Momentos Terroríficos

Aviso #1: el siguiente artículo contiene imágenes violentas y subidas de tono, por lo que no es apropiado para menores de 18 años.

Aviso #2: por su propia naturaleza, el siguiente artículo puede contener spoilers de los juegos que se destacan.

Un año más, llega la noche de Halloween, el día de todos los santos para nosotros. Más que una fiesta importada, es un evento que recuperamos, dado que sus orígenes son celtas. Pero lo que no se pone en duda es su mitología, que en todas las versiones posibles se basa en que los muertos puedan volver a pisar la tierra durante una noche. ¿Nos verán como víctimas en su búsqueda de venganza, o bien se acercan a nosotros con intenciones afables? Eso, sólo el tiempo lo dirá. Pero para irnos preparando, no hay nada mejor que bajar las persianas, cerrar las puertas, apagar la luz y encender nuestra consola o PC; sumergirnos en una odisea hacia lo más profundo del infierno.

El terror en los videojuegos ha pasado de ser una rareza en sus inicios a convertirse en algo bastante habitual. Pero a diferencia del cine de terror, aquí el género todavía está lejos de perder fuelle. Su habilidad para sumergirnos más en la acción provoca que no sea tan sencillo caer en los tópicos del asesino en serie, el gore cutre, esa serie B que tantos aficionados tiene pero por los motivos equivocados. Con un mismo presupuesto es posible dar vida a situaciones de lo más variadas, sin limitarse a lo que se tiene a mano. Los zombies y fantasmas con caras a medio maquillar se pueden convertir sin muchos problemas en criaturas de auténtica pesadilla, amorfas, de movimientos y extremidades imposibles.

Tal vez por eso los juegos de ambientación terrorífica tengan tanto éxito: porque son capaces de ofrecer algo que ningún otro medio puede, ni siquiera las mejores novelas del género, como pueden ser algunas obras de Stephen King o de Clive Barker. Este último, de hecho, ya se está vinculando de forma evidente con el mundo de los videojuegos, el cual ve como una nueva vía para plasmar su imaginería tan particular (sobre todo tras la censura y falta de promoción que ha sufrido la última película basada en uno de sus relatos cortos, The Midnight Meat Train). Y pese a que parezca algo tan nuevo, llevamos años, ya casi podemos hablar de décadas, viviendo aterrorizados en nuestras consolas.

A muchos le sonará el nombre de Sweet Home, especialmente a los aficionados a la serie Resident Evil; el juego de Capcom para NES ofrecía una temática muy particular, que Alone in the Dark pasaría a una tercera dimensión. Tal vez podamos volver hasta 1981 para rescatar el Haunted House de Atari 2600, o sería mejor fijarnos en ese Clock Tower de SNES, en los Silent Hill o Project Zero. La cuestión es que la cantidad de títulos es tal, y la variedad de situaciones tan amplia, que hay mucho donde escoger. Y lo que nos espera en el futuro con las nuevas entregas de las franquicias más importantes, amén de nuevas llegadas como puede ser el esperado Alan Wake.

En la siguiente lista os ofrecemos algunos de los momentos más terroríficos que hemos podido vivir hasta la fecha en nuestras consolas. Los hay de todo tipo y muchos de ellos no son para estómagos sensibles; algunos pierden gas al estar descontextualizados y otros no podemos más que ofreceros un tráiler del juego ante la imposibilidad de encontrarlos. Tampoco están todos los que hay, ya que se han quedado fuera muchos otros juegos como Deep Fear, Cold Fear, la trilogía 7th Guest, Undying, Blue Stinger, Dino Crisis, Evil Dead, Extermination, The Thing, Nightmare Creatures, Koudelka, Penumbra: Black Plague... Hay mucha variedad y calidad, y la competencia es muy dura. He aquí nuestra pequeña selección de momentos terroríficos. ¡Felices pesadillas!

