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Officers: Operation Overlord

Officers: Operation Overlord

  • PlataformaPC5
  • GéneroEstrategia
  • DesarrolladorGFI
  • TextoEspañol, Inglés
  • VocesInglés
  • EditorGFI

El tamaño... no importa

De la mano de Games Factory Interactive, Officers: Operation Overlord nos propone dirigir las tropas americanas durante la conclusión de la II Guerra Mundial. Utiliza toda tu astucia a lo largo de entornos de dimensiones nunca vistas en un RTS, y vive de primera mano la experiencia de desembarcar en Normandía para derrotar al Tercer Reich.

¿Cuántos juegos sobre la II Guerra Mundial hemos llegado a ver en nuestros ordenadores? El que acabe primero de contar, que comience con los granos de arena del desierto de Gobi. Volvemos a encontrarnos ante un título de estrategia en tiempo real ambientado en esta época, y que  revolucionar el concepto con algunas innovaciones de lo más revolucionarias. Antes de decidir si es cierto o no, mejor las repasamos todos juntos.

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No puede decirse que GFI, o Games Factory Interactive, sea un compañía famosa, ni que goce de un amplio reconocimiento internacional. Los títulos que ha lanzado desde el inicio del nuevo siglo pueden contarse con los dedos de la mano, y ninguno destaca por haber cosechado algún tipo de éxito desmedido. Y estuvieron a punto de contar con la licencia para desarrollar Jagged Alliance, pero les fue retirada. Podríamos haber pasado otros 9 años sin oír hablar de esta empresa rusa, de no ser por el lanzamiento a gran escala de su nuevo título de estrategia en tiempo real, Officers: Operation Overlord.

Posiblemente, y para ser justos, también podríamos habernos pasado otros 9 años sin saber nada de Officers: Operation Overlord. Nos encontramos ante un juego en general, mediocre. Y con esto no quiero decir rematadamente malo, para que no se malinterprete, pero podría nombrar de memoria más de una docena de juegos con la misma ambientación y calidad mucho mayor, y seguro que muchos de vosotros podrías completar ese listado con otra media docena más. No os preocupéis, no es que Officers sea demasiado malo, es que la II Guerra Mundial a dado lugar a una larga variedad de títulos.

Bien podríamos ahorrar tiempo, tanto el mío como vuestro, y haber dejado que este título pasara de largo... pero hay dos razones de peso no hacerlo: ahora mismo no hay nada interesante en la tele, y seguro que encontraremos un par de características bastante interesantes. Los mismos desarrolladores aseguran haber recreado el conflicto con una escala y profundidad mucho mayores que cualquier otro intento anterior, gracias a esas innovaciones implementadas en el título. Es imposible entender las mismas sin describir a grandes rasgos lo que Officers: Operation Overlord nos ofrece, así que empecemos por el principio.

Operación Overlord fue el nombre en clave de la campaña que todos conocemos como el Desembarco de Normandía. Esta batalla es el primer éxito clave para la derrota del Tercer Reich en tierras europeas, y se realizó desde el noroeste de Francia. Para mucho es un momento decisivo en el desarrollo de la II Guerra Mundial, y los méritos a la intervención americana en esta invasión han sido recreados en multitud de ocasiones. Puede que por eso se pueden ver tantas ofertas de ocio que casi colocan a los Estados Unidos como vencedores de esta contienda, sin tener casi en cuenta el papel del resto de naciones.

Y como el propio nombre del juego indica, los eventos que se desarrollarán en Officers tienen como punto de inicio el desembarco en la playa Omaha. Nuestro objetivo será comandar las unidades americanas con el fin de que el final de la batalla sea tal y como la narran los libros de historia, o incluso mejor. No os hagáis demasiadas ilusiones, porque no podremos dirigir ningún otro bando aliado, ni tendremos posibilidad alguna de controlar la nación alemana. Esta limitación, exclusiva del modo campaña, es un aspecto a tener en cuenta para los que deseen un desarrollo más completo del conflicto.
Por supuesto, Officers: Operation Overlord cuenta a su vez con un modo multijugador donde hasta 8 personas pueden darse cita para poner a prueba sus habilidades de mando. En este tipo de partidas sí que es posible tomar el bando que deseemos, de forma que accederemos a las unidades características del mismo. Y para los que se cansen rápidamente de los escenarios proporcionados por el juego, se incluye un editor de mapas para que podamos recrear nuestras propias batallas en el juego. Puede que estas dos opciones sean mucho más atractivas que las propias campañas, que termina siendo muy limitada.

