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El Señor de los Anillos: La Conquista

El Señor de los Anillos: La Conquista

La Tierra Media se resquebraja

El Señor de los Anillos: La Conquista permite a los jugadores vivir los episodios más importantes de la epopeya creada por Tolkien, recorriendo los parajes más significativos de la Tierra Media afrontando diversas batallas desde ambos bandos.

Cuando Electronic Arts cerró la adquisición de Pandemic y Bioware pasó a poseer los derechos de licencias como Mercenaries o el futuro Dragon Age, entre muchas otras. Sin embargo, uno de los juegos más significativos que vino por parte del primero de estos estudios llevaba en el título "Star Wars", con lo que era imposible para EA explotar la saga Battlefront. Sin embargo, contaban con el capital humano que desarrolló aquel juego y una franquicia casi tan apetitosa, El Señor de los Anillos. El siguiente paso era obvio.

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Por tanto, es fácil saber qué nos ofrece El Señor de los Anillos: La Conquista. Cualquiera que conozca las diferentes entregas de Star Wars: Battlefront al instante se sentirán familiares con el sistema de juego, sólo que la ambientación ha abandonado el espacio exterior para situarse en la Tierra Media, un escenario igual de interesante. Acción directa, sin muchas complicaciones, pero con multitud de pequeñas misiones a afrontar a lo largo de nuestra peregrinación por los momentos más relevantes de la trilogía.

Realmente no resulta nada difícil imaginar los Battlefront situados en un mundo medieval y de fantasía, cambian las armas, cambian los personajes, cambian los enemigos... pero el núcleo sigue siendo el mismo. Además, tenemos un atractivo añadido, que es la inclusión de dos campañas, una desde el lado de los buenos, el mismo que relata los libros, y otra poniéndonos en la piel de los soldados del ejército de Mordor. En definitiva, entretenimiento puro y duro según la vieja escuela, aunque quizá con demasiado olor a antiguo. ¡Empezamos!

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Apartado técnico

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Siendo directos, el motor gráfico de ESDLA: La Conquista parece estar a medio camino de la anterior generación y la actual. Hay algunos elementos que se pueden considerar aceptables, como la iluminación, dado que PS3, Xbox 360 o cualquier PC moderno son capaces de tratarla de una forma más realista con relativa sencillez. Sin embargo, encontramos demasiados detalles que denotan una falta de trabajo en conseguir un apartado visual no ya puntero, sino a la altura de la mayoría de juegos del mercado.

De hecho, estamos casi convencidos de que este juego podría correr en Wii con ciertos recortes sin demasiados problemas. Las texturas no pasan de normalitas en la mayoría de los casos, y en algunos da un poco de vergüenza su baja resolución. Los escenarios, son bastante simples en su construcción y se encuentra demasiado vacíos, aunque también es cierto que lugares como los campos de Pelennor no se prestan a ponerles muchos adornos. La cuestión es que mirando alrededor se aprecian cosas tan poco atractivas como un sprites animados de fondo simulando ser enemigos.

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Por otro lado, los diferentes efectos de fuego o magia no sorprenden en absoluto. En definitiva, no hay nada que llegue a impresionarnos mínimamente a estas alturas. Igualmente, los personajes tienen unos modelados y unas animaciones sencillamente correctos. Con todo esto junto, sinceramente creemos que ESDLA: La Conquista se podría ver muchísimo mejor y prácticamente roza el aprobado porque al menos se mueve en general de forma fluida, sin perjudicar a la jugabilidad, el que realmente es el componente principal de este producto.

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Sonido

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Contar con la banda sonora de las películas de El Señor de los Anillos en un videojuego es siempre un aliciente. Las composiciones que acompañaban a los largometrajes son maravillosas y encajan perfectamente en una aventura épica, ensalzando los momentos cumbre. Tenerlas de fondo ayudarán a que nos ambientemos en el universo de Tolkien visto por Peter Jackson. De hecho, si queréis recrearos en ellas, podéis dejar la pantalla de menú para que vayan pasando los diferentes temas simplemente por el placer de escuchar tal música.

De todos modos, ése no es el único punto destacable del apartado sonoro. El juego se encuentra completamente localizado al español. Habrá un narrador que antes de cada capítulo nos introducirá los sucesos previos que llevan a la batalla en la que vamos a participar mientras visualizamos secuencias de las películas. Y una vez ya en plena acción, contaremos con un consejero que nos irá gritando los siguientes objetivos y dándonos ánimos y pistas para afrontar los diferentes retos que irán apareciendo. Por supuesto, no faltarán efectos sonoros como los que escuchamos en el cine.

Jugabilidad

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Como hemos comentado al inicio, El Señor de los Anillos: La Conquista presenta al menos un par de similitudes importantes con una saga anterior de Pandemic, Star Wars: Battlefront. La primera de todas, es obvia, ambos juegos toman de partida dos obras culturales muy significativas y admiradas del siglo XX. El segundo parecido, bastante más relevante en lo que nos ocupa en este texto, es el sistema de juego, pues ESDLA es una herencia directa de los dos títulos basados en los largometrajes de George Lucas.

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Plantear un título de estas características resulta bastante acertado, está claro que muchos aficionados a El Señor de los Anillos estamos encantados de revivir el libro de formas diferentes, como por ejemplo con la película, y en este caso incluso interactuando. Sin embargo, parece que los que diseñaron los Battlefront se quedaron atascados en la pasada generación, puesto que este juego prácticamente calca la mecánica de sus virtuales predecesores, no hay mucho lugar para la innovación.

