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[E3] Mass Effect 2, Impresiones

Mass Effect no es una 'trilogía', no es el ensanchamiento, a veces antinatural, de un título que por su categoría de triple A se convierte en una franquicia. Es un ambicioso proyecto a largo plazo de una no menos ambiciosa compañía, Bioware, que muesta por primera vez en este E3 su continuación. Un capítulo oscuro, quizás el último, para Shepard. Pero sólo quizás.

Mass Effect no es una 'trilogía', no es el ensanchamiento, a veces antinatural, de un título que por su categoría de triple A se convierte en una franquicia. Es un ambicioso proyecto a largo plazo de una no menos ambiciosa compañía, Bioware, que muesta por primera vez en este E3 su continuación. Un capítulo oscuro, quizás el último, para Shepard. Pero sólo quizás.

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Piense el lector en una compañía que sea capaz de hacer dos RPGs que se encuentren entre los títulos más esperados del año. Ahora, otra que no sea Bioware. Sí. Efectivamente, el liderato inapelable de la compañía canadiense se ratifica, año tras año, gracias a una asociación fuerte con Electronic Arts, basada en una libertad artística y un presupuesto más que suficientes como para llevar a cabo proyectos como Dragon Age, The Old Republic y continuar al mismo tiempo esa ópera espacial que es Mass Effect, uno de los títulos estrella de Microsoft y que ahora, por fin, en el marco del E3 2009, se muestra para regocijo de todos sus seguidores. Que no son pocos.

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Una trilogía de verdad
Cuando uno, aparte de esfuerzos excepcionales, piensa en una trilogía, normalmente no piensa en el sentido más cinematográfico y tradicional de la palabra. Más allá del sentido comercial, siempre unido a esta actitud, vemos cómo cada entrega va siendo una versión mejor acabada que la anterior, sin más nexo de unión que una historia fragmentada, y errores corregidos. Maticemos: errores de base, porque errores los cometemos todos y no existe el producto redondo, el perfecto. Pero claro, si hablamos de Mass Effect, cuyos aspectos que no agradaban podrían listarse con los dedos de una mano, la cosa cambia.

Mass Effect 2 se mostró en una pequeña demo, arropada por el entusiasmo del respetable, que mostró la cohesión ya no sólo argumental, sino técnica, lúdica. Según la propia Bioware, se corregirá todo lo que no terminó de cuajar en el primero, y se mejorará cualitativamente todo lo que gustó. Esto incluye muchos cambios, si bien la espina dorsal de mantiene intacta. La historia estará teñida de sangre. Los humanos están desapareciendo y Shepard, sí, el Shepard que hace unos meses creíamos moriría, decide montar unirse a la asociación pro-hombre Cerberus para rescatarlos de la debacle a la que está viéndose sometida su raza. Buscará aliados por toda la galaxia.

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Las cinemáticas son apabullantes y están más vivas que nunca. A esto se ayuda el buen trabajo de cámara, que emula la sensación de tener a un operador detrás cargándola al hombro, e incluso a un foquista moviéndose por la profundidad de campo de la lente para destacar uno u otro elemento según convenga. Un mayor dinamismo para una mayor calidad en las texturas, en las animaciones faciales de los personajes -lástima que en medio de la batalla se muestren inertes-, y, sobre todo, en un nulo tiempo de carga para texturas y demás elementos del escenario. Una enorme noticia para aquellos que temían repetirse la historia del primer Mass Effect. A decir verdad, incluso la transición entre las cinemáticas y el juego es espectacular.

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Prácticamente desde el primer segundo se respira un mayor mimo en este sentido. Hasta cuando tenemos que mostrar nuestra opinión en ciertas conversaciones, en un momento en el que hablamos con una compañera mientras vamos en coche por una metrópoli intergaláctica durante una escena nocturna, claramente inspirada en el Episodio II de Star Wars. El usuario lo nota; está atento a la conversación, pero sin dejar de introducirse en la historia. Nos sentimos parte de una película. Tanto para bien, como para mal. A ello se debe el tono oscuro, la brutalidad y la seriedad que tendrá la toma de decisiones en el título, así como una mayor trascendencia de las mismas. Se añade, por ejemplo, un pequeño icono en la esquina inferior izquierda de la pantalla cuya función será contextual. En la cinemática mostrada, Shepard y su equipo asaltan la casa de una alienígena. Presionamos el gatillo izquierdo cuando nos el indicador lo dicta, y automáticamente tiramos a la susodicha por la ventana de un edificio.

