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A Vampyre Story

A Vampyre Story

Estos locos vampiros

De la mano de Autumn Moon llega una de las aventuras más esperadas por los usuarios. A Vampyre Story nos propone ayudar a la bella cantante Mona De Lafitte, prisionera del barón von Kiefer de Draxsylvania. Por cierto ¿os hemos dicho que tanto raptor como cautiva... son vampiros? Ahora sí que podemos empezar.

Todavía muchos recuerdan una época en la que las aventuras gráficas dominaban la Tierra... o al menos los ordenadores de la mayoría de sus habitantes. No fueron pocos los que se iniciaron en el mundo de los videojuegos con títulos como Loom, Maniac Mansion o Monkey Island, yo mismo entre ellos. Y justo ahora, en una época donde la espectacularidad y los efectos impresionantes han tomado el relevo, un grupo de valientes se atreve a repetir la que antaño fuera fórmula del éxito.

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La expectación que A Vampyre Story ha provocado entre los jugadores de PC es inusual, teniendo en cuenta los humildes orígenes de este título. Crimson Cow y Autumn Moon no se encuentran entre las compañías más conocidas, ni entre las más prolíficas. Y a pesar de todo, cuando anunciaron el desarrollo de esta aventura gráfica, hace ya 5 años, consiguieron que las miradas de muchos se posaran en el ambicioso proyecto en que se estaban embarcando. ¿Será qué, de forma inconsciente, seguimos soñando con una segunda parte de Loom, o un nuevo Indiana Jones?

En cuanto se puso a disposición del público el argumento de la historia además del primer conjunto de capturas de pantalla, el aspecto visual que el juego ofrecía terminó por atraer a todos aquellos para los cuales la existencia de esta historia de vampiros había pasado desapercibida. A falta del resultado final, la apariencia era tan parecida a los recuerdos que guardábamos de las mejores aventuras... casi parecía posible un nuevo resurgir de esta vertiente, que cada vez encuentra más difícil añadir referentes de calidad entre los representantes de su género.

probar la versión que ya se podía comprar en otros países, y con el juego en la mano solamente llegué a dos conclusiones. Este juego solamente encontraría una cálida acogida en nuestro país si llegaba perfectamente traducido y doblado. Y de estas humildes expectativas, solamente se ha visto cumplida la más básica de ellas. ¿Es aceptable en un país que cuenta con algunas de las mejores voces de doblaje del mundo? No, simple y llanamente. Por este triste hecho, palidecen el resto de los aspectos del juego.

Para no volver más a este tema en el resto del análisis, dejaremos en este párrafo una simple reflexión. Las distribuidoras nacionales, o quien corresponda, necesitan presionar para que este tipo de conductas se erradiquen, de igual manera que las compañías encargadas de traer otro tipo de ocio a nuestro país, como  películas, series o libros, se preocupan de que sus productos se localicen estrictamente, y así puedan llegar a la mayor cantidad de público posible. Al final todo es una estrategia de mercado, no una cuestión de fanatismo lingüístico, pero resulta igualmente efectivo.

Sigamos... El argumento de A Vampyre Story ha sido ampliamente repasado con anterioridad en este medio. Se nos propone dirigir los pasos de Mona De Lafitte, una hermosa joven que se gana la vida cantando ópera, pero cuya belleza ha resultado en un infortunio que jamás hubiera podido esperarse. Nuestra protagonista ha atraído al infame barón Shrowdy Von Kiefer, que además de feo y torpe da la casualidad de que pertenece a la estirpe de los vampiros. Entendiendo que la cantante no va a corresponder su amor, decide encerrarla en su castillo.
Hasta este momento podemos pensar que esta historia tratará de una bella damisela y de malvados  nosferatu... craso error. El barón decide convertir a Mona en una de los suyos, y le otorga el dudoso honor de pasar a enfilar las filas de los no muertos. Intentando dominar su nuevo estado, nuestra nueva amiga tendrá que escapar de la prisión donde está encerrada y dejar atrás las tenebrosas tierras de Draxsylvania para siempre, con la intención de volver a su hogar en la capital francesa. Pero, ¿puede una vampiresa cantar en la Ópera de París? Bueno, eso ya lo veremos.

