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Punch-Out!!

Punch-Out!!

Gloria sobre la lona

Ha tenido que pasar más de una década para volver a disfrutar de uno de los títulos por excelencia de la historia de Nintendo, uno de los que más se han afanado en demostrar que la diversión y la exigencia son dos términos que pueden ir de la mano. Largo tiempo ha pasado desde que fuera anunciado, cuando por fin llega a territorio español cargado de puñetazos, fintas y sudor. Por suerte sabe golpear a sus enemigos con una técnica sublime, sin menospreciar el fondo, como tampoco el espectáculo. Un auténtico croché en la mandíbula.

Al igual que con el minijuego de tenis de Wii Sports, parece que la etapa inicial de la consola de Nintendo ha marcado por completo el devenir de los proyectos que han aparecido posteriormente, incluso los de la propia compañía japonesa. Hace relativamente poco tiempo se debatía en estas mismas líneas la necesidad de mejorar el sistema de control de los videojuegos, de la industria en general. La nueva mecánica que conocemos desde hace ya algunos años ha convencido al público menos experimentado, pero los jugadores habituales, así como la prensa especializada, parece renegada a aceptar que por encima de las posibilidades del control actual, la falta de esmero de las desarrolladoras es lo que ha provocado que a estas alturas apenas exista un puñado de títulos que realmente haya sabido explotar las virtudes de esta sobremesa.

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Decíamos que el tenis había sido un referente en lo que respecta al nacimiento de una línea de títulos deportivos. Así lo demuestra Grand Slam Tennis o el propio Virtua Tennis 2009, sendos videojuegos que no tendrían razón de ser en esta consola de no ser por la llegada del Wii MotionPlus, que parece llamado a revolucionar la situación que vivimos en la actualidad. A nadie se le escapa que Nintendo sigue demostrando por activa y por pasiva las posibilidades reales del wiimote sin necesidad de emplear añadidos -de hecho, nadie sabe a ciencia cierta si este periférico sabrá exprimir todas sus posibilidades sin pasar a la historia como mero humo-, y buena prueba de ello es el título que tenemos hoy entre manos. Si el tenis de Wii Sports ha sentado la base de una nueva generación de jugadores, lo mismo sucede con el homónimo de boxeo, que por concepto no debería ofrecer dificultades a las desarrolladoras a la hora de innovar, de ofrecer experiencias que hagan sentir al jugador partícipes de la acción.

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Nadie lo ha conseguido hasta ahora. Son varios los intentos; desde un nefasto Facebreaker, pasando por el aún peor Ready to Rumble para acabar en Don King: El Boxeo, una opción cuanto menos aceptable, pese a que tampoco se puede considerar el referente a batir por parte de cualquier competidor que salga a escena. La única propuesta que ha encandilado al público, la que realmente ha logrado cierto margen de popularidad es precisamente Punch Out!!, uno de esos títulos atemporales que han sido protagonistas en su género de varias generaciones. Muchos aficionados han crecido pegando puñetazos virtuales, desgastando sus dedos antes de lograr superar al inaccesible, casi imbatible, último rival que concede el cinturón de ganadores. No es de extrañar por lo tanto que el escepticismo haya sido pan de cada día por parte de los aficionados acérrimos de la franquicia.

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El pasado, en presente, mirando al futuro
Nadie puede quitar la razón a los aficionados: la situación eran francamente preocupante. Una pregunta básica era formulada prácticamente en toda comunidad de foreros, aunque nunca ha ido más allá de conocer si Nintendo, más concretamente New Level Games, sería capaz de trasladar la esencia de los originales a una consola que por el momento no se ha caracterizado precisamente por su espíritu conservador, sino más bien por todo lo contrario. Los cambios siempre son preocupantes. En este caso concreto debemos celebrar que se haya elaborado un producto con cabeza, sin demasiados riesgos, que no obstante sabe en qué terreno ha de moverse. Ese es el arcade, sin ánimo de ofrecer simulación, tampoco realismo, ni golpes imposibles que deformar el rostro del adversario. Nada de eso. Tan sólo sentido del humor, golpes por doquier, un sistema tan sencillo que cualquiera podría hacerse con él y disputar unas partidas.

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Al menos eso es lo que parece a primera vista, dado que la realidad es bien distinta. A continuación tendremos tiempo de sobra para comentar todos los aspectos del juego, desde el técnico, poco menos que sobresaliente, hasta jugable, que con sus taras se defiende como pez en el agua esperando ser disfrutado por cualquiera que se ponga a los mandos del binomio wiimote / nunchuk. Punch Out!! es uno de esos títulos imposibles de juzgar a primera vista, que han de ser exprimidos al máximo, disfrutados cada segundo. Deja en el paladar una dulce sensación retro que sabe evolucionar, que ha logrado volver a la escena en el año 2009 sin necesidad de grandes filigranas, sin hacer mucho ruido. Es un título que va directamente a la mandíbula del jugador obligándole a disputar todos y cada uno de los combates que ofrece, dominando necesariamente la mecánica que se ha impuesto en esta ocasión. Puro boxeo.

