Ultimate Band
- PlataformaDS5
- GéneroSimulación
- DesarrolladorDisney Interactive Studios
- Lanzamiento06/03/2009
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorDisney Interactive Studios
Rockeros de medio pelo
Disney ha triunfado en la nueva generación con su apuesta por los juegos musicales. A nadie le cabe la menor duda: los adolescentes encuentran en sus productos todo cuanto pueden desear, combinando a partes iguales la iconografía de sus series con canciones pegadizas. Esta es también la premisa de Ultimate Band, un producto muy básico que ofrece poco más que la posibilidad de pasar un buen rato u que llega a Wii con ganas de convertirse en un referente del género.
Música, ritmo y diversión son conceptos que van de la mano en el día a día. Ha sido la clave para que Harmonix y su Guitar Hero abriese la caja de Pandora obteniendo después una repercusión que pocas veces si había soñado en esta industria. Y eso que muchos repudiaban la idea de disfrutar simulando tocar un instrumento virtualmente, cantar con un micro falso' o fingir que somos capaces de reproducir un espectacular solo con una guitarra de plástico donde los trastes son representados por medio de colorines. Demasiado infantil, carente de profundidad, incapaz de irrumpir con fuerza en el mercado la historia de los juegos musicales se mira con recelo porque somos conscientes de que esta clase de fenómenos dejan de serlo de una forma tan inesperada como llegaron a nuestros hogares.
Es evidente que por el camino habían de unirse compañías alternativas a Activision y Harmonix, más allá de lo que hasta el momento ha aparecido en el mercado y del fracasado intento de Konami por regresar a un género que, de un modo u otro, forma para inherente de la historia de compañía. Rock Revolution es sólo uno de los muchos ejemplos que nos invitan a experimentar nuevas vertientes musicales ajenas al sistema arcade que conocemos hoy día. Ultimate Band se une a esa lista de la mano de Disney Interactive en un producto desarrollado por Line Fall Studios que busca satisfacer a los usuarios mediante un sistema de juego basado exclusivamente en el nunchuk y en el wiimote.
Dicho en otras palabras: no necesitamos hacer una inversión en instrumentos específicos, sencillamente adquirir el juego y comenzar a inmiscuirnos en su mecánica, una francamente asequible que no representa ningún tipo de reto para los que busquen experiencias exigentes al estilo de Guitar Hero o Rock Band. Desde su aspecto hasta la manera de plantear su sistema de juego, Ultimate Band se perfila como un producto pensado para todos los públicos donde priman unas visuales tan simples como efectivas que superan el aroma inconfundible de Disney. Un buen ejemplo de ello es que el título llega completamente doblado, lo que a su vez representa un buen ejemplo para comprender en qué se diferencia este título de sus competidores' -aunque no se puede considerar tal cosa-.
No debemos preocuparnos por este hecho en ningún momento, ya que a la hora de subirnos al escenario y comenzar a tocar sólo importa el estilo con el que lo hagamos. No es necesario que las notas coincidan con la representación que se lleva a cabo a través de una guitarra, batería, bajo o micrófono -sí, micrófono, aunque nada de cantar al wiimote-, tan sólo debemos tener bien presente que el público es el principal aliado de todo grupo musical que planee irrumpir rápidamente en la meca del éxito. Para ello nos dirigimos sin más dilación a analizar los fundamentos del modo historia, sin duda alguna el más importante de todos los que podemos seleccionar durante la primera partida que disputamos. Indistintamente de si contamos o no con varios amigos que nos respalden, toca dar la cara y demostrar la valía de este grupo de aficionados.
Lo realmente interesante se descubre una vez nos subimos al escenario, o previamente si decidimos participar en el conciso tutorial que se ofrece para descubrir cuál es la mecánica que hemos de seguir para tocar. La guitarra nos obliga a posicionar el wiimote en el rasgador, con el nunchuk pasando a representar el mástil de la guitarra. Como es de imaginar, es necesario mover el wiimote justo en el momento en el que la nota aparece en pantalla, mientras que con los botones del nunchuk cambiamos el traste -entre cuatro posibilidades en el modo difícil'-. Hemos de tocar la nota en el momento justo al tiempo que reproducimos diferentes movimientos extraordinarios como aplaudir, rasgar las cuerdas o hacer filigranas para entretener al público en el caso del cantante principal.
