Pro Evolution Soccer 2009
Una jornada más
La franquicia PES está pasando un momento delicado, y a falta de que Konami encuentre el camino adecuado en la nueva generación, el sistema de PS2 sigue funcionando a las mil maravillas. En la edición de este año, PSP recoge el testigo de su hermana mayor en lo que a modos de juego se refiere, sin cambios en el aspecto técnico y apenas diferencias en la jugabilidad, aunque con el mayor aliciente que hubiésemos podido desear; el modo Online.
Es paradójico lo que sucede con Pro Evolution Soccer desde hace algunos años. En la red hay tantas teorías como se pueda imaginar respecto a los motivos que han causado que en la nueva generación el mejor simulador de fútbol hasta la fecha haya decaído de forma alarmante en prácticamente todos los sentidos. Algunos lo relacionan al aspecto económico, otros al nulo interés que ha mostrado Konami en adaptar PES a los tiempos que corren. Pocos o casi ninguno hacen alusión a la versión de PS2, donde la fluidez del juego y la optimización de los recursos de la consola de Sony han sido las mejores bazas de la compañía nipona a lo largo de un lustro; tampoco a la de Wii, que pese a las carencias del motor gráfico en cuestión de entretenimiento y diversión está a la altura de, digámoslo así, sus hermanos mayores. De hecho ofrece una experiencia innovadora y tremendamente original, elogiada por la gran mayoría de seguidores de la franquicia en Wii.
En el terreno de las portátiles vuelven a cambiar las tornas. Era de esperar que la versión de NDS tuviese más dificultades para adaptarse al fútbol directo y preciso de PES, principalmente porque era necesario elaborar un nuevo motor gráfico y adaptar la jugabilidad al stylus y a la pantalla táctil. El producto final no ha pasado de ser un juego con buenos conceptos mal llevados a la práctica. En PSP la historia tenía que ser diferente, más aún considerando la potencia de la consola y fútbol exquisito que dejó tras de sí PSX. En teoría a Konami no le debería de haber costado mucho trabajo realizar una adaptación en condiciones, como mínimo un juego capaz de hacernos vibrar con buenos partidos. La realidad fue bien distinta y PES 5 se vino abajo él solo por culpa de una nefasta cámara y una jugabilidad a años luz de la que el público había presumido en primera instancia.
La historia de Pro Evolution Soccer en PSP se reduce a una sucesión de temporadas que han ido solucionando los problemas de la primera edición paulatinamente, a medida que se han introducido nuevos modos de juego y alguna que otra novedad para justificar la adquisición anual. Tras años reclamando un motor gráfico mejorado, más animaciones, un audio en condiciones y sobre todo el modo Online, Konami ha decidido incluir por fin la tan ansiada infraestructura en línea manteniendo el resto de apartados tal cual los conocimos la pasada temporada. Esta novedad y la presencia del modo Conviértete en Leyenda son los principales alicientes de PES2009, que en la línea habitual llega al mercado con algunas mejoras y arrastrando gran parte de los defectos de entregas anteriores.
Gráficos
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el mayor cambio en el aspecto de PES2009 reside en la nueva y colorida interfaz de los menús, más sencillos y recurrentes que los de la edición pasada. Tal afirmación sólo es posible gracias a la mínima evolución que presenta el motor gráfico del juego, sin cambios notables en la apariencia de los jugadores y del terreno de juego. El aspecto de los partidos es exactamente el mismo que el de PES2008, con un puñado de animaciones nuevas y rostros renovados de algunas estrellas como Messi o Villa, que se han retocado obteniendo un resultado final elogiable. Las escenas cercanas, a balón parado o donde no hay un gran flujo de jugadores en pantalla responden de maravilla, sin parones, pero el motor gráfico sigue arrastrando las taras de ediciones pasadas; ralentizaciones al lanzar un córner, un único y paupérrimo estadio que apenas ofrece opciones de optimización, etcétera. Es preocupante que por mucho que pase el tiempo y se critique este aspecto Konami sigue erre que erre en su empeño por emplear este motor gráfico.
Este año se añade el modo Conviértete en Leyenda y con él una nueva cámara que toma como referencia la espalda del jugador, que curiosamente funciona correctamente y sin problemas llamativos en cuanto a ralentizaciones-. La posición de la cámara no es la más propicia para tener en cuenta a los jugadores que nos rodean u otros aspectos de los partidos, pero entendemos que es el primer paso de un modo de juego al que todavía, y como veremos más adelante, le queda mucho por mejorar.
La cámara fue en su día otro de los aspectos criticados de PES5, uno de los problemas sangrantes de esa edición que se corrió a solucionar en la versión posterior. En PES2009 disponemos de cuatro estilos de cámara distintos con los que disfrutar los partidos, dos de cercanías bastante inútiles para organizar el juego y mover el balón a lo largo y ancho del campo, y otras dos a una distancia considerable entre las que destacaremos la visión amplia, que pese a las ralentizaciones que comentábamos anteriormente es la que mejor resultados ofrece a largo plazo, especialmente si lo que queremos es disfrutar de una experiencia similar a la de PS2. Durante el modo Conviértete en Leyenda no podemos variar la cámara, por lo que nos veremos obligados a disputar todos los partidos desde la espalda de nuestro jugador.