Alone in the Dark Plataforma: PC Año: 1992

El padre de los survival horror merece estar presente en este listado. Fue uno de los primeros juegos en conseguir meternos el miedo en el cuerpo, capaz de jugar con nuestra todavía inexperta mente para ofrecernos inesperadas situaciones de pesadilla. El argumento nos presentaba a un investigador de lo paranormal, Edward Carnby, o bien a Emily Hartwood; ambos compartían escenarios y situaciones, pese a tener motivaciones muy distintas para llegar a la mansión. Para más información sobre otros aspectos del juego, os recomendamos visitar el completo reportaje sobre la serie que publicamos hace unos meses.

La cuestión es que, muy posiblemente, la llegada a la mansión sea uno de los momentos más terroríficos de la historia de los videojuegos. Cuando el mundo no estaba poblado de aventuras de terror, y la tridimensionalidad era todavía un concepto en evolución, llegar a aquel escenario consiguió ponernos los pelos de punta. Una banda sonora que potenciaba la tensión, la cámara situada desde una ventana en la que nos observaba una figura siniestra, el crujir de la madera en un escenario todavía vacío, y la aparición de la primera criatura en el ático. Una presentación maravillosa que no dejó indiferente a nadie.

Tras el éxito que supuso Alone in the Dark, Capcom se puso manos al a obra para explotar el concepto. Aunque el precursor de la franquicia nipona sería más Sweet Home para NES que el título de Infogrames, discutir sobre este punto sería darle vueltas innecesarias a lo verdaderamente importante: Resident Evil fue el detonante para darle forma al género, ofreciendo una mezcla de acción, terror y supervivencia que nos deparaba muchas sorpresas. La ambientación, cómo no, era una mansión perdida en el bosque, infestada de zombies y otras criaturas. La diferencia con respecto a otros juegos: controlábamos a un equipo de élite, y todo era culpa de la experimentación biológica.

Hace diez años, la secuencia de introducción de Resident Evil no se antojaba tan mal actuada y no muy allá de calidad visual. Más bien, el presentarnos la acción con personajes reales era algo capaz de hacernos esperar lo inesperado. Pero pese a saber que había zombies, que el juego compaginaba la acción con el terror, que habría mucha sangre… el encuentro con el primer zombie conseguía ponernos los pelos de punta. Luego llegarían serpientes y plantas gigantes, el Tyrant, los hunters… pero la primera impresión es la que cuenta, y esta escena consiguió engancharnos al mando hasta lograr salir de la mansión Spencer.

Para muchos, el mejor juego de terror de todos los tiempos. Calidad y motivos no le faltan para conseguir destacar sobre todos los demás: su habilidad para jugar con la niebla y los escenarios oscuros, la excelente banda sonora y, sobre todo, ese argumento lleno de giros y momentos desconcertantes, consiguieron anclarse en nuestros recuerdos de tal forma que, incluso a día de hoy, sigue siendo un referente indispensable del género. De por sí, todo el juego es un momento terrorífico memorable, ya que desde el principio hasta el final consigue tenernos en tensión constante, temerosos de lo que pueda pasar a continuación.

Puestos a elegir sólo un momento, es muy posible que la muerte de Lisa (¿o ya estaba muerta?) sea de los más impactantes del título. La secuencia tiene mucha fuerza argumental, dado que asistimos al aciago final de una de las pocas personas cuerdas de Silent Hill, a la que hasta le cogíamos cariño, se convertía en una amiga cercana. Acompañada de una banda sonora que se debate entre la tensión, el temor y la nostalgia, nadie que haya jugado a la obra de Konami se ha quedado indiferente tras ver estas imágenes.

Uno de los juegos más terroríficos, a la par que de los más completos, de todos los tiempos. Ambientado en una nave espacial, en un futuro lejano, la inteligencia artificial del ordenador central se ha hecho con el control y ha empezado a provocar el caos dentro de la propia embarcación. El escenario en el que nos movemos no sólo tiene unas dimensiones muy considerables, sino que cada esquina, cada sombra, son una amenaza. Un ordenador central está controlándolo todo, por lo que no podemos confiar en nada de lo que veamos o de lo que tengamos a nuestro alcance.

