Cuando todo empez

Hemos dejado de lado nuestra Cessna 560XL Citation, su lujo, su confort -¿hay algo mejor en aviación corporativa?- , y sus vuelos a Santorini, la joya de las Cícladas, en apenas  tres horitas. En definitiva, toca olvidarse de IlS, VOR, IFR, FMC o cualquier ayuda que podamos tener en vuelo. First Class Simulations nos propone  un curioso reto si tenemos instalado en nuestro PC el FSX o el FS2004, ¿seremos capaces de pilotar los primeros aparatos que surcaron los aires, sin necesidad de volver a lo más moderno y conocido, al menos por un tiempo? Los Primeros a Años de la Aviación trata de eso, de revivir cinco aviones que supusieron el inicio de todo. Nos hemos puesto la gorra para prepararnos el TrackIR -ningún aficionado a Flight simulator debería estar sin él-, hemos puesto en marcha el FSX  y vamos a hacer un pequeño salto en el tiempo para conocer un poco más de cerca esa fantástica época.

Goliescu Avioplan
Este avión probablemente no llamaría la atención a nadie si no fuera porque es el 'origen' por así decirlo de que todos los aviones actuales tengan un diseño tubular. Su diseñador fue un rumano llamado Rodrig Goliescu, que logró en 1910 llevar el avión a la escalofriante altitud de 50 metros. Al subirnos a él nos viene a la cabeza la similitud que tenían estos aparatos con los coches de principios del siglo XX. Nos aferramos al 'volante' -literalmente- y nos percatamos que la vista frontal nos viene limitada por el depósito de combustible y el motor.  Iniciamos el arranque. No hay manera. La hélice da apenas cuatro vueltas, escuchamos el sonido ahogado proveniente del motor y luego silencio. El sonido está francamente bien conseguido,  obviamente no son samples del sonido original, pero no debió ser muy complicado grabar sonidos de algún motor de poca cilindrada y conseguir que realmente parezca que estamos encima de un aparato tan antiguo. El motor sigue sin arrancar, y a falta de manivela decidimos subir el acelerador apenas iniciemos la puesta en marcha -no sin cierto temor a salir disparados contra un árbol-. Esta vez sí. A medida que el motor se inicia vamos subiendo el acelerador y nos ponemos en marcha.

Santos-Dumont 14-bis
Ya hemos comentado como este biplano consiguió el 23 de Octubre de 1906 volar la increíble distancia de casi 100 metros. Hace pocos años se realizo en Sao Paulo un pequeño homenaje al ingeniero Brasileño recreando el vuelo del 14-bis tal como ocurrió en esa época (lo podéis encontrar en youtube sin muchos problemas y es francamente espectacular). El piloto iba de pie en una pequeña canasta justamente después de los planos; ¿después? Quizás deberíamos decir antes, porque aunque el 14-bis es muy parecido estéticamente a cualquier biplano de la primera guerra mundial, se maniobraba al revés. Es decir, cuando ves una vista externa del modelo en FSX el piloto está mirando hacia la cola. Pasado unos segundos de extrañeza donde se te pasa por la cabeza que se han equivocado al posicionar al piloto descubres que no. El biplano Santos-Dumont 14-bis se maniobraba mirando hacia lo que para nosotros hoy en día sería la cola y los planos y hélice quedarían a la espalda del piloto. Es fascinante descubrir estas cosas con un simple 'juego' ¿no os parece?

Wright Flyer Model B
En 1910 los hermanos Wright diseñaron este modelo basado en su avión previo, el modelo A. Tenía sin embargo, una particularidad que le hizo ser famoso hasta nuestros días; incluía elevadores en la cola.  El uso de elevadores en cola para controlar el cabeceo es un método que sigue usándose. Al tomar el mando del Wright Flyer Model B recordamos que la gente en aquella época era muy muy valiente. El avión estaba diseñado en un principio para poder llevar un pasajero al lado del tripulante. Pues bien, decíamos lo de valiente por el hecho de que tenías que sentarte en el ala, literalmente.  No olvidemos que los planos entonces estaban hechos de tela y madera -no había nada más sólido- y por si fuera poco, teníamos la hélice a pocos centímetros de nuestra espalda lo que daba un plus de riesgo. Sinceramente, que poco nos acordamos de ellos cuando vamos sentados cómodamente en un A340 camino de Japón.