En general el aspecto que luce el motor gráfico es más bien soso, y como venimos repitiendo es exactamente el mismo que hemos criticado desde que la franquicia apareció por primera vez en PSP. A esta portátil todavía se le puede exigir mucho más en este aspecto, no en vano pese no hacer grandes alardes técnicos, FIFA09 se sitúa un escalón por encima de PES2009 en este aspecto.
Sonido
El audio sigue la misma tendencia del aspecto gráfico, sin apenas cambios que destacar, muy pobre en todos los sentidos. Que los comentarios sólo aparezcan tras anotar un gol debería formar parte del pasado, de PES5, pero por motivos que van más allá de la razón Konami no hay querido (o no ha sabido) mejorar uno de los aspectos que siguen lastrando el juego. La ausencia de los comentarios durante el partido cede el protagonismo al sonido ambiental, que tampoco llega al nivel mínimo exigido en un juego de fútbol. La ambientación sufre terriblemente por este motivo, y lo cierto es que las canciones que aparecen mientras navegamos por la interfaz tampoco aportan gran cosa. No se puede comprender la actitud de Konami de cara a mejorar el sonido del título, o al menos a incorporar comentarios durante el tiempo que dura un partido. Lamentable.
Jugabilidad
Con la dejadez por parte de Konami a la hora de introducir novedades de peso en prácticamente la totalidad de los apartados, los modos de juego pasan a ser el mayor atractivo del UMD. Es gratificante ver como todos los modos de PS2 están incluidos en esta edición, desde la Liga Máster hasta el Tour Mundial, además del ya mencionado modo Conviértete en Leyenda y de las copas Konami, europea, Internacional y demás a las que PES nos tiene acostumbrados. Ni rastro de la Champions League, un hecho que no debería sorprender a nadie a tenor de que en PS2 tampoco se ha incluido. Por suerte este año el título sí cuenta con su correspondiente modo Online, en el que profundizaremos a continuación, aunque no está carente de bugs y otros errores que entorpecen la experiencia.
Antes de comentar estos aspectos hay que contemplar la jugabilidad de los partidos, donde ha mejorado la IA de los futbolistas controlados por la máquina, en especial la del equipo rival. El juego toma la misma dinámica de la edición pasada en cuanto al movimiento de los jugadores dentro del terreno de juego y a facilidad para realizar jugadas o desmarques. La experiencia en PSP es muy parecida a la que obtenemos tras disputar un partido en PS2-salvo por todos los elementos contextuales, es decir, gráficos y sonido-. Se ha logrado un nivel alto en cuanto al rendimiento de los jugadores a la hora de efectuar los disparos, pases y triangulaciones, aunque por desgracia el movimiento de los futbolistas sigue siendo artificial, no transmite la misma sensación de realismo que sus hermanos mayores. De hecho arrastra parte de los lastres de sus homónimos, como la extraña forma de correr que los jugadores exhiben en el terreno de juego.
Comenzamos en un equipo pequeño, dependemos de nosotros mismos para lograr llamar la atención de los clubes grandes para fichar por ellos. El sistema está intacto salvo por un detalle: no disponemos de los comandos rápidos para pedir el balón, un centro o un pase al hueco. En este sentido el juego pierde algo de profundidad, y la cámara tampoco ayuda a mejorar la situación, demasiado cerrada y cercana al jugador, imposibilitando tener una buena visión sobre lo que sucede a nuestro alrededor. En cualquier caso y pese a sus defectos, este modo presenta visos de convertirse en uno de los principales en futuras ediciones, cuando se solucionen los problemas anteriormente expuestos.
Ya que sigue siendo posible anotar goles desde el centro del campo con jugadores como Eto'o o simplemente irnos en carrera de todo el equipo rival con Messi (por poner los dos primeros ejemplos que vienen a colación, aunque demuestre de que equipo es hincha el escritor que suscribe el texto), con la pequeña ayuda del lag resultados como este no deberían sorprendernos. Una vez pasada la prueba de fuego y con la sensación de que algo no encajaba, los siguientes partidos confirmaron que la primera toma de contacto fue simplemente fruto de la mala suerte. El lag no desaparece nunca por completo, y en nuestra experiencia sufrimos la desconexión de varios oponentes por causas desconocidas. Es curioso ya que los servidores se dividen por países, y en nuestro caso mayoritariamente elegimos a españoles como rivales, precisamente con el fin de comprobar la fluidez de este punto.
El juego nos obliga a crear un usuario para disputar los partidos en línea, y es en él donde se registran nuestros resultados, victorias y derrotar, etcétera. No tenemos opción para mucho más que para disputar un partido y revancha contra el rival, pero queda como consuelo la posibilidad de enfrentarnos contra un jugador en cualquier punto de España. Más allá de la tierra patria no aconsejamos probar fortuna, pues el lag nos ha empujado hacia atrás las veces que lo hemos intentado. Sobra aclarar que cuando la conexión falla los partidos se hacen insufribles, insoportables. Los jugadores y el balón cambian bruscamente de dirección al correr, nos marcan un gol cuando en la imagen vemos como teóricamente el oponente ha errado el disparo. Luego queda el culmen; pasar el balón al portero y que este le atraviese fantasmagóricamente, o lo que es lo mismo, que nos metamos un gol en propia puerta del modo más absurdo y ridículo que podamos imaginar.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.