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El concepto arcade ha variado mucho con el paso de los años, aunque siempre manteniendo una constante muy clara: la diversión. Un juego que apuesta directamente por un juego ágil, sin necesidad de grandes alardes en lo que respecta a la jugabilidad. Como en todos los deportes, existen dos formas de afrontar una adaptación de realidad a videoconsola. Unos apuestan por acercar el producto a las sensaciones que transmite a pie de pista, otros por extraer la esencia volcando luego sus propias ideas, las que generalmente ponen la base del deporte en cuestión del que estamos hablando. En el caso del boxeo hay varias disciplinas que se tienen en cuenta, ya no sólo la agilidad para esquivar golpes o la resistencia a pie de pista, sino también la coordinación de cada jugador a la hora de asestar un golpe, un contraataque letal que con la inercia del puñetazo deje prácticamente inconsciente al rival.

Esta ha sido la premisa básica de Punch Out desde su creación. Boxeo, sí, pero con diversión, sin necesidad de abarcar ese cansancio dentro de la lona, esa falta de continuidad que hace que los boxeadores pierdan el ritmo, siempre en detrimento del espectáculo. Aquí sólo cuenta una idea; ganar. Y lo que es aún más importante, hacerlo con estilo, esquivando los golpes que lanzan a Little Mac, héroe donde los haya, aprovechando el momento justo para asestar la contra que le conceda una pequeña ventaja. Además también es una historia de superación al estilo Rocky, una trama que nos lleva a ponernos en la piel de un muchacho de 17 años que, por motivos que nos son ajenos, decide entregar cuerpo y alma para convertirse en el boxeador más prestigioso de todos los tiempos. Por supuesto lo hace acompañado del mítico entrenador carismático, ese que siempre apuesta por el buen camino, que siempre tiene palabras de apoyo cuando la cosa se pone difícil.

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Punch Out!! encarna la esencia original del boxeo, la que se dio a conocer con el filme de Stallone, a su vez reflejo de la situación que se vivía en este sentido a principios de la década de los 80. La edición de Wii cuenta con las mismas virtudes que sus antecesores, a saber; una propuesta sólida, un argumento sencillo toda vez que resultista, un único modo principal en el que debemos dejarnos la piel a tiras para alcanzar lo más alto de la clasificación mundial. Sin olvidar, cómo no, el peculiar sentido del humor que también se le ha otorgado a esta edición, aunque lógicamente no está exenta de algunas taras que condicionan las posibilidades del título a largo plazo. Little Mac tiene la obligación de ascender por tres competiciones enfrentándose ante boxeadores variopintos que emplean técnicas dispares, todos generalmente superiores a él en cuestión de físico -tamaño, anchura, fuerza…-.

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La hora de la épica
Mac se defiende como único sabe; saltando a la lona con ánimo de freír a puñetazos al que se cruce en su camino. El primer de todos ellos es un francés amanerado que apenas es capaz de mantenerse en pie, un buen sparring para hacernos con los controles del juego, una tarea tan sencilla como el propio sistema de control que tenemos a nuestra disposición. Existen dos vías posibles para encadenar golpes, siendo la primera la habitual combinación entre nunchuk y wiimote. Puño izquierda / derecho respectivamente, basta con alzarlos levemente para que Mac propine un puñetazo. Dos direcciones, la que aplica por defecto al abdomen y una superior con rumbo a la cara del adversario, cuya ejecución depende de mantener pulsado el stick analógico en sentido vertical. Si lo movemos hacia cualquier otra dirección, nuestro boxeador hará una sencilla finta, siendo posible también agacharse o incluso cubrirse la cara con la defensa tradicional, que generalmente es mejor evitar siempre que sea posible. En este caso también es posible utilizar el Balance Board, desplazando nuestro cuerpo, con el consiguiente cansancio físico.

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Una vez dominamos este simple esquema es momento de comenzar a atacar. El personaje contrario generalmente se defiende de nuestros golpes con una sólida defensa, un hecho que sólo podemos contrarrestar precisamente con nuestra mayor virtud, que no es otra que la agilidad del héroe de turno. Podemos asestar algún que otro golpe al cuerpo del rival, pero la energía que consume en tan ínfima que conviene recular, esperar el momento ideal. Más que una teoría es el pilar central sobre el que gira el sistema de juego. Es cuestión de combates entender que cada golpe enemigo va en una dirección concreta, por lo que ‘sólo' es necesario esquivarlo en la dirección opuesta. Un golpe de izquierdas puede ser letal si impacta de lleno en el rostro de Mac, pero también es letal si es esquivado, ya que deja a nuestra disposición la cara al descubierto del rival. Un golpe es suficiente para que quede atontado, a lo que se debe suceder una retahíla de golpes, tan extensa como su aturdimiento nos lo permita. Si los puñetazos que asestamos son bloqueados, el héroe va perdiendo resistencia (medida por un corazón con una cifra en sus adentros) hasta quedar aturdido, momento en el que sólo fintando un golpe podrá volver a ganar resistencia.