La lectura positiva de este aspecto es que sabemos que es seguro divertido, incluso aunque no aporte nada novedoso. Creo que todo el mundo estará de acuerdo con que machacar trolls a espadazos es una experiencia de lo más satisfactoria. Aunque si lo que queremos es aplastar hobbits, también tendremos ocasión. En el disco nos esperan dos campañas completas con ocho capítulos en cada una, controlando a los buenos o los malos respectivamente. De este modo, hay mayor variedad que si estuviéramos ante una única historia siempre con el mismo bando.

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Es obligatorio pasarse la campaña de los buenos antes de poder acceder a la otra. Esto es así porque el argumento de la segunda se sitúa en un hipotético final paralelo en el que Frodo decide quedarse con el anillo, en lugar de destruirlo. Sauron se revitaliza y comienza a arrasar imparable la Tierra Media, con nosotros haciendo el trabajo sucio. Esto permite que se sucedan hechos inventados como la invasión de la Comarca, a la que nunca llegaron las fuerzas del mal en el libro (al menos, no el grueso de las mismas...).

En ambas campañas hacemos prácticamente lo mismo. Tenemos un conjunto de cuatro unidades básicas a escoger en cada momento: guerrero, arquero, espía o mago. El primero es ducho con la espada, el segundo lógicamente lanza flechas y el cuarto tiene también ataques a distancia, pero no rechaza enfrentamientos con el bastón. El tercero es el más curioso, puesto que presenta una habilidad única que es volverse invisible en medio de la batalla, permaneciendo en ese estado hasta que no ataca a nadie. Se especializa en matar cobardemente por la espalda.

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Independientemente de las diferentes características que posee cada uno, el manejo es prácticamente idéntico. Como en muchos juegos del género, tienen tres ataques, uno débil, otro medio y finalmente uno fuerte. La contrapartida de usar uno u otro es la lógica. Con el ataque fuerte tardamos más tiempo en recuperar el control y poder asestar otro golpe. Existen combos, aunque estos son más bien básicos y automáticos. Por tanto, el aporreamiento de botones es una opción plausible, que no óptima.

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Sumados a estos ataques normales se encuentran los especiales, mucho más poderosos, y que utilizan la misma configuración de botones, sólo que manteniendo pulsado un botón superior del mando (en consolas, claro, no en PC). Al ejecutarlos, gastamos una barra de energía que se rellena al ir liquidando enemigos. Encadenar muertes es más productivo para subir en mayor grado este medidor. Sin los golpes especiales, prácticamente estamos perdidos, ya que son extremadamente útiles cuando se acumulan un gran número de enemigos ante nosotros.

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El juego nos va planteando diferentes retos según avanzamos. Suelen consistir en mantener una zona segura o matar a una o varias unidades enemigas. Por ejemplo, ya en el primer nivel, el Abismo de Helm, comenzamos tratando de evitar que los orcos se suban al muro. Lo que debemos hacer justo a continuación tras resistir un tiempo determinado es bajar y acabar con los enemigos que tratan de llevar una antorcha al único punto débil de la estructura. O mucho más adelante, ya en los campos de Pelennor, nos mandan acabar con las torres de asedio que se acercan a Minas Tirith.

Si morimos, no perdemos inmediatamente, sino que tenemos ocasión de elegir de nuevo el personaje que queremos llevar. Sin embargo, el tiempo sigue transcurriendo, así que si no dejamos de perecer no podemos cumplir nuestro objetivo y entonces sí que perdemos esa fase. Los desafíos no es que sean extremadamente variados, pero los enemigos que van saliendo a nuestro paso sí lo son, tanto desde un bando como desde otro. Nos referimos en particular a los personajes que forman parte del elenco de la película, representados fielmente en el juego.

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Pero no sólo los tendremos como rivales, también podremos ponernos en su piel. Normalmente, tras finalizar satisfactoriamente un objetivo nos ofrecen jugar con uno de los protagonistas. No faltan a la cita Aragorn, Gimli, Legolas por parte de los buenos. Hasta podremos sentirnos como un gigantesco Ent. Eso sí, donde están los mejores personajes es en el lado contrario, no hay nada como controlar a un Balrog destado por las minas de Moria causando el caos a su paso. No obstante, hay que tener cuidado, si morimos llevando uno de estos héroes o villanos tenemos que seleccionar de nuevo uno de los pesonajes por defecto.

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Multijugador

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Si bien la campaña de El Señor de los Anillos: La Conquista ya justifica por sí sola el juego, cualquier añadido siempre es bienvenido, y si es como éste mucho más. Usando los mismos personajes normales del modo historia, Pandemic ha incluido un modo multijugador de lo más entretenido. Hasta 16 jugadores pueden verse las caras en enfrentamientos por equipo. Los hay de tres tipos: luchas a muerte, conquista (el típico de zonas de los FPS) y capturar la bandera, o el anillo único en este caso. No son especialmente innovadores pero sí bastante divertidos.

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La única pega importante que le podemos poner es que se hace necesaria la colaboración entre jugadores para lograr el máximo aprovechamiento del sistema de juego. Esto, que en principio no tendría por qué ser negativo, lo resulta si tenemos en cuenta que la IA anda de por medio, actuando por libre y un tanto torpemente. Disponer de diferentes clases permite que unas se apoyen a otras para cubrir los puntos flacos y potenciar los fuertes y los equipos que dominen esto serán los que más partidas ganen. Ir sólo por el mundo no será la mejor idea.

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6

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.