[E3] Dragon Age: Origins, Impresiones
Acabar con un amigo por mera codicia, o enarbolar la bandera del honor para servir a tu patria; ignorar la miseria a tu alrededor, o ensuciarte las manos y pagar el precio de involucrarte; comprometerte con el amor de tu vida, o tener un sucio y fugaz 'affair' con una mujer por mero interés. Esto es Dragon Age: Origins, el Baldur's Gate de nueva generación, que probamos en Xbox 360 y del que vemos un poco más en su versión PC. Decisiones, decisiones...
Acabar con un amigo por mera codicia, o enarbolar la bandera del honor para servir a tu patria; ignorar la miseria a tu alrededor, o ensuciarte las manos y pagar el precio de involucrarte; comprometerte con el amor de tu vida, o tener un sucio y fugaz 'affair' con una mujer por mero interés. Esto es Dragon Age: Origins, el Baldur's Gate de nueva generación, que probamos en Xbox 360 y del que vemos un poco más en su versión PC. Decisiones, decisiones...
A pesar de que parezcan cercanos por pertenecer a la misma compañía, usar un motor gráfico similar y ser distribuidos en un periodo de tiempo cercano, Mass Effect 2 y Dragon Age: Origins en realidad son como el agua y el aceite: el primero, la continuación de una ópera espacial dividida en tres actos; el segundo, la versión para la actual generación de un clásico definitorio para el RPG occidental. Y más allá de ello, el enfoque lúdico -en Dragon Age más estratégico, tradicional, siendo en Mass Effect 2 más espectacular y fácil de controlar, si no menos estratégico- tampoco es común, si bien se nota en ambas las mismas manos artesanas. En el E3 2009 esta épica oscura, madura y fantástica, según sus propios creadores, se dejó ver un poco más en su versión PC, y por primera vez en Xbox 360. Os lo contamos.
Allí nos presentan a Leliana, una pelirroja bastante atractiva y con un acento francés bastante sugerente, según los propios chicos de Bioware -cómo se notaba la escasa presencia femenina en la presentación- con la que llevamos tratando desde hace algún tiempo y, al parecer, las chispas del amor estallan entre nosotros. Aunque aparentemente, al ser una partida avanzada, no hayamos hecho méritos, fabricar una química de este calibre llevará tiempo y dedicación. No nos van a regalar 'nada', según la misma desarrolladora cuenta. Pasamos de largo y vamos directos a una pequeña tienda de campaña en las afueras, muy en segundo plano, donde nos espera Morrigan. Si Leliana fuese el angelito que nos susurra cuando tenemos un dilema moral, ella sería el demonio. Vestida de negro, escote provocativo... conquistó al respetable de la presentación en cinco segundos. Los chascarrillos aumentaban.
Luchando, apenas echamos de menos el ratón y el teclado. Hay más rapidez en PC, por supuesto, y se conserva ese 'feeling' del Baldur's Gate original, pero el cambio no es dramático, salvo por un aspecto. El pause-and-play se ha quedado a medias. Por ejemplo, al lanzar una llamarada con nuestro personaje femenino pudimos elegir en qué dirección lanzar el hechizo con calma, pausándose la acción. A cambio, echamos de menos el toque reflexivo, adaptado a cada tipo de jugador, que habíamos visto hasta hoy. Puede ser, de nuevo, que veamos mejoras de cara a su lanzamiento. Cosa poco probable debido a que, al no tener un ratón con el que movernos sobre el mapa con libertad para asignar posiciones, habilidades y personajes, requeriría una ingente cantidad de tiempo terminar cada batalla haciéndose de esta manera. Esperemos, a cambio, una adecuada recalibración de la dificultad.
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