Puede que suene repetitivo, pero está bastante claro que no pasa ni un solo mes en Nintendo DS sin que llegue algún juego destacable o directamente imprescindible. Y con el fin del verano, regresan los lanzamientos y septiembre está destinado a ser uno de los meses más atractivos para los usuarios de la consola. Al sobresalienta Final Fantasy IV, analizado ayer mismo y puntuado con un 9/10, se le suma este Bangai-O Spirits y próximamente Locke's Quest, aventura de los creadores del notable Drawn to Life, una de las sorpresas del año pasado.
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Bangai-O Spirits, pese a sonar tan desconocido para el gran público -o más- que el citado Locke's Quest, se trata de la revitalización de uno de los mejores juegos aparecidos primero en Nintendo 64 (1999) y posteriormente en DreamCast. Desarrollado por los 'magos de las 2D', la compañía nipona Treasure, formada hace ya más de una década por excomponentes de Konami y que ha confirmado su talento en Nintendo DS gracias a Bleach: The Blade Battlers, Bangai-O Spirits es uno de los títulos más estimulantes de la portátil de doble pantalla de Nintendo. No es la primera vez que hablamos de él, sino que ya hace unos meses os ofrecimos nuestras impresiones con la versión japonesa de cartucho, con pocas esperanzas de que éste fuera a aparecer en España, como ya pasó con las dos entregas anteriores de la serie. Por suerte, D3 se ha fijado en él y desde esta misma semana podemos disfrutar del que es uno de los puzzles/arcades más originales de los últimos años, un pequeño tesoro' para DS cuyos fallos o carencias no empañan lo que, en global, es un todo bastante sólido.
Jugabilidad ¿En qué consiste Bangai-O Spirits? Básicamente, podría definirse como un puzzle de acción. O un juego de acción con elementos de puzzle. Suena complicado, pero aún más si se añade a la ecuación el hecho de que, junto a esto, incluye estrategia y requiere del jugador no sólo paciencia, sino también una respuesta rápida a los enigmas propuestos. Bangai-O Spirits es ante todo un juego hardcore', difícil, mucho, de los que en la época de NES se podían encontrar cientos. Productos que a día de hoy no han trascendido, arcades que premian la pericia y no sólo la dedicación, un título pensado para toda esa gente y que desde luego no es la opción más recomendable para los más pequeños de la casa, que arrojarán la DS por la ventana en un momento de frustración.
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El tutorial, pese simplemente una forma de aprender, ya deja entrever que la mecánica de juego puede ser bastante retorcida desde el principio. Una vez superado, se abre el verdadero juego, 150 fases a superar en un orden no definido, con una dificultad ascendente, que deja las últimas para gente que verdaderamente consiga exprimirle el jugo a la estimulante propuesta de Treasure.
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El principal problema de Bangai-O llega justamente en este aspecto. Mientras que el tutorial cuenta con varios cuadros de diálogo, esa será toda la historia disponible en el cartucho. El centenar y medio de fases se enlazan entre sí mediante una pantalla de selección de nivel, nada más. No se desbloquea uno al pasarse el anterior, todos están disponibles de inicio, lo cual tiene una parte positiva y una negativa: la positiva es que la frustración de no poder superar una fase no acabará con las ganas de jugar, puesto que puede saltarse e ir al siguiente. El punto negativo, que jugar tampoco proporciona nada nuevo, dado que todo está desbloqueado desde el principio y se le quita ese 'plus' que es ir desbloqueando cosas poco a poco. Pese a todo, Bangai-O Spirits consigue que quien se acerque a él y le de suficiente tiempo acabe enganchado de forma irremediable. Antes de cada nivel, se pueden elegir dos armas básicas y dos especiales, que van acopladas al robot' que usa el personaje. Una vez dentro del nivel, tendremos que jugar con estas armas y sacarles máximo provecho para superar los enigmas planteados. La gravedad actúa de forma activa en nuestro vehículo, y además tendremos que evitar continuamente las acometidas de los enemigos, que no serán precisamente pocos.
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La lluvia de balas de los rivales sólo puede ser apagada con la bomba que se lanza desde nuestro robot, limpiando el escenario y paralizando momentáneamente a los enemigos. Jugar con todas estas posibilidades es una de las claves para que cada nivel sea superado. Y con 150 en el horizonte, más los 17 del tutorial, la cosa realmente va para largo. Treasure no se ha quedado ahí, como es costumbre en ella, y se ha sacado de la manga un extra añadido que multiplica hasta el infinito las posibilidades: creador de niveles. Desde el editor de niveles, pueden crearse fases desde cero contando con todas las herramientas y potenciadores disponibles en los que vienen por defecto en el cartucho. Escenarios simples, complejos, con estrategias rebuscadas o simplemente obvias, cualquier cosa es posible, y todo mediante un sistema realmente accesible que pese a las posibilidades, gracias a un fantástico interfaz, permite la realización de auténticas virguerías con relativa facilidad. Si de por sí esto no es suficiente, se añade la posibilidad de compartir estos escenarios con otras personas gracias a una nueva técnica ideada por Treasure: una vez se crea el escenario, puede guardarse como archivo de audio. Si vas hacia otra DS, podrás transmitir el escenario mediante el sonido -con el micrófono-, haciendo que compartir las fases sea rápido y accesible. No se puede mediante Nintendo WiFi Connection, eso sí, aunque puede subirse el archivo a Internet -grabando el sonido-, lo que sigue siendo bastante accesible.
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Con respecto a las opciones multijugador, Bangai-O Spirits las incluye, aunque sólo pensadas para jugar con otras tres personas de forma local y no a través de Internet. Esta pequeña carencia no ensombrece el notable añadido del editor de niveles, que sumado a los 150 retos a superar, convierte el título en algo realmente duradero. Técnicamente tampoco hay nada que pueda reprocharse. Bangai-O Spirits cuenta con un apartado gráfico 2D excepcional, con sprites pequeños pero muy detallados, y unas explosiones de luces y color cuyas virtudes van más allá de la palabra. A pesar de contar con cientos de cosas en pantalla, el juego casi siempre funciona perfectamente, si bien en algún momento se aprecia un pequeño bajón en la tasa de frames por segundo. Más allá de esto, es un título ejemplar, de la misma forma que -a su manera- lo era Bleach DS. La banda sonora, así como los diferentes efectos, no pasarán a la historia pero cumplen perfectamente su función.
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