A Vampyre Story, Impresiones
Probamos la nueva aventura gráfica de los creadores de Monkey Island y The Dig. Una hilarante historia ambientada en la Europa de los años 1880, donde los vampiros y los monstruos provocan más carcajadas que temor.
Aventuras gráficas... ¡qué recuerdos! Las andanzas de Bobbin Threadbare, portador del bastón de Átropos, mientras aprende a tejer hechizos más y más complejos, o encontrar el Santo Grial y hasta llevar al Dr. Jones hasta los cimientos de la misma Atlántida. ¿Qué me decís de Bernard, Laverne y Hoagie, y sus viajes temporales a través de las Cron-O-Letrinas? ¿Y de las aventuras del fabuloso pirata de impronunciable nombre, Guybrush Threepwood?
Y sin embargo, de un día para otro, todos esos nombres se perdieron para siempre. Bien es cierto que algunos continuaron, con más pena que gloria, y que otros intentaron ser sustituidos por nuevos y fabulosos protagonistas. Sin embargo, nunca volvieron los guiones a la altura de The Dig, o las historias de bandas de moteros, y los jugadores vieron como otros géneros tomaban el relevo. Aún a día de hoy, uno puede instalar un Simon the Sorcerer, un King's Quest o un Curse of Enchantia, y recordar con regocijo una época en la que lo importante era contar buenas historias.
Cierto es que no son pocos los títulos de calidad que se han podido ver desde aquel entonces, pero lejos queda la época dorada de las aventuras gráficas, y mucha parte de culpa la tuvo quien también fuera responsable creador de casi todas estas joyas. LucasArts decidió tomar otros caminos, y los grupos de desarrollo se separaron para comenzar proyectos distintos, dejando cada uno una pequeña porción de lo que antes había formado parte de un todo casi perfecto. Sin este claro referente en el mercado, más empresas comenzaron a apartarse del género.
Supongo que por eso, por esa añoranza que os describo, uno siempre tiene las esperanzas puestas en títulos que alardean de provenir de antiguos desarrolladores de LucasArts. Ese es el caso de A Vampyre Story, ya a la venta en varios países del resto de Europa, pero para el cual tendremos que esperar unos pocos meses más, siempre y cuando queramos disfrutarlo en correcto castellano. Mucho ha pasado desde que este título fuera anunciado en 2004, pero diversos retrasos y problemas han ido alargando la producción hasta las fechas en las que nos encontramos.
Teniendo en cuenta que el juego, tal y como reza el título, trata de vampiros y demás seres del mismo corte, era de comprensible que Crimson Cow y Autumn Moon tuviesen la intención de lanzar la versión definitiva durante la noche de Halloween de este mismo año. Bueno, si somos sinceros, llevaban un par de años intentando hacer lo mismo. Ese día pasó, pero sin juego de por medio, y no dispuestos a retrasarse otro año más, a pesar de lo acertado de la fecha escogida, han optado por ser prácticos antes que espectaculares. No ha sido un comienzo sencillo el de A Vampyre Story.
Dividida en tres actos, o capítulos, diferentes, A Vampyre Story recuerda, a primera vista, las aventuras gráficas más clásicas. Ya desde el mismo principio, el menú inicial simplemente muestra las opciones para iniciar, cargar o guardar partidas, mientras que deja ver a su izquierda las pocas opciones de configuración de las que dispone. Sencillo a más no poder, y sin embargo no se echa nada en falta, ya que los requisitos de un título de estas características pueden ser suplidos, con suma facilidad, por buena parte de los equipos que poseemos en nuestras casas.
Ya basta de mirar, es hora de empezar la acción. De momento, unos cuantos vídeos de introducción, cuya calidad gráfica parece ligeramente inferior a la del juego en sí, por el simple hecho de tratarse de grabaciones de vídeo, pero que cumplen con el cometido de rellenar y completar la historia, ya sea en sus inicios o en distintas transiciones propias del argumento. Habría quedado mejor un efecto con el que no se pudieran notar tanto las diferencias, pero no vamos a ponernos quisquillosos desde el mismo principio del juego... ¿o sí que deberíamos?