Las sorpresas nos esperan en los lugares más inesperados. Una sencilla sala de operaciones, con un cadáver sobre la mesa, se puede convertir en una trampa mortal cuando, sin previo aviso, el cadáver se levanta y comienza a atacarnos. Criaturas que mezclan los elementos mecánicos con su propia carne, creaciones macabras y maquiavélicas de una inteligencia artificial que no nos ve más que como material de experimentación. La tensión se respira en todos y cada uno de los pasillos que recorreremos en System Shock 2.

De las grandes franquicias de terror en la actualidad, la obra de Tecmo ha sido la última en llegar, pero con tal fuerza que, sin muchos problemas, se ha puesto al nivel de las mejores. Su propuesta era algo distinta, al centrarse en historias de fantasmas (supuestamente reales) y dejarnos altamente indefensos, armados tan solo con una cámara de fotos especial. Eso sí, pese a que no faltaban los clichés del género, con esa mansión perdida, la gente que desaparece, la niña maligna o la protagonista indefensa, consigue conjugarlo todo con mucho éxito para tenernos en vilo durante toda la partida.

No en vano, la gran virtud de Project Zero es su habilidad para darnos sustos inesperados. Los sonidos son esenciales en un entorno oscuro e inhóspito, y es posible pasar tranquilamente por un escenario sin que ocurra nada cuando, de repente, nos topamos con una aparición. Dejando a un lado los sustos constantes con los que nos toparemos en el juego en sí, el disco cuenta con muchas escenas que nos cuentan el drástico pasado y los secretos oscuros de la mansión. El ritual de la máscara cegadora es una de las más sobrecogedoras que nos podemos encontrar.

Silicon Knights se adentró en el juego de forma un tanto experimental. Por un lado, abrazó algunos de los clichés del género, como que la acción se desarrollase principalmente en la mansión Roivas. Pero a partir de ella, visitaremos diversas épocas y lugares, encarnando a personajes muy diversos. La ambientación de misterio se verá bañada en esas situaciones de algunos tintes de terror, con trampas, zombies y todo tipo de criaturas que querrán acabar con nuestra vida, aún cuando no tengamos muy claro quién somos en ese momento.

La gran virtud del juego radica en su forma de jugar con la cordura de nuestros personajes. El enfrentarse a situaciones terroríficas no sólo nos atemorizará a nosotros, sino también a nuestros personajes, afectando de forma considerable a la jugabilidad: cambiarán los escenarios, las puertas, los enemigos, incluso podremos llegar a creer que nos han cortado la cabeza y que va rodando por delante de nosotros. Pero no por ello faltarán los sustos a la antigua usanza, como el favorito de muchos de los que han disfrutado del juego, una sorprendente secuencia en el baño de la mansión.

La obra de Monolith ha sido la última gran franquicia en hacerse un hueco entre los juegos de terror más importantes. Con su perspectiva en primera persona, fue capaz de transmitir la tensión de series policíacas y de investigación como CSI con situaciones más bien dignas de Sobrenatural. Es difícil avanzar por los pasillos que recorremos sin temer lo que nos espera más allá; porque Condemned sabe jugar muy bien con lo inesperado, sufriendo el ataque de vagabundos perturbados, personas que se hacían pasar por maniquíes…

Posiblemente, su gran acierto sea saber adaptar todos estos elementos a una ambientación cotidiana, a las calles, metros y centros comerciales que podemos recorrer cualquier día, aunque desde un punto de vista más oscuro, desolador y desconcertante. Pero una de las situaciones más inesperadas, asombrosas y terroríficas del juego nos la encontramos en esta secuencia. Logra combinar con mucho acierto el trabajo de investigación y la sorpresa, evitando en todo momento recurrir a la violencia inherente a gran parte del título. 