El bajo emplea exactamente el mismo sistema salvo que obligándonos a desplazar el nunchuk de forma vertical para cambiar de traste. Los mandos de la consola no siempre representan el movimiento que queremos realizar, lo que se traduce en una pérdida instantánea del multiplicador de puntos. La batería es arena de otro costal, ya que sencillamente nos ofrece una posición estándar a medida que las notas transcurren por la pantalla de forma vertical -la guitarra y el bajo se muestran horizontalmente-. La sensación que transmite tocar este instrumento es ligeramente más satisfactoria que la del resto, ya que nos limitamos a seguir el ritmo de la canción agitando ambos mandos según las exigencias de la canción. Sólo contamos con dos paneles a los que debemos prestar atención (las dos cajas centrales), mientras que el resto de accesorios pasan poco menos que desapercibidos.
Si hablamos del caso concreto de los tres instrumentos básicos para cualquier canción -guitarra, batería y bajo, este último quizás no tan imprescindible- es innegable que hasta cierto punto cobra sentido. No obstante, el hecho de que no exista un micrófono para interpretar vocalmente las canciones plantea una duda tan válida como preocupante; ¿Qué papel juega en esta ecuación el cantante principal? Desde Disney han querido ofrecer un cierto punto de innovación al producto, esto es algo que se da a entender desde la primera vez que entramos en contacto con el título. Pero, ¿hasta qué punto esto ha resultado realmente útil? La única función del cantante es la de entretener al público realizando toda clase de filigranas y piruetas ridículas que no tienen ninguna utilidad práctica (ni sentido) a la hora de la verdad.
Cuando el argumento toca a su fin -algo que sucede antes de que nos queramos dar cuenta- tenemos a nuestra disposición las modalidades habituales en los juegos musicales, desde una divertida batalla entre varios amigos a un modo de práctica en el que podemos representan las canciones a nuestro antojo. Dentro de las canciones podemos disputar minijuegos que nos ayudan a aumentar la puntuación que adquirimos, distintos movimientos que hemos de realizar de cara a motivar al público, aunque una vez más la imprecisión de los mandos nos juegue una mala pasada en el momento más inoportuno. Si esto nos parece poco siempre podemos optar por cambiar la dificultad de las canciones buscando un reto algo más exigente, que en ningún caso supondrá un impedimento para poder disfrutar.
La curva de dificultad es tan amplia que permite que cualquier aficionado pueda entretenerse sin traumas. Ninguna canción se vuelve imposible, no hay solos desesperantes, nada que pueda ser característico de los juegos musicales más conocidos. Todo el que quiera exprimir al máximo las posibilidades del juego ha de centrarse en los extras -más ropa, nuevas guitarras -que tratan de alargar la vida útil del juego sin demasiado éxito. Da la sensación de que estamos ante un producto en versión light' de los grandes pesos pesados, un sentimiento que en el caso de la edición de Nintendo DS pasa un tanto desapercibida por su peculiar propuesta. Ultimate Band no se conforma con Wii, también ha querido probar suerte con la portátil de Nintendo, obteniendo a cambio un resultado paralelo al comentado hasta el momento.
La segunda diferencia pasa por la lista de canciones, que incluye melodías de otra índole con el fin de posibilitar la interconexión de ambas versiones y de disfrutar de ellas al unísono. 'Move Along', 'Rock Lobster', 'First Date', 'Whip It', 'Take Over the Break is Over', 'Hold On', 'Our Time Now' prácticamente 15 canciones exclusivas de esta edición que no ofrece absolutamente nada destacable por encima de lo ya comentado. Francamente es una pena que no se hayan aprovechad mejor las posibilidades de la edición portátil, aunque a buen seguro nos proporciona un divertido entretenimiento durante un breve periodo de tiempo.
Mejorable
Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.