Complejo de gota

El desarrollo de juegos para ordenador siempre se ha caracterizado por la cierta libertad que los equipos de producción más pequeño tienen a la hora de presentar juegos. El elevado coste que supone desarrollar para consola de sobremesa o portátiles por aspectos como el pago de licencias imposibilita en cierto modo que muchas de estas pequeñas y medianas empresas ofrezcan productos originales y de calidad. Aunque esta tendencia está cambiando con la introducción de las redes de distribución digital en las consolas, lo cierto es que el PC siempre parte con relativa ventaja y disfruta de lanzamientos independientes y complejos a la vez, que sorprenden al público sin la necesidad de costearse con presupuestos galácticos.

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En este último semestre hemos disfrutado de algunos juegos comerciales e independientes artísticamente destacables, como es el caso de World of Goo, disponible en PC y en Wii, o de Braid, que después de sorprender en Xbox 360 llega este mes de marzo a compatibles. Ahora es turno para i-Fluid, una propuesta de Exkee que edita Nobilis Ibérica en España en exclusiva para PC y que a buen seguro sorprende por su original y poco común planteamiento, que pone al jugador en el líquido elemento que forma la estructura de una versátil y frágil gota de agua. La premisa de este título está en controlar a la gota en su recorrido orgánico a través de diversos escenarios.

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El desarrollo de i-Fluid corre a cargo de Exkee, una desarrolladora con sede en Marsella (Francia) fundada en el 2003 que produce juegos para ordenador, para consolas y para teléfonos móviles. Este pequeño equipo de profesionales se ha permitido la licencia de agudizar su ingenio con esta propuesta ajena a la corriente dominante, que podríamos encasillar en el género de las plataformas y de las aventuras, de los saltos imposibles, pero también en cierto modo dentro del género de los puzles, pues en no precisamente pocas ocasiones nos veremos obligados a agudizar nuestra mente para guiar a la gota de agua por los escenarios.

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Nos encontramos, por tanto, ante un planteamiento simple y directo. En el papel de una gota de agua tendremos que superar obstáculos a través de 15 escenarios y en tres modos de juego distintos. La hogareña aventura de este cúmulo de líquido elemento comenzará en una sala de tuberías que nos servirá como lanzadera para acceder a los niveles. Desde ahí, y tras completar el primer nivel, iremos desbloqueando nuevos retos dentro de esta quincena de escenarios. Acceder a ellos es tan simple como acercarnos a la tubería. Cada vez que desbloqueemos un nivel, éste pasará a estar disponible en el menú, por lo que lo podemos jugar de nuevo tantas veces como queramos.

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Las opciones de juego disponibles al cargar cada nivel son tres. Por un lado, podemos jugarlo desde el punto de vista estándar (Modo misión), que nos llevará a controlar a la gota de agua para desplazarla hasta una meta delimitada, superando obstáculos y puzles. La segunda posibilidad es el modo contrarreloj, que hará las delicias de los jugadores más intrépidos y seguidores de los retos imposibles. La tercera opción disponible es el modo libre, que como su propio nombre indica nos concederá libertad para recorrer los escenarios desarrollados por Exkee para el juego.

La modalidad que nos ocupará más tiempo será la de misiones, pues a través de ella conoceremos el funcionamiento de la gota de agua y descubriremos las principales claves de I-Fluid. Recorrer los escenarios fotorrealistas desarrollados por Exkee se convierte en una placentera travesía audiovisual que hará las delicias de aquellos jugadores amantes de las corrientes independientes del ocio digital. El motor gráfico presenta un acabado excepcional, como puede apreciarse en las imágenes, y una robusted más que significativa tanto en ordenadores de última generación, donde podremos disfrutar de todo su potencial, como en equipos de gama baja o media. Para el análisis probamos el juego en dos ordenadores; uno de ellos es un portátil de dos años de antigüedad y con gráfica integrada en la placa base, y a la configuración mínima el juego funcionó sin problemas.

A pesar de no ser entorno excesivamente grandes, la sensación de vivir como una gota de agua está siempre presente y sorprende al jugador, que verá cómo todo le queda absolutamente grandioso. La protagonista de la aventura recorrerá escenarios cotidianos, como una cocina o una habitación, pero también pasará por zonas no tan comunes, como sobre una mesa de juego de casino o una clase. El nivel de fotorrealismo sólo sería posible gracias al motor de física de NVIDIA que utiliza el juego y cuyos drivers añade al PC en el proceso de instalación. La física se deja notar en dos aspectos fundamentales. El primero es sobre la propia gota de agua, que se moverá de manera realista sobre los escenarios. El segundo aspecto a destacar de la física lo encontramos en los elementos del propio escenario, que se moverán de manera realista en función de nuestros actos. Onzas de chocolate que caen de manera indiscriminada, impactando contra la gota, lápices que se desploman o alimentos que caen cuesta abajo son sólo algunos ejemplos.

Otro aspecto destacable dentro del panorama audiovisual del juego es el sistema de reflejos en tiempo real de la gota de agua, que de forma muy realista actuará como espejo líquido de los entornos, mostrando en el perfil de nuestra traslúcida protagonista aquellos elementos que le son próximos. La gota tomará el color del alrededor, destapando situaciones muy atractivas visualmente, como es el caso de observar la numeración de una regla modificándose en tiempo real a medida que avanzamos sobre ella. Sólo podemos criticar dos aspectos técnicos de  i-Fluid. En ocasiones, la gota se mantiene demasiado estática, cuando podría contraerse y expandirse al impactar con ciertos elementos del escenario. Por otra parte, ciertos movimientos nos costarán reiniciar el nivel por completo al quedar la gota absolutamente bloqueada en el escenario.

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El control de la gota de agua sólo requiere que centremos nuestra atención en menos de diez teclas. Utilizando el panel direccional del teclado o la combinación "W", "S", "A" y "D". El resto de la acción está ligada al ratón, con cuyo botón primario controlaremos las habilidades especiales de la gota, y con cuya rueda acercaremos o alejaremos la cámara tanto como creamos conveniente. La cámara siempre podrá rotar tomando como eje la gota de agua. La única forma de controlar la angulación de la cámara y de girarla es utilizando los movimientos del ratón. Aunque el control funciona adecuadamente el avanzar, no podemos decir lo mismo al realizar movimientos de retroceso. Volver atrás o realizar movimientos laterales pueden llevarnos a peder el control de la gota con pulsar durante poquísimos segundos la tecla de movimiento, lo que es un gran impedimento para completar las misiones en situaciones donde la precisión es máxima.

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i-Fluid es mucho más que recorrer escenarios hogareños. Las misiones nos llevarán a resolver situaciones más o menos peliagudas para una gota de agua, donde tendremos que evitar las embestidas de lápices que caerán del escritorio, o de bloques de chocolate que ahondarán indiscriminadamente en un cuenco de cereales y que nos impedirán ascender por una cuchara de madera. La vida útil de nuestra gota de agua será siempre efímera si entramos en contacto con materiales que la deshagan. Mucho cuidado con la harina, con el calor que desprenderá la cocina, con los insectos o con el absorbente papel. También con las caídas desde demasiada altura. La gota de agua se consumirá poco a poco si entramos en contacto con estos materiales, pero podremos recuperarla recolectando pequeños fragmentos de H2O o acercándonos a objetos como frutas o verduras.

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A lo largo de los escenarios recibiremos indicaciones y pistas en formato texto cuando entremos en contacto con los signos de interrogación. Además, a medida que avancemos por los niveles, nuestra gota de agua conseguirá poderes adicionales como el salto normal, el doble salto o la adherencia. Estas habilidades imprimen un toque de plataformas excepcional al juego, con saltos dificultosos de alcanzar en determinadas ocasiones y con movimientos medidos al milímetro para conseguir el objetivo.

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i-Fluid es, por tanto, un plataformas donde el razonamiento práctico y la repetición de saltos y acciones serán vitales para superar los obstáculos. La extensión del juego no es muy elevada, no así su dificultad, que por culpa de ciertos deslices en el sistema control, sí alcanzará cotas excesivamente complejas. Y es que en ocasiones la precisión necesaria para superar salto o situaciones requerirá de una atención muy alta por parte del usuario, que puede llegar a sentirse hasta frustrado.

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