PixelJunk Eden
- PlataformaPS38
- GéneroPlataformas
- DesarrolladorQ-Games
- Lanzamiento31/07/2008
- TextoEspañol
Un plataformas diferente
Q-Games vuelve a la carga con una propuesta que recupera la esencia más pura del plataformas y lo transforma en algo distinto, original y sugerente, envuelto en una gran presentación audiovisual
Pasear por la Playstation Store -especialmente si se tiene acceso a las tres tiendas internacionales- se está convirtiendo en un pequeño placer para los usuarios de Playstation 3 con ganas de encontrar ofertas nuevas e interesantes, alejadas de las actuales tendencias en el desarrollo. Si bien las tres consolas presentan una amplia gama de ofertas ciertamente "diferentes" a lo tópico, la consola de Sony está recibiendo una colección bastante interesante de juegos con una estética distintiva y con un fluir que se puede definir de "relajado" tanto en su aspecto audiovisual como en su mecánica de juego, una tendencia iniciada por flOw y que encuentra eco en juegos como Echocrome, LocoRoco el próximo Flower o el título que nos ocupa: Pixelunk Eden.
A pesar de un estilo visual único y minimalista, Eden es claramente un plataformas de pies a cabeza. Bajo esa capa de estilismo y bella presentación se esconde un juego en el que lo que prima es el control perfecto de los saltos y las maniobras acrobáticas del pequeño protagonista para navegar con acierto a través de unos paisajes de creciente dificultad. Las particulares leyes físicas del mundo de Eden se convierten en fundamentales a la hora de controlar ciertos movimientos claves que, como buen plataformas, sólo se llegan a controlar perfectamente con la práctica y la repetición.
La mecánica de juego básica, así como su forma de control, es sencilla. El personaje puede saltar en cualquier dirección que se le marque, puede pegarse a las superficies de las plantas y las rocas, pero en las plantas además puede soltar un hilo de seda con el que engancharse y girar para tomar impulso. El objetivo del juego es encontrar una sustancia llamada Spectra a través de unos largos mapeados que se extienden tanto horizontal como verticalmente. Conseguir los Spectra hace que aparezcan nuevas plantas en Eden -el jardín desde el que comienza el juego- que permiten acceder a nuevos mundos para seguir recolectando esa sustancia.
Pero antes de poder explorar el mapeado en su totalidad hay que hacer crecer nuevas plantas en las que poder colgarse y acceder a partes superiores, para lo que hay que recoger polen, golpeando con el cuerpo unas esporas diseminadas por el mapa. No hay peligros en este juego y la única limitación es el contador impuesto por una segunda sustancia que hay que recolectar durante los saltos, que permite recargar fuerzas y continuar en el mundo buscando la Spectra. No es tan complicado como suena y el desarrollo se hace muy fluido una vez que ha pasado la primera impresión.
Una de las particularidades de Eden es su particular sentido de la física. Aquí lo fundamental es planear cada salto antes de realizarlo, ya que una vez que estás en el aire no es posible controlar demasiado la trayectoria del personaje. Los primeros minutos puede parecer frustrante tener tan poco control del protagonista, pero una vez que se aprende a usar recursos como las volteretas y, particularmente, la rotación con el hilo de seda, que permite tomar el impulso necesario para dar grandes saltos y llegar a plantas más altas. También hay que prestar atención a superficies como las rocas, en las que es posible pegarse pero en las que no sirve el hilo, lo que en fases más avanzadas representa un problema importante a la hora de moverse de forma fluida por el mapa, creando una complejidad y un reto que parecía inimaginable al comienzo.
Pese a que las primeras impresiones invitan a pensar en un juego estilo flOw, donde el reto es mínimo y lo importante es el viaje, lo cierto es que Eden es un reto bastante considerable a medida que se va avanzando. Sólo el calcular el salto y el familiarizarse con el movimiento es ya un reto a tener en cuenta, por lo que aquellos con experiencia en plataformas tienen mucho que descubrir en la original propuesta de Q-Games. A veces puede llegar a desesperar, hay cosas en el control que no son fácilmente comprensibles y en el que el personaje se mueve de una forma que no tiene nada que ver con las intenciones del jugador, pero aprender esas particularidades forma parte del reto también.
Si bien los controles pueden ser frustrantes para cierto tipo de jugadores, quizás lo que más eche para atrás es ese concepto tan clásico como la repetición y el método de prueba y error, ambos parte del corazón del género de los plataformas, aunque también hay algunas decisiones de diseño cuestionables. A veces sucede que un salto mal calculado conduce a una caída irremediable, en la que no hay planta o roca en tu trayectoria que pueda salvarte de comenzar la ascensión de nuevo desde el principio, eso está bien y forma parte del desarrollo normal de un plataformas. Lo que no está tan bien es la forma en la que están distribuidos los Spectra, ya que hay cinco en cada fase, pero para conseguirlos todos hay que repetir cinco veces el mismo mapa, lo que parece una forma poco depurada de estender artificialmente la vida del juego, más que un desarrollo razonable.
Sin embargo, es algo con lo que se puede lidiar gracias a la variedad de niveles y la riqueza que van adquiriendo. Las primeras fases pueden conducir a la idea de que no hay una gran variedad en el desarrollo del juego, pero el diseño de los niveles se hace cada vez más intrincado, a la misma vez que el juego gana una creciente riqueza visual, que acompaña con retos genuinamente interesantes que obligan a un control óptimo del personaje. La falta de límites en los gigantescos mapeados y la ausencia de elementos "estresantes" como enemigos o caídas fatales, proporciona una sensación muy distinta de la que ofrecen otros plataformas, lo que hace a Eden extremadamente interesante para los amantes del género.
El apartado audiovisual de la nueva obra de Q-Games es sobresaliente, el mejor trabajo hasta la fecha del pequeño estudio japonés fundado por Dylan Cuthbert -uno de los máximos responsables de juegos como Star Fox, Blasto o Ape Scape, además de ser el responsable directo de la ya famosa demostración de los patitos usada como demo técnica de PS2-. Cada vez que la semilla de una planta es polinizada y crece, el efecto es siempre nuevo, sorprendente y genuinamente bello, que combinando con la excelente banda sonora de estilo ambiental, proporciona al juego un aspecto tan único como placentero a los sentidos. Detalles como el soporte para 1080p, propio de los juegos de este estudio, termina de poner la guinda en este apartado.
Uno de los elementos que podría haber destacado también de Eden es el aspecto multijugador local, pero la verdad es que no acaba de cumplir su potencial en este apartado. Cuatro jugadores pueden coger los mandos -es sólo multijugador local- y competir entre ellos mientras exploran los mapas, pero debido a la naturaleza del juego, en el que se puede avanzar en cualquier dirección, la solución para los jugadores que se caen es simplemente teletransportarlos al lugar donde están sus compañeros, lo que no resulta demasiado elegante ni justo. Eso y un problema con el seguimiento de la cámara hace que la experiencia a cuatro jugadores no sea todo lo satisfactoria que podría. En cambio, la experiencia con dos jugadores competentes gana muchos enteros y resulta mucho más recomendable.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.