[E3] Siren: Blood Curse
Queda poco menos de una semana para que Siren: Blood Curse vea la luz en EEUU, así que en el E3 no podía faltar nuevo metraje de este survival horror atípico. Reconcebido respecto al original y distribuido por episodios, volvemos al pueblo de Hanuta para acabar con la maldición de la lluvia de sangre y los 'shibito'.
Queda poco menos de una semana para que Siren: Blood Curse vea la luz en EEUU, así que en el E3 no podía faltar nuevo metraje de este survival horror atípico. Reconcebido respecto al original y distribuido por episodios, volvemos al pueblo de Hanuta para acabar con la maldición de la lluvia de sangre y los 'shibito'.
A pesar de que en innumerables declaraciones se ha apostado por el contenido episódico como una buena vía de negocio para el futuro, pocos son los atrevidos que se deciden a dar el paso. Aún así, Sony ha decidido ser el primero en tirar la piedra a través de la reconcepción de uno de sus survival horrors más interesante y polémico, Siren, que verá la luz a través de PlayStation Network.
Hablar de Siren: Blood Curse es hablar de Keichiro Toyama, director del Silent Hill original y que se embarcó en una odisea personal que dio resultado a Forbidden Siren, un juego de original premisa pero demasiado ligado a la mecánica del ensayo-error, lo cual directamente se cargaba cualquier tipo de inmersión por parte del jugador en la historia. Ahora, el título que nos ocupa, salvo en el planteamiento, poco o nada tiene que ver con el original. De hecho, la propia Sony indica que su objetivo es llegar a cuantos más usuarios mejor, así que a buen seguro el producto pasará por una bajada de dificultad considerable.
Dicho esto, hay que hablar de la distribución: los episodios serán 12, divididos en packs de tres a un precio de 14,99 $ en Norteamérica. Si queremos hacernos con todos a la vez nos ahorramos cinco dólares, dejando el precio final del juego en 40,00 $. En EEUU ya se ha confirmado que será lanzado la semana que viene, así que no tardaremos en conocer los detalles para Europa.
El argumento, como ya muchos sabrán, nos pone en la piel de siete americanos que llegan al pequeño pueblo de Hanuta, donde una extraña lluvia de sangre ha comenzado. No tardarán en averiguar que ésta sirve para convertir a todos sus habitantes en shibitos', muertos vivientes procedentes de leyendas japonesas que, con el rosto desencajado y chillidos más que desconcertantes como tarjeta de presentación, querrán alimentarse de la carne de nuestro equipo de protagonistas.
La mecánica del título es, en cierto modo, atípica dentro del género y muy personal. Híbrido de survival horror y juego de infiltración, nuestro objetivo no siempre es deshacernos de los shibitos' como podríamos pensar, sino escapar de ellos mediante los recursos que nos proporcionan. Estos pueden ser, ciertamente, emplear la violencia, pero en no pocas ocasiones el sigilo es nuestra mejor opción para escapar.
A esto hay que sumarle una alta presencia del detector de movimiento del Dual Shock 3. Por ejemplo, agitaremos el mando para que el personaje que controlemos pueda parar un ataque enemigo. También la vibración será una parte fundamental, puesto que cuanto más vibre al ritmo de nuestro corazón, en más peligro estaremos.
Pero lo que más deseábamos ver era el Sigh Jack, una habilidad que nos ponía en la piel de tanto amigos como shibitos'. Activándola, la acción se detendrá y se mostrará un radar donde elegiremos a quién queremos encarnar para acto seguido ver esa acción paralela, bien sea para detectar patrones enemigos, bien sea para ver qué eventos de importancia ocurren en otro lugar. También podremos verlo en primera persona para vivirlo más de cerca. Algo que, por lo que hemos visto, está representado con tonalidades de rojo sangre para dar el toque terrorífico necesario.
Un toque que bien podría denominarse atmósfera, puesto que la manera en la que está representado todo lo que es Siren está hecho con un tremendo mimo para provocar el miedo en el jugador: los modelados, expresivos en los enemigos como pocos; los escenarios, llenos de detalle para dar cohesión al conjunto; y, sobre todo, los efectos de iluminación, soberbios cumpliendo la misión de no conocer qué hay en la siguiente esquina.
Siren: Blood Curse tiene muchos motivos para convertirse en el éxito que el original no fue en su día. Un precio más que competitivo, con una distribución atípica pero que le sienta de maravilla a un argumento con tantos saltos temporales, una mecánica remozada y adaptada a los nuevos tiempos y un apartado gráfico de infarto. Esperemos que la acogida en EEUU sea la suficiente para que Sony se decida a distribuirlo en Europa.
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