Efímera persecución

Con el paso del tiempo, Nintendo DS ha ido ampliando su catálogo de aventuras gráficas. Un género que parecía evidente, debido a las facilidades propuestas por la pantalla táctil, y que ya desde muy pronto (aunque no en nuestro país) potenció el excelente Phoenix Wright, demostrando que la máquina tenía capacidad suficiente para darle un nuevo giro a la investigación. No tardarían en llegar las adaptaciones de grandes aventuras clásicas, como Myst o el más reciente Syberia, además de nuevos títulos diseñados específicamente para la portátil, como Another Code y Hotel Dusk.

¿Dónde está Carmen Sandiego? pertenece a este último grupo. Un juego para la portátil de Nintendo que se ha creado con la portátil en mente. Sin embargo, pese a lo que la licencia pueda sugerir, no hay una relación clara con los juegos clásicos de Carmen Sandiego. Más bien, tiene similitudes más evidentes con la serie de televisión, lo cual no tendría por qué ser malo. En vez de ser una aventura con infinitas posibilidades, se trata de una aventura gráfica de corte lineal, en la que deberemos resolver las cosas en orden para poder avanzar. Un título, sin duda, orientado a los más pequeños, por su aspecto simple y su excesivamente corta duración.

ACME
Carmen Sandiego ha robado tres de los grandes tesoros de la humanidad: las matrioskas rusas, la Gioconda y un escarabajo dorado egipcio. La agencia ACME, encargada de detener a esta famosa y experta ladrona, tendrá la misión de recuperar esas valiosas obras y acabar con los crímenes de la ladrona que da nombre al juego. Nosotros encarnaremos a los dos agentes encargados de dicha tarea, una experta y un novato que afronta uno de sus primeros casos. Juntos recorrerán un buen número de países del mundo, desde Egipto hasta Japón, de Perú a Francia, incluso España, Italia, Rusia o la India.

Pese a que podremos ver información detallada sobre varios aspectos de la historia, la economía, la cultura o la sociedad de cada país, no deja de ser un guiño al clásico Carmen Sandiego, ya que carece de importancia real dentro del propio juego, más allá de la curiosidad que tenga el usuario. Bastará con acceder directamente al país para resolver el caso con los puzzles y situaciones que se mostrarán en pantalla, sin necesidad de adivinar dónde está el ladrón ni depender del valioso tiempo que tengamos a nuestra disposición. Es una aventura lineal, en la que ni tan siquiera podremos visitar los países si no es menester hacerlo todavía, aún cuando aparecen en el mapa del mundo.

El desarrollo de cada escenario en cada país es bastante similar entre sí. Por lo general, deberemos hablar con los personajes presentes en el mismo (generalmente uno, a lo sumo dos), eligiendo nuestras frases de una lista bastante limitada (cada uno de los personajes tendrá su propia línea de diálogo, o incluso dos, debiendo acertar cuál es la apropiada en cada situación; generalmente, es la de ella). Posteriormente, empezará la investigación, en la que tendremos que analizar el escenario (sólo se puede interactuar con aquello que tiene relevancia), y resolver algún pequeño minijuegos relacionado con la pista que tengamos entre manos.

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Por ejemplo, podremos buscar huellas en una ventana, utilizando polvos especiales y limpiando la zona. O deberemos buscar las piezas que faltan de un puzzle para luego resolverlo. Tal vez tengamos que perseguir a Carmen por callejones antes de que se escape, o encontrar la salida de un pasadizo subacuático antes de quedarnos sin aire. O, en situaciones más ilógicas, encontrar diez veces a una princesa que no quiere ayudarnos sin que juguemos antes con ella. Estas pruebas son bastante curiosas, pero todas ellas serán muy sencillas y no supondrán un verdadero reto; sobre todo, porque ni siquiera es necesario superarlas, siendo posible seguir adelante incluso tras fracasar en ellas.

Los diálogos que podemos seleccionar no cabrán todos en pantalla, y deberemos pulsar en la flecha que hay a su lado para leer el resto del texto y seleccionar con pleno conocimiento de causa. A medida que avancemos, iremos obteniendo una puntuación de agentes de ACME, empezando en novato y alcanzando el nivel de expertos. Aparte de eso, el juego no ofrece mucho más, y una vez hayamos llegado al final no tendremos muchos motivos para volver a disfrutar de la aventura, a no ser que queramos volver a ver la historia o intentar mejorar nuestra puntuación.

Apartado técnico
Visualmente, el juego no es muy complejo, limitándose a imágenes estáticas para los fondos y los personajes. Todo cambio en la imagen se representará en forma de viñeta, o cambiará el fondo en general. No es muy complejo en este aspecto, pero sí que lo que ofrece es bastante satisfactorio. Diseños interesantes, un buen uso de color y un estilo, como ya hemos dicho, próximo a la serie de televisión que pudimos ver hace unos años en nuestro país. Eso sí, habrá situaciones en las que los minijuegos, por su aspecto excesivamente sencillo y un estilo más desenfadado, desentonarán un poco con la estética general del juego.

Su apartado sonoro no destaca especialmente; no llega a ser malo, simplemente cumple su cometido en un modesto segundo plano. El desarrollo completamente lineal no termina de ser el ideal para el juego, sobre todo por lo sencillo que es avanzar y las pocas consecuencias que tendrán nuestras acciones. Incluso sin compararlo con el Carmen Sandiego clásico, el juego flojea bastante en lo que a ritmo se refiere, incapaz de ofrecer una aventura policíaca cargada de tensiones e interés. La jugabilidad no ofrece una gran profundidad, y pese a que por lo general la pantalla táctil responde correctamente, habrá situaciones en las que nos pelearemos con ella para que haga lo que le pedimos.

Pero sin lugar a dudas, el principal problema del juego, lo que más factura le pasa, es su corta duración. Sin demasiados problemas, es posible llegar al final de la aventura en apenas dos horas. Jugando un poco rápido, se acaba en apenas media hora. Una duración que se antoja irrisoria por su nula rejugabilidad (el título no ofrece nada nuevo en nuevas partidas), y que nos deja, además, con un final abierto un tanto incoherente y que supone más un motivo de enfado que de satisfacción por el trabajo realizado. Volviendo a la comparación con la serie de televisión, este juego no pasaría de ser un capítulo más de la historia, en el que pasan muchas cosas en un lapso de tiempo mínimo.

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