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Si somos capaces de efectuar una contra ideal, una pequeña estrella se suma a nuestro casillero. Estas estrellas son un indicador de potencia para medir la energía de nuestro golpe especial, que ejecutamos fácilmente pulsando el botón A del pad al tiempo que efectuamos un golpe. Si la coordinación nos lo permite, lo más habitual es que el rival se sorprenda, perdiendo gran parte de su barra de vitalidad para caer desplomado en la lona. El árbitro comienza a contar, sólo es posible reanimarse sacudiendo velozmente sendos mandos para recuperar el hálito. Una vez arriba le toca el turno de demostrar que es un rival que debemos temer, haciendo uso de sus propios ataques especiales. En este momento debemos esquivarlos de la manera que sea posible. Siempre es preferible realizar una contra, evitar el ataque y encima obtener una de las tres estrellas de potencia a nuestra disposición, pero es obvio que no siempre es posible realizar un contragolpe que beneficie al jugador. Además, la dificultad de este movimiento conlleva un notable riesgo de recibir un poderoso golpe que elimine de golpe buena parte de nuestra energía.

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Toca, por lo tanto, decidir qué es lo que más nos conviene en cada momento. Los primeros combates son bastante asequibles, apenas requieren un mínimo de control sobre Little Mac, pero la cosa cambia radicalmente cuando subimos gradualmente de nivel. Los rivales aprenden nuevas técnicas (fintas continuas, ataques imprevistos…), por lo que toca acostumbrarnos a cada estilo de combate, analizándolo, tomando notas para finalmente esquivar, golpear y obtener la inevitable victoria. Las tres modalidades, torneos o como se prefiera considerar nos lleva a enfrentarnos contra un percal de 15 boxeadores (de los cuales sólo uno es realmente nuevo), cada uno con su particular viñeta introductoria, gestos específicos, barrabasadas varias que sueltan al propinar un golpe, recibirlo, ser sorprendidos, etcétera. Una vez finalizadas, Little Mac es campeón, por lo que toca descansar… O al menos así debería ser, ya que cuando alcanzamos este punto comienza el auténtico reto de la partida, lo que nos llevará a pasarnos más horas delante del televisor, midiendo con lupa cada golpe que asestamos.

Debemos defender el título, sea como sea. Los mismos boxeadores que antaño era incapaces de hacer cosquillas a nuestro héroe aquí son hábiles luchadores que se han entrenado para hacernos sombra, para arrebatarnos el título de campeones absolutos. Además no podemos olvidar la posibilidad de disputar el modo ‘exhibición', donde hemos de enfrentarnos a los boxeadores que ya hemos derrotado para volver a obligarles a besar la lona, solo que esta vez siguiendo instrucciones específicas. Ya sea derribarles aplicando únicamente golpes especiales, contraataques, permitir que nos tumben ganándonos a puntos… Lo que vendría considerándose logros en Xbox 360 y trofeos en PlayStation 3, retos que sólo los más atrevidos lograrán superar con mucho, mucho esfuerzo y dedicación. Por supuesto también contamos con un modo 1vs1 a pantalla partida, aunque en este sentido hay más bien poca información que comentar, ya que empleamos el sistema habitual con cualquier adversario que quiera retarnos en tiempo real.

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Técnicamente a la altura de las circunstancias
Si olvidamos por un momento la jugabilidad, el otro aspecto a tener en cuenta es el técnico, tanto en el sentido gráfico como sonoro. Poco se puede añadir a las imágenes que se adjuntan en el texto, una afirmación poco habitual en este sector, aunque ciertamente es suficiente para hacernos una idea de lo que nos vamos a encontrar. Además de los tres Rings que están a nuestra disposición tenemos que tener en cuenta las vestimentas de cada boxeador, la deformación que sufre la cara de cada personaje al recibir una cantidad interesante de golpes, siempre adornada con tiritas, morados y labios hinchados. Las animaciones son poco menos que correctas, exactamente igual que los golpes que contemplamos continuamente en pantalla. Los boxeadores, como se ha informado una docena de veces hasta la fecha, cuentan con un gracioso efecto estilo cómic que desdibuja su carácter, convirtiéndolos en caricaturas, personajes de ficción, con su peculiar sentido del humor, a quienes debemos dar toda la leña que esté en nuestras manos.

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Las escenas de vídeo que acompañan cada nuevo combate siguen la línea de lo anteriormente comentado, así como las animaciones una vez encima del ring, a las que se lo podría achacar poca variedad. Lo mismo sucede con el argumento del juego, ya que aquí disponemos de una cantidad muy interesante de personajes que apenas cobran vida. Punch Out nunca se ha caracterizado por ser un título profundo -otra muestra más de su tendencia arcade-, aunque no podemos dejar de echar de menos una trama que como mínimo nos empuja a descubrir qué ocurrirá después. Next Level Games no ha considerado necesario implementar esta característica, por lo que nos quedamos con la miel en los labios, con ganas de conocer más vídeos de animación, siempre acompañados por sus melodías electrónicas pegadizas, otro punto que inequívocamente señala este título como un claro referente arcade. Con lo expuesto, no debería sorprender a nadie el estilo que se ha utilizado en toda la aventura, más que suficiente para revivir un clásico adormecido hasta la fecha.

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9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.