Pese a que en gran medida, F.E.A.R. es un FPS (de muy alta calidad, todo sea dicho), su trasfondo nos oculta una historia siniestra, llena de fantasmas, experimentación secreta, poderes especiales, pesadillas y una incesante sed de sangre. A lo largo del juego (y sus expansiones), se nos va narrando la historia de la niña Alma, una vez más una fantasmal niña pequeña con muchos secretos por desvelar. Su ambientación militar consigue atenuar en parte la intensidad de los inesperados momentos terroríficos que nos encontraremos durante la partida.

Aunque estos pueden deberse a muchos factores, no se puede negar que la gran mayoría de ellos están relacionados con apariciones de Alma. En ocasiones, nos veremos obligados a escapar de ella; otras veces, deberemos enfrentarnos a sus huestes diabólicas. Sus intenciones no estarán claras casi hasta el final, pero en muchos casos nos encontraremos con su silueta vigilándonos desde distintos lugares del escenario, o incluso guiándonos para dar el siguiente paso. De todas ellas, esta es de las más terroríficas, por su reacción tan poco habitual en comparación con el resto de nuestros encuentros durante el juego.

Kenji Eno inicia su trilogía de Laura con un juego que, tal y como su creador describe, es una 'película interactiva'. Laura Harris recibe la cruda noticia de que su padre se ha vuelto loco y ha asesinado a un importante número de personas antes de encerrarse en un hospital. La protagonista se dirige allí para descubrir que hay mucho más de lo que parece, y un ente la acabará llevando a un castillo oscuro, donde se desarrollará la historia. Una ambientación medieval, oscura e intensa, en la que cualquier cosa puede provocar la muerte de nuestra chica si se despista.

El enfoque cinematográfico del título le permitió narrar con mucha más espectacularidad las nefastas situaciones a las que se debía enfrentar Laura. Pese a contar con una jugabilidad más sencilla que otros juegos de esta lista, el buen número de puzzles suponían el complemento idóneo para esas numerosas secuencias que Laura se debatía entre la vida o la muerte. Un paso en falso, y una inofensiva armadura de un pasillo vacío podría atravesarnos con su espada, o sucumbir bajo una gigantesca roca. Un intenso argumento y una férrea sensación de pánico que componían un clásico del terror.

Tal vez otros hayan tenido más éxito o, mínimo, habrán llegado a nuestro país. Pero no podemos ignorar auténticos clásicos que, desde mucho antes, nos hacían pasar terror en nuestras consolas. Clock Tower ha sido una de las primeras franquicias que supieron explotar el potencial de las consolas para hacernos pasar mucho miedo. Pese a contar con diversos remakes y versiones posteriores, el original de Super Nintendo sigue contando con un encanto especial, que no se ha podido ver en las subsecuentes entregas.

En Clock Tower, no tenemos un gran plantel de enemigos, sino una amenaza constante que nos perseguirá incansablemente: el asesino en serie conocido como Scissorman. Armado con unas gigantescas tijeras, irá acabando con todos los personajes poco a poco, mientras mantiene a nuestra protagonista en el punto de mira. Al ser una aventura gráfica, las persecuciones se convierten en una auténtica batalla en la que estamos indefensos ante un maníaco que no se detendrá ante nada. Y pese a las limitaciones del hardware en la época, consigue ofrecer sustos muy buenos, como podéis ver en el vídeo.

Diversos personajes, en lugares diferentes, en momentos distintos. Entre todos, iremos rellenando los huecos de una semana en la que tienen lugar los extraños acontecimientos que nos depara el argumento. El enemigo en esta ocasión responde al nombre de Shibitos, unos espíritus que vagan por los escenarios, con su forma humana y su incontrolable sed de sangre, que no dudarán ni por un instante en atacarnos. Nosotros encarnamos a una serie de personajes de diferentes edades, que deberán sobrevivir en un entorno altamente hostil en el que cada sombra oculta nuevas situaciones de terror.