Con los vídeos fuera, el desarrollo de A Vampyre Story es el del 'point & click' más básico. Al pasar el ratón sobre un elemento del escenario, y solamente si este es funcional, veremos como la cruz que nos sirve para distinguir el puntero toma un color rojizo, signo de que nos encontramos ante algo interesante. Si pulsamos ahora el botón izquierdo, se abre un desplegable formado por una cruz similar, pero de mayor tamaño. El brazo superior sirve para que Mona se transforme en murciélago y se dirija al punto, cosa que no deseará hacer demasiado a menudo.
Abajo, la opción de examinar, que tendremos que usar concienzudamente siempre que deseemos obtener más información sobre un objeto o elemento del escenario, ya que nos proveerá de una descripción más detallada que puede aportarnos oportunas pistas en un momento dado. A la izquierda, cualquier acción que tenga que ver con el sentido del gusto o la comunicación, como conversar con otros personajes. Dicho sea de paso, Mona es bastante habladora, y es capaz de pararse a charlar hasta con las puertas, si le damos la más mínima oportunidad de hacerlo.
Así, cuando abramos el ataúd con el botón derecho, y siempre y cuando utilicemos un objeto que no tenemos físicamente, Mona se dirigirá a donde recuerda haberlo visto, lo recogerá y lo usará... ¡para volver a dejarlo en su lugar original si no le sirve! Desde luego, con lo ordenada que es esta chica, no me extraña que los vampiros se rifen a la cantante de ópera. Lo bueno del sistema es que ya no tendremos que preguntarnos donde narices mete el protagonista la pala, la estatúa de la cabeza de dragón, 1000 libros de historia antigua y un traje de jirafa recién estrenado.
Los gráficos recuerdan gratamente a The Curse of Monkey Island, debido a su estilo de dibujo animado. Se han diseñado con animaciones tridimensionales, suficientemente variadas, y los entornos se han realizado mediante imágenes en 2D. Lo cierto es que este tipo de visualización se une a la perfección con el tono de humor de la aventura, que también debe mucho a sus antecesores de la época de LucasArts, aunque tendremos que esperar a la traducción al castellano para comprobar lo verdaderamente acertado de los chistes y bromas que se suceden durante el desarrollo.
En el apartado sonoro, las voces perfectamente dobladas de los personajes, junto con una música que acompaña con suficiente entusiasmo al juego, cumplen sus funciones con suficiente valía. A pesar de todo, en ocasiones vemos como las conversaciones intercalan espacios en blanco, a modo de incómodos silencios que no parecen para nada programados por los desarrolladores, y tienen más pinta de problema que de efecto intencionado. Lo molesta de dichas situaciones es el desconocimiento del usuario de si la charla ha finalizado o se trata de un cuelgue del juego.
El desarrollo es tan clásico como cualquiera de los títulos con los que se daba comienzo a este avance. La cantidad de elementos con los que interactuar no es tan completa como en algunos de ellos, lo que termina convirtiendo algunas zonas en una búsqueda con el puntero de aquellos elementos que pueden ser activados y utilizados. A favor tenemos que decir que la mayoría de las acciones son bastante lógicas, y no se basan en absurdos puzles, cuyo único objetivo es complicar el avance y sumar horas de vida al juego, lo que también es de agradecer en este género.
Por todo ello, A Vampyre Story parece un título jugable y divertido, aunque como decíamos anteriormente, sea necesario esperar a que llegue a nuestro país en el idioma de Cervantes. Si se consigue mantener el tono de humor, y las voces son dobladas con corrección, podemos encontrarnos con un nuevo y moderno representante de lo que en su día fue el género estrella del PC. Claro que si la cosa sale mal, estaremos otra vez ante un malogrado intento de revivir viejas glorias, y muchas veces es preferible guardar buenos recuerdos a obtener otros más recientes y peores.
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