[E3] Dead Space, Impresiones

El ambicioso survival horror espacial sigue en su camino para convertirse en un gran título gracias a su soberbio apartado técnico, a sus bases jugables y a un argumento más ambicioso de lo que es común en el género. Durante la feria de Los Ángeles pudimos conocer más detalles de uno de sus niveles.

El catálogo de survival horrors en la nueva generación está a punto de eclosionar, tal y como indican los próximos lanzamientos de sagas emblemáticas como Silent Hill o Resident Evil, pero eso no evita que aparezcan nuevas propiedades intelectuales tratando de hacerse hueco en un género que puede tener mucho que decir durante estos años. Tanto es así que una de las apuestas más potentes de Electronic Arts, Dead Space, está llevada claramente hacia la pugna con los grandes.

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Aunque ya pudimos probar en primera persona parte del metraje de este título, en el E3 2008 dio espacio a mostrar algo más, un indicativo de la variedad de situaciones que veremos en el producto final. Con un argumento que nos sitúa en un futuro lejano donde los recursos naturales se han agotado, estaremos en la piel de Isaac Clarke -una mezcla entre dos autores clásicos de la ciencia ficción-, quien hará una pequeña misión de reconocimiento en el Ishimura, una enorme nave que recolecta cualquier elemento de otros planetas que se pueda transformar en energía. Y, por supuesto, lo que se encontrará allí no será nada agradable: la mayoría de la tripulación muerta, una raza alienígena yendo a la caza y, además, con la imposibilidad de escapar.

El nivel visto en la feria nos daba la misión de limpiar el laboratorio donde los Necromorphs campan a sus anchas. Para ello, tenía que distribuir un veneno por el sistema de ventilación para así debilitarles y poder llegar hasta el almacenaje de comida. Algo que, por supuesto, no es fácil, debido a la enorme resistencia que suponen estos enemigos. Con gran inteligencia y rapidez se moverán para aparecer siempre detrás de ti. Además, para eliminarles tendrás que disparar a ciertos miembros de su cuerpo en concreto a través de un sistema de disparo bastante más estratégico de lo que a priori parece.

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Pero, como es lógico, tarde o temprano comienzan los problemas. Mediante una transmisión le cuentan a Isaac que ese veneno no tiene el efecto que debe, así que ha de entrar en la habitación y limpiarla con sus medios. Y así lo hace, en lo que es una escena muy impactante en términos visuales por la cantidad de cadáveres que están en la habitación, que dan grandes señas de lo que pudo ocurrir ahí sin necesariamente recurrir al diálogo. Y, sin duda, el lenguaje visual de este tipo predominará en más de una ocasión.

No tardamos en averiguar la presencia de un alienígena enorme llamado el Leviatán, que nos pondrá las cosas más difíciles aún. A esto hay que sumarle que la zona es de gravedad cero, por lo que no sólo podremos caminar por el techo sino además hacer saltos imposibles y algo imprecisos, cosa que pondrá algo más difíciles las cosas, lo cual es de agradecer.

Isaac tenía que saltar en el momento preciso para evitar los ataques de los tres tentáculos que conforman el monstruo,  así como posicionarse en el lugar correcto para tener un tiro limpio y poder ir derribándolos uno a uno. También se hace importante el uso de la telequinesis, una habilidad que nos permite lanzar cualquier objeto del escenario con una enorme fuerza para provocar enormes daños sin que por ello merme la capacidad de nuestras armas.

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Con esfuerzo, el protagonista se deshizo de esas tres pesadillas. Pero como en las buenas películas de terror, la amenaza aún no había terminado. El Leviatán sacó una especie de orificio bucal que comenzó a disparar bolas de fuego que podían hasta explotar, dejándonos en grave peligro, y poco después acabando con nuestra vida.  Al parecer, cada enemigo final constará de tres fases a superar; en este caso sólo hemos podido conocer dos de ellas, pero seguramente la última supondrá aún mayor reto para nosotros.

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