Sin duda, la principal baza del juego a la hora de conseguir que nos metamos en la historia es su apuesta por el realismo. No sólo a nivel visual, donde por momentos el gran trabajo realizado y el mismo puesto en los personajes logrará ponernos los pelos de punta ante unos enemigos muy creíbles; sino también a la hora de controlar a nuestros personajes, ya que nuestras acciones se verán limitadas a cosas mundanas que conseguirán transmitir la misma sensación de indefensión que tendríamos de vernos en realidad sumergidos en una situación semejante.

Capcom, conocedora del gran éxito de sus Resident Evil, y en vista de cómo otros juegos intentaban innovar y ofrecer otras alternativas en el género, intentó hacer lo propio lanzando nuevas franquicias. Una de ellas es Haunting Ground, en la que una chica indefensa, Fiona, intentará escapar de un castillo en el que está cautiva. Los vigilantes del mismo no le pondrán las cosas nada fáciles, y su única ayuda será un perro que le guiará hacia la salida y le ayudará a superar las numerosas situaciones a las que se deberá enfrentar.

Fiona no será de piedra, y se asustará durante la aventura. Si su nivel de miedo es muy elevado, tenderá a huir, ignorando las indicaciones del jugador. Por eso será importante meditar mucho todas nuestras acciones, ya que si se da ese caso, Fiona será un objetivo muy fácil para los enemigos. La ambientación es muy buena, y logra transmitir la tensión de las situaciones a las que se enfrenta nuestra protagonista. Un enfoque diferente que nos ofrece muchas sorpresas a lo largo de la aventura.

El estreno de la franquicia de Konami en los 128 bits no pudo ser más exitoso. Pese a que en un primer momento no tuvo una gran acogida de crítica, Silent Hill 2 es un juego de los que dejan huella, y con el tiempo va ganando en intensidad. Su argumento está al nivel de las mejores novelas de terror, capaz de enseñarle un par de cosas a Clive Barker o Stephen King. Un viaje a la profundidad de la mente humana en el que nada es lo que parece: acompañaremos a James a través de una pesadilla de final incierto, con infinidad de situaciones imposibles que nos perseguirán posteriormente en nuestras noches más inquietas.

Con Silent Hill 2 se dio a conocer uno de los personajes más conocidos de la serie: Pyramid Head. Por su diseño espectacular, su violencia implícita, su habilidad para resultar desconcertante y surrealista a la par que creíble, causa un gran impacto en pantalla, hasta el punto de que se ganó a pulso el seguir siendo la criatura más espectacular del universo Silent Hill. En esta segunda entrega son muchas sus apariciones dignas de mención, pero nos quedamos con el primer encuentro: esa desconcertante orgía con dos criaturas, que presenciamos escondidos en un armario de la misma habitación.

Después de su gran primera entrega, Tecmo volvió a dar vida al terror fantasmal y esa cámara fantástica capaz de acabar con los espectros. Ahora, la acción se expandió a todo un pueblo fantasma, y el protagonismo recaía sobre dos chicas, una pareja de gemelas con ciertos vínculos con el pueblo en cuestión. Sin alejarse demasiado del cliché y recuperando la mecánica del original, mantuvo intacta esa habilidad para asustarnos y conseguir hacérnoslo pasar mal a los mandos de nuestra consola.

Esa es una de las grandes virtudes de Project Zero: no necesita recurrir al gore ni  la violencia extrema para transmitir el miedo al usuario. Sabe que el mejor terror es el que sólo sugiere, y una aparición inesperada, aunque sea sólo de un par de segundos, causa más efecto que una matanza. De los muchos momentos que se podrían destacar de Project Zero 2 (posiblemente, incluso más que en el título original), nos quedamos con esta secuencia en la que las gemelas reciben una visita inesperada en medio de su investigación.

