Tom Clancy's EndWar
- PlataformaPC3607PS37
- GéneroEstrategia
- DesarrolladorUbisoft Shangai
- Lanzamiento06/11/2008
Dé la orden, señor
Ubisoft Shanghai nos ofrece una innovadora propuesta, una nueva forma de afrontar la estrategia en tiempo real en la que, gracias a un headset, daremos las órdenes a nuestras tropas de viva voz. Un apartado técnico algo irregular para un título con muchas buenas ideas que no terminan de explotar.
La mente creativa de Tom Clancy parece no tener fin. El autor, responsable de algunas de las obras literarias militares más importantes, sigue colaborando con Ubisoft en la creación de nuevas licencias y entregas de títulos que adapten a un mando de control su narrativa. El nuevo miembro de la familia Tom Clancy responde al nombre de EndWar, y es obra de la filial de la compañía gala en Shanghai. Una división que tiene con este título su gran oportunidad para reivindicarse y demostrar que tiene tanto que decir como otras de las grandes sedes de la compañía. Cuanto menos, demuestran que saben utilizar con acierto la tecnología que tienen a su alcance.
Han elegido utilizar como base el mismo universo de otros títulos Tom Clancy como Ghost Recon, Rainbow Six, Splinter Cell o el futuro HAWX, pero ofreciendo un enfoque completamente novedoso al sistema de juego, ya que ahora podremos dar órdenes directas, mucho más rápido, a nuestras tropas utilizando simplemente nuestra voz. Una original propuesta que funciona a la perfección, pero que desgraciadamente se ve acompañada de un apartado técnico algo discreto y un modo historia poco menos que testimonial, convirtiéndose en una alternativa principalmente online. Eso sí, la mano del autor norteamericano se nota bien a la hora de presentar las innovaciones militares y la tensión política que darán forma al argumento.
En 2016, una guerra nuclear afectaría a Arabia Saudí e Irán, agravando todavía más la crisis energética y desestabilizando muchos de los países europeos. Para superar esta compleja situación, los países más poderosos del viejo continente se fusionarían en una nueva federación en 2018, y la antigua alianza con Estados Unidos queda en el olvido, ya que la Federación Europea y los EEUU se convierten en rivales al compartir los mismos objetivos. Los americanos pretenderán lanzar entonces una nueva estación espacial en 2020, con una potencia militar muy importante que provoca el rechazo de la Federación Europea y Rusia, y causando una importante división de la OTAN.
Pero el día del lanzamiento, tiene lugar un ataque terrorista a la zona de lanzamiento. La investigación de este ataque supondrá el enfrentamiento a escala global entre las tres facciones diferentes. Una compleja intriga militar que se irá desarrollando entre las misiones, con importantes explicaciones de cómo está evolucionando la situación y contándonos al detalle los pormenores de nuestra motivación justo antes de saltar al campo de batalla. Aunque el juego no llega a tener las cotas de profundidad y elaborado desarrollo que se puede ver en otras obras del autor norteamericano, y el modo historia está planteado de una forma poco elaborada.
Sobre el campo de batalla, controlaremos siete tipos de unidades diferentes, comunes a todas las facciones aunque con matices, tales como fusileros, ingenieros, tanques, transportes, helicópteros de combate o artilleros. Se podrán mejorar nuestras tropas, y utilizarlas a nuestro antojo personalizándolas a nuestro gusto. No contaremos con muchas opciones, y los cambios serán bastante limitados, pero serán importantes para resistir los ataques más brutales del enemigo y estar al nivel en cuanto a potencia armamentística. El control no lo tendremos sobre individuos directamente, sino que trabajaremos por escuadrones.
Cada una de las unidades que tengamos tendrá asignado un número, y lo mismo para los enemigos. El objetivo de esto es permitir explotar la característica más satisfactoria del juego: el reconocimiento de voz y la posibilidad de dar órdenes directamente a través de un headset. Algo muy sencillo, que responde a responder tres preguntas: quién, qué y dónde. De este modo, por poner un ejemplo, diremos: 'unidad 3, atacar, enemigo 1', y el juego reconocerá con mucho acierto nuestras indicaciones y actuará acorde a lo que le mandemos. Los menús de órdenes posibles serán muy profundos, pudiendo mandar a nuestras tropas a determinadas posiciones, ordenar la retirada, pedir refuerzos o incluso cambiar la cámara a quien digamos.
La reacción de la máquina es inmediata, permitiendo la agilidad de movimiento de nuestro ejército y que podamos trabajar sin limitaciones o sin tener que buscar nuestras tropas por los extensos mapas. Su único defecto es la incapacidad de dar varias órdenes conjuntas a varias unidades y tener que ir una a una aún cuando queramos enviarlas a por un mismo objetivo. La naturalidad del sistema nos hace preguntarnos por qué no se ha explotado antes, y qué podremos esperarnos en el futuro, dado que añade una nueva forma de jugar a un título de estrategia militar que se antoja muy satisfactoria y digna de sustituir los sistemas de control más tradicionales.
De hecho, el juego permite la posibilidad de utilizar un sistema de control tradicional, pero no se puede ni comparar con las excelencias del reconocimiento de voz. Jugar con el mando es mucho más lento, caótico y con resultados mucho menos satisfactorios; pero es bueno que esté ahí la opción, para aquellos usuarios que no quieran verse gritando órdenes a la pantalla de su televisión. Poco más que decir de una jugabilidad muy particular que depende, íntegramente, de lo bien que sea capaz el usuario de dar órdenes. Sin duda, los que tengan conocimientos militares y reconozcan mejor el sistema de órdenes, lograrán sacar mucho más partido de este sistema tan particular pero interesante.
Los tipos de misiones que nos propone el juego durante la campaña principal serán tan sólo de cuatro tipos: podemos alzarnos con la victoria mediante la conquista del máximo de territorio o bien acabando con todos los enemigos; en otro tipo, tan sólo valdrá eliminar a todos los enemigos; el tercer tipo se basa en destruir edificios clave del enemigo o defender los nuestros; y por último, asedio, en el que deberemos capturar o defender una ciudad capital. Los mapas no son demasiado extensos por lo general, así que la base jugable será muy sencilla: defendernos y atacar de forma coherente.
La cámara no suele situarse en sitios lógicos, y suele entorpecerse con la unidad en la que se centra, logrando ser bastante molesta e incapaz de ofrecernos una buena visual de la acción. Aunque el escenario se puede destruir en algunos elementos, ninguno de estos resulta especialmente llamativo ni cuenta con un diseño excesivamente atractivo, tan sólo son funcionales y, en muchos casos, su presencia en el escenario es meramente ornamental. Demasiado simple en lo visual, y poco espectacular para los enfrentamientos que pretende representar. Su apartado sonoro es bastante modesto a nivel de melodías, pero cuenta con buenos efectos y un gran trabajo de doblaje a nuestro idioma, con numerosas frases grabadas.
Una vez más, destacar el gran trabajo realizado en el reconocimiento vocal, que se convierte en el principal atractivo de un título que, por lo demás, es bastante modesto. Eso sí, gira tanto en torno a esta característica, que se resiente mucho la jugabilidad con el mando de control. El modo historia no presenta una gran profundidad, y en gran medida da la sensación de ser un gran tutorial (de hecho, el Preludio lo es, directamente) para prepararnos para el plato fuerte del juego, al que ya desde el menú principal se le da más importancia: el multijugador online. Es posible disputar escaramuzas contra la máquina, pero el elemento principal será la representación bélica a través de Internet.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.