Las misiones en este juego difieren un poco del concepto habitual. Cada una de las fases de la campaña se compone de varios objetivos que se van sucediendo, de forma que la duración de cada pantalla es bastante más larga de lo normal. Por poner un ejemplo, el mismo desembarco en la playa de Omaha comprende tanto la llegada de las tropas a la costa, como asegurar ciertas posiciones cercanas a la playa. Una vez conseguido esto, y sin cambiar de mapa, tendremos que ocupar algunos puntos de gran importancia estratégica mientras nos defendemos de la contraofensiva alemana.

Para ello haremos uso de distintas unidades, que manejamos de forma independiente. Podemos contar con tropas a pie o con vehículos de combate, entre los que se encuentran tanques o camiones para el traslado de tropas. También es posible ubicar ambulancias, cuya zona de influencia indica que tropas podrán beneficiarse de sus efectos. Comenzaremos una fase con una cantidad limitada de unidades, pero mediante refuerzos y la consecución de ciertos objetivos, pronto podemos ver como crecen nuestras tropas sobre el campo de batalla, y así controlar zonas más extensas.

Los mapas están compuestos por varios decorados que representan distintas ubicaciones, como bosques, pequeñas villas, ciudades, granjas, trincheras y demás. Se nos permite interactuar con algunos de estos elementos, cuestión que trataremos un poco más adelante, y algunos de ellos tienen una importancia fundamental en el aspecto táctico, al tratarse de almacenes de suministros o zonas aseguradas para la llegada de nuevas tropas o recursos. Evidentemente, para poder hacer uso de estas características es necesario controlar la zona y sus alrededores inmediatos.

Hasta aquí, tampoco nos encontramos con nada que difiera excesivamente de lo tradicional. Sin embargo, todas estas acciones transcurren en el mismo mapa, pero sin pantallas de carga intermedias y en tiempo real. Para conseguir que este hecho se creíble, era necesario un trabajo excepcional a la hora de recrear el campo de batalla y los entornos, de forma que pudieran localizar la acción durante un periodo de tiempo tan largo. Y este es uno de los aspectos innovadores de los que hablan los desarrolladores, y que verdaderamente es una de las razones para no descartar el juego de buenas a primeras.

La dimensión de los mapas puede llegar a recrear hasta 26 kilómetros cuadrados de superficie, y de forma bastante detallada. Con esta capacidad de resolución, es posible incluir varias zonas diferenciadas dentro de una misma fase, y por eso se consigue el sistema de objetivos anteriormente descrito. Pocos juegos de estrategia han hecho uso de mapas tan gigantescos, y el resultado no siempre ha sido del todo satisfactorio. En el caso de la oferta de GFI, es uno de sus puntos fuertes, y no es el único, aunque este hecho tampoco resulta ser demasiado convincente para justificar el uso continuado de este juego.
Como no podría ser de otra manera, una ventaja suele llevar una desventaja relacionada. En este caso aparece en forma de proceso de carga, que terminan pareciendo infinitas, incluso en un equipo que supera con creces los requisitos recomendados para ejecutar el juego. Se podría haber optado por una solución intermedia, donde se añadiesen pequeñas fases de carga en forma de descansos en la misión o algo similar. Claro que, de esta manera, una vez empezamos la partida no acabaremos en un largo rato. Eso sí, nos pensaremos dos veces jugar a este título si disponemos de tiempo limitado.

La otra medalla que se colgaban los desarrolladores era la de haber conseguido una profundidad inusual en un juego de estrategia en tiempo real. Esta afirmación se realiza debido al sistema de paso de tiempo que también se ha implementado, de forma que mientras juguemos irá pasando el tiempo de juego. Pero, ¿hay alguna forma verdaderamente efectiva de demostrarlo? Durante nuestra campaña observaremos como los días y las noches se suceden, con el correspondiente efecto de iluminación. No queda del todo claro si únicamente se trata de un aspecto meramente decorativo, o realmente influye en la partida.

En el resto de características, Officers: Operation Overlord no difiere en gran medida de cualquier otro juego ambientado en la II Guerra Mundial, e incluso se puede decir que se queda corto respecto a la gran mayoría de ofertas. Después de haber realizado un trabajo de innovación tan bueno, los desarrolladores no tenían que haber dejado que el título se viese perjudicado por no haber sabido añadir características que, de tan básicas, se pueden considerar patrones estándar en el género de la estrategia en tiempo real, aunque esto  suene un poco pretencioso.