Porque, aunque no sean 'héroes' en el sentido más griego de la palabra, podrán morir como tales. Si queremos importar al Shepard que ayudamos a crecer en el título anterior, podremos hacerlo; en general, todo lo que ocurra en este Mass Effect 2 estará orquestado para un 'in crescendo' que ya comenzará lo suficientemente alto. Así que nivel, equipamiento y decisiones podrán ir de un juego a otro -sin preocupaciones en caso contrario; Bioware nos pondrá en situación muy convenientemente en caso de que seamos neófitos, a niveles argumental y lúdico-. Pero hay más. Bioware no mintió mostrándonos a Shepard morir.

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El último fragmento de la demo mostró al navío 'Normandy' en llamas, a punto de resquebrajarse por completo víctima de un ataque. Shepard intentaba salvar lo poco que quedaba de él desesperadamente. Es inútil, tenemos que huir. Por el camino, llegamos a una parte que está expuesta al cielo del espacio; el espectáculo es increíble, con nosotros caminando con poca gravedad y viendo la luz dar de refilón al planeta en un tono azul frío que contrasta con el rojo de las llamas que urdían por devorarnos. Los enemigos no tardan en hacer estallar la nave por completo. Shepard queda suspendido en el espacio, comienza a perder oxígeno a una velocidad alarmante, patalea inútilmente y, finalmente, vemos cómo es mecido, inerte, por la inmensidad de la galaxia. Ha muerto.

Al parecer, el resumen de todas las decisiones que hayamos hecho hasta el final de Mass Effect 2 convergerán en este punto. Si hemos hecho las correctas, Shepard podría llegar a la tercera entrega. En caso contrario, morirá. Los chicos de Bioware nos intentaron dejar muy claro que un capítulo así de extremo requería que cualquiera pudiese morir definitivamente. Por mucho que perdiésemos a nuestros amigos, nosotros siempre prevaleceríamos. Con este video, nos han demostrado que eso no tiene por qué ser así. Por último, nos mostraron cómo la exploración espacial podía ser diferente, más divertida, recompensando la búsqueda y tejiendo la configuración de un vasto universo de ciencia ficción. A comparación de lo anterior, no nos pareció demasiado destacable. Estábamos demasiado conmocionados.

Impresiones
Mass Effect 2 lleva con orgullo el indicativo de ser un candidato perfecto para el nombramiento de mejor juego del E3 2009. Sus razones son claras, apareciendo como una continuación digna, empacada, de una trilogía que podría marcar un referente a la hora de enseñar cómo se hace algo sin parecer que sólo compras el juego final cuando adquieres la última parte. A ello le ayuda, cómo no, el sistema de combate, mejorado; las cinemáticas, mucho más 'cinematográficas' que nunca, casi pareciendo que hay personas fuera de plano con pértigas, trípodes, cámaras y focos; pero, sobre todo, la historia, y la sensación de que nuestras consecuencias tienen un peso real en la misma. Podremos morir esta vez, y de verdad. Aunque podríamos decir que de emoción. De los más esperados.

Mass Effect 2

  • PC
  • 360
  • PS3
  • RPG
  • Acción
Dos años después de que el Comandante Shepard ahuyentara a unos Segadores decididos a destruir la vida orgánica, un misterioso enemigo ha surgido. En los límites del espacio conocido, algo está abduciendo en silencio las colonias de humanos. Así que Shepard deberá trabajar mano a mano con Cerberus, una implacable organización dedicada a la supervivencia humana a toda costa, para parar la más terrorífica a amenaza que la humanidad ha afrontado jamás.
Carátula de Mass Effect 2
9.5