Metal Slug 7, Impresiones

Marco, Tarma, Fio y Eri regresan a la actualidad acompañados por dos personajes clásicos de la serie The King of Fighters. Tras probar la versión japonesa del título os descubrimos cómo le ha sentado el salto de la saga a Nintendo DS.

Regresa a Nintendo DS todo un clásico de los videojuegos, uno de esos títulos obligados de los salones recreativos, de esas viejas glorias que engullían monedas de cinco duros cada pocos minutos. La saga Metal Slug, creada por SNK hace más de una década, triunfó desde un primer momento por mezclar la dureza de los arcades de acción más reconocidos, como Contra, con mucho sentido del humor y sobretodo un diseño de producción envidiable, presentando fases perfectamente diseñadas y pensadas, para que nunca cayese en la monotonía de matar siempre soldados.

Tras seis entregas numéricas, siete contando Metal Slug X, SNK ha tenido tiempo de perfilar unos personajes rebosantes de carisma, algo curioso teniendo en cuenta que nunca median palabra. Marco, Tarma, Fio o Eri han pasado a la galería colectiva de los héroes de acción más carismáticos, ahí donde sólo reposan eminencias como Solid Snake o Dante Sparda. La razón de su éxito, conocida por todos, ha llevado a la serie a Nintendo DS, no con una conversión, sino manteniendo la línea de Metal Slug Advance para GBA, es decir, una aventura completamente nueva.

Lo curioso en este caso es que no es un título paralelo, sino un verdadero juego de la saga. Metal Slug 7, exclusivo de DS, llegará a España a finales del presente año manteniendo las grandes virtudes de la franquicia clásica y respetando en gran medida los elementos que han convertido ese nombre en un punto de referencia dentro del género. Tras probar la versión japonesa y terminárnosla varias veces, no podemos tenerlo más claro: vuelven a lo grande.

Hablar de historia en un Metal Slug sería casi contraproducente. La saga nunca se ha caracterizado por su gran guión, así que bastaría con decir que el entrañable General Morden ha regresado, por enésima vez, para intentar frenar nuestros pasos. Pese a su anémico guión, sí que puede intuirse que MS7 es, por obvio que suene, una secuela directa de Metal Slug 6, recuperando los mismos personajes, un total de seis, cuatro de ellos clásicos y dos añadidos bastante jugosos.

Estos cambios, a priori nimios, no hacen sino dar un poco más de variedad a un juego que desde la primera partida proporciona diversión pura y dura. La primera fase, por ejemplo, ya deja claro que el nivel de frenetismo va a mantenerse intacto con respecto a las versiones de recreativa, presentando un buen número de enemigos en pantalla, los clásicos helicópteros, tanques o un imponente jefe al final de la fase. Pese al paso a DS, se han respetado el uso de power ups y el rescate de los prisioneros.

De hecho, estos últimos cuentan con una sección propia en la pantalla de menú, en la cual se informa sobre los que hemos rescatado y el objeto que han dejado caer. Un modo de juego recuperado de MSX es la Escuela de combate, en la cual podemos ir superando algunos retos propuestos por una instructora que poco tiene que envidiar al Dr. Gregory House. Desde acabar con enemigos en tiempo límite, hasta usar una vida para derrotar varios jefes.

Pero el eje de todo, ante la ausencia de un modo Online o al menos uno multijugador cooperativo, es la modalidad principal. Siete niveles repletos de enemigos, donde la adrenalina fluye desde el primer momento, permitiéndose usar vehículos, granadas, múltiples armas, etcétera. Al contrario de lo que ocurría en MSAdvance, en esta ocasión podemos guardar un segundo arma en la recámara (al estilo Super Mario World), permitiéndosenos usarla cuando más lo necesitemos.

La dificultad ha disminuido con respecto a los juegos originales, lo cual tampoco quiere decir que sea fácil ni mucho menos. La inclusión de un selector de niveles, es decir, que si perdemos en la fase tres podemos empezar desde esa, sin volver a comenzar el juego, ayuda bastante y permite acceder a los momentos preferidos de cada uno de forma rápida y sencilla.