Físico o virtual

Las plataformas de descarga virtual crecen día a día. Para la próxima generación de consolas, las tiendas tradicionales deberán cambiar radicalmente su modelo de negocio; de no ser así, seguramente acabarán siendo irremediablemente borradas del mapa. ¿Qué futuro les aguarda?

Los juegos en formato físico están condenados a desaparecer; no creo que dicha aseveración sorprenda a nadie, mucho menos a estas alturas, puesto que es algo que se sabe desde hace años. Las descargas virtuales continúan su imparable ascenso hacia la supremacía, e incluso llegará un día en que acaben ahogando por completo a los lanzamientos en formato físico. Y es que las compañías tienen cada vez más interés en borrar del mapa los juegos en disco, por múltiples razones entre las que tanto la piratería como el mercado de segunda mano se cuentan como las principales.

Ya en la actualidad no son pocos los sistemas que tienen a las descargas virtuales como única vía para adquirir sus productos, una buena parte de los cuales se encuentran relacionados con la telefonía móvil; N-Gage e iPhone son algunos ejemplos. En lo que a consolas se refiere, las descargas virtuales aumentan en tamaño y ambición, hasta el punto de llegar a acortar cada vez más las distancias con respecto a sus homónimos en formato físico. GTAIV: The Lost and Damned (toda una nueva entrega de tan magna saga) en Xbox 360 y Söldner-X (un apoteósico matamarcianos de calidad sobresaliente, el mejor lanzado en años) para PS3 son los más claros y recientes ejemplos de que muchos de los juegos ofrecidos a través de descarga virtual podrían convivir perfectamente en las estanterías de las tiendas junto a los títulos ofrecidos en formato físico.

Se supone que todo esto conllevará un cierto número de ventajas para el usuario (la más destacada de las cuales es la reducción de precio, o eso dicen), aunque los daños colaterales sin duda serán importantes. Y es que, cada vez que hay una revolución en nuestro mundillo, alguien acaba pagando las consecuencias (con el mayor cambio vivido hasta ahora, el definitivo paso a las 3D y la supremacía del polígono que la generación de los 32 bits trajo bajo el brazo, las dos dimensiones y los salones recreativos acabaron siendo barridos del mapa hasta casi desaparecer). En esta ocasión serán las tiendas tradicionales, las de toda la vida, quienes más sufrirán el cambio que se nos avecina. ¿Qué será de ellas? Un interrogante, sin duda alguna, muy difícil de resolver.

Tanto es así que hasta el momento nadie sabe la respuesta. ¿Cómo sobrevivirán dichos comercios cuando el porcentaje de juegos lanzados al mercado mediante descarga virtual supere a los aparecidos en soporte físico? Puede que The Lost and Damned nos haya dado una pista de cómo podrían apañárselas las tiendas especializadas para seguir ofertando juegos a pesar de que éstos finalmente pasen en su mayoría a adquirirse a través de Internet: una tarjeta prepago con un código (o el saldo necesario) para descargar el juego ya una vez en casa. Eso sí, siempre y cuando cuiden el packaging y el manual de instrucciones lo suficiente como para animar al usuario a desplazarse a una tienda para adquirir el juego, en lugar de limitarse a descargarlo desde su vivienda (en este sentido, el lanzamiento 'físico' de The Lost and Damned ha dejado mucho que desear).

Y es que, al menos en mi caso, lo que más echaré de menos cuando llegue el día en que las consolas carezcan de una ranura para introducir discos será la emoción de ir a mi tienda favorita a adquirir ese juego que llevo meses esperando; el posterior trayecto hasta mi domicilio, deseando ponerme a los mandos de mi consola, impaciente ante la larga e intensa jornada de juego que me aguarda; retirar el precinto, admirar la ilustración de la caja, echar un fugaz vistazo al manual de instrucciones… Demonios, incluso dejar el juego en la estantería para luego tener el placer de volver a cogerlo e introducir el disco en mi consola ya son para mí momentos a los que no querría renunciar. No en vano son rituales que llevo años practicando, desde que hice mis primeros pinitos en lo que a consolas domésticas se refiere con la Atari 2600, y que en no pocas ocasiones, en la llegada de esos títulos más apreciados por mí, quedan grabados a fuego en mi memoria. ¿Un ejemplo? Recuerdo las circunstancias, los días y lugares en los que adquirí todas y cada una de las entregas de GTA lanzadas desde 1997. En cambio, con The Lost and Damned lo único que recordaré será haberle dado al botón de descargar.

Esperemos que, de una forma u otra, las tiendas físicas acaben sobreviviendo al cambio. No en vano, seguirán siendo absolutamente necesarias, ya que el hardware (consolas y periféricos) no se puede descargar por Internet (al menos de momento). Ya nadie duda que, para la próxima generación, serán pocos los sistemas que aún sigan apostando por el formato físico. A Microsoft, tras el fiasco del HD DVD, le quedó claro que jamás llegaría a apoyar al soporte de la competencia, por lo que todo apunta a que la próxima Xbox ya no incluirá una ranura para discos, volcando todo el contenido y oferta de juegos y películas a su descarga virtual a través de Live. Puede que Sony sí le de alguna nueva oportunidad al BD en la próxima generación. No en vano, es su formato, y al menos gozará de buena salud en el mercado de películas dado que, tras unos inicios dubitativos, ya comienza a sustituir al DVD tradicional. Quizá lo que más veamos en PS4 serán lanzamientos simultáneos PSN-comercio tradicional, tal y como ha pasado con títulos como Ratchet & Clank: En Busca del Tesoro o Warhawk.

Lo que sí parece seguro es que la próxima PSP de la compañía nipona carecerá de ranura para introducir discos, dado el fiasco sufrido por el UMD y la necesidad de que la piratería no golpee a su nueva portátil tan contundentemente. En cuanto a Nintendo… Bueno, nadie puede saber o intuir lo que hará Nintendo. Eso sí, el hecho de que el nuevo modelo de su arrasadora DS incluya como mayor novedad la posibilidad de descargar juegos a través de su propia tienda virtual ya nos da una pista de por dónde irán los tiros. Así, la próxima generación de consolas portátiles seguramente seguirá los pasos de sus primas de telefonía móvil, las ya citadas N-Gage e iPhone. Sea como fuere, esperemos que las tiendas tradicionales acaben sobreviviendo al cambio de una u otra manera. En caso contrario, dejarán un hueco irremplazable en el corazón y la memoria de millones de usuarios, tal y como acabó pasando con los salones recreativos.