Llega el momento de los animales que hablan, al más puro estilo de las películas de animación para niños. El personaje que cumplirá este papel cómico será Froderick, un murciélago normal y corriente, aunque bastante cargante. Sin embargo, Mona no está como para hacer ascos a todo tipo de ayuda que se pueda presentar ante ella, y gustosamente acepta la compañía de Froderick. Durante toda la partida, este animalejo intentará hacerse un hueco en nuestros corazones a base de chistes malos, consejos, discusiones y... ¿he dicho ya lo de los chistes malos?

Como las grandes tragedias, A Vampyre Story se nos presenta en tres capítulos diferenciados. El primero de ellos corresponde a los intentos de Mona para escapar del castillo del barón Shrowdy... quien, por cierto, sigue viviendo con su madre. Esta parte transcurre por completo entre los muros de la fortaleza, y conoceremos personajes tan peculiares como la gárgola Rufus, creada por la madre del barón y expulsada fuera del castillo porque al niño le daba miedo estar cerca de ella. Al finalizar este episodio, llegaremos a la villa conocida como el Rellano de Vlad.

Por norma general, controlaremos las acciones de Mona De Lafitte. Esta labor es bastante sencilla, ya que se ha implementado un sistema cómodo a la par que efectivo, y que ya diera buenos resultados en otras aventuras gráficas. Cuando pulsemos el ratón sobre cualquiera de los elementos del escenario, se mostrará un menú radial con las distintas opciones a realizar. Para distinguir objetos con los que podemos interactuar de los que no, la cruz que hace las veces de cursor se iluminará, dando a entender que hemos posado el ratón sobre un elemento de importancia.

El defecto de muchas de las aventuras que se han venido creando en los últimos años es la gran cantidad de elementos inútiles que insertan en sus escenarios. Al final, lograr los objetivos para una pantalla en concreto se termina resumiendo a una especie de búsqueda del tesoro, en un entorno saciado de objetos con los que no podemos trabajar. En ese sentido, A Vampyre Story sale muy bien parado, ya que consigue que las escenas resulten detalladas, pero sin la necesidad de sobrecargar cada una de ellas, tal y como se hacía en los clásicos del género.

Las opciones disponibles dependerán del objeto en cuestión, pero se clasifican como si de los cinco sentidos se tratase. Primero, el sentido de la vista, presente en la opción de examinar en profundidad el elemento para obtener más información sobre el mismo. Generalmente viene acompañado de una segunda descripción, y en contadas ocasiones se consigue adquirir algún tipo de pista que no fuera demasiado evidente a primera vista. Aún así, nunca viene mal repasar las definiciones de cada objeto cuando nos vemos atascados en alguna parte del juego.
El sentido del gusto se refiere, extrañamente, también a la comunicación verbal con los personajes que nos vamos a ir encontrando en nuestra huida de Draxsylvania. Es el momento idóneo para hablar de los diálogos en A Vampyre Story, que han resultado ser peores de lo esperado. Los chistes y chascarrillos no terminan de convencer, a pesar de intentar encarar ese humor tan absurdo que nos divertía antaño, y todavía consigue que algunos nos lo pasemos en grande. Es imposible creer que no existan guionistas capaces de recuperar esa capacidad.

Tampoco entendamos mal, porque no estamos diciendo que el juego sea aburrido. Lo que pasa es que ha tenido la mala suerte de tener el listón muy alto, puede que porque los propios seguidores del desarrollo lo hemos ido colocando en esa posición. Pero frente al humor fresco que parecía prometernos, el resultado final, y una vez traducido al castellano, ha quedado un poco descafeinado. Lo que no se puede negar es que consigue arrancar más de una sonrisa y alguna que otra carcajada, sin ser el ritmo habitual durante el desarrollo de las aventuras de Mona.

Siguiendo con las opciones para interactuar con el escenario, lo siguiente es el tacto. Este depende, y mucho, de que tipo de elemento estemos intentando accionar, ya que su efecto será muy distinto en cada uno de los casos. Si se trata de un baúl, una puerta o un cajón, el resultado será que lo abriremos, pero en otros casos, como una estatua o gárgola, será que lo empujaremos. Y, como no podría ser de otra manera, en otras tantas ocasiones será la acción adecuada para recoger los objetos que vayamos encontrando, con el fin de encontrar una utilidad para ellos más adelante.

