Asentamiento bélico

La llegada de Call of Duty 4 a la portátil de Nintendo el año pasado fue toda una sorpresa. Sin embargo, el juego resultó ser un título muy interesante, con detalles que lo convirtieron en una de las propuestas más interesantes del género para DS. Técnicamente se adaptaba muy bien a las limitaciones técnicas, algo que solventaba con una buena jugabilidad y una interesante puesta en escena. Es por eso que, un año después, no sorprende la llegada de World at War, ni tampoco que sea un muy buen juego, con muchas posibilidades y una representación bastante fiel del conflicto militar que con tanto acierto se revivió en las consolas mayores.

Pese a ser un título notable, sigue sufriendo de las mismas limitaciones técnicas de Modern Warfare. Aún así, vuelve a resultar un digno representante de la saga bélica de Activision. En los meses que han transcurrido entre uno y otro, el catálogo de juegos de acción en primera persona, shooter principalmente, no se ha prodigado demasiado, por lo que se convierte en una de las pocas propuestas para los aficionados al género. No sólo eso, sino que muestra una muy buena cara, y un año más da lecciones de cómo se pueden conseguir cosas muy interesantes con la portátil de Nintendo.

Regreso al pasado
La adaptación al conflicto moderno del año pasado no fue más que una pausa en la que ha sido, históricamente, la imagen principal de la franquicia: la segunda guerra mundial. n-Space, la desarrolladora responsable de esta versión de DS, ha mantenido esa ambientación elegida por Treyarch, en la que se nos narra otra visión de esta gran guerra. La historia se enfoca en los últimos enfrentamientos que tuvieron lugar en Europa del este y en el Pacífico, que involucraba, además de a los nazis alemanes y a los norteamericanos, al imperio japonés y a la unión soviética. De este modo, los escenarios urbanos se vuelven a convertir en selvas profundas, cuevas y cabañas.

El juego empezará exactamente como la entrega del año pasado, con un completo tutorial en el que aprenderemos a utilizar las diversas armas, funciones y características tan dispares que tendremos en el juego, A partir de ahí, siguiendo siempre las indicaciones de nuestros superiores, nos adentraremos en diversas misiones en las que, acompañados por nuestro escuadrón, avanzaremos por escenarios poblados de enemigos que iremos eliminando a nuestro paso. Eso sí, no se puede decir que el juego sea especialmente difícil, y una vez adaptados a su sistema de juego, sin ser tampoco demasiado sencillo, permite un avance muy satisfactorio.

Jugabilidad
El sistema de control sigue las directrices marcadas por la entrega anterior, al igual que la presentación de la aventura, y una vez más consigue resultar bastante preciso e intuitivo. La encargada de emular las funciones de un ratón de PC para girar la cámara será, una vez más, la pantalla táctil. Con el lápiz giraremos la vista del personaje, siempre en primera persona, y aunque muestra algunas carencias, sobre todo cuando queremos precisar un poco la mira a la hora de disparar, no se le puede negar el buen trabajo que hace dadas las limitaciones inevitables, ya que no entorpece nunca la acción.

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Para avanzar utilizaremos la cruceta, mientras que para disparar utilizaremos el gatillo izquierdo. Exactamente como en la entrega del año pasado y en otras incursiones de scooters en primera persona en la portátil de Nintendo. No en vano es el planteamiento más lógico basándonos en las posibilidades de la DS. Esta pantalla inferior también la utilizaremos para controlar las armas y granadas, con acciones como recargar o coger los objetos que tengamos delante en la aventura, que se desarrollará en la pantalla superior.

La base del juego, cómo no, será acabar con cuanto soldado enemigo se cruce en nuestro camino, pero eso no será todo, ya que se han añadido minijuegos que utilizan la pantalla táctil de forma muy creativa y que propician una mayor variedad al desarrollo. Por ejemplo, vuelve la desactivación de bombas, sólo que en un nuevo enfoque adaptado a las clásicas de la época, y con un proceso más complejo. También utilizaremos morteros, y lo más curioso, mandaremos mensajes en código morse, en los que tendremos que introducir de forma adecuada la secuencia que se nos presenta en pantalla.

Se ha mejorado mucho el aspecto de los bugs que entorpecían tanto la acción en la entrega del año pasado; ahora, el título es mucho más fluido, y el juego responde con mucho acierto a todas aquellas instrucciones que introduzcamos en la pantalla táctil. Las diversas armas a nuestro alcance hacen notar bien sus diferencias, y cada una tendrá usos diferentes. Tampoco faltará el uso de vehículos, como tanques y armas antiaéreas, que responden de forma bastante satisfactoria. Como no podía ser menos, no faltan los modos multijugador, que en esta entrega llega al fin con la posibilidad de disputar combates online.

Algo que le pedíamos a la entrega del año pasado y que sólo ha tardado una entrega en introducirse. Este multijugador contará con distintos modos como Deathmatch por equipos o un clásico Capturar la bandera. Por lo demás, contará con un buen número de características heredadas, sorprendentemente, de las entregas superiores, tal como el sistema de clases o el sistema de ranking. Lo cierto es que es muy satisfactorio, ya que no se observan grandes problemas de lag ni de dificultades de conexión. En conjunto, se convierte en una propuesta muy completa con gran variedad de opciones que satisfarán a todo tipo de usuarios, y que lleva un paso más allá la ya de por sí buena entrega del año pasado.

Apartado técnico
Si ya el año pasado destacábamos que n-Space había hecho un gran trabajo a la hora de adaptar el conflicto bélico militar de Call of Duty a la portátil de Nintendo, la entrega de este año ha sido la confirmación de que la compañía sabe lo que se hace y que ha aprendido de los errores presentes en Modern Warfare para mejorar este año. A nivel técnico, la base es la misma, utilizando el mismo motor del año pasado; no sólo la jugabilidad es la misma, sino que el apartado visual es idéntico, simplemente adaptado a un nuevo entorno con más plantas, cuevas y elementos naturales, junto con diferentes tipos de enemigos y más minijuegos.

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Cierto es que el hardware sigue resintiéndose en algunos momentos, pero pese a ello el aspecto sigue siendo bastante bueno, siempre dentro de lo que puede ofrecer esta consola portátil en el terreno tridimensional. Entornos con colores de tonos marrones (típica paleta para un título de esta ambientación militar), con entornos destructibles, modelos sólidos y unas animaciones muy mejoradas con respecto al año pasado. Los escenarios son bastante amplios, pero también pecan un poco de ser vacíos, por simple necesidad y la limitación de la plataforma. Pero esto se compensa con el detalle que se muestra en otras ocasiones, logrando un equilibrio visual satisfactorio en todos los aspectos.

En el apartado sonoro lo que más llama la atención en un primer momento es el gran número de voces digitalizadas con las que vuelve a contar el título. La banda sonora es espectacular, con efectos muy trabajados y elaborados, consiguiendo que cada explosión o cada diálogo consigan meternos en la acción. DS da lo mejor de sí misma con el apartado sonoro de este nuevo Call of Duty; eso sí, no todo es perfecto, ya que los efectos sonoros de algunas armas dejan un tanto que desear. No obstante, esto no es suficiente para lastrar uno de los aspectos más trabajados del título.