Siguiendo con los acontecimientos de la primera entrega, el virus de Umbrella se expandió a toda la ciudad de Raccoon City. Este título consiguió asentar a la franquicia Resident Evil como uno de los más grandes survival horror de todos los tiempos, y pese a los años transcurridos, muchos usuarios recuerdan todavía esta entrega con un cariño especial. Sus variados finales y sus situaciones tan desconcertantes ayudaban mucho a que este título se asentase en la mente de los jugadores, convirtiéndose en un imprescindible para los amantes del género.

Protagonizado por dos nuevos personajes, Leon S. Kennedy y Claire Redfield, la mecánica de juego no distaba mucho de lo visto en el original. En gran medida, se trataba de lo mismo pero a una escala mucho mayor, logrando cambiar la tranquilidad y relativa soledad de la mansión por una asfixiante sensación de que nos rodeaba una ciudad viva, repleta de zombies. Tal vez por eso, una de las secuencias más impactantes del título haya sido la presentación de un nuevo enemigo, tras habernos enfrentado durante varios minutos a nuestros viejos conocidos no-muertos.

Un poco de terror con sabor español. Pese a haber sido programado en nuestro país, gran mérito de las características terroríficas del juego recae sobre el maestro del género, Clive Barker, escritor y creador de muchas de las pesadillas más esperpénticas y cruentas de los últimos tiempos. El comando Jericho, un escuadrón especial de militares con habilidades psicosomáticas especiales, tiene la misión de acabar con una amenaza extraña que les trasladará a lo largo de diversas épocas históricas, acabando con las huestes del infierno.

El espíritu grotesco, recargado, sangriento y exagerado estará presente en todo momento. Pese a sus carencias, no se puede negar al título su gran capacidad para impactar visualmente, con unos diseños espeluznantes y secuencias que juegan con nuestro estómago con suma sencillez. Una de las más espectaculares es la que acaba resultando en la muerte del personaje principal, que posteriormente tendrá la capacidad de meterse en los cuerpos de sus compañeros de equipo.

De la lista, este juego es de los que más orientado están hacia la acción directa, dejando el terror y las criaturas de pesadilla como un acompañamiento desconcertante que le da unos tintes muy particulares al título. El protagonista, Torque, está en la cárcel cuando comienza la masacre de Carnate. Guiado por el espíritu de su mujer, el juego nos ofrecerá situaciones asombrosas, jugando con la psicología del personaje y dando un sentido a todas las criaturas imposibles que pueblan los diversos escenarios del título.

The Suffering destaca sobre todo por la posibilidad de jugar un papel importante en la evolución psicológica del personaje, lo cual determinará el modo en el que evoluciona la historia. Aunque lo que queremos destacar, ante todo, es su asombroso diseño de personajes, verdaderas pesadillas andantes, obras prácticamente de una mente perturbada que quiere introducirnos en su mundo imposible de oscuridad y sangre. Valga como muestra el primer enemigo que nos encontramos en el juego, compuesto por carne, cuchillas y jeringuillas.

En la piel de Alyssa Hamilton, una chica inocente de 14 años, nos sumergimos en una nueva aventura de asesinos en serie. Las cosas se han complicado mucho desde la primera entrega, y desde luego la segunda estuvo muy lejos de ofrecer la calidad que se esperaba de ella. Ahora, serán muy numerosos los enemigos que querrán acabar con nosotros: hasta cinco asesinos de aspecto desconcertante, al servicio del perturbado Lord Burroughs, quien disfruta viendo a la gente morir.

A diferencia de otros títulos, aquí nuestra principal baza será saber escapar de nuestros perseguidores, aprender a explotar el escenario en nuestro beneficio, lograr escondernos para que pasen de largo. Esto no implica que estemos libres de sus malvados actos, ya que serán numerosas las escenas y situaciones en las que sus actos de psicópatas conseguirán dejarnos boquiabiertos o en un estado de incredulidad. Sobre todo, cuando van eliminando a esos personajes secundarios a los que se les va cogiendo cariño durante la aventura, y su fin prematuro y sangriento se antoja doloroso.

La segunda entrega de la llamada Trilogía de Laura de Kenji Eno se aleja mucho de su predecesor. Ambientado muchos años en el futuro, nos encontramos en una nave que viaja por el espacio, con todos sus tripulantes en un estado de sueño inducido mientras dura la travesía. Sin embargo, algo pasa en la bodega de carga de la nave, y ante tal eventualidad, la nave, siguiendo los procedimientos de emergencia, despierta a toda la tripulación. La amenaza son una especie alienígena, con camuflaje de invisibilidad a los ojos humanos, que empiezan a eliminarlos a todos uno a uno. Claramente inspirado en Alien y Predator, las grandes obras de terror alienígena.

El deber enfrentarnos a un enemigo invisible por los pasillos de la gigantesca nave lograba tenernos en tensión constante, esperando el momento apropiado para atacar a la criatura (a la que percibíamos por el sonido) o bien para huir de ella. La mezcla de acción en los pasillos con aventura gráfica en los camarotes de la tripulación era excelente, y a lo largo de los tres discos del juego contábamos con un buen número de escenas espectaculares que nos narraban lo que hacían las criaturas y aumentaban la tensión. He aquí la secuencia inicial del juego.

A diferencia de la gran mayoría de títulos presentes en esta lista, Rule of Rose no depende tanto de grandes enemigos, fantasmas y zombies como en un argumento asombroso. Nos toparemos, claro está, con criaturas que querrán acabar con nosotros, con jefes finales y demás entes; pero lo que de verdad causa pánico y pavor en el jugador es ese grupo de niñas, ese club selecto al que la protagonista pretende acceder. Este juego estuvo bañado de polémica tras su lanzamiento en Japón por culpa, precisamente, de su argumento tan intenso, realista a la par que enfermizo, cargado de situaciones que rozan el surrealismo y causan una gran incomodidad en el usuario.

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A lo largo de los distintos capítulos, el juego nos ofrecerá numerosos detalles dignos de obra maestra del terror. La psicología de los personajes, su forma de actuar tan lejana de la normalidad, una espeluznante evolución de los acontecimientos… cada nuevo paso supone un nuevo escalofrío, una sensación de incomodidad que se asienta en el jugador. Cada nuevo castigo es toda una muestra de tortura macabra, sirva como muestra el primero de ellos, realmente sobrecogedor.

En pleno boom de los survival horror, Squaresoft se adentró en un género que no era su terreno habitual, pero adaptándolo a un sistema de juego que conocía bien. Una aventura de terror con combates por turnos activos. Una auténtica delicia argumental y jugable en la que Aya Brea se enfrentaba a la amenaza de las mitocondrias. Toda la ciudad de Nueva York sucumbía bajo los efectos flamígeros de ese elemento presente en nuestras células, una amenaza imparable contra la que nuestra protagonista parecía inmune.

A lo largo de la aventura, nos iremos topando con distintas criaturas que, como efecto de la mutación, cambian su aspecto y se vuelven mucho más violentas. Pero pocas escenas del juego logran igualar el espectáculo inicial: Aya está en la ópera asistiendo a una representación cuando el caos puebla el gran teatro en el que se encuentran. La culpable de la masacre es la propia diva, de la que posteriormente conoceríamos mucho más secretos; pero después de esta carta de presentación, no la veremos con los mismos ojos en ningún momento.

La entrega olvidada por muchos, pese a ser una de las mejores incursiones de la franquicia de Capcom. Sigue los eventos de Resident Evil 2 (RE3: Nemesis los complementa, más que seguir adelante con la narración de la historia) y nos presenta a una Claire Redfield que ha caído ante las tropas de Umbrella y la tienen presa en una isla de la compañía, dirigida por Alfred Ashford, un hombre obsesionado con su hermana gemela Alexia. La carga argumental de esta entrega es asombrosa, y nos presentará infinidad de situaciones memorables, entrañables y terroríficas.

La tensión del juego alcanza su clímax cuando Chris Redfield llega a la isla en ayuda de su hermana Claire, pero lo hace demasiado tarde, cuando esta ya está camino de otro lugar. En su corta visita, se encuentra con alguien inesperado, una sombra de su pasado que regresa por primera vez después de varios juegos para convertirse en un personaje clave de la franquicia: Albert Wesker. No es un regreso normal: vuelve más fuerte y con poderes que escapan a la lógica; deja patente su inestabilidad mental antes de lanzar a Chris ante una cápsula de la que surgirá una de las grotescas criaturas del juego.

Lejos de discutir cuál es el mejor Silent Hill, no se puede negar que la franquicia ha sabido mantener su calidad a lo largo de las numerosas entregas que han ido viendo la luz a lo largo de los años en diferentes plataformas. The Room ha sido una de las más despreciadas por muchos, pero no se puede negar que lograba regalarnos más de una escena impactante, conseguir que nos sentásemos al borde del sofá, listos para saltar en cualquier momento. La habitación del protagonista, llena de espíritus, ese conejo rosa que se giraba, Walter Sullivan vigilándonos…

A lo largo de las diferentes fases, nos toparemos con personajes que sucumbirán ante el afamado asesino. Su regreso fantasmal lograba tenernos en tensión, en gran medida por su inmortalidad, y el estilo artístico del juego, de mucha calidad, no hacía sino potenciar la intensidad de las situaciones. Aunque la imagen más desconcertante del título nos la encontramos en el hospital, en lo que parecía ser una habitación inocente en la que podíamos esperarnos cualquier cosa menos una réplica muy peculiar de nuestra vecina Eileen.

Tecmo ha sabido entender el terror fantasmal mejor que ningún otro título, o que muchas de las películas que han salido en los últimos años. La tercera entrega de Project Zero consigue estar a un nivel muy elevado, y consigue perfeccionar la fórmula de sus predecesores añadiéndole toques novedosos. Ahora somos una fotógrafa que vive en su apartamento pero que, por las noches, tiene pesadillas que la trasladan a mansiones y lugares desconocidos y poblados de espíritus y todo tipo de situaciones incomprensibles. Lo malo es que pronto empezarán a poblar también su hogar en el mundo real.

Posiblemente Project Zero 3 cuente con más momentos de sorpresa que sus predecesores. El uso de la misma fórmula de juego puede llegar a cansar a algunos usuarios, pero la intensidad de las situaciones consigue que sobreviva más allá de la simple curiosidad. Un extraño tatuaje, que se va acrecentando en el cuerpo de Reiko cada vez que vuelve de esos sueños, supondrá una fuente constante de tensión. Pero los mejores serán los sustos inesperados, el ver cómo una situación cotidiana de lo más natural se ve trastornada por un espectro que no debería existir fuera de las pesadillas.

El último en llegar, y por disponibilidad, posiblemente la mejor apuesta para el Halloween de este año. Dead Space va más allá de ser sólo un juego, y complementa su propuesta argumental con una película y un cómic que expanden su leyenda. Una nueva odisea espacial en la que unas extrañas criaturas empiezan a atacar a la tripulación de la USG Ishimura; ¿o será la propia tripulación dichas criaturas? Su historia, de planteamiento algo sencillo, tiene alguna que otra sorpresa por ofrecernos, pero lo suficiente para presentar el escenario ideal para hacernos pasar mucho miedo.

El planteamiento de 'en el espacio nadie puede oír tus gritos' vuelve a triunfar. Cada pasillo, cada paso que demos, estará rodeado por un aura de incertidumbre, de duda, de temor hacia lo que nos podremos encontrar. Las criaturas pueden aparecer cuando menos nos lo esperemos, y su carácter violento provocará que cada enfrentamiento sea una auténtica lucha por la supervivencia. La tensión y la violencia que nos propone este juego es tal, que en Estados Unidos llegaron hasta a prohibir el anuncio del juego.