En este momento nos encontramos con uno de los aspectos más originales de A Vampyre Story. ¿Nunca os habéis preguntado como hacía Guybrush para llevar todos esos elementos en los bolsillos? Bueno, Guybrush no, porque todos sabemos de lo que es capaz... pero ¿Indy? ¿cómo lo hacía? Los desarrolladores de este juego han optado por una solución más pragmática. Mona llevará encima los objetos más indispensables, ni uno más, ni uno menos. En su lugar, cada vez que encontremos un elementos de utilidad, Mona recordará su ubicación.

De esta forma, si más tarde necesitamos usarlo, nuestra protagonista correrá automáticamente en su búsqueda, e incluso lo volverá a dejar en su lugar de origen su fuera necesario. No tengáis miedo, porque ocurrirá únicamente cuando Mona sepa a ciencia cierta que es posible usar el objeto, y no siempre que nos pongamos a hacer la típica prueba de que cosa se puede usar con que cosa. Como no podría ser de otra manera, el accesorio elegido para ir guardando estos objetos y las memorias de sus ubicaciones no podría ser otro que... un ataúd, claro.
Este sistema de administración del inventario se usa en todos los casos, no únicamente cuando recogemos un objeto o lo utilizamos con el escenario. Si queremos probar a combinar un par de nuestras posesiones, y ello resulta en una mezcla digna de recuerdo, Mona no realizará la acción que de lugar a ese resultado, si no que recordará que dicha combinación puede realizarse, de igual manera que guarda en su memoria la localización de cada uno de los elementos del inventario. Supongo que puede parecer un poco confuso, pero uno termina haciéndose con ello de forma cómoda.

Y gran parte de culpa de que esta comodidad sea posible la tiene la acertada interfaz de usuario creada para el juego. El ataúd que hace las veces de inventario, los cursores, menús... todo encaja perfectamente en el entorno del título, y no descuadra la ambientación lograda con los escenarios diseñados. Si hablamos de estos, nos encontramos con un estilo de dibujo muy similar al de las últimas entregas de la saga Monkey Island, con un aspecto muy animado y con diversidad de colores, a pesar de lo tétrico y vampírico del argumento de A Vampyre Story.

El diseño de los personajes es genial, y consigue que podamos evaluar casi a simple vista que rol cumplirá cada uno en la trama. Se han modelado mediante animaciones tridimensionales, a pesar de que la acción se desarrolla sobre escenarios bidimensionales. Esta diferencia es perfectamente perceptible para el usuario, pero consigue dar un toque más dinámico a los protagonistas de la historia. En resumen, el título de Autumn Moon cuenta con un apartado visual magnífico, y que cumple a la perfección con su función dentro de la narración de las aventuras de la señorita De Lafitte.

El sonido, por otro lado, es otro de los aspectos más destacables. Más allá de los efectos de sonido que adornan las acciones de Mona, una genial banda sonora casi más típica de una producción de animación que de un videjouego, adorna cada una de las escenas del título. Con más de 30 melodías diferentes, es el modo perfecto de completar la experiencia de jugar a A Vampyre Story. Del tema de las voces... en fin. En su idioma nativo suenan genial, y se ha realizado una labor excepcional en este sentido. Lamentablemente, no podemos opinar sobre como suenan en nuestro propio idioma.

Nos encontramos ante una aventura gráfica de gran calidad, pero no exenta de defectos. Doblaje en castellano, algunas bromas con poco sentido del humor... frente a un apartado técnico entre los mejores del género y una buena trama. Puede que el verdadero defecto de A Vampyre Story es lo que no ha podido llegar a ser, y tampoco es justo juzgar a un título por las expectativas que nos hemos ido creando. No es el heredero de las grandes aventuras de Lucasarts, pero consigue parecerse tanto que bien podría ser un pariente cercano de todos ellos.

La mejor de las noticias es el anuncio de la segunda parte, A Bat's Tale, y puede que también sea el momento en el que se consiga corregir los errores que hemos destacado en el presente análisis. O puede que Autumn Moon caiga en la autocomplacencia y no ponga nada de su parte para mejorar aún más la calidad de sus productos... Solamente podemos esperar que, si no son ellos, otros decidan tomar el relevo en el afán de recrear aquellos añorados días... o quizás es mejor dejar los recuerdos tal y como están.


- Gráficos frescos y animados.
- Interfaz de usuario muy acertada.

8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.