Si hablamos de la jugabilidad, y dejamos de lado los aspectos que ya hemos descrito, el título de GFI deja bastante que desear. El proceso para manejar las unidades es muy simple, pero para nada intuitivo, y al final termina por mostrar más limitaciones de las debidas. Los movimientos básicos consisten en mover una unidad de un lugar a otro, realizar un ataque sobre un enemigo o una zona concreta y ponerse a cubierto. Esta última opción podría resultar un poco más interesante si se hubiese implementado de una manera mucho más correcta de lo que finalmente ha sido.

Cuando una tropa está en campo abierto, la orden de buscar cobertura se reduce a que todos sus integrantes se lancen cuerpo a tierra... lo que no resulta del todo incorrecto. Sin embargo, cuando hay elementos del entorno cerca, no los aprovechan como escudo, a menos que estén programados previamente. De esta forma, un edificio puede servir de protección en algunos casos, mientras que al lado podemos encontrar un conjunto de árboles que nadie utilizará para cubrirse, o un cobertizo que no tiene utilidad alguna, y pasaran desapercibidos para nuestros soldados.

Otro problema a la hora de ponerse a cubierto es la propia organización de las tropas. Puede que esto pueda parecer más un gusto personal que una realidad, pero su formación de combate parece demasiado desordenada, y hay demasiada separación entre los soldados. Por este motivo, cuando encontramos una zona donde podemos protegernos fácilmente es perfectamente posible que algunos integrantes de la tropa decidan ubicarse fuera del área segura, lo que resulta un poco absurdo. El que este tipo de comportamiento no tenga efecto alguno sobre las bajas causadas es más absurdo todavía.
Si seguimos las posibles acciones de cada unidad, nos encontramos con que las tropas a pie tienen prácticamente las mismas posibilidades, si contar el tipo de tropa que sea. Es posible reparar vehículos o poner y retirar campos de minas, lo que parece un poco extraño cuando se realiza con una unidad de paracaidistas recién llegada. No me entra en la cabeza como ese grupo de gente lleva equipo completo para montar un campo minado, teniendo en cuenta lo inestable que puede resultar tirarse al vacío portando un montón de explosivos en la espalda.

Conseguir refuerzos o apoyo táctico es perfectamente posible, aunque la cantidad de los mismos es limitada. Entre las distintas opciones que se nos presentan, nos encontramos con bombarderos, fuego de artillería, tropas en paracaídas y llamar a los cazas para que limpien una zona. Hay que tener cuidado, porque en el momento de pedir un bombardeo no se distinguen amigos de enemigos, y más nos vale dejar lejos la zona afectada si no queremos ver como nuestras tropas terminan por confundirse con los agujeros que las bombas dejarán en el campo de batalla.

Esto es posible porque todo el entorno se verá afectado por nuestras acciones, aunque no de manera tan completa como prometen los desarrolladores. De esta forma, no podemos usar un hoyo recién estrenado para proteger nuestras tropas, y aunque una casa haya sido destruida, seguirá siendo una buena protección para nuestras tropas. Sin embargo, el aspecto gráfico es bueno, en general, salvo algunos modelos como los de la hierba o árboles. A favor de Officers, la mayoría de los efectos son magníficos, como disparos o explosiones, y realmente aderezan visualmente la batalla.

El sonido... es uno de esos temas que es mejor olvidar. Además de que no viene traducido al castellano, tema que obviaremos por ser el menos importante en este caso, el doblaje de las tropas es pésimo incluso en su idioma nativo. Al cabo de dos o tres minutos uno desea acabar con ese infernal ruido que sale de la boca de nuestras tropas, y puede que termine por lanzar ataques suicidas al no tener nada que perder en el intento. Ciertamente, sería preferible un buen hilo musical y omitir todas las voces a realizar un trabajo tan pésimo como el que se ha hecho.

Si con todas las razones que hemos ido dando, alguno todavía duda de sus ganas de jugar a Officers: Operation Overlord... que se decida y juegue. Es un juego con unas cuantas buenas ideas, pero que quedan completamente enmascaradas en un conjunto general de despropósitos. Si alguien quiere disfrutar de la II Guerra Mundial, dispone de varias opciones perfectamente válidas... aunque bien es cierto que algunos aspectos de la oferta de GFI son dignos de presenciar. Aunque si la única razón realmente válida son sus inmensos mapas, hay que reconocer que el tamaño no importa tanto como dicen.


- Mapas inmensos y bien definidos.
- Ciclos de día y noche.

5

Mejorable

Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.