, pero lejos de la excelencia.

17 de junio de 2009: Sam & Max salvan al mundo llega al bazar de Xbox 360. 1600 Microsoft Points es lo que cuesta esta 'primera temporada' en el sistema de Microsoft, unos 20 euros al cambio por un juego que apareció (exactamente igual) en PC hace más de un año. La duda que deberíamos plantearnos es si merece la pena adquirir el juego a pesar de todo. La respuesta es bastante obvia: sí, sin duda. ¿La razón? Es una fantástica aventura gráfica que devuelve la magia a un género que, pese a haber contado con grandes referentes recientes, sigue sin brillar al mismo nivel que sí tuvo a principios de los 90.

Para los que no los conozcan, Sam y Max son un par de detectives (un perro y un conejo, respectivamente) que se encargan de resolver extraño casos en una Nueva York paralela. Creados por Steve Purcell, su primera aparición tuvo lugar en 1987 en el mundo del cómic, adquiriendo su estatus de culto cuando fue lanzado el primer videojuego. A raíz de éste, se pensó en una segunda parte -que fue cancelada- y se lanzó una serie de televisión que fue bastante criticada por los fans. La llegada de 'Salvan el mundo', o más bien de los diferentes episodios que lo forman, fue sin embargo bien acogida por los más acérrimos seguidores, una meta bastante complicada pero que Telltale Games salvó con facilidad.

Ya centrándonos en el juego en sí, habría que aclarar que estamos exactamente ante el mismo título que en PC y Wii, juegos de los que ya realizamos una completa cobertura, primero con impresiones de los diferentes episodios liberados por Telltale, y posteriormente análisis de cada versión. Para más información general sobre el juego, os recomendamos leer nuestros textos anteriores, pues aquí nos centraremos básicamente en las diferencias de esta nueva versión, siendo el control la más importante de todas ellas.

Sam & Max Salvan al mundo es una aventura gráfica de corte clásico, una 'point ‘n click' de las de toda la vida, que consisten en pulsar una zona del escenario para dirigir a los personajes al lugar indicado. Esto, que en PC funcionaba de maravilla y que en Wii se había salvado más o menos bien, no acaba de funciona del todo en esta conversión a Xbox 360. El control es, pues, deficiente en comparación con las dos versiones previas: es demasiado lento y poco fiable, siendo complicado marcar un objetivo si está cerca de otro.

El problema es que a veces la velocidad es clave para poder superar los puzzles, algo que hace que el control se note demasiado en estos casos. La lentitud con la que se mueve el cursor y el hecho de que en ocasiones sea poco fiable, como cuando no hay ángulo y tienes que apuntar hacia un lado concreto, consiguiendo que vaya justo al contrario, hacen que todo sea un poco frustrante. Es posible acostumbrarse, pero da unos problemas que no estaban disponibles en ninguna de las versiones previas. La solución habría pasado por un cambio de control similar al presentado en Wallace y Gromit, que permiten mover al personaje con el stick, eliminando el 'point ‘n click', pero haciéndolo bastante más manejable.

El otro gran añadido de esta versión son, por supuesto, los logros. Como en todos los juegos del Xbox Live Arcade, se nos otorgarán un total de 200 gamerpoints repartidos entre 12 logros. Telltale Games no ha querido complicarlos demasiado, así que completando la aventura principal (que dura poco más de 15 horas) ya se obtendrán siete de los doce, siendo los restantes extras que implican obtener conversaciones secretas o elementos que no son necesarios para superar la historia.

Más allá de esto, Sam & Max Salvan al mundo es el mismo juego de antes. Gráficamente tampoco encontramos ninguna mejora, si bien el juego se ha adaptado a panorámico, algo que se incluyó de serie en la segunda temporada pero que en la primera, en la versión original, no podría encontrarse. Al margen, encontramos unos modelados 3D bastante divertidos, que respetan al 100% del universo bidimensional creado por Steve Purcell en sus cómics y que posteriormente fue llevado por Lucasarts a los videojuegos. El juego ha sido editado, eso sí, con textos en castellano y voces en inglés, un doblaje excepcional que, eso sí, habríamos preferido poder escuchar en castellano, sobre todo con el margen de tiempo que han tenido para llevarlo a cabo.