Blériot XI
El Blériot XI entró de lleno en la historia al ser el primer avión capaz de cruzar el canal de la mancha  el 25 de Julio de 1909. Era un día terriblemente nublado y cuenta Louis Blériot que llegó sin ningún tipo de ayuda en navegación. Blériot había mandado construir un motor capaz de aguantar semejante tiempo en el aire sin descomponerse. El caso es qué en apenas cuarenta minutos tomaba tierra en Dover. No sólo marco un hito al conseguirlo, si no que causó un tremendo lío a las autoridades aduaneras Británicas que desconocían que procedimiento debían seguir para un extranjero que entraba en el país por el aire. Al final se decidieron por tratarlo como si fuera un capitán de barco y el aeroplano, como si fuera el mismo barco. Procedimiento que sigue vigente hoy en día.

El avión tampoco tendrá un manejo sencillo, nos encontramos con el mismo problema que los anteriores modelos; una velocidad máxima de crucero de 41 nudos y entras en perdida a 32-33. Tienes muy poco margen de maniobra debido al peso del aparato 230kg. No creemos que sea problema de diseño pero seguramente ese margen debería ser ligeramente superior. Una de las misiones será recrear el viaje de Calais a Dover y no es sencillo intentar mantener este avión entre la niebla a suficiente altura para no acabar incrustado en uno de los bellos acantilados de la costa Inglesa. El modelaje es de los más bonitos de los cinco porque ya se prevé en él, los futuros monoplanos y biplanos que surcaron los cielos de Europa. Con su pequeño motor de tres cilindros a nuestros pies fielmente recreado, tiene una apariencia frágil, lo que no fue obstáculo para que se fabricaran en serie. Por supuesto no contaba con ningún tipo de ayuda aérea o de navegación - siempre podíamos tener una brújula a mano-, entonces todo era más visual.

Handley Page Type E
Hemos dejado el más potente para el final. Realizó su primer vuelo en 1912, cercana ya la primera guerra mundial cuando los aeroplanos habían dado un salto cualitativo con respecto a los anteriores modelos que hemos visto. El Handley era poderoso. Tenía una velocidad máxima de 60 mph y una autonomía de hasta tres horas de vuelo. Una autentica barbaridad por aquel entonces. Gracias a todo ello creó una industria de pasajeros, uno a uno porque solo disponía de una plaza, pero fueron cientos las personas que pagaron por desplazarse velozmente con el Handley. Cuando se inició la guerra en 1914 se quiso reconvertirlo a avión militar, pero no daba la talla por su maniobrabilidad en combate y así poco a poco cayó en el olvido.

De los cinco el Handley es el que te da más sensación de estar pilotando un aeroplano. Por supuesto sin menospreciar a los demás, pero eran más madera, tela y  hélice que un avión.

Pese a que sigue costando arrancar el motor, el Handley responde a los giros y a la maniobrabilidad como un autentico avión. No estás pendiente todo el tiempo de cuando vas a entrar en perdida o mirando el suelo bajo el aeroplano para saber a qué altura vas. Es robusto y responde a la perfección, nos permite realizar unas cuantas vueltas al aeropuerto sin ningún tipo de percance. Promete ser un avión que nos deleitará, a diferencia de los otros, más de cinco minutos. Con la potencia añadida el Handley nos ayudará en las aproximaciones sin temor a caernos en el último segundo, de todos es el único que hemos podido jugar con la aceleración sin temor antes de tomar tierra.


Misiones
Los primeros años de la aviación debería ser una época inacabable de diferentes tipos de misiones, records, primeros vuelos etc… para nuestra sorpresa el Add-on sólo trae tres misiones. Desde First Class Simulations nos hacen saber que hay muchas más en desarrollo y serán de contenido descargable -esperemos que gratuito- en el futuro. El futuro dios dirá, pero ahora, sólo tres se nos hacen pocas. La primera es un paseo por Ohio con el Wright Flyer que se limita simplemente a mandarnos del punto A al B sin ningún otro aliciente que mantener nuestro aeroplano estable sin entrar en perdida. La segunda consiste en elevar el Santos-Dumont durante el tiempo suficiente para evitar unos obstáculos en una pista de aterrizaje, cosa que no es excesivamente complicada. Y la tercera y más interesante es la recreación del vuelo que cruzo el Canal de la Mancha con el Blériot XI. La niebla que fue la protagonista de aquel día nos pondrá las cosas difíciles pero la autentica proeza será poder mantener el avión a una altura estable, independientemente de si la navegación es más o menos complicada -no debería ser un problema despegar de Calais girar a la izquierda aproximadamente a 320 grados hasta que nos encontremos con la costa Inglesa-. Como hemos destacado, pocas misiones y realmente sólo una digna de mención.