Lips
- Plataforma3607.5
- GéneroSimulación
- DesarrolladoriNiS
- Lanzamiento21/11/2008
- TextoEspañol
- VocesEspañol, Inglés
- EditorMicrosoft Game Studios
Que empiece la fiesta
Nuestra Xbox 360 se convierte en un karaoke para tenernos entretenidos durante horas. Inis y Microsoft nos ofrecen un juego en el que tan sólo importa pasarlo bien, cantando tanto las canciones incluidas en el disco como cualquier otra que le introduzcamos mediante algún dispositivo USB.
Microsoft nos invita a una fiesta musical. Los de Redmond siguen teniendo la intención de la compañía de convertir su Xbox 360 en una máquina para todo tipo de públicos; dentro de ese programa de acercamiento, ya habíamos visto con anterioridad Scene It!, cuya segunda entrega nos llegaba la semana pasada, los minijuegos de Viva Piñata Party Animals, o incluso los dos Viva Piñata o la actualización de la consola que hoy nos llega, con sus avatares y su posibilidad de crear equipos de usuarios, favoreciendo la comunicación y la interacción entre ellos. Pero faltaba algo básico en toda fiesta: la música. Sí, estaban ahí los Guitar Hero y Rock Band, pero el elemento fundamental de las grandes fiestas se limita a ser un micrófono, sin guitarras ni baterías.
Es ahí donde entra Lips. Un karaoke que no se limita a ser un karaoke, sino que ofrece minijuegos y varias posibilidades muy interesantes, como la posibilidad de meter nuestras propias canciones. La premisa, de por sí, no difiere en demasía de los grandes títulos de karaoke que ya han visto la luz en otras plataformas; pero Lips tiene un encanto especial, y es que los nipones de Inis han sabido dotar al juego de ese espíritu de auténtica fiesta que ya hemos visto en otras producciones de la compañía, como el soberbio Ouendan para Nintendo DS (rebautizado y reprogramado para occidente como Elite Beat Agents). Dentro de su género, y teniendo en cuenta la orientación de este producto, no se le puede pedir mucho más a Lips.
No está carente, no obstante, de ciertos elementos mejorables, que necesitan un poco más de trabajo y algún que otro retoque. Son pequeñas cosas por lo general, que comentaremos un poco más adelante, y Lips se convierte en una gran base a partir de la cual la franquicia puede seguir creciendo y haciéndose más grande. De hecho, además de las fiestas privadas, se potencia mucho la comunidad online; si esta responde bien, a buen seguro no tardarán en llegar numerosas descargas, mejoras y, posiblemente, nuevas entregas con más temas. Con Lips, Microsoft ha abierto todo un nuevo mundo de posibilidades que le sienta como un guante a la Nueva Experiencia Xbox.
No obstante, es lógica esta decisión de, sea por espacio en disco, sea por problemas de derechos, sacrificar temas ingleses por otros en nuestro idioma. Es mucho más difícil cantar en una lengua que no es la nuestra, y por mucho que nos podamos saber la letra o conocer el ritmo, la complejidad está presente y se hace patente. Además, muchos usuarios ni se acercarían a un juego en el que no conociesen ni una sola canción o no la pudiesen cantar libremente. Eso sí, esperemos que todos los temas damnificados se ofrezcan para descarga posteriormente a precios competitivos, y que de paso, se ofrezcan canciones exclusivas de otros países.
Tal cual nos llega, Lips está compuesto por los siguientes temas:
Exclusivos en España:
Sin duda, el listado español ha sido elegido con bastante criterio, dado que se han compaginado temas clásicos con otros más actuales. De lo que no cabe duda es que la mayoría de ellos son los indiscutibles reyes de la fiesta en toda sesión de karaoke que se precie, sobre todo Pimpinela, Alaska y el que posiblemente sea el tema más famoso de Alejandro Sanz. Sin entrar en una discusión de gustos y lo que cada uno prefiera, lo que está claro es que en total, las 40 canciones que componen Lips logran ofrecer una amplia variedad de estilos musicales, géneros, épocas y tipos de voz. Es difícil que ningún invitado a la fiesta se sienta atraído por ninguno de ellos.
La pantalla principal será el modo ¡Canta!, una pantalla en la que se acumularán todas las canciones, no sólo las que vienen por defecto con el juego, sino también las que añadamos de nuestros reproductores externos USB, discos de música o bien descargadas de Internet. El juego no hace distinciones entre ellas, y las pone todas al mismo nivel, ordenándolas por nombre de artista o bien por el título de la canción, como prefiramos. Obviamente, tendremos la posibilidad de aplicar filtros para que no aparezcan todas y poder ver sólo las de un tipo (juego, USB, descarga, disco ); algo muy útil si no tenemos tal o cual reproductor, contamos con una amplia biblioteca y queremos sólo unas canciones concretas.
Una vez seleccionada nuestra canción, se abrirá el menú en el que seleccionaremos el tipo de partida que queremos: cantar con el vídeo original, con un vídeo personalizado, con un vídeo virtual, combate vocal, beso o bomba de tiempo. Los tres primeros modos son idénticos entre sí, tan sólo variando el fondo de la imagen, que o bien será el del vídeo de la canción, o bien si la canción no tiene vídeo uno pregenerado por la máquina, o en caso de querer variar, el vídeo virtual es una especie de discoteca cuyos personajes se irán moviendo al ritmo de la música. Se podrá jugar en solitario o en multijugador; en este segundo caso, podrá ser en duelo o a dúo.
Los duelos serán una batalla campal en la que se intentará lograr una puntuación mayor que la del rival, mientras que a dúo, ambos usuarios comparten puntuación, repartiendo la máquina con mucho criterio las líneas. Por ejemplo, en la canción de Pimpinela, están muy bien diferenciadas las secciones de chica y de hombre al cantar a dúo. Además de los dos que canten, hasta otros cuatro usuarios pueden participar en la actuación con el mando de 360, gracias al cual añaden percusión pulsando los botones. Una perfecta coordinación entre todos supone obtener medallas de actuación.
Porque en Lips no sólo tiene cuenta el modo en el que nuestra voz se adapta a los márgenes de la original, y de hecho se muestra bastante exigente en ese aspecto, y el saberse bien el ritmo y la letra de la canción valdrá de mucho. Sigue siendo posible tararear, pero los resultados no serán ni mucho menos igual de satisfactorios. De hecho, el juego nos galardonará con medallas en cada canción: podremos conseguir una por afinación, otra por estabilidad, por ritmo, por fiesta, por técnica y por actuación. Durante el desarrollo de las canciones, iremos llenando una barra de especial según lo bien que lo vayamos haciendo, y cuando esté llena, si realizamos el movimiento que nos indica la máquina (levantar el micro, bajarlo, girar sobre nosotros mismos todo gracias al sensor de movimiento de los micrófonos), lo activaremos y puntuaremos más y recogeremos estrellas.
Estas estrellas, junto a las medallas y la puntuación obtenida durante la canción, serán determinantes para la puntuación final, que va desde roca hasta ¡Big Bang!, pasando por meteorito, asteroides, planeta, estrella, supernova, galaxia o universo. De este modo, las canciones supondrán retos constantes, ya que llegar a dominarlas será muy difícil y requerirá mucha pericia. Pero si queremos algo más movido para enfrentarnos a nuestros amigos, entonces lo ideal será el Duelo vocal, en el que, sobre un escenario, dos personajes se disputarán el escenario; el que enganche una racha mejor que el rival, echará al otro del escenario y sumará un punto, ganando al final el que más puntos consiga (la puntuación servirá para desempatar).
La tensión se palpará, y lo normal será que se avive el ritmo de la canción inconscientemente, intentando hacerse oír más que el rival, como si en ello fuese el que nos oiga el público. Si por el contrario nuestra compañera de juego es nuestra pareja, resulta más interesante el modo beso, en el que dos enamorados se irán acercando al actuar bien los jugadores. Si, cuando estén muy cerca, se activa el movimiento gestual al mismo tiempo, los tortolitos se besarán, sumando un punto. De fallar, el chico recibirá una buena torta o se pegará un buen golpe contra el suelo. Por último en Bomba de relojería, al cantar bien llenaremos un vaso de agua con la cual, al inclinar el micro, apagaremos la mecha de una bomba que avanza inexorablemente hacia la explosión.
Volviendo a lo de la fiesta, Inis asegura que, en pleno evento social de estas características, suele romper bastante el ritmo el tener que escoger una nueva canción, para lo cual ideó el modo Tocadiscos, una reproducción aleatoria de canciones que tengamos disponibles en ese momento. Podremos aplicar varios filtros, como reproducir sólo las que hayamos puntuado con un determinado número de estrellas, o bien una lista de reproducción que tengamos preparada con anterioridad. Y por supuesto, tendremos algunas opciones adicionales para modificar ligeramente el aspecto del interfaz del juego, o algunas pequeñas modificaciones como el grado de reducción de voz o el volumen con el que se oirá nuestra voz en pantalla junto con la de la canción original.
Básicamente, en ellas lo que tendremos que reconocer será el vibrato de la canción: en la pantalla se reproducirá el ritmo del tema en cuestión, y cuando cantemos se verá el nuestro, y lo bien que concuerdan ambas pistas sonoras. No obstante, el juego no reconoce cuándo es letra y cuándo música sin más, por lo que el tararear durante las secciones instrumentales nos seguirá dando puntos, alterando un poco la idea del juego. En el modo bomba, por ejemplo, reconocerá los momentos musicales como secciones en las que no cantamos, complicándonos mucho la tarea. Pese a que podría ser mejorable, nos sigue permitiendo cantar nuestros temas favoritos y disputar Duelos vocales realmente intensos.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.