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R-Type Dimensions

R-Type Dimensions

Los orígenes de una leyenda

R-Type irrumpe en Xbox Live Arcade gracias a Dimensions, una conversión de las dos primeras entregas de la saga en un único pack, con añadidos tan interesantes como un remozado apartado gráfico y opción cooperativa para dos jugadores simultáneos. La guerra contra el imperio Bydo regresa a sus inicios.

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Que las plataformas de descarga virtual se han convertido en una auténtica mina de oro para los aficionados a los juegos retro es algo que sabemos desde que la presente generación de consolas irrumpió en el mercado. Recuperar esos clásicos que tantas satisfacciones nos brindaron años atrás, y comprobar como en lo que a jugabilidad y mecánica se refiere siguen manteniéndose tan frescos y apasionantes como antaño, es algo en lo que merece la pena volcar al menos una parte significativa del tiempo que dedicamos a nuestra afición favorita.

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Pero no podemos engañarnos; en lo que al apartado gráfico se refiere, muchos de estos clásicos chirrían en la actualidad, más aún si decidimos disfrutarlos en una pantalla de alta definición. Por eso es muy de agradecer iniciativas recientes como la que Capcom llevó a cabo con la conversión de Super Street Fighter II Turbo a PSN y Live Arcade, o la que Tozai nos presenta ahora con R-Type Dimensions. Si en SSFII Turbo HD los gráficos fueron redibujados por completo, R-Type Dimensions nos presenta un remozado apartado visual en alta definición construido con gráficos poligonales, aunque el desarrollo permanezca bidimensional en todo momento, que permite que los dos clásicos incluidos en el pack (R-Type y R-Type II) luzcan espectaculares en televisores HD.

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Para aquel que no la conozca, es obligatorio reseñar que la saga R-Type es una de las franquicias matamarcianos más laureadas de todos los tiempos. Su primera entrega debutó en el mercado de los salones recreativos en 1987; y pronto se hizo con el beneplácito de los aficionados al género, los cuales no dudaron en encumbrar dicho título a la altura de los ya por aquella época considerados auténticos mitos del shooter espacial, tales como Gradius. La franquicia se expandió en años subsiguientes con R-Type II (1989), R-Type Leo (1992), R-Type III (1993), R-Type Delta (1998), el apoteósico R-Type Final (2003), y ya por último el reciente R-Type Tactics (2007). Tal y como hemos reseñado anteriormente, R-Type Dimensions incluye las dos primeras entregas de la saga, convenientemente actualizadas para la ocasión.

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El desarrollo de esta puesta al día de dos clásicos indiscutibles en lo que a matamarcianos se refiere es fruto de la colaboración de tres compañías: Tozai, productora dedicada desde fechas recientes a trasladar grandes juegos del pasado a Xbox Live Arcade (de hecho, tras finalizar R-Type Dimensions, piensan recuperar para las nuevas generaciones otro clásico imperecedero como es Lode Runner); Irem, padres de la saga R-Type, además de la mayor institución histórica junto a Konami en lo que a matamarcianos se refiere; y Southend Interactive como programador principal, estudio conocido por llevar a cabo tanto la versión de Virtua Fighter destinada a teléfonos móviles como el notable juego de estrategia por turnos Commanders: Attack of the Genos, destinado a Live Arcade.

Volviendo al juego que nos ocupa, nos encontramos ante un título que, aunque de precio ligeramente elevado (1200 puntos Microsoft), acaba revelándose como una compra indispensable. A las dos versiones calcadas respecto a las recreativas originales se unen añadidos tales como gráficos actualizados, algún que otro extra, y la más que agradecida posibilidad, inédita hasta ahora tanto en R-Type como en su secuela, de afrontar ambos títulos junto a un segundo jugador. Es hora de rememorar los inicios de la despiadada guerra entablada entre la humanidad y los enigmáticos Bydo.

A vida o muerte

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Sin duda alguna, a la hora de nombrar un género que deba ser considerado como el más difícil y desafiante de la historia de los videojuegos, sólo cabe una posibilidad: el matamarcianos. Esta afirmación, que puede sonar categórica e incluso pedante, queda más que corroborada tras echar una partida a alguno de los clásicos del shooter espacial lanzados en las décadas de los 80 y 90. Entre dichos juegos se cuentan las dos primeras entregas de la saga R-Type. Tanto el original de 1987 como su secuela lanzada dos años después son juegos difíciles, tremendamente difíciles, que exigen del jugador paciencia a prueba de bombas, reflejos felinos y una capacidad de reacción de atleta olímpico. Estas cualidades son el ABC de todo aficionado a los matamarcianos que se precie de serlo, y en R-Type Dimensions os aseguramos que serán puestas a prueba en todo momento.

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Aquí no caben medias tintas. Las naves enemigas y los disparos surcarán nuestra pantalla a velocidades estratosféricas y en cantidades asfixiantes; la dificultad, más que elevada en todo momento, llega a su máxima expresión en los últimos niveles de ambos juegos, los cuales llegan a convertirse en un auténtico desafío de titanes. Sin duda, uno de los mayores méritos de R-Type Dimensions es que se preocupa de mantener intactas todas las cualidades de los arcades originales, al tiempo que tiende la mano tanto a los jugadores noveles como a aquellos que puedan verse sobrepasados ante la extrema dificultad de la que hacen gala muchas de las secciones de ambos títulos, todo gracias a la inclusión de un nuevo modo de juego que facilita mucho las cosas.

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Así, de inicio contamos con el modo Arcade original, en el que recibir un impacto enemigo supone regresar al último punto de control alcanzado, perdiendo en el proceso todas las armas y mejoras que hayamos logrado acumular hasta entonces. Las vidas son limitadas, aunque contamos con créditos infinitos para volver a intentarlo cuantas veces queramos. Perseverancia, paciencia y memoria para recordar de dónde vendrán los ataques enemigos acaban convirtiéndose en las claves para avanzar de un punto de control a otro.

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Nuestro armamento estándar consiste tanto en un disparo básico como en la posibilidad de concentrar un rayo de plasma (dejando pulsado el botón de acción) que arrasará con todo lo que se le ponga por delante tras ser liberado. Sin embargo, nuestro mayor aliado a la hora de sobrevivir a lo que se nos vendrá encima es la cápsula llamada Force, seña de identidad de la saga R-Type. Dicha cápsula es indestructible, puede ser acoplada a la parte frontal o trasera de nuestra nave, y detendrá la mayoría de los disparos enemigos. Si así lo deseamos, también la podemos lanzar para que actúe como un satélite independiente que nos ofrecerá fuego de apoyo, a cambio obviamente de quedar desprotegidos. Dicha posibilidad brinda un más que agradecido enfoque táctico a los combates espaciales, en especial a la hora de enfrentarnos a los jefes finales, los cuales poseen puntos débiles que en no pocas ocasiones requerirán que lancemos nuestra cápsula para poder dañarlos.

La cápsula posee tres niveles de potencia, accesibles mediante la recolección de los diversos ítems que unos determinados robots bípedos dejarán caer tras ser eliminados. Una vez potenciada, la cápsula adquirirá un gran potencial de disparo, que puede tomar la forma de tres lasers rebotadores, una onda de microondas delantera tan poderosa como nuestro rayo de plasma, o un par de columnas de fuego que recorren los escenarios y obstáculos arrasando con todo lo que encuentran a su paso. En R-Type II, además de las tres clases de disparo que acabamos de mencionar, disponemos de un par de rayos semidirigidos y unos proyectiles explosivos de corto alcance. Es conveniente tener en cuenta que, para que la cápsula lance todo este armamento, debe estar acoplada a la nave.

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A todo este arsenal hay que añadir las mini-cápsulas que nos protegerán de los disparos y envites enemigos tanto por encima como por debajo de la nave, los misiles rastreadores, las bombas terrestres y los aceleradores de velocidad (ojo con recoger más de dos de estos ítems, dado que nuestra nave adquirirá una celeridad que la hará difícilmente controlable). Además, y como novedad implementada en R-Type Dimensions dado que los juegos originales carecían de ella, podremos afrontar nuestra particular odisea espacial junto a un segundo jugador tanto online como offline, logrando con ello que los combates sean mucho más llevaderos. Eso sí, aquí también podemos complicarnos la vida si así lo deseamos, ya que es posible activar la colisión entre jugadores, que hará que las dos naves acaben saltando en mil pedazos tras entrar en contacto directo.

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En el caso de que los ítems, la ayuda de un segundo jugador o nuestros reflejos sean insuficientes para permitirnos avanzar en el juego, siempre podemos optar por el llamado Modo Infinito, otra de las novedades de R-Type Dimensions respecto a los juegos originales, además de un guiño a los jugadores menos avezados en el despiadado género de los matamarcianos. En el Modo Infinito dispondremos de vidas ilimitadas, aunque no reside aquí la mayor diferencia respecto al modo arcade (donde contamos con créditos infinitos), ya que continuaremos jugando en el punto exacto en que nuestra nave es abatida, sin que nos veamos abocados a tener que regresar al último punto de control alcanzado. Además, la destrucción de una vida supondrá una ligera reducción de nuestro armamento, en lugar de la pérdida total de ítems y mejoras que supone en el Modo Arcade. Al completar tanto R-Type como su secuela se nos ofrecerán los resultados obtenidos, referentes al número de vidas que hemos necesitado para alcanzar el final y la puntuación total alcanzada; dichos marcadores serán utilizados a la hora de ubicarnos en el ranking global online accesible desde el menú del juego.

Alternando entre generaciones

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En lo que a gráficos se refiere, R-Type Dimensions ofrece la posibilidad de jugar a ambos R-Type con un aspecto idéntico al de las recreativas originales, en toda su vieja y pixelada gloria. Además, y como valor añadido más relevante, se incluye un completamente remozado apartado visual en alta definición, construido mediante gráficos poligonales, que no supone modificación alguna en lo referente al desarrollo de los juegos en sí. El nuevo apartado gráfico destaca por sus efectos de iluminación (todo lo que posea luz propia, desde el más simple de los proyectiles, se reflejara tanto en el trasfondo de los escenarios como en los elementos en primer plano de los decorados), la riqueza de sus fondos (en comparación con los mostrados en los juegos originales) y la extrema suavidad y solidez con la que todo transcurre en pantalla, sin el más mínimo atisbo de ralentización o bajada de frames por muchos elementos que lleguen a agolparse en el campo de batalla.

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Lo mejor de todo es que podremos alternar entre ambos modos de visualización durante la totalidad de la partida, en absoluto tiempo real, con solo pulsar el botón Y de nuestro mando de control. Ello nos permitirá observar al instante las diferencias existentes entre el estilo clásico y el nuevo modo en alta definición. Además, se nos ofrecen varias opciones extra, como la posibilidad de jugar en los ya más que obligatorios 16:9, o por el contrario mantener los 4:3 originales del monitor de las recreativas. Y ya que hablamos de las recreativas, el modo de visualización clásico puede jugarse de dos maneras: a pantalla completa o mediante una perspectiva que pretende emular el punto de vista que obtendríamos al jugar en el mueble de la recreativa original. En este modo de visualización, una imagen de la mitad superior de dicho mueble ocupará parte de la pantalla, para que además del monitor en el que transcurre la acción podamos ver la palanca de movimiento, los botones de disparo, etc. La verdad es que dicha perspectiva es más una curiosidad para nostálgicos que otra cosa, dado que es bastante injugable tanto por las pequeñas dimensiones que adquiere la pantalla de juego como por los más que molestos movimientos de cámara que se producen cada vez que movemos la palanca de control.

Los nuevos gráficos en alta definición poseen un modo de visualización opcional en el que la zona de juego adquiere un ángulo levemente inclinado para dar una perspectiva de profundidad, aunque el desarrollo seguirá manteniéndose enteramente bidimensional. Si os preguntáis cómo se vería este nuevo modo visual en alta definición tras serle aplicado un filtro retro, también estáis de enhorabuena. Existe una opción accesible desde el menú que permite aplicar dos niveles de pixelación a los gráficos HD, así como un par de filtros a la paleta de color para que las tonalidades adquieran un aspecto al más puro estilo 16 bits. Antes de terminar este repaso gráfico, insistimos en que ambos juegos permanecerán idénticos en cuanto a jugabilidad y desarrollo independientemente de los modos de visualización o ángulos de cámara que seleccionemos.

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Por desgracia, la puesta al día llevada a cabo en lo que al apartado gráfico se refiere no se ha trasladado al aspecto sonoro de R-Type Dimensions. Tanto R-Type como su secuela suenan exactamente igual a las recreativas originales en cuanto a melodías y efectos de sonido, sin que se haya implementado una nueva banda sonora actualizada a los tiempos que corren. Ojo, hay que tener en cuenta que las músicas y sonidos de las dos primeras entregas de la franquicia destacaron en su día debido a la alta calidad de la que hacían gala, logrando que incluso en la actualidad sean perfectamente capaces de acompañar a la acción. Sin embargo, desentonan ampliamente si decidimos disfrutar del título usando el nuevo modo gráfico en alta definición, por lo que una banda sonora remezclada habría sido ideal en dicho sentido.

Reflexiones finales

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R-Type Dimensions nos ofrece una oferta enormemente atractiva, a la altura del reciente Super Street Fighter II Turbo HD, ya que traslada de manera magistral hasta Xbox Live Arcade (el juego es exclusivo en la consola de Microsoft) dos clásicos intemporales como son R-Type y su secuela. Y es que no solo nos encontramos ante una conversión perfecta de dos clásicos de antaño, sino que también reciben un tratamiento gráfico de nueva generación, brindándoles como resultado un apartado visual acorde a los tiempos que corren. Eso sí, si eres de los que piensan que revestir de gráficos poligonales a clásicos del pasado es poco más que un sacrilegio, el juego te ofrece en todo momento la posibilidad de alternar entre el modo visual original, construido a golpe de sprite y píxel, o el nuevo en alta definición.

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Este pack no solo merece ser descargado por albergar en su interior a dos de los mejores matamarcianos jamás creados, sino porque además sabe tratarlos con el máximo respeto, conservando en todo momento la jugabilidad y desarrollo original independientemente del modo de visualización, ángulo o formato que seleccionemos para sus gráficos. Además, se incluye para la ocasión un modo para dos jugadores simultáneos que le viene como anillo al dedo, y diversas opciones extra en el caso de que queramos disfrutar de un juego más permisivo y accesible. Y es que, como no podía ser de otro modo, la legendaria dificultad de la que hacen gala tanto R-Type como su secuela sigue ahí, dispuesta a hacernos sudar la gota gorda a la hora de enfrascarnos en los diversos desafíos que se nos van presentando.

En definitiva, aunque deban ser 1200 los puntos Microsoft a desembolsar para hacerse con R-Type Dimensions, su adquisición es más que recomendable. Recuperar clásicos del pasado al tiempo que se dotan de un nuevo y remozado apartado gráfico en alta definición es algo que esperamos se convierta en nota predominante a la hora de llevar a cabo este tipo de proyectos, dado que los resultados hasta el momento demuestran ser más que satisfactorios. Ojalá en un futuro cercano podamos disfrutar de nuevos R-Type Dimensions en los que se incluyan el resto de entregas de la saga. De momento, nos concentraremos en lo que tenemos, que no es poco.

-R-Type y R-Type II. Dos clásicos legendarios en un único pack

-El remozado apartado gráfico en alta definición sienta como un guante a ambos juegos

-La posibilidad de afrontar sendas aventuras junto a un segundo jugador, opción inédita en las